Capítulo 38º

La música comenzó a sonar y Dylan emprendió el camino por la alfombra de terciopelo rojo del brazo de su madre, quien luego de acompañarlo se sentó en la primera fila junto a la madre de Thomas. Dylan se colocó en el sitio que le correspondía junto al oficiante de la ceremonia, David Tenant, a quien saludó con un gesto de cabeza. Lee y Kaya se posicionaron a su lado, detrás de él. Su padrino y su madrina.

Los nervios no le permitían dejar de sonreír, no sabía qué hacer con su cuerpo. De repente se sentía enorme en aquel traje tan pequeño y solo atinó a enlazar sus dos manos, más impaciente de lo que había estado nunca antes en su vida.

Los hijos de Ava, la hermana mayor de Thomas, comenzaron a llenar el pasillo de hermosos pétalos de rosas de distintos colores.

Y, entonces, apareció.

Y Dylan olvidó cómo respirar.

Thomas vestido de blanco era la criatura más hermosa que O'Brien había visto en su vida. Caminaba del brazo de su padre, estaba ligeramente sonrojado y una dulce sonrisa adornaba sus labios; el universo que tenía por ojos no podía despegarse del hombre que lo esperaba en el altar junto con Kaya y Lee, Will e Isabella.

Una vez que estuvieron frente a frente se permitieron el lujo de volver a respirar... y los nervios, las dudas y las inseguridades desaparecieron.

- Buenas tardes - la pontente voz de Tenant sacó a Thomas de su ensoñación, quien lo miró con los ojos abiertos como platos. ¿Qué estaba haciendo oficiando su boda? Luego dirigió la mirada hacia Dylan, que sonreía travieso.- Estamos aquí para unir en matrimonio a Thomas Brodie-Sangster y Dylan O'Brien. Primeramente, voy a proceder a dar lectura al acta matrimonial: siendo las cuatro horas del día 7 de noviembre del 2016, comparecen quienes acreditan ser Thomas Brodie-Sangster y Dylan O'Brien, al objeto de contraer matrimonio civil en virtud de autorización recaída en el expediente número 15. Quiero hacer constar que se han cumplido todas las prescripciones legales para la celebración de este matrimonio civil, sin que en la audiencia sustitutoria de edictos se haya presentado ni denunciado impedimento ni obstáculo para esta celebración.

Kaya dio un paso adelante.

- Hoy vamos a asistir al compromiso público y formal por el que mis dos personas favoritas del mundo comienzan un proyecto común, un camino juntos. Dos personas que por encima de todo se aman, se quieren, no ocultan sus sentimientos y así lo manifiestan públicamente, sin complejos, con sinceridad y con amor, mucho amor... del cual yo soy fiel testigo. En nombre de todos los presentes a los que represento os deseo, de corazón, todo lo mejor.

Thomas tragó saliva, sin apartar la vista de Dylan, sus ojos comenzaban a humedecerse sin control.

- Procederé a dar lectura a los artículos del 66 al 68 del código civil. A los cuales vosotros estaréis facultados y obligados una vez hayáis contraído matrimonio - Tenant vuelve a tomar la palabra mientras la suave música sigue ambientando el lugar, el momento.- Artículo 66: los cónyuges son iguales en derechos y deberes. Artículo 67: los cónyuges deben respetarse y ayudarse mutuamente y actuar en interés de la familia. Artículo 68: los cónyuges están obligados a vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente. Deberán, además, compartir las responsabilidades domésticas y el cuidado y atención de ascendientes y descendientes y otras personas dependientes a su cargo.

Entonces fue Will quien dio un paso adelante.

- Habéis crecido juntos en este tiempo que hemos tenido el placer de compartir con vosotros, os hemos visto reír y llorar; somos testigos de lo bien que os complementáis. Individualmente sois increíbles, pero juntos sois magníficos. Seríais capaces de parar un huracán o secar un tsunami y de eso soy fiel testigo.

Dylan acarició con suavidad las manos de Thomas para transmitirle tranquilidad, su rubio parecía a punto de sucumbir a todas las emociones que estaba sintiendo.

- Así pues, os pregunto. Dylan: ¿quieres contraer matrimonio con Thomas Brodie-Sangster y efectivamente lo contraes en este acto? 

- Sí, quiero.

- Thomas: ¿quieres contraer matrimonio con Dylan O'Brien y efectivamente lo contraes en este acto? 

Por un momento temió que le fallara la voz en el momento más importante de su vida.

- Sí, quiero.

Pero le sorprendió la firmeza de su respuesta teniendo en cuenta el caos que sentía en su interior.

- Ahora podéis proceder al intercambio de anillos.

Y fue la hija de Julia, la hermana de Dylan, quien se acercó a los novios con las alianzas.

- Yo, Dylan, te tomo a ti, Thomas, como esposo y prometo serte fiel y cuidar de ti en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida.

- Yo, Thomas, te tomo a ti, Dylan, como esposo y prometo serte fiel y cuidar de ti en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida.

 - Yo, David Tenant, amigo de los novios, en virtud de los poderes que me confiere la legislación del estado británico, os declaro unidos en matrimonio. Enhorabuena, podéis besaros.  

Dylan solo tuvo que dar un paso para invadir el espacio privado de su ahora marido, colocó una de sus manos en la mejilla de Thomas con suavidad, dulzura y cariño, después de que sus ojos se cruzaran por una milésima de segundo, selló aquel matrimonio con sus labios.

En ese momento, les llovieron pétalos por todos lados mientras los invitados aplaudían y ellos hacían su matrimonio aun más oficial con su firma.

Continuará...

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