Capítulo 34°
ADVERTENCIA:
SE ACERCA UN CAPÍTULO DE GRAN CONTENIDO SEXUAL ENTRE DOS HOMBRES.
Quien avisa no es traidor.
El camino de vuelta no fue en silencio ni incómodo. Durante todo el camino de vuelta, Thomas trató de quitarle a Will el móvil para borrar la foto.
- No, lo que voy a hacer es mandársela a todos.
- ¿¡QUÉ!? ¿¡POR QUÉ!?
- Será divertido.
Sin embargo, mientras trataba de esquivar a Thomas, Will sólo abrió la conversación de una persona.
'En agradecimiento por lo de hoy'.
- Claro que sí. Muy divertido - masculla, sarcástico.- Vamos a ponerle vestidos a Thomas que le quedan endemoniadamente bien...
- Lo has dicho tú que conste - interrumpe Will.
- A ver quién aguanta a Jacob y Kaya después de esto... - bufa de frustración.
-No olvides a Ki, por favor.
- Dios... - se pasa la mano por la cara.
Cuando se dan cuenta ya están delante del ascensor del hotel.
- ¿Quieres que te acompañe a tu puerta? Podrías perderte, princesa.
- Te voy a matar... un día de estos.
- Ya lo acompaño yo, no te preocupes.
Ambos se sobresaltan ante esa voz y al darse la vuelta se encuentran cara a cara con Dylan que los mira con una mezcla de molestia y diversión.
- Me adelanto pues - Will entra en el ascensor y, antes de que el rubio pueda detenerlo, la puerta ya se ha cerrado.
- Hola, Dyl - saluda, inseguro.
El joven sólo se coloca a su lado para llamar al siguiente ascensor. Sin cruzar ninguna palabra más con él, ni tocarlo.
"¿Está enfadado?".
El ambiente en el ascensor se vuelve tenso e incómodo. Thomas mira a Dylan de reojo: parece tranquilo, pero sabe que es una fachada. Pagaría por saber qué está pasando por la mente de su prometido.
Un miedo irracional se instala en su pecho. ¿Y si...?
Pero entonces el ascensor se detiene y las puertas se abren. Nada más salir Dylan lo agarra con tanta fuerza de la muñeca que consigue hacerle un poco de daño y prácticamente lo arrastra (porque camina mucho más rápido que él) hasta su habitación.
"Está furioso".
En cuanto consigue abrir la puerta lo obliga a entrar de un empujón, y choca con una de las paredes del pasillo. Dylan cierra la puerta de una patada y se coloca sobre Thomas, acorralándolo contra la pared, sin dejarle ninguna escapatoria, con ambos brazos en torno a la cabeza del rubio.
Thomas percibe la inestabilidad en el cuerpo de Dylan, en sus músculos contraídos, en la frente perlada de sudor.
- ¿Hola, Dyl? ¿En serio es lo único que se te ocurre decir? - masculla, arrastrando las palabras, sobre el cuello del rubio quien se estremece ante la calidez de su aliento.
- No entiendo qué te pasa - admite con suavidad.
- ¿No? - con su lengua recorre la longitud del cuello de Thomas hasta llegar al lóbulo de su oreja que muerde.- Te voy a dar una pista.
Le pone delante de la cara el móvil desbloqueado con la foto que Will le había sacado ampliada en la pantalla. Dylan tira el móvil hacia algún lugar de la habitación, alguna parte del cerebro de Thomas espera que no se haya roto.
- Eso... e-eso fue... un trato para... - no puede pensar. Las manos de Dylan recorren todo su cuerpo por encima de la ropa, incluso le ha quitado la corbata en algún momento y está jugando con los botones de su camisa.
- No me molesta que te hayas probado un vestido de novia. La verdad es que eso ha sido muy... interesante - admite, colando su mano por el pantalón de Thomas y tocando su miembro erecto. El rubio se estremece de arriba abajo.- Lo que me molesta es que le hayas enseñado esa cara a alguien más que a mí - agarra con fuerza el pene de Thomas, quien suelta un gemido ahogado, sobre los calzoncillos mientras lo besa con brusquedad y pasión.
Al rubio le cuesta tanto seguirle el ritmo que Dylan se separa de él para romper los botones que quedan de su camisa y prácticamente arrancársela del cuerpo. Quita de su camino también los pantalones de Thomas que se tambalea para poder apartarlos mientras Dylan desabrocha el propio.
Thomas está ardiendo. Su cuerpo arde entero. Nunca ha visto esa faceta en Dylan y acaba de descubrir también lo mucho que le excita. Su erección está tan dura que duele y sus piernas apenas sostienen su propio peso.
Vuelve a la realidad cuando Dylan termina de desnudarlo y lo agarra por las nalgas para obligarlo a subir las piernas y enredarlas en su cintura.
Vuelven a besarse con desesperación y Dylan lo coloca de nuevo contra la pared, Thomas suelta un pequeño quejido de dolor y el más pequeño de los dos se separa levemente de sus labios.
- No voy a ser gentil, querido Newtie - secunda sus palabras cuando introduce dentro de su novio tres dedos del golpe para preparar su entrada. Thomas se estremece entre sus brazos y gime, gime de puro placer.
- No lo espero, Tommy.
- Espero que puedas perdonarme mañana cuando no puedas caminar - le susurra al oído.
A la vez que guía su pene grande, duro y muy palpitante hasta el culo de Thomas quien por un momento aguanta la respiración hasta que Dylan lo penetra de una embestida y siente que todo el aire escapa de su cuerpo. Nota también que Dylan se queda estático, un gemido fuerte y ronco ha escapado involuntario de su garganta. Y está haciendo un esfuerzo enorme para controlarse y no seguir, pero Thomas no está de acuerdo.
- Tommy - susurra suavemente pasando los brazos por el cuello del moreno.- Dijiste que no serías gentil.
Y como si esas palabras fueran un interruptor, Dylan vuelve a la realidad. Lo agarra aún más fuerte y mientras devora su boca se dirigen hacia la cama. Donde lo tumba sin cuidado ninguno, cayendo sobre él y empezando a penetrarlo con fuerza y rapidez. Una y otra y otra y otra vez. Los gemidos de placer de Thomas llenan la habitación junto con las exhalaciones frustradas de Dylan que no quiere terminar aún, pero la estrechez de Thomas y el calor del momento hacen su efecto. Así que mordiendo con fuerza el cuello del rubio, apretándole las nalgas tanto que le clava las uñas y con una última embestida hasta el fondo... Dylan se corre dentro de Thomas al mismo tiempo que el rubio se corre sobre su estómago.
A ambos les cuesta recuperar el aire y se quedan un buen rato en esa misma postura. Thomas acaricia el cabello oscuro de Dylan con una mano y con la otra recorre la espalda sudorosa todo lo que alcanza.
Al cabo de un rato Dylan se incorpora sobre sus codos y lo mira fijamente.
- Sólo para mí - lo besa suavemente con cariño.- Dios... - gruñe. Se ha movido levemente y el interior de Thomas sigue arropándolo.- Te haría mío hasta el amanecer...
- Hazme tuyo hasta el amanecer, Dylan.
Thomas alza la cadera y el moreno gruñe desesperado por mantener el control.
Su miembro está duro de nuevo.
- Eres irresistible.
Lo agarra por la cintura y da la vuelta sobre el colchón para colocar a Thomas encima.
- No sabes cuánto te quiero - recorre los costados de Thomas con las manos.- Cuánto temía en realidad que...
El rubio le pone un dedo en los labios.
- Demuestramelo.
Continuará...
n/a: uuufff... que hot me ha quedado todo pooooor favor.
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