Capítulo 20º
Es tarde. O temprano. Depende de los ojos que miren. Saben que a la mañana siguiente probablemente estén derrotados, cansados, exhaustos... Pero, aún así, son incapaces de dormir. Dylan está acostado en el centro de la cama con la cabeza apoyada en el brazo brazo, sus ojos perdidos en el techo mientras su otra mano acaricia los suaves cabellos de Thomas, que está tumbado sobre su pecho. De vez en cuando el rubio no puede evitar dormitar.
- ¿Recuerdas la primera vez que nos vimos? - pregunta el menor de los dos, sin esperar realmente que el otro le conteste.- En el set de rodaje, el día que Wes nos citó para conocernos mejor - nota un leve asentimiento por parte de Thomas más por las cosquillas que le hace el pelo rubio en el pecho que por el movimiento en sí.- Aún recuerdo lo primero que pensé sobre ti.
Sus palabras consiguen captar la atención del otro, que alza la cabeza para poder mirar su rostro. Dylan también baja la mirada y se queda embelesado. Por un instante, pierde el hilo de lo que estaba diciendo.
- Por aquel entonces yo estaba todavía con Britt así que me sorprendió y me asustó a partes casi iguales lo... extraterrestre que me pareciste.
- ¿Extraterrestre? ¿De verdad? - no sabía si debía sentirse ofendido, pero el término le había hecho gracia.
Dylan asiente, perdido en sus recuerdos, sin notar el tono jocoso de su compañero.
- Cuando entré en la sala del set tú no me miraste, estabas distraído porque Ki contaba algún chiste. Reías. Y, en un instante de locura, supe que jamás podría olvidar tu risa... que la quería para mí - se sonrojó un poco. Nunca le había contado aquello a nadie.- Quería poseer algo que estaba totalmente fuera de mi alcance: la sincera curva de tus labios y las arrugas que se te forman en los ojos, el brillo de tus pupilas. Me asustó. Muchísimo. Me asustó la intensidad de ese deseo.
- Pero entonces Kaya se dio cuenta de tu llegada y fue a recibirte - continuó Thomas, el recuerdo empezó a fluir con facilidad.
- Cuando me miraste me sentí insignificante, pero también la persona más especial del planeta. Me sentí extraterrestre.
Thomas rió suavemente.
- Y entonces empezaron a pasar los días entre ensayos y errores. Cuando quise darme cuenta te buscaba cada vez que entraba en una habitación, alzaba la cabeza si alguien abría la puerta, trataba de ser el primero en recibirte, corría por los pasillos para llegar hasta tu camerino con la excusa de necesitar un compañero para practicar el guión... - tenía una sonrisa dulce pintada en los labios.- Al final, prefería simplemente estar en el mismo espacio y tiempo que tú a estar con mi novia. No me di cuenta del daño que le estaba haciendo hasta que fue demasiado tarde, aún me duele pensar en ello..., pero a día de hoy estamos bien.
- Britt es muy buena persona.
- Lo sé. Isabella también, por eso... por eso me dolió muchísimo conocerla. Yo sólo quería que fueras mío y surgía un muro tras otro cada vez que intentaba hacerme un hueco en tu corazón. ¿Que podía hacer yo si ya amabas a alguien? No puedes obligar a alguien a que te quiera... - apretó con fuerza a Thomas contra su cuerpo en un abrazo repentino. Besó su cabeza y se quedó en silencio.
Un recuerdo quiso abrirse paso en la mente de los dos.
El día que empezaron el rodaje de "Las pruebas" llegaron a cuentagotas porque estaban dispersos por el mundo, así que cuando se vieron por primera vez después de tanto tiempo fue en el set, listos para sucumbir a las locuras de Wes todos juntos. La alegría del reencuentro era mucho más que palpable aunque habían tratado de mantener el contacto durante el tiempo que estuvieron separados. Sin embargo, Thomas notó que faltaba alguien entre la multitud de clarianos. El clariano más importante de todos. ¿Donde se había metido Dylan O'Brien? Juraría que lo había visto entrar en el lugar antes de que se formara el alboroto. Con una sonrisa se disculpó con los demás y fue en su busca. Tenía tantas ganas de verlo...
Dylan se refugió en el camerino con su nombre. Había pasado todo aquel tiempo haciéndose a la idea de que sus sentimientos por Thomas habían disminuido al estar tanto tiempo sin verse, al sufrir tanto por saber de la feliz pareja gracias a las revistas del corazón. Pero, nuevamente, se había equivocado. En cuanto respiró el mismo aire que él, en cuanto todo su ser fue consciente de su cercanía, en cuanto su corazón comenzó a latir desbocado... comprendió que, si era posible, lo quería aún más. Se vio superado por sus propios sentimientos y tuvo que huir.
Secó las lágrimas con rabia.
- ¿Dylan? ¿Estás bien?
Su cuerpo entero se estremeció al escuchar su nombre pronunciado con aquel irresistible acento.
- Todo bien - respondió con voz ronca y un deje de sarcasmo sin poder evitarlo.
Escuchó la puerta cerrarse. Aún le daba la espalda.
- No lo parece - replicó el rubio que, a aquellas alturas, ya lo conocía bastante bien.
- Dejame un momento, por favor, enseguida estoy con ustedes... - pero sus palabras cayeron en saco roto, ya no lloraba, pero Thomas era demasiado perceptivo.
Se acercó hasta el moreno y pasó los brazos sobre sus hombros para poder abrazarlo, atrayéndolo hasta su propio cuerpo y hundiendo la cabeza en el cuello de Dylan, quien se aferró a aquellos brazos con todas sus fuerzas.
No lloró más, pero la desesperación fue bastante palpable para Thomas.
- No puedo tenerlo, no puedo...
El rubio pudo entonces explicar muchos de los extraños comportamientos de Dylan desde que se conocían.
- Casi me da algo cuando vi la cama que nos había tocado, era como si el destino se estuviera riendo de mí - Thomas también recordaba la exagerada reacción del menor.- Entonces, Bella y tú rompieron - continuó con la historia.- Y la verdad es que no sabía cómo sentirme; estaba preocupado por ti, contento por que estuvieras sólo, pero inseguro porque quería enamorarte.
- Yo ya estaba enamorado de ti - replicó, sonrojándose hasta las orejas.
- Lo sé - sonrió ampliamente.- ¿No es genial?
Lo agarró de la barbilla para poder besarlo profundamente.
- ¿Por qué me cuentas esto, Dylan?
- Porque quiero que nuestros hijos sepan cómo se enamoraron sus padres y estés preparado por si te ves obligado a contarlo algún día.
La convicción y naturalidad de sus palabras hacen que Thomas se incline sobre el definido y bronceado cuerpo de Dylan para mirarlo finamente a los ojos.
- ¿Qué estás tratando de decir?
- Te quiero, Thomas, estoy perdidamente enamorado de ti - dicho en voz alta sonaba aún más profundo que cuando lo repetía en su cabeza.- Quiero estar contigo; quiero crecer y madurar a tu lado. Quiero vivir experiencias inolvidables y crear nuestros propios recuerdos. Te quiero como nunca pensé que podría querer, con una sana locura.
Continuará...
n/a: tengo unas ganas terribles de dejarlo aquí, pero no. Aún quiero incluir alguna que otra cosa y una visión de futuro. ¡Muchas gracias por todos los votos y comentarios en la historia anterior! Me han subido mucho el ánimo, así que espero que este también la guste.
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