Él camina sin rumbo por las calles
La lluvia le empapa el cuerpo y el alma.

Ya no le queda nada y al final, solo le acompaña su propio reflejo,

desgastado y cansado.

Los bares reflejan la luz apagada de noches turbias y engañosas.

Él no se deja engañar.

Pero esa noche es distinta, esa noche quería romperse en mil pedazos.

Más de lo que ya estaba.

Y entonces lo decidió, entró al bar.

Caminó hacia la barra y pidió una copa.

También esa noche, la vio con su rostro seductor y su mirada fija.

Fue en ese instante que lo descubrió, si, de forma descabellada lo supo.

Ella reconoció  su secreto y se dio cuenta de que estaba roto y sin nada.

Vio su lado oscuro sus matices destrozados y desde la primera mirada, comenzó a recojer los pedazos y a armar el rompecabezas.

Con paciencia y calma se adentro al laberinto oscuro de su alma maltrecha, acarició su piel con sutileza y le amó hasta el fin.

Ella le devolvió la vida...

Dedicado a mi eterno Santiago. Personaje de Vino tinto.