Capítulo 33
Tyler
Había comenzado a llover, el viento soplaba con fuerza, y el sonido de los truenos nos hacía perder el camino.
— Asique esto es el invierno ¿no? — dijo Inu para romper el silencio que se había formado - no creo que me guste del todo... ¿Cuánto falta para que termine?
— Una luna... — le respondí
— Espero que llegue pronto... — dijo Lala entrecerrando los ojos por la lluvia.
— Quizás debamos resguardarnos por un momento – propuse.
— No es una mala idea... — dijo Inu.
Comenzamos a buscar un sitio en donde cubrirnos de la lluvia, y por suerte hallamos uno; un árbol con el tronco hueco; parecía un buen lugar para esperar a que pasara la lluvia. De tanto esperar, acabamos por recostarnos uno junto al otro, y posteriormente, nos dormimos.
— Hey... ¡hey! ¡muchacho! — sentí que gritaban a lo lejos — ¡despierten de una maldita vez! — pero no estaba lejos; estaba frente a mí, gritándome en mi cara, y con una expresión impaciente y enojado — ¡¿que acaso Torel no les dijo nada sobre esta situación?!
Los tres despertamos de golpe y al mismo tiempo, nos miramos los unos a los otros y caímos en la cuenta del problema en el que nos habíamos metido.
— ¡Tommen! — exclamé sorprendido
— ¡¿Cómo se les ocurre dormir en un momento como este?! — gritaba furioso — ¡en esta época no se puede bajar la guardia! ¡ahora muévanse antes de que algo caiga y nos mate a todos!
Nos levantamos lo más rápido que pudimos, y en cuanto acabé por despertarme, Tommen ya se había puesto en marcha. En las dos lunas llenas que Tommen llevaba con nosotros, nunca lo había visto de otra forma que no fuera con recelo. Pero ahora, lo veía de forma diferente; lo veía como un amigo en el que podía confiarle cualquier cosa.
— ¡Son unos inconscientes! — continuó mientras caminábamos a paso rápido detrás de él — si no los hubiera visto, quizás ya habrían sido aplastados por alguna rama... o por el mismo árbol en él que estaban...
— ¿A qué te refieres...? — preguntó Inu
— Ese árbol estaba podrido, debido a las lluvias...habrá de caerse en uno de estos días por la lluvia. — mientras caminaba, volteó a mirarnos, pero solo me miró a mí — tienen suerte de seguir vivos...
— ¡Sura! ¡Lala! — apareció Aska. Ya estábamos cerca de nuestra guarida — ¡mis hijos! ¡¿en dónde estaban?! ¿están bien? ¿Por qué no volvían? — no sabia que responderle, nos miramos unos otros en completo silencio; y Aska esperaba una respuesta.
— Debido a la fuerte lluvia, debieron de desorientarse y se salieron del camino. Suerte que lo encontré...
— Muchas gracias Tommen...gracias por guiar a los chicos...
— No es nada... tómalo como un agradecimiento por lo que hacen cada temporada por mí... — Tommen me miró con una expresión que no supe cómo interpretar, y se marchó – nos vemos...
Nunca olvidaré lo que él hizo por nosotros, por mi hermana, mi mejor amigo, y por mi.
— Tommen... — se paró a verme — gracias...
— No te preocupes, muchacho... pero aún te falta mucho por aprender... y también...muchas cosas por resolver...
— ¿Resolver? — pregunté confundido.
— Ya se dará el momento, muchacho.
— Que mi nombre es Sura...
— Claro, claro, "Sura"...nos vemos.
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