Saga

El aullido de muchos lobos se escuchó a lo lejos. Por la dirección supuse que debía provenir de la manada del Sur.

— ¿Por qué aúllan? — preguntó liv recostándose junto a mí

— Están presentando a un cachorro, y el aullido es algo así como una celebración por el nuevo integrante — le expliqué.

Aunque me parecía extraño que se presentara un cachorro tiempo después de que se hubieran presentado a los demás.

— Este año se aceptaron varios cachorros en la manada de Torel y Aska — murmuré a mis adentros... a pasado tiempo...desde la última vez que los vi.

Después de que Ciro ascendiera a tomar el lugar de nuestro padre en la manda, yo comencé a rondar los límites que unen nuestro territorio con los de la manada del Sur.

Me sentía solo después de la pérdida de nuestros padres, ya nada era igual, y mi hermano había comenzado a cambiar drásticamente. También me sentía culpable por no haber evitado que saliéramos sin aviso, y también por no haber hecho nada mientras nuestros padres luchaban ferozmente por protegernos.

Iba casi una vez por semana para hablar y pasar un momento ameno con Aska y Torel, quienes me aconsejaban y me hacían sentir mejor conmigo mismo.

Recuerdo que una vez quise ser parte de su manada para pasar más tiempo con ellos, pero se negaron, y el consejo que me dieron en ese momento, me ha acompañado durante toda mi vida hasta este momento. "No huyas de tus problemas, dale la cara y demuéstrale que no estas asustado, y solo así seguirás adelante".

Ciro dio el aullido de la cacería, y debía ir si no quería tener mas problemas con él, pero antes debía dejar a mis hijos con Rissa.

— Chicos...debemos irnos...

— ¿A dónde vamos? — preguntaron.

— Los dejaré con Rissa mientras voy a la cacería con el resto de la manada...

Los pequeños no siguieron haciendo preguntas, y solo se limitaron a seguirme cuando salí de la guarida.

Mientras caminábamos, el recuerdo de mis padres me inundaba la cabeza, luego recordé cada segundo antes de que murieran.