Capítulo 60

Tyler

— Entonces tú... y él... son...

— Si – respondió Tommen.

— Sura — habló Torel — ¿estás bien?

— Sí, estoy bien ¿por qué debería afectarme?

— ¿Entiendes el por qué lo mencioné?

— ¿Quieres que... me convierta en un lobo solitario como tú?

— Es la única forma en la que puedes cumplir la promesa a Saga. Y cuidarás de tus hermanos...

— Mis hermanos están bien sin mí, no necesitan que yo los proteja.

— Entiendo... pero ahora respóndeme otra cosa. ¿Quién eres? ¿Sura de la manada del Sur, o Tyler de la manada del Norte?

—Pues yo... — <<no sé cómo responderle. Es frustrante...>>

Me sentí un completo cobarde por salir corriendo sin decir nada a ninguno de los dos. Noté que Tommen quiso seguirme, pero Torel se interpuso en su camino.

<< ¡¿Por qué?! ¿Por qué tengo que pasar por esto...? solo era un cachorro cuando... cuando...>>.

— ¡...! — me detuve de golpe con el corazón en la garganta.

— ¿Mmh...?

No creí volver a verlo después de aquel día. Quería huir, pero mis patas no me respondían. Estaba muy asustado.

— Bre- Breogan... — tartamudeé

— ¿Mmm...? De dónde me conoces, muchacho. No pareces pertenecer a la manada — adoptó una posición amenazante — ¿Qué haces en nuestro territorio...? - gruñó.

Corrí sin ver a hacia donde iba, y sin querer me adentré en el territorio de la manada del Norte.

<<Si el me ataca está en todo su derecho...>>. Di un paso atrás y bajé la cola. <<...Y si lo ataco aun en defensa propia... estaría en todo su derecho de matarme sin siquiera oír alguna explicación...>>.

— Tu olor me resulta familiar pero... es de hace mucho tiempo... — dijo mientras se acercaba lentamente

— A-ah... yo no te conozco, yo... lo siento, no vi hacia donde iba y... — dije mientras retrocedía sumido por el miedo.

— Tranquilo... — su cara mostraba una sonrisa con una comprensión aterradora — ...después de esto no se te olvidará jamás cuál es tu lugar.

— ¡¿?!

No noté cuando Breogan se abalanzó sobre mí para atacarme.

El miedo no dejaba que me moviera. Solo quería que alguien me ayudara. No quería morir, a pesar de todo lo que estaba pasando, no quería morir. Y en un acto de defensa, aferré mis colmillos a una de las orejas de Breogan, y tiré con fuerza.

Durante el poco tiempo que Breogan llevaba sobre mí, había mordido y rasguñado varias partes de mi cuerpo.

Me lanzó lejos cuando jalé de su oreja. Y me sorprendí hasta el borde del pánico cuando me descubrí con algo en mi boca.

— ¡Maldito mal nacido! – gritó sacudiendo la cabeza mientras se cubría de sangre uno de los lados – ahora verás...

— ¡Suficiente! Breogan ¿Cómo puedes atacar a un joven lobo perdido de otra manada?

— ¡Mi alfa Rissa. Ese lobato...!

— Ese chico se ha defendido de ti. A ver si ahora dejas de atacar antes de escuchar.

Fue increíble ver cómo alguien como Breogan agachaba la cabeza frente a una hembra.

— ¿Qué estás haciendo aquí, Breogan?

— Patrullando por orden de Ciro...

— Patrullar. No eliminar. — Breogan levantaba la mirada hacia la loba intermitentemente — no encuentro a Zyner. Ahora, encuéntralo por mí. Pero primero mete tu cabeza en el río para limpiar esa herida...

— Si, Rissa...

Fue sorprendente ver a una bestia como lo era Breogan, inclinarse ante una hembra, que al parecer era la hembra alfa.

Mi pelaje estaba manchado de sangre, pero las heridas no eran profundas. La loba que Breogan llamó Rissa, comenzó a lamer mis heridas como si fuera uno de sus cachorros.

— Lamento lo que ese lobo te ha hecho. Si no hubiese llegado a tiempo, te hubiera matado. Pero tendrás que tener cuidado de aquí en adelante... — aquello me puso muy intranquilo — Breogan es un lobo muy rencoroso... y después de lo de ahora, te tendrá puesto el ojo encima, y a la primera oportunidad, te matará a sabiendas que eso causaría problemas entre manadas.

— No era mi intención entrar en su territorio... yo... me iré enseguida — la imagen de la oreja que le arranqué a Breogan era demasiado para mí, tanto que sentí un vuelco en el estómago.

— ¿Estás bien? — me preguntó.

— Si solo... — acabé vomitando lo último que había comido en el día.

— No la mires... solo te hará sentir peor. Ahora vamos, te llevaré a los límites de nuestro territorio con el de tu manada.

Rissa me guió hasta el territorio de la manada del Sur.

— Tu aroma me parece familiar.

— Breogan dijo lo mismo... — respondí.

— Eres un lobezno interesante... ¿Quién es tu padre? — ya no soy un lobezno.

— Sa... ah... Torel. Mi... padre se llama Torel y mi madre es Aska.

— Comprendo.

— ¿Tienes hermanos?

— Si... cuatro. — respondí sin pensarlo

— ¿Cómo se llaman?

<< Coddy, Liv, Hanna y Henno...>>

-— Ya estamos cerca del territorio. Puedo seguir solo. — Dije evadiendo su pregunta — gracias por salvarme.

— Descuida, pequeño. Ahora ve con tu familia, y ten cuidado.

— Está bien. Adiós.

<<Me agradó su compañía... me sentí protegido...>>

Al perderme de la vista de Rissa, me dirigí al río, y me senté en la orilla para que la corriente lavara mi pelaje.

— ¿Qué te pasa? ¿Estás herido?

Una loba de más o menos mi edad apareció frente a mí. No la conocía, y no me parecía haberla visto antes. Pero no me parecía mala. De hecho me hacía sentir tranquilo el que estuviera allí. Era extraño tenerla cerca.

— ¿Quién eres? — pregunté

— Kaila. 

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