Capítulo 13

Tyler

Me sentía débil, tenía frío, y hambre; pero estaba vivo << ¿Por qué?>>. Intenté levantarme, pero apenas podía levantar mi cabeza para mirar a mi alrededor. No tenía fuerzas para nada más.

No tenía ni la menor idea en donde estaba, y tampoco sabía que era lo que había pasado en aquel río. Lo único que recordaba era el ver a ese cachorro en la orilla << ¿acaso él o ella me salvó?¿habrá ido por ayuda cuando se alejó?>>.

Comencé a mirar a mí alrededor con detenimiento, y cuando miré hacia la derecha, mi nariz se topó con otra, y así me quedé por un momento, inmóvil intentando comprender unas cuantas cosas.

— ¡Despertaste! ¡que bien! — era un hembra, y al parecer estaba muy emocionada – ya empezaba a creer que no despertarías ¿sabes? – hablaba tan rápido con su voz chillona que apenas podía entender lo que me decía – cuando te vi en ese río nadando pensé que eras muy valiente, pero cuando me di cuenta de que te estabas ahogando corrí directamente con mis padres para que te ayudaran. Por suerte papá se lanzó al agua para sacarte de allí. – quería que dejara de hablar, pero no me daba espacio para decir una sola palabra – pensamos que ya habrías muerto, pero mi mamá se reusó a dejarte, y comenzó a lamer tu pata hasta que dejó de sangrar, masticó unas hierbas extrañas y las escupió sobre la herida. Fue un poco asqueroso ¿no te parece? Asique te trajeron aquí a pesar de que cabía la posibilidad de que no sobrevivieras... Si que eres un cachorro muy fuerte y grande...¿sabes? Te pareces a mi papá, el es el líder de la manada y todo eso... — comenzó a mecerse de un lado a otro – y mi mamá por supuesto es la hembra alfa. Por cierto... ¿cuál es tu nombre? - me miró en silencio esperando una respuesta.

— Ty-Tyler... — dije casi en un murmullo.

— ¡Es un lindo nombre! Yo soy Lala, mi papá se llama Torel... y mi mamá se llama Aska...

Parecía ser un poco menor que yo, pero tenía una capacidad de hablar impresionante, y solo quería que se callara de una vez por todas.

Intenté levantarme, pero solo conseguí sentarme con mucho esfuerzo, y no podía apoyar mi pata delantera, la cual al verla con mayor detención, tenia una enorme herirá que abarcaba todo el largo de mi antebrazo.

— Es muy grande... ¿te duele?

— No mucho... ¿en dónde estoy...?

— Pues... aquí vivo, junto con mis padres ¿y qué hay de ti? ¿en dónde están tus padres? ¿tienes hermanos? Yo tenía tres hermanos, pero murieron un par de días después de nacer, y solo quedé yo. – era extraño oírla hablar, su tono no cambiaba, y siempre parecía animada, fuera cual fuera el tema del que hablara.

— ¡¿Lala?!

Entró una loba de gran tamaño; su pelaje era largo y esponjado de un color café muy claro con unos pelos mas oscuros en el lomo. Su voz era cálida y tranquilizadora. Ella me miró y me sonrió apaciblemente.

— Haz despertado pequeño... — su mirada cálida me hacia recordar a mamá – nunca antes vi a un cachorro tan apegado a la vida como tú. Veo que ya conociste a Lala, era la menor de sus hermanos, y fue la única que sobrevivió. Ustedes son muy parecidos... — dijo con una sonrisa.

— ¡Es verdad! ¿no lo crees también? ¿eh? ¿eh? – la loba acerco su cabeza a Lala

— Cariño... ¿podrías dejarme a solas con nuestro pequeño invitado? — Lala puso cara de disgusto, pero la loba le lamió la cabeza y esta salió riendo.

La loba me miró detenidamente, me olfateó, y me dio un baño. Su actitud era tan parecida a la de mamá, que me dejé llevar por su recuerdo. Y cuando acabó, se recostó a un lado mío.

— Dime pequeño... ¿de dónde vienes...? — no dije nada – ¿en dónde esta tu familia? – no respondí – ¿qué hacías en el río...? — el solo hecho de recordar ese momento en el que Breogan me lanzaba al agua me hizo sentir pánico, y chille sin querer – descuida pequeño, aquí nadie te hará daño... — me miró fijo por un momento – tu... provienes de la manada que tiene como líder a Ciro ¿no es así? – la miré sorprendido, pero aun así no dije nada.

Tenía una voz muy cálida y amable, pero me reusé a responder todo lo que me preguntaba. Aunque por eso último que dijo, creo que ya sabía todo lo que quería saber.

Ella se levantó y caminó hasta la entrada. De pronto se detuvo y volteó a verme.

— Oh, discúlpame pequeño ¿Cuál es tu nombre?

— Tyler... — dije en voz medianamente baja. Ella me mostró una linda sonrisa. — Que bello nombre, el mío es Aska.... Escucha Tyler, iré con mi pareja para que hablemos sobre qué pasará contigo... — me puso nervioso el pensar en qué harían conmigo – descuida pequeño, no será nada malo...te lo prometo...

Había escuchado tantas promesas en lo que llevaba de vida, que no me sorprendió en lo más absoluto, pero de algo si estaba seguro, ella no mentiría, porque era igual a mamá.

No pasó mucho tiempo desde que Aska se había ido hasta que Lala volvió a entrar a la guarida.

— Oye Tyler, ¿quieres ir afuera? Hay un gran cielo azul, y la hierba está a la altura de la nariz... ven ¡será divertido!

— No gracias... no quiero ir...

— Vamos... anda...

— Dije que no... — me recosté dándole la espalda – ahora déjame solo...

— ¿Hola? – se oyó entrar a alguien

— ¡Papá! – gritó felizmente Lala  — ¡mira papá! ¡mira ya despertó!

— Así lo veo, cariño...

A pesar de que no me había volteado a ver, podía saber que él tenía los ojos puestos en mí, y eso me ponía más nervioso aún. Tenía una voz grave pero a la vez amable, sin preocupaciones.

— Cariño, quiero que vayas con mamá, está allí afuera – al parecer Lala no hizo ninguna mueca, ni tampoco protestó, solo salió rápido y en silencio dejándome a solas con el lobo – muchacho, voltea para que pueda verte... — hice lo que me pidió – dime... como fue que llegaste a aquel río, quien te hirió de esa forma...

De alguna forma, sentí que podía contarle lo que ocurrió a aquel lobo, y me planteé la duda de por qué no le había contado a Aska en primer lugar, pero estaba de que él le contaría luego. Asique comencé a contarle todo lo ocurrido, en donde estaba, desde que papá había salido por la mañana, cuando vi como mataban a mis hermanos y a mi mamá, y como Breogan me lanzaba al río sin piedad alguna.

— ¿Breogan? – dijo el lobo con curiosidad – ya veo. Él es algo así como el guardián de Ciro, el líder de tu manada.

— ¿Lo conoces? – pregunté

— No mucho, solo se cosas puntuales. Verás, cada vez que hay luna llena, los alfas de las manadas de este bosque se reúnen para hablar de su situación. Si hay escasez de comida, vemos la posibilidad de ayudarnos con presas pequeñas, siempre y cuando no afecte a la manada proveedora. También se decide si el año es apto para que nazcan nuevas camadas, del cual todos dijimos que no habría problemas con eso, ya que la comida ha sido abundante en el último tiempo. Pero Ciro es muy diferente a todos los demás alfas; es egoísta, cruel, y desconsiderado. Es muy diferente a su hermano, Saga. – involuntariamente me sorprendí al oír que el lobo conocía a mi papá — ¿lo conoces? — <<qué hago...>>

En el fondo quería decirle la verdad, pero también quería que no supieran tanto sobre mi pasado. Quería olvidar todo lo malo que había ocurrido, no ver más sangre derramada injustamente. En el fondo... no quería volver a ese lugar

— No... no lo conozco – el lobo me miró por un momento.

— Cómo te llamas, muchacho...

— Me llamo Tyler...

— Es un buen nombre ¿te gustaría conservarlo? – no comprendí su pregunta ¿conservar mi nombre? – como sabes, Aska y yo hablamos sobre qué haríamos contigo, y nuestra primera opción fue devolverte – lo miré con miedo – tranquilo, dado que ya sabemos cual es tu origen... no lo haremos... y porque en tu mirada me doy cuenta de que tampoco quieres volver. — de repente, Aska entró caminando suavemente – Aska y yo pensamos que sería buena idea que te quedaras, y formaras parte de esta manada... – el lobo miró a Aska

— Pero no como un invitado, pequeño. Nos gustaría que... te quedaras con nosotros, como nuestro hijo... ¿Qué te parece?

— Eso quiere decir que...us... ¿ustedes serían mis padres?...

— Si así lo deseas, puedes llamarnos por nuestros nombres... ya sabes que el mío es Aska, y él es Torel.

— O también puedes referirte a nosotros como... mamá y papá. No te juzgaremos por la decisión que tomes.

No tenía palabras para expresar lo agradecido que estaba. Claro que me encantaría quedarme, ya que no había nada para mí en la otra manada, ni siquiera sabía si papá y mis otros hermanos estaban con vida; y aún guardaba rencor por al abandono de papá hacia nosotros en una situación tan crítica como esa.

Me dejé caer pecho a tierra, y me eché a llorar. Estaba a salvo, y tenía una nueva familia, tenía una nueva vida. Mi nueva madre comenzó a lamer mi cabeza, y mi nuevo padre acarició mi lomo con si nariz; eso era todo lo que necesitaba, una familia nueva.

— Si... quiero quedarme – ambos me sonrieron

— Te daremos un nuevo nombre pequeño... — dijo Aska. Yo asentí.

— Tu nuevo nombre será "Sura", y mañana serás presentado a la manada como un miembro más, como nuestro hijo mayor, ya que eres un par de semanas mayor que Lala.

— Sura... — ese era mi nuevo nombre. Un nuevo nombre, para una nueva vida. 

Tyler había muerto.

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