Capítulo 53

Tyler

Seguí a Torel sin decir una sola palabra en todo el camino. No sabía a dónde quería ir; pero no iba a detenerme a cuestionar sus acciones.

— ¿Estás cansado? — preguntó deteniéndose de a poco

— Ah... no, no lo estoy – quería aprovechar la oportunidad — ¿A dónde vamos?

— Justo aquí.

Llegamos a la orilla del río. Debía de haberlo sabído por el sonido del agua, pero lo ignoré.

— ¿Qué hacemos aquí?

Se acercó a la orilla y me dijo que hiciera lo mismo.

— Aquí fue donde Lala te vio, y de donde te saqué antes de que te hundieras.

— Ya veo... no recordaba este lugar...

— En fin. Te traje aquí para que te respondas a ti mismo, todas esas dudas que tienes. Y que se responderán, si respondes solo una pregunta...

— ¿Y cuál es...? – pregunté un poco confundido.

— ¿Quién eres? – me dijo mirándome fijamente.

Era una pregunta simple, pero no podía responderla. Torel se quedó mirándome a la espera de una respuesta, pero no sabía cuál era, o cuál era la que él quería oír.

Soltó un suspiro, y guió su mirada hacia la copa de los árboles.

— Este lugar me ha ayudado a resolver mis dudas desde que era un lobato.

— No creí que tú dudaras de algo.

— Todo el mundo lo hace, y en ocasiones te pueden ayudar a encontrar la respuesta a eso. Pero no es tu caso...

Me sentí preocupado de oír eso.

— Quiero que te quedes y encuentres la respuesta por ti mismo. – Sonrió – y vuelve a la guarida cuando la hayas encontrado.

— Está bien... — dije sin dejar mi preocupación de lado.

— Debo seguir vigilando el territorio. Nos vemos luego.

— Si... nos vemos...

Torel se marchó con paso calmado, y yo me quedé allí, sentado frente a mi reflejo, aun buscando la respuesta a la pregunta que él me había hecho.

<<¿Quién soy?>>

<<Soy Sura. No, soy Tyler. Tampoco>>

<< ¡¿Quién soy?! ¡¿Quién eres?!>>

El día pasó, y al caer la tarde, seguía sentado en la orilla del río viendo mi reflejo. Entonces, la voz de Torel me retumbó en los oídos. <<"Vuelve a la guarida cuando hayas encontrado la respuesta">>.

— Y si no la encuentro... ¿ya no podré volver a casa? – era como si discutiera conmigo mismo – no lo creo... Torel no haría eso... — miré hacia otro lado – él espera que yo encuentre la respuesta hoy mismo. Y si no vuelvo, a dónde iré. No puedo ir con mis hermanos; ni siquiera saben que estoy vivo. Pero papá me dijo que los protegiera. ¿Saga o Torel? ¡Maldita sea! ¡Ya estoy harto! ¡¿Por qué demonios Breogan no me mató junto a mis hermanos en vez de solo lanzarme al río?!

— ¿Tyler? – abrí los ojos de golpe, no había notado la presencia de nadie más.

— Henno...

— Tú eres Tyler. Eres mi hermano. Pero cómo es que... ¿qué haces ahí? ¿Por qué no volviste con nosotros...?

— Henno yo...

— Y no nos has olvidado. – De pronto, sus orejas se apegaron a su cabeza – Tyler... papá está...

— Lo sé – lo interrumpí.

— Pero él...

— Él lo sabía... me lo dijo antes de que Coddy y Liv se lo llevaran.

— No puedo creer que estés con vida... los demás deben saber que...

— No – se armó un silencio que se rompía con el sonido del agua. Henno me miró sorprendido.

— Qué dices... ¿Por qué no quieres que lo sepan? Eres nuestro hermano, nuestro hermano mayor y...

— Coddy es el mayor. Y están bien así como están.

— Pero papá murió y ya no tenemos a nadie que nos guíe. No estamos listos. Y de seguro Ciro nos matará cuando tenga la oportunidad.

— Tranquilízate, Henno. Eso no pasará.

— Es fácil para ti decirlo. No tuviste que pasar por lo que nosotros...

— Eso es cierto. Pero tú no viste lo que yo aquella vez. – noté el ambiente tenso que se había formado. Y solo quería deshacerlo. – escucha Henno. No puedes decirle a nadie sobre esto.

— Pero...

— Henno. Nadie más aparte de ti puede saber quién soy en realidad. Si me ves en frente de los demás... soy Sura, de la manada del Sur, hijo de Torel y Aska. ¿Comprendes?

— Sí... comprendo... — dijo algo desanimado.

— Ya es muy tarde. Será mejor que vuelvas con los demás.

— Está bien — comenzó a irse y recordé que quería decirle algo.

— Ah, Henno — volteó a mirarme – no vivas con miedo ¿de acuerdo? Si algo te asusta, demuéstrale que no es así. Y si te ataca, defiéndete, y demuestra de quién eres hijo – eso pareció alentarlo mucho.

— ¡Si, lo haré! – se marchó trotando rápidamente.

Me sentí bien de ayudar a mi hermano, pero eso me había quitado tiempo de mi discusión conmigo mismo.

El encuentro con Henno me ayudó a responder mi duda en la mitad.

"Soy Tyler, pero también soy Sura?"

"No pertenezco a la manada del Norte, pero creo que tampoco a la del Sur..."

"Debo cuidar a mis hermanos, pero no deben saber que lo son"

— Que linda charla de hermanos ¿No lo crees?

— ¡Tommen! ¿Cuánto llevas ahí?

— Lo suficiente como para darte una idea que no rompa el trato que tengo con las manadas sobre no irrumpir en las ocurrencias internas.

— Qué quieres decir... — se acercó discretamente a mí.

— Pregunta a Torel por un lobo llamado "Tempest".

— ¿Tempest?

— Sí.

— ¿En qué me ayudará saber sobre ese lobo?

— Ya lo verás... ahora vete a tu guarida.

No comprendí el propósito de Tommen porque Torel me hablara de ese lobo. Pero aun así volví a la guarida. 

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