Capítulo 26º
Cuando Will se fue Dylan se dejó caer hasta que tuvo la espalda apoyada contra el colchón, la respiración tranquila de Thomas le hacía cosquillas en la nuca y enviaba descargas eléctricas a todo su cuerpo. Inclinó la cabeza hacia atrás, sus ojos observaron el techo que lo había acompañado durante toda su relación con Thomas que, gracias a Dios, de puertas para adentro era totalmente real y cierta. Ambos sabían que, de no haber estado conviviendo juntos, probablemente no habrían podido aguantar toda la presión a la que habían estado sometidos los últimos meses.
Contuvo un suspiro, había un asunto al que llevaba muchísimo tiempo dando vueltas, incluso antes de empezar una relación con Thomas, cuando se dedicaba a fantasear sobre el futuro. Y esa fantasía estaba tan cerca de volverse realidad, había tantas posibilidades... y la verdad era que no había nada que deseara más.
- Thomas - lo llamó suavemente.- Thooomas - canturreó.
Escuchó un gruñido en forma de respuesta y se dio la vuelta para quedar de cara al rubio que aún tenía los ojos cerrados.
- Dyl, por favor, es tarde... ven, vamos a dormir un rato - lo jala débilmente del cuello de la camisa, aún está más dormido que despierto.
- No, Thomas, hay algo que tengo que decirte.
El rubio abrió un ojo legañoso con gran esfuerzo.
- ¿No puede esperar a mañana? - pregunta, esperanzado.
Dylan niega suavemente con la cabeza.
- Está bien... - se coloca boca arriba.- Dame cinco minutos.
Dylan lo observó restregarse los ojos para quitarse las legañas y estirarse como si fuera un gato ocupando prácticamente toda la cama. Se incorporó con gran esfuerzo por el lado en el que se encontraba Dylan, que no parecía querer moverse del sitio. Los ojos chocolates lo observaron con la cara apoyada sobre la palma de la mano que, a su vez, tenía apoyo sobre una de las rodillas.
- Bueno, ya estoy listo. Soy todo oídos.
Dylan amaba la sonrisa de Thomas por encima de todas las cosas y la había echado mucho de menos aquellos tres meses, le había costado un mundo arrancárselas.
- ¿Te haces una idea de cuánto te quiero? - Thomas sintió un escalofrío recorrerle la columna vertebral. Dylan lo estaba mirando a los ojos, muy serio.- No, no lo creo. Principalmente porque aún no han inventado las palabras necesarias para que yo te lo pueda transmitir, aunque intento hacerlo lo mejor que puedo - alzó una mano para acariciarle la mejilla y Thomas soltó un suspiro placentero ante su áspero toque.
El moreno tenía grandes problemas para hilar sus pensamientos y le costaba recordar todo aquello que había planeado decirle en aquel momento.
- ¿Sabes? Pensaba hacer esto por todo lo grande, pero después de estos tres meses me he dado cuenta de que no lo necesitamos - el rubio lo mira sin entender.-Porque da igual el cómo te lo pida, la realidad es que lo único que me importa es tu respuesta y sé que esta no variará por haberme ahorrado todo el circo que pensaba montar.
- Dylan, ¿de qué estás...?
Las palabras murieron en su garganta cuando Dylan elevó una sola de sus rodillas y le mostró una pequeña caja de terciopelo azul abierta que había estado ocultando entre sus manos.
- Sé que puede parecer precipitado, pero hoy lo tengo más claro que nunca. Thomas Brodie-Sangster, tengo bastante claro que querría pasar el resto de mi vida contigo, ¿sientes tú lo mismo?
Los ojos abiertos como platos de Thomas alternaban su atención entre su pareja y el precioso anillo de plata labrado y con un diamante cuidadosamente incrustado que brillaba bajo la débil luz de la mesa de noche.
Abrió la boca, pero de su garganta no salió ningún sonido entendible, tenía un nudo que no parecía querer aflojar su agarre y los ojos comenzaban a llenarse de agua. Se mordió el labio para evitar comenzar a llorar. Dylan sonrió enternecido y le limpió las lágrimas que habían escapado rebeldes con la mano que tenía libre.
Lo vio coger asentir con fuerza mientras cogía su mano y rompía a llorar sin control. Dylan sonrió y besó cada una de las lágrimas que escapaban de sus ojos mientras colocaba el anillo en el lugar que le correspondía.
"¿Puede haber una felicidad mayor?".
Continuará...
n/a: jo... jo... jojojojo... ¡Hola, hola!
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