Epílogo.

Toda historia de amor tiene un principio, un desarrollo y un final. Cualquier historia es diferente, pero igual a la vez. Tienen similitudes y diferencias, con sentimientos diferentes y actitudes que no son iguales a la que tienen todas las parejas. Unos sienten más que otros y demuestran en cantidades sorprendentes, otros solamente están por convivencia, por el miedo de estar solos. Pero aquí no vamos a hablar de malos amores, acá vamos a hablar de esos que la gente aspira, de esos que todo el mundo quiere y desea. Amores comprometidos, fieles, enamoradizos y que se sienta el deseo que tienen el uno para el otro. Esos amores que tu los ves y dices ¡Quiero uno!...o quizás no para tanto.

Quien iba decir que dos muchachas al azar iban a tener semejante historia.

Fueron testigos de ser elegidas por el mismísimo destino, ya que desde que se miraron la primera vez, en esa biblioteca llena de gente y silencio, sintieron emociones jamás nunca antes encontradas.

Dichoso ese libro jamás leído, dichosa esa pintura que fue pintada en lienzo y que tantos momentos trajo, dichoso esos ojos color miel que tanto sentimientos desbordaron...¡Dichoso ese amor que nació entre dos mujeres! Mujeres completamente distintas, pero iguales.

Una dirigía una biblioteca, en sus tiempos libres se llenaba de libros para leer y pasar un buen rato, sin olvidarse, claro, de su café.

La otra dedicada a jugar con los pinceles sobre lienzos y disfrutar de espléndidas lluvias. Distintas en eso, pero iguales en su forma de amar, en el tiempo que se dedicaban, en las caricias en las que se sometían, en momentos inigualables y besos interminables...pero sobre todo iguales en su forma de entregarse al destino, al amor, de abrazarse y disfrutarse sin contar el tiempo que les restaba. Por qué, para ellas el tiempo no existía, no hacía falta que los minutos o segundos se esfumaran, lo que ellas necesitaban eran otras formas de amarse, por que ya era suficiente con el amor que se daban.

Después de tanto camino recorrido, de inseguridades y sentimientos, quiero decir que al fin ese destino tan esperado llegó.

¿Quien no querría una historia así? ¿Quién no querría una persona que la ame, que le sea fiel, que superen sus peleas? ¡Que haya comunicación! Por que eso es lo importante en una relación. La gran e importante comunicación, que salva relaciones, aunque a veces la destruya. La falta de esta traería problemas, traería corazones rotos y almas destruidas. Por eso es muy importante hablar y aún si todavía el fuego seguía encendido y dando calor a lo loco. Tener el suficiente valor para enfrentarte a esa persona que tanto amas y hablar ¡De lo que sea! Pero hablar al fin y al cabo.

Un suspiro salió de sus labios, mientras que sus pies descalzos sobre el suelo de madera, danzaban hasta el balcón de aquella habitación. Balcón que tenía una sorprendete vista hacia las afueras de su casa. Una sonrisa habitaba en su rostro, y recuerdos que llegaban a su mente como si fueran los últimos segundos de una película. Aquello causaba que esa sonrisa creciera cada vez más y su corazón comenzará a bombear de manera rápida. Su brazo se posó sobre el balcón y codo igual, pero de manera que le permitiera tomar su taza de café.

──¿En que tanto piensas?── apareció una pelirroja por detrás de ella, vistiendo una camisa que la tapaba hasta sus rodilla y avanzando hasta donde estaba Ronnie. La abrazo por la espalda y dejo un beso en esta.

──En todo. En lo nuestro, en lo que pasamos── con una mueca de felicidad ladeo su cabeza para poder observarla mejor y viendo como esta posaba su mentón en su hombro.

──Todo lo que pasamos...── pensó está──...fue muy hermoso, quizás esto se lo podamos contar a nuestros nietos── comentó divertida forzando, sin lastimarla, su agarre a la espalda.

──¿Nietos?── arqueo una de sus cejas y se dio la vuelta, rodeando con uno de sus brazos el cuello de la pelirroja ──Con que nietos, eh.

──Es lo que dije. Nietos. Seguiremos la generación de personas bellezas y cultas como nosotras ¿no te parece increíble?

La pelinegra río un poco para después depositar un beso en los labios de esta ──Me parece...──dio otro pequeño beso──...Magnífico──susurró entre ellos.

──Tienes sabor a café, no sabes cuanto me encanta el café y tus labios. Una caliente combinación── Con un tono sensual se atrevió a volver a besar sus labios, pero a lo último los mordió ligeramente ──No le digas a mis nietos lo último que dije.

──No lo sé, lo voy a pensar── se burló dejando la taza sobre una mesita que estaba ahí ──La idea de tener hijos no me desagrada, aunque tendrán que vivir con una madre que vive con sus hormonas alteradas.

──Empecemos por un par── susurro tomando a la mujer por sus piernas y sentandola sobre el balcón, para que no se caiga la sujeto de la cintura y atacó sus labios de un alocado beso con mordeduras en el medio──Y hablaras por ti con lo de hormonas alteradas ──dijo entre besos sintiendo como las piernas de esta se enredaban a su cintura y sus manos iban a enredarse a su cabello.

──Callate y bésame Volkova.

──A sus órdenes, reina.

El fin de una historia, es el comienzo de otra. Con curiosidades y atrevimientos aprendieron amarse la una a la otra. Quizás esto terminó, pero es el comienzo de algo nuevo, de otro ciclo entre ellas. Nuevas etapas por vivir, nuevos comienzos por experimentar y deseos por intentar, sueños por cumplir.

"No importa cada
regalo que le des,
cada palabra
endulzada que
le dediques.
Lo verdaderamente
importante es que
la enamores como
si fuese el primer
día que la viste"

Entre libros y pinceles se juraron amor eterno.

Una historia creada por @spaceymoonn para que esas personas que se desaniman, vuelvan a creer un poco más en el amor.

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