Capítulo 63
Tyler
— No haré que vaya toda la manada, así entenderán que no queremos problemas. — dijo Torel antes de irnos.
— Espero que Ciro entienda eso...
Tanto Aska como Torel se veían muy intranquilos. No era un secreto que Ciro no era de fiar. Pero Torel estaba dispuesto a correr el riesgo.
— Andando...
Solo éramos nosotros cinco: Aska, Torel, Lala, yo, y curiosamente Tommen.
— Ya estamos por llegar.
— Ahí están... — dijo Tommen en tono serio.
— Ustedes dos manténganse en silencio — se dirigió a Lala y a mí. — en especial tú, Sura. A menos que sea necesario, no digas nada.
— Si señor...
— Y eso también va para ti Tommen. Si hablas habrás roto tu juramento...
— No es necesario que me lo recuerdes.
Nos detuvimos en el límite entre ambos territorios. Ciro estaba junto a Breogan y Rissa, y varios metros más atrás, toda la manada.
<<También están mis hermanos...>>.
— Torel...
— Ciro...
— Sabes bien a lo que hemos venido ¿No es así?
— Lo sé muy bien.
Ciro miró por sobre nosotros.
— ¿En dónde está tu manada?
— No he querido involucrarlos a todos... solo he venido con mi familia.
-— Tu hijo le ha arrancado una oreja a mi mejor lobo. ¿Cómo responderás ante eso...?
— El muchacho me ha dicho que fue en defensa propia. Es normal que los jóvenes se pierdan de vez en cuando. Pero veo que Breogan no comprende eso y de igual manera lo atacó. — Ciro pareció verse acorralado — pero te ofrezco llegar a un acuerdo...
— ¿Un acuerdo?
— Que sea sólo entre alfas. Envía a los demás de vuelta.
Ciro lo pensó un buen rato, pero finalmente accedió a negociar una solución "benéfica" para las dos manadas.
— Chicos quédense aquí — nos dijo Torel.
— Tu también Breogan. — dijo Ciro.
— Tommen...
— Cuenta con ello. — le respondió.
Era un momento muy incómodo. Estar de frente a frente con quien intentó matarme. Podía sentir cómo Breogan no me quitaba los ojos de encima.
— Tranquilo... — susurró Tommen — él sabe muy bien que no debe hacer nada si no quiere tener más problemas de los que ya hay.
— Cuánto tiempo más te podrán proteger tus padres...
— No lo escuches...
— O más bien, los lobos que te criaron...
— ¡¿?!
— Sura...
— A qué te refieres... — dije nervioso.
— No caigas en su juego — intervino Tommen.
— Ya sé quién eres... asique sobreviviste al río. Me impresionas. — sonrió de forma malvada.
— Ya es suficiente, Breogan.
— No eres el único que sabe cosas, lobo solitario... siempre causando tempestades a donde vas...
— Cuida tu boca... no querrás que una amenaza a mí sea lo último que digas...
De pronto Breogan había dejado de provocarme, y se fijó en un pez más grande.
Breogan y Tommen comenzaron a gruñirse el uno al otro mientras se aproximaban con el lomo erizado.
— ¿Quieres pelea? — retó Breogan
— Ni creas que soy un idiota como tú...
— Ya es suficiente. — dijo Torel — nos vamos.
— ¿Qué? — dijimos todos.
— Lo que han oído. Volvamos, ahora.
— Torel...
— Aska... por favor.
Torel parecía... preocupado.
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