🌼Cap 14🌼

Zarc se encargaba del cuidado de los menores mientras los mayores hablaban en la oficina principal. Aunque es un trabajo algo aburrido, debe admitir que los menores eran inusuales en sus juegos.

— ¡Yo te coronó como la reina mayonesa! — Los niños si que eran creativos, pensó viendo como Sonya portaba una manta atada por su cuello. Mientras que yugo y Aiko estaban arrodillados frente a ella para ser coronados como los nuevos reyes del reino desayuno. Si algo raro incluso para él.

Desvío su mirada de la coronación y observo al único niño que no estaba jugando parado en la puerta. Se ponía de puntas para poder ver que ocurría al otro lado de la habitación, no sabia si estaba preocupado o si era solamente curiosidad, solto un suspiro para luego levantarse de su sitio para ir hasta donde está el menor.

— Yuya — llamo al menor, quien se sobresalto volteando girando rápidamente, escondiendo sus manos como si hubiera sido causante de alguna travesura — ¿Estas preocupado? —

El menor miro hacia la puerta una vez mal — Estaban muy serios... — Mencionó, desde que despertaron. Pocas veces yuya hablaba y se aislaba de los otros niños. Según la terapeuta, es probable que su mente, a pesar de que no recuerde, cargue con un trauma que posiblemente no pueda sanar tan fácilmente.

— Son adultos, siempre hacen esas caras feas cuando están concentrados — Mencionó, dándole algo de humor. Tomo la mano de yuya y lo guió con los demás niños.

— El mundo de los adultos se ve horrible — solto de la nada el, zarc soltó un suspiro. Sin poder evitar recordar cómo era su vida antes de que volviera a este tamaño. Las expectativas, las personas, los jodidos estándares, el mundo lleno de avaricia que te consume peor que una sanguijuela.

— Si, puede que tengas razón, el mundo de los adultos es horrendo — Observo a Ryu, quien se hallaba leyendo una revista para matar el rato en la esquina de la sala de espera. Notando su incomodidad al mover su brazo izquierdo. — Pero ¿Sabes? A pesar de las bestias y monstruos, puede tener algo de color. Creo... — Desvío la mirada unos segundos, dudando de su afirmación ante la mirada del menor.

Yuya observo los ojos dorados de Zarc — Yo no quisiera crecer, no quisiera volver a ser consumido por el fuego. Es doloroso — Zarc, miro a yuya confundido. El color de sus ojos había cambiado, la sonrisa del menor se agrandó — Por eso, necesito los ojos de los que están adentro —

— ¿Yu...ya...? — El suelo se sacudió de improvisto. Haciendo que perdiera el equilibro de pronto, los menores empezaron a gritar y a llorar desesperados por el evento que estaba ocurriendo — ¡Coloquense debajo de la mesa, ahora! — Les grito.

Miro hacia todos lados para buscar a Ryu, este seguía en la silla sentado. La ventana a la que estaba cerca se reventó de improvisto, provocando que varios trozos de vidrio salieran volando — Un terremoto, es solo terremoto, tranquilo — Trato de convencerse así mismo, pero la maldita tierra no paraba de temblar.

Varios de los trabajadores estaban corriendo como locos afuera de la sala, tratando de escapar de las cosas que se caían o rompían. Los trozos de vidrios que habían volado, ahora estaban rodeando el cuerpo de yuya como si estuvieran en un remolino de viento. El cuerpo del menor ya estaba sufriendo varias cortadas.

—Mierda... ¿¡Qué  como esta pasando?! ¡Yuya! ¡¡Detén esta tontería!! — Grito, pero se quedó inmóvil, al empezar a oír el suelo crujir. — Mierda, mierda, y por la reputisimadre ¡¡Ryu, aléjate de ahí, ya!! — Exclamó al darse cuenta que una parte del edificio iba a colapsar, tratando de mantenerse en equilibrio para ir lo mas rapido posible con el menor.

La fisura se formaba rápidamente, estaba rodeado. Se levanto como pudo del sillón y empezó a caminar, les temblaba las piernas. Pero el peso no iba aguantar, las fisuras se unían y el iba a caer con parte del edificio, al sentir el piso caye dose. Trato de saltar como último recurso, cerrando los ojos esperando su eminente muerte.

Pero al no sentir nada, nada más que un apretón firme en su brazo derecho los abrió. — Resiste — Solto Zarc, haciendo un esfuerzo inhumano por sostener a Ryu. Literal, el suelo de ese piso cayó, e incluso pudo ver que se llevo a unos cuantos trabajadores. Alzó la mirada, y solo pudo ver como varios edificios caían hasta volverse escombros, las calles se agrietaban, había gente gritando y corriendo. Niños llorando en medio de todo ese desastre, lo podía escuchar con claridad. Podia escuchar el caso que el provocó a su dimensión, el cielo tiñendose de sangre y humo por culpa de la codicia.

Él siendo el demonio que borro su propia dimensión de la faz del universo. Ryu trataba de aferrarse a Zarc y le grita a que lo ayudara a subir, pero Zarc se había perdido. Sus ojos fueron consumidos por algo que no podía descifrar.

— Por la maldita cosa que te creo, ¡Súbete de una vez! — Le grito ya irritado, entonces sintió el agarre aflojarse — No, no, no. ¡Zarc! ¡Zarc! ¡¡¡Sino me subes ahora, te arrastrare conmigo a ser comida de larvas!!! —

Trato de aferrarse lo más que podía, a la vez que trataba que su brazo izquierdo tratará de agarrarse del borde, pero podía sentirlo. El hueso de su hombro, se había movido, no podía controlar bien sus movimientos — Parece que tienes problemas —Escucho la voz de yuya.

— Yu... — No podía confiar en él. Su mirada, y sus ojos. Además de que su apariencia había cambiado, ojos de color un rojo mucho más pálido, casi semejante un color coral. Su cuerpo también era mucho más grande, ya no parecía tener 8 años en apariencia — No lo hagas... —

El menor apoyo su dedo índice en la barbilla, pensativo. Para luego sonreír de una manera, no tan agradable — ¿Sabes lo que ocurre cuando la Codicia te nubla? — Poso su manos sobre los ojos de zarc — Te vuelves ciego — Presionó los ojos de zarc, provocando que este gritara de dolor. Ryu vio como lágrimas de sangre salían, cuando yuya quito sus dedos, noto esas uñas afiladas bañadas en sangre. Las saboreo, agitando su mano en modo de despedida antes de patear el débil cuerpo de Zarc.

Los observo caer al vacío y contemplo la ciudad destrozada — ¿Sabías que en la divina comedia: los avaros, pródigos y los perezosos van al canto séptimo para ser castigados? — Se comenzó a reír  — "¡Malas bolsas! El lugar donde lleva la codicia para devorarla. El hombre no pierde su alma, poco a poco la va entregando, poco a poco la va matando en sí" —  Se dio una vuelta, estirando sus brazos, sintiendo la libertad.

— Oh, como el demonio le grito a Venedico "¡Corre aprisa, rufián, como corrió tu ansia! ¿Es que ya salio tu codicia? ¡Corre! ¡Sigue hurgando! ¡Ve si aquí hay mujeres que mercar!" — Abrazo su propio cuerpo, sintiendo la frescura del viento, mirando divertido a un viejo conocido — ¿Por qué tan serio? ¿No te emocionas en verme? —

Sus ojos verdes esmeralda estaban fijas en su persona, para después suspirar — Se ve... que estuviste ocupado, poniendo al día  —

— Hice más que eso, ¿Acaso olvidaste de nuestros pecados? ¡¡YO no puse al día!! ¡¡YO viví en el infierno!! ¡¡El canto septimo fue mi hogar por Milenios!! — Se calmo, entrecerrados los ojos para verlo. Se volvió a reír acomodándose su cabello — No me vas hacer nada, aun eres débil — Observo a las dos menores inconsciente detrás de él — Pero, podrías sanar mucho más rápido si absorbes su energía vital. Una vida más, una vida menos. Es igual, solo no me estorbes — Su mirada se afiladas golpe, causando que él ambiente de pronto se congelará.

— Esto no tiene que ser así—

— Ahórrate tus palabras moralistas, y escucha el canto — Coloco su mano izquierda en su oído y la otra en señal de silencio — Estamos en el primer círculo — Lo sorprendió al lanzarle de improvisto dos pedazos enorme de vidrio, pero logró romperlas para evitar que el número de víctimas aumentará, se revolvió los cabellos frustrado al darse cuenta que el otro escapó.

Abrió de golpe la puerta que separaba al otro grupo de jóvenes, y observo el enorme agujero en la pared. Chasqueo la lengua, cuando se acercó observo la figura de un zorro rojizo de gran tamaño  correr entre los edificios destruidos para luego desaparecer de la nada.

—¿¡Qué paso?! — Escucho el grito de alguien, vio como este se toqueteaba la cara de forma desesperada — No, no... ¿
¡Alguien por favor prenda la luz! ¡No veo nada! ¡Yuto no veo nada! — Exclamó Yuri totalmente desesperado aferrando al Yuto quién estaba a su lado tratando de calmarlo.

— Ta–Tampoco veo nada... — solto Shun,  comenzando a respirar de forma acelerada, estaba entrando en pánico. Reiji corrió hacia su lado, tratando de ignorar la herida en su abdomen por un pedazo de fierro incrustado. Si parte del techo se había caído también dentro de la oficina.

—¿Reira?¿Alguien ha visto a Reira? — Hablo fuerte Reiji, tratando de ubicar a su hermano.

Solto un suspiro nuevamente, se despego de la pared y observo a los jóvenes que aún no notaban su presencia  — ¿Qué...? Tu no eres Yugo — Bueno, ya lo hicieron.

Esto sera complicado — En efecto, yo no soy Sakaki yugo. Mi nombre es Raiden, y se quién se llevó al niño que buscan, más bien niños — Mencionó mirando nuevamente hacía el enorme agujero. Era idéntico a yugo, pero sus ojos eran un poco más largamos, su porte era casi similar a un soldado de la guerra y obviamente, no aparentaba ser un niño, sino que era mucho más grande, parecía rondar los 20 o similar.

— Laru, creará el mismo infierno en el que fue atrapado por Milenios, solo que esta vez, castigará a los inocentes y se alimentará de los pecadores — Kaito miro desconfiado al ser frente, no sabía por que, la acidez en su boca.

— No podemos confiar en ti, pero si sabes algo hablaras — Hablo seriamente yuto, había notado las intenciones de escape del contrario. Por qué la emboscada no fue difícil, usar una de las plantas de Yuri. Era demasiado útiles en estos casos.

Raiden gruñó al no poder moverse de las ataduras, joder no tenian tiempo a perder — ¡¡El se escapará!! ¡¡Ni siquiera saben lo que planea hacer con los niños que se llevará!! ¡¡Ya elimino a una cuarta parte de esta ciudad!! ¡¡Me necesitan!! —

Chasqueo la lengua – Puede, pero la última vez que alguien grito esas palabras, terminó traicionandonos y haciéndose de la vista gorda. — Dejó inconsciente al invitado — Es mejor ser precavido —

— Pero que caos, mucho más de lo esperado — Sonrió, estirando su cuerpo. Observo a su compañero curioso — ¿No deberíamos hacer algo? —

— La paciencia, es lo que nos dará lo que necesitamos — Explico el de cabellos rubios — Solo hay que esperar un poco, que ellos se manchen las manos primero —

Su compañera resoplando — ¡Pero tenemos un pacifista! ¿Eso no nos causará problemas? —

La apariencia de Mikael cambió — Si tiene un empujón, ya no lo será más — abrió la boca comprendiendo a su compañero — Tengo suerte, que el verdadero de este cuerpo, me haya dado esta forma —

— Adoró cuando haces todo el trabajo, así me dejas con más comida y más tiempo para arreglarme las uñas — Mencionó mirándose la mano, su compañero rodó los ojos, simplemente le gustaba holgazanear que era otra cosa.

Se despertó de golpe, respirando de manera acelerada, al tratar de moverse sintió un dolor agudo expandirse por su abdomen. Tenia una vara de fierro incrustado, se quejo por el dolor, pero de momento no podía hacer nada para calmarlo.

Trato de levantarse, a duras penas. Lo último que recordaba, era estar colgado y luego... caer al vacío cuando — ¡Por un demonio, Zarc! —

Miro hacia todos, el movimiento brusco le causó la sensación de encaje en un hombro — Joder — Esos malditos niños le habían golpeado demasiado fuerte en el brazo causandole dificultades, pero la caída, provocó que el hombro se le saliera — Esto definitivamente es una mierda... pero ¿como es que sigo vivo? —

El piso en el que estaban era el 10, era absurdamente imposible sobrevivir aquella altura. Resoplando y busco con la mirada al imbecil del mayor.

— ¿Estara vivo? ... — Se cuestionó, sobresaltandose al escuchar un sonido similar al de un rugido. Alzó la cabeza, siendo cubrió por un sombra enorme — Dragón...? — comenzó a correr en dirección hacia donde se iba desapareciendo la sombra. Tratando de tener cuidado con los escombros que aún caían en consecuencia del temblor.

Todo era un desastre, la gente aparecían desde los escombros como cucarachas, había niños llorando. En algunas partes se podía observar el fuego consumiéndo un rascacielos, gente gritando aterrada, gente muerta aparecía a cada paso.

El sonido de aullidos llamó su atención, pasando rápidamente por sus costados, observo a dos lobos de pelaje plateado en distintas tonalidades. Estos animales se detuvieron para verlos, no sentia miedo.

— Quieren que los siga — Esto era una tontería ¿Enserio le acaba de hablar a un par de animales? Sorpresivamente estos continuaron su camino, parecían darle a entender que si quería que los siguiera — La caída me hace alucinar —

Apesar de eso, siguió el camino que esas alucinaciones le indicaron. Sosteniendo su brazo izquierdo con la derecha para no moverla mucho, noto que el par de lobos se detuvieron frente a un enorme dragón. Luego, los tres desaparecieron mirándolo fijamente, nego con la cabeza para dejarse de juegos.

Entonces noto una figura similar al de cierto imbecil con cabello, dudosamente natural, se acercó rápidamente para ver su condición con su brazo sano —Tsk, normalmente me importarias una mierda, pero tengo una deuda con los Sakaki. Así que más te vale seguir vivo — Empezó a tomar sus signos vitales, tenía pulso.

Solto un suspiro aliviado, ya no podía sentir ese mismo peso de antes cuando despertó. Aunque, una nueva preocupación lo invadió, alzó la mirada al ver una silueta lejana alejarse cada vez más para luego observar a Zarc.

Sus ojos estaban quemados.

Y los ojos de Ryu eran de un carmín oscuro — Asi que, este es el infierno que codicia tanto anhelaba — soltó un suspiro — A este paso, habrán millones de víctimas según el número avance —

Colocó su mano sana sobre la vista quemada de zarc — Te necesitan, necesitan a tu primer pecado. — Al quitar la mano, ya no había quemaduras. Y Zarc fue abriendo nuevamente los ojos, ya no eran dorados  — Es momento de despertar, Arcencio —

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