Capítulo 61

Tyler

— Así que eres de la manada del Este.

— Ajá — respondió mientras lamía las heridas que Breogan me había causado

— Y qué haces en este lugar... el territorio del Este está muy lejos. — dije sin moverme.

— Bueno... yo... — noté lo incómoda que se sintió.

— Descuida, no respondas si no quieres hacerlo. Lo siento.

Ella continuó lamiendo mis heridas en silenció. Pero algo llamó su atención y se quedó mirando un punto fijo entre los árboles.

— ¿Qué ocurre?

— Es... él. Está aquí. — dijo algo asombrada.

Intenté ver lo mismo que ella, pero no logré verlo hasta que comenzó a moverse. Entonces salió de entre los arbustos.

— Así que aquí estabas...

— Ah, Tommen...

— ¿Qué pasó?

— Nada. Estoy bien.

Miré a Kaila. Sus ojos brillaban al ver a Tommen. Pero Tommen no hacía más que intentar hablarme.

<< ¿Si quiera sabe que ella está aquí?>>

— Andando. Aska está preocupada por ti, y Torel no planea buscarte, a pesar de que también lo está.

— Dormiré por ahí esta noche. No iré a casa por ahora.

— ¿Sabes cómo se ve una madre loba enojada? — No comprendí su pregunta — no pasaré por eso otra vez. Ahora muévete.

— No.

Noté que Kaila dio unos pasos hacia atrás, y cuando volví la mirada, Tommen se encontraba frente a frente conmigo y me sujetó de la piel como un cachorro.

— ¡¿Qué haces?! ¡Suéltame!

— Eshto ganash por hacer las coshash mash complicadash — dijo sin soltarme

— ¡Que me sueltes! ¡Tommen!

— Shi que eresh liviado...

— ¡Déjate de bromas!

— Ya cierra el pico, deshpertarash a todash lash manadash cercanash.

Comenzó a arrastrarme sin problemas. No podía hacer nada.

Kaila seguía sin moverse y sin dejar de mirar a Tommen.

— ¡Espera! — exclamó

Tommen me soltó y me dejó caer, y habló sin voltear.

— Vete a casa.

— Pero yo...

— Este no es tu lugar. Vuelve a tu manada con tu madre. Ahora — gruñó levemente.

Kaila dio unos pasos hacia atrás mientras gemía, y se fue corriendo sin despedirse.

En tanto a mí. Tommen acabó por llevarme a rastras hasta la guarida en donde Aska caminaba de un lado a otro hasta que nos vio.

— ¿Qué ha pasado? ¿Qué son esas heridas?

Guardé silenció y volví la mirada al piso.

— Respóndele a tu madre – dijo Torel saliendo de la guarida – con quién te has peleado

— Fue en defensa propia... no vi hacia donde iba y pasé al territorio del Norte y... Breogan...

— Así que Breogan... — debió creer que era una broma – y dime, ¿Cómo es que Breogan te dejó vivo?

— Apareció una loba llamada Rissa y lo detuvo...

— ¿Rissa?

— Parece que no me crees...

— Difícil creer algo así si se trata de Breogan.

— Entonces no lo hagas. Tampoco busco que me creas después de todo...

— Ya es suficiente... ¡soy tu padre, pero también tu líder y me debes respeto!

Ver a Torel actuar de esa forma me asustó bastante. Acabé por inclinar la cabeza y meter la cola entre las patas.

— Es la verdad – dijo Tommen – olí la sangre de Breogan cuando busqué a Sura.

— Qué le hiciste...

— Le arranqué una oreja...

— Tendremos problemas entre ambas manadas...

— Pero sura dijo que lo había hecho en defensa propia – añadió Aska.

— Aun así Ciro querrá una confrontación. Lo bueno es que Rissa es una testigo. — Clavó la mirada en mí — ahora vete a dormir.

— Si señor... — obedecí.

Obedecí sumisamente a la orden de Torel y me fui a dormir, ignorando todo lo que ocurría fuera de la guarida. 

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