Capítulo 35º
Las siguientes semanas pasan de forma vertiginosa entre arreglos de última hora y los nervios propios de lo que se acerca. La cabeza de Thomas está tan desgastada que ni siquiera es capaz de recordar lo que desayunó esa mañana y probablemente fuera un alivio porque tenía la sensación de que iba a vomitar en cualquier momento.
A dos días de la inevitable ceremonia, Kaya y Rosa lo obligan a hacer una maleta de viaje. Una maleta de viaje. Es decir. Una maleta de viaje a dos días de la boda, ¿por qué? Todo un misterio, pero las muy malditas no quieren soltar prenda así que a las siete de la mañana prácticamente todo el elenco de la película está presente esperando el avión.
- ¿Me vais a decir ya a dónde vamos? - masculla, molesto.- Después de todo tengo que presentar mi billete.
- Ah, sí, lo siento, Tommy.
Dylan y Ki vuelven con los pedidos de todos desde el Starbucks y, cuando llega hasta su prometido, le da el café y un sobre. Thomas alza una ceja al mirarlo y lo toma con desconfianza. Will le sostiene el vaso que por algún motivo tiene corazones dibujados y se dedica enteramente a observar el sobre, pero finalmente lo abre y saca de él un billete. Sus ojos chocolates se abren con una fuerte impresión y sus labios dibujan una O.
Londres.
Están yendo a Londres.
- Es mi regalo de bodas - sonríe suavemente y le revuelve el pelo ya de por sí despeinado.
Minutos más tarde están acomodados en el avión, Dylan sigue repasando pequeños detalles con Ki, Rosa y Kaya. Por algún extraño motivo no lo dejan participar en los preparativos más de lo estrictamente necesario. Sus ojos vagan pensativos por la ventana, observando como la tierra queda atrás y todas las personas se reducen a poco más que diminutas hormigas. Ama volar.
- ¿Estás nervioso?
La voz de Will lo saca de su repentina ensoñación y se obliga a volver al presente, al avión que lo lleva camino a Londres donde celebrará su boda con Dylan en menos de 72 horas. ¿Estarán sus padres y su hermana enterados de ello? Sí, probablemente sí. Dylan lo tendrá todo bajo control, como de costumbre.
- Creo que nunca he estado más nervioso en mi vida y eso es mucho decir teniendo en cuenta los acontecimientos de estos últimos meses - se masajea las sienes suavemente.
- Todo saldrá bien.
- Lo sé, lo sé - muerde ligeramente su pulgar.- No es eso lo que me preocupa.
- ¿Y entonces qué es?
Thomas clava los ojos en los de su amigo, pero se muerde el interior de la mejilla para resistir la tentación de expresarlo en voz alta.
- ¿Recuerdas Doctor Who? - pregunta Will, de repente.
- Perdona, ¿qué? - parpadea sorprendido.
- Me encanta el papel que hiciste en Doctor Who.
- No fastidies, ¿en serio?
- ¿Tienes algún problema? Los capítulos de la hermandad de sangre son de mis favoritos, yo te habría dado un papel más amplio. Estabas adorable - ríe un poco.- Aunque la verdad es que no has cambiado demasiado.
- ¡Oye! - le da un golpe en el hombro.
- Tienes la voz un poco más grave, pero poca cosa.
- Oh, por dios, no puedo creer que estemos teniendo esta conversación - esconde la cara entre sus manos, levemente sonrojado.
- ¿Qué conversación? ¿El secreto de tu eterna juventud?
- No voy a seguir por ahí, Will.
- ¿No?
- No.
- Aburriiiido - lo mira con picardía.- ¿Hablamos entonces de Tenant?
Thomas puso los ojos en blanco y ríe mientras el calor se instala permanentemente en sus mejillas.
- No vas a parar, ¿verdad?
- Dylan me ha ordenado distraerte - comenta, como si fuera lo más normal del mundo.- ¿Y qué mejor forma de hacerlo que hablando del 10th? ¿Está tan loco como dicen?
- Es... - sube los ojos al techo del avión para intentar pensar con claridad.- Brillante, es un actor realmente increíble. Ojalá pudiera volver a trabajar con él.
- Al menos tú ya lo has hecho una vez.
- Hay experiencias que marcan - se encoge suavemente de hombros.
- ¿Un amor platónico?
- Sin duda - sonríe ampliamente.
- ¿Qué decís de un amor platónico? - Kaya tiene la antena puesta y enseguida contagia a Rosa que también gira la cara para mirarlos.
- ¿Amor platónico? ¿Dónde?
- Con Will y Thomas.
- ¿Qué?
Dylan se mueve lo suficiente como poder alcanzarlos con la vista ya que tiene un montón de papeles encima que, a pesar de todos sus esfuerzos por evitarlo, terminan desperdigados por el suelo.
- ¿Tienes un amor platónico y nunca me lo has dicho?
- Nunca me lo has preguntado - se vuelve a encoger de hombros.
- ¿Y quién dices que es?
Thomas se hace el loco.
- David Tenant - responde Will por él.
- ¿¡Qué!? - grita, sorprendido, consiguiendo que todos en el avión, incluidos algunos pasajeros, den un salto en el asiento.- Ahora lo entiendo - masculla, ligeramente molesto.
- ¿El qué entiendes? - pregunta Jacob, sentado junto a Wes algo más lejos.
- Tu madre insistió bastante en que lo invitara a la boda - soltó, como si fuera lo más normal del mundo.
- ¿¡HAS INVITADO A DAVID TENANT A NUESTRA BODA!? - Thomas se pone en pie de un salto, inclinado de forma exagerada sobre el asiento de Rosa.
- ¡SÍ, ESO HE HECHO!
- ¿¡Y HA ACEPTADO!? - alza los brazos al cielo.
- ¡SÍ! - alza también los brazos.
Y todos los demás ríen a carcajadas porque se ven realmente ridículos en el pequeño escándalo que están montando y al que las azafatas acuden raudas como el viento para pedirles por favor que guarden la compostura.
Horas más tarde Thomas está pisando suelo londinense y respira el aire de casa, de su hogar. Inspira suavemente mientras cierra los ojos. No, no es cierto. Su hogar ya no es una ciudad. Su hogar está allá donde Dylan O'Brien esté, su corazón está junto a él. Siempre.
- Bueno - los mira a todos de hito en hito.- Vamos a necesitar una cantidad abrumadora de taxis.
- Exageras, cariño - dirige una mirada al grupo y chasquea la lengua.- O quizás no. Bueno, seguro que harán cola por una buena cantidad de libras. Son tiempos difíciles para los taxistas.
- ¿En Londres? Nunca.
- Estás inusualmente contento desde que te dije quién venía a la boda.
- No puedo evitarlo, no lo veo desde hace años - levanta la mano para intentar parar alguno de los vehículos amarillos.- Aunque he seguido su trayectoria profesional muy de cerca.
- No lo dudo - masculla Dylan.
Una serie de taxis para por fin delante de ellos.
- Me dio pena cuando Matt Smith lo sustituyó - comenta Kaya una vez sentada cómodamente en uno de los taxis.- Pero también ha hecho un gran trabajo.
- Yo definitivamente me quedo con el 9th.
- No, ese es mío.
- ¿El tuyo no era Tenant?
- Todos son míos.
Ponen los ojos en blancos y estallan en carcajadas.
- No sabía que eras tan fan - sonríe Wes desde su sitio.
- Si tú supieras...
- Lo escondes muy bien.
- Soy actor - sonríe ampliamente y da la conversación por terminada cuando vuelve a meter la nariz en una revista de cine.
- Supongo que la dirección es correcta, ¿no?
- Imagino. Dylan está guiando al otro taxista, así que más le vale... o lo mataré.
Así que como Dylan valora bastante su vida en menos de media hora están en el hotel todos juntos, sin perderse. Thomas observa el elegante edificio al bajarse del vehículo. Gira en redondo para observar a su alrededor y localiza el Ojo de Londres y el Big Ben. Bien. No están en ningún lugar extraño. Se gira de nuevo. Dios, ¿cuánto le ha costado a Dylan...? No, no quiere ni pensarlo.
- Bueno, chicos, el resto de los invitados deberían estar ya dentro o próximos a estarlo. Espero que os guste el lugar.
- ¿Es aquí donde celebraréis la boda? - pregunta Wes, a punto de atragantarse con su propia saliva.
- Deberías ver las vistas desde donde vamos a celebrar la boda. Si es que esto te impresiona.
- Espera, ¿has dicho que los invitados están dentro o que están llegando? - Kaya y Rosa van junto a él.
Dylan sube los ojos al cielo.
- Sí.
- ¿Eso incluye a Tenant? - pregunta Thomas que por fin ha despertado de la impresión que le causa el hotel.
- Probablemente.
- ¡Oh, Thomas, vamos dentro! ¡Tienes que presentárnoslo!
Cada mujer lo coge por un brazo y lo empujan hacia las puertas del lujoso hotel.
Dylan sonríe.
- Thomas parece feliz - comenta Will, llegando junto a él.
- Eso es lo que me importa.
Continuará...
n/a: Hola, sí, lo sé. He tenido muchas responsabilidades últimamente y mis estudios son muy importantes para mí, pero por suerte ya he terminado. He aprobado todo y con un poco de suerte el año que viene recibiré beca. Así que... ¡Wiiiiiiiiii! He vueltooooo.
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