Cap 2: El desconocido del bar
No me dejo sorprender cuando Jungkook presiona el último botón del panel en el ascensor. El penthouse. Los segundos se hacen largos cuando al final, el elevador se detiene con un pitido cortando la música extraña que odio de los elevadores. Lo sorprendente de este edificio es que las puertas del elevador se abren hacia un vestíbulo. No hacia la puerta del departamento, sino a él. Mejor dicho, aparecemos directamente en él.
Esta vez sí me permito abrir la boca, la sorpresa me inunda al notar que es el departamento más lujoso en el que he estado alguna vez. Todo se ve pulcro, prístino y en orden. Con el piso de mármol y las paredes de color blancas hacen un contraste que envidio.
Permito que tome mi mano mientras me arrastra por el vestíbulo, la sala y el comedor, así cruzamos hasta llegar a las escaleras donde se ve un segundo piso. Esto es un dúplex. Me hace subir las escaleras modernas y de madera hasta mostrar la habitación que no tiene paredes ni puerta. Se ve una cama gigante con mesitas de noche a cada lado. Y un ambiente al lado que parece ser el baño. Ese sí tiene puerta.
—Guau —digo impresionado—. Tienes un piso de soltero que cualquiera quisiera tener.
Estoy de pie frente a él y lo que menos siento es incomodidad. Su atractivo y la magnitud de nuestra química es lo que me ha hecho tomar esta decisión. La decisión de venir a la casa de un desconocido y pasar la noche con él. Jamás lo he hecho, aunque no hay nada mal en esta práctica del sexo casual. Hoy en día el sexo es un tabú tanto como lo es la libertad sexual. Vengo de una familia religiosa y con tantos estándares y prejuicios, mis padres si nos aceptan por nuestros gustos, pero aun asi decidí hacer mi propio camino. Mi hermano también lo hizo, justo cuando ya éramos lo suficientemente mayores como para irnos de casa. Cada uno por su lado, lo cual no fue realmente necesario porque mi hermano y yo hemos estado juntos desde entonces. Claro, hasta que mi novio (ex novio ahora) me pidió ir a vivir con él.
Tener una noche de sexo casual estaba en la última parte de mi lista de cosas por hacer. No por falta de interés o de tiempo, sino porque estaba respetado el tiempo de separación entre Taemin y yo. No fue difícil tomar esa decisión porque una vez fuimos los mejores amigos y esa relación no es fácil de olvidar. Especialmente cuando estaba viviendo con él aún luego de haber terminado. No es fácil mudarse de un sitio a otro. Eso lo sé yo a la perfección. Pero en ese tiempo "separados" pero aún viviendo bajo el mismo techo pude ver lo fácil que fue para él olvidarme e ignorarme.
Yo no soy ni más ni menos. Jamás lo engañé, jamás lo traicioné, y a pesar de que lo que estoy a punto de hacer pareciera que sí, no lo estoy. Quiero disfrutar de mi soltería y sexualidad como me plazca.
—Lo sé. —Sonríe Jungkook quitándose el saco y colocándolo en el perchero de su armario. Dejo mi bolso en la mesita de noche y lo miro. Estoy lejos de estar a su altura, le llego a la barbilla a pesar de estar en zapatos con tacón. Desde este segundo piso se puede ver por la ventana del techo al suelo la gran vista que tiene de la ciudad. Como estamos en la última planta, que viene a ser la treintava del moderno edificio, se puede apreciar buena parte de la ciudad. Como es de noche las luces son el único destello impresionante. Volteo a él, justo cuando siento su mano en mi cintura, que poco a poco va subiendo—. ¿Me dejas probar tus labios? Se ven tan seductores...
No lo dejo terminar, no cuando sus labios están a centímetros de los míos y acaba de soltar una frase que me encendió. ¿Besarlos? Puedes hacer más que eso. Es lo que pienso justo antes de chocar mi boca con la suya, sintiendo el calor de sus manos a mi alrededor. Está tocándome por todos lados y yo solo puedo abrir la boca para recibir su lengua. Este hombre realmente está probándome, saboreándome con ímpetu. Con demasía. Y yo solo puedo recibirlo gustoso. Anhelando el contacto, sus labios y sus manos en cada parte de mí.
Jamás he sido besado así, como si fuera devorado por un hombre. Nunca. Y no es por hacer comparaciones, pero ni siquiera mi ex novio me besó así. Jeon Jungkook me está besando con tanto vigor, tanta potencia y moviendo su lengua al ritmo de la mía que siento cómo me deshago en sus brazos.
Mi centro ya es una laguna y ni siquiera estamos desnudos.
Jungkook está follándome la boca. Así, sin más, solo con su lengua y los movimientos excitantes que tiene en mi boca. Por unos segundos me olvido de respirar, hasta que ya no aguanto más y me separo unos centímetros. Mi respiración agitada imita la suya, nuestros pechos suben y bajan con fuerza.
Sus manos en mis caderas bajan hasta mi polo. Sus ojos mieles me miran con excitación. No dice nada cuando levanta mi polo poco a poco tomándose su tiempo y disfrutando de rozar mi piel. Luego me lo saca por la cabeza y lo tira en algún lugar detrás de mí, haciendo exactamente lo mismo con mi pantalón. Quedó en ropa interior delante de él y no estoy ni un poco avergonzado. Él sigue con su camisa blanca arrugada y desabotonada, mientras que yo estoy con poca ropa y con mis zapatos.
Veo con una sonrisa la tienda que hay en su pantalón. Si está tan excitado como yo entonces esto no durará mucho. Y por mucho que quiera tener sexo con este hombre, también quiero disfrutarlo. No tendré esta suerte dos veces.
Sin quitarme mis zapatos matadores classic wyatt, me agacho al suelo y con mis manos bajo el cierre de su pantalón. Oigo un silbido de su parte, pero yo continúo con mi tarea de desnudarlo como él lo hizo conmigo. Cuando el pantalón queda holgado, lo bajo y este cae al suelo deslizándose por sus piernas. Frente a mí tengo a su dura erección enfundada en un bóxer que le está quedando apretado.
—Sigues teniendo mucha ropa —susurro. Lo veo desabotonar su camisa y abrírsela, pero cuando está a punto de quitársela yo aprovecho su distracción para bajar su bóxer de un tirón—. Ahora sí.
Justo antes que pueda decir algo, meto su miembro erecto en mi boca, mirándolo desde mi altura. Estos zapatos me están matando, y quiero arrodillarme, mejor que estar con todo mi peso sobre mis pies como lo estoy ahora, pero me aguanto. Solo para probarlo. Escucho su gruñido desde el fondo de su garganta cuando lo saco de mi boca y vuelvo a engullirlo. Ahora la fricción es más rápida, moviendo mi cabeza hacia atrás y adelante mientras que Jungkook me toma del cabello para sujetarme contra su erección.
Siento como se hincha en mi boca, estirándose, y yo solo puedo mirarlo a los ojos en medio del vaivén. Eso parece excitarlo porque veo como echa la cabeza atrás unos segundos y se le marcan las venas en su cuello. Cuando me mira de nuevo en sus ojos veo una cortina de excitación tremenda.
—Estoy a punto... —dice entrecortadamente con la voz ronca y gutural. Sé a lo que se refiere, así que me retiro. Su erección sigue potente, no ha disminuido nada. Así que me tomo mi tiempo para quitarme las bragas justo cuando lo veo abrir el cajón superior de su mesita de noche. De allí extrae un condón y lo desliza en su palpitante erección. Sigue con la camisa abierta, y tiene el cabello despeinado. Me paro frente a él y antes que pueda quitarme los zapatos, me detiene. Y con una mirada encendida dice—: Déjatelos puestos.
uffff
Yo aún tengo su sabor en mi boca, pero a Jungkook no parece importarle porque se acerca a mí, completamente desnudo y duro, y me besa. Su erección a la altura de mi vientre.
—¿Estás listo? —susurra contra mis labios, con voz jadeante. Tal y como me siento, no hago ningún ruido o sonido. Asiento imperceptible y lo empujo ligeramente hasta que quede sentado en el borde de la cama. Me siento a horcajadas en su regazo, se toma su tiempo para preparme, cuando ya lo estoy, él con una mano en su miembro se va adentrando en mí—. Mierda, Minnie.
Miro embelesado desde mi posición como su rostro se tensa y cómo abre la boca al chocar mi trasero en sus piernas. Eso significa que está por completo dentro de mí. Me tomo unos segundos acostumbrarme a esta posición debido a la intensidad, y cuando lo hago, subo empinándome en mis zapatos desde el suelo y bajo. Esta vez Jungkook suelta un par de maldiciones en gemidos que yo gustoso recibo. Esta posición es mi favorita.
Es un momento tan intenso que quiero cerrar los ojos para escapar de su mirada abrasadora, pero me mantengo firme, mirándolo perder el control.
—Jungkook... —jadeo sintiéndome lleno. Lleno de él.
Sus manos ahuecan mis pechos mientras yo subo y bajo. El sonido de la piel hace eco en el silencioso departamento. Solo se oyen nuestros gemidos, sus jadeos y la piel chocar entre nosotros. Una de sus manos se clava en mi cadera, apretándome con fuerza, mientras que con la otra masajea mi pezones. Sus manos fuertes y con firmeza se mueven entre mis pezones alternando entre uno y otro. Luego baja la cabeza y chupa mis pezones, deleitándome con su lengua cuando juguetea con ellos.
No estoy borracho, ni un poco, pero bien podría estarlo de él. Todo a mi alrededor es inundado por él. Sus manos en mi cuerpo, sus jadeos en mi oído, su olor en mi nariz y su sabor en mi boca.
—Te sientes tan bien, Minnie —gime en mi oído. El vello de mi piel se eriza al oírlo. Jungkook me toma del cabello y hala, haciéndome estremecer de excitación.
Yo solo lo recibo, hasta que mis movimientos se vuelven rápidos, queriendo alcanzar el orgasmo. Su mano en mi cadera baja hasta donde nuestros cuerpos se unen.
—¿Qué...? —pregunto entrecortadamente casi deteniendo mis movimientos.
—Shhh —me calla con un beso antes de tocar mi punto más sensible y yo me desarmo. Cierro los ojos y no puedo evitar el gemido que sale de mi boca. A él le gusta, porque no deja de clavarse en mí con el mismo ímpetu. Quiere correrse, lo sé, y al parecer quiere que yo también lo haga.
No lo pienso mucho. Cierro los ojos. Mis piernas tiemblan y ahí es cuando siento que el clímax estalla y me alcanza, lanzándome en una nube llena de liberación que me hace jadear del gusto. Disfruto esos segundos cayendo en sus brazos al mismo tiempo que él inunda el condón.
El momento se vuelve incómodo cuando me arrastra en su cama hasta echarse a mi lado. Su mano se une a la mía y las entrelaza. Con disimulo quito mi mano y hago como si me estuviera acomodando el cabello. No quiero acurrucarme con este hombre. Suena tonto luego de haber follado, pero siento que lo que tuvimos fue algo sexual, una reacción a la atracción de ambos, y acurrucarse luego de haber follado es algo que solo hacía con mi novio. Así que me echo por completo en la cama y miro al techo sintiendo mis piernas débiles. Aún llevo puestos mis zapatos y no pienso quitármelos.
—¿Agotado? —pregunta él rompiendo el silencio. No volteo a verlo. Mi mirada está puesta en el ventanal, tiene un balcón, pero tristemente pienso que no podré quedarme mucho tiempo para tener una guía por su casa.
—Ni un poco —digo con altanería y eso lo hace reír. Breve momento después me uno a sus suaves risas.
Siento que la cama se mueve, pero no lo miro.
—Voy a darme una ducha, ¿vienes?
Parpadeo. Giro la cabeza hacia él y veo mi oportunidad.
—Claro, en un minuto. Deja que me recomponga. —Bajo la mirada por su anatomía y sonrió de lado. Tiene una semi erección y eso solo me hace pensar en el segundo round. Bien podría ir con él y volver a follar. Pero no, declino ese pensamiento por muy tentador que sea.
Veo que Jungkook sonríe cuando me pilla comiéndomelo con la mirada. Su sonrisa extensa muestra aquellos hoyuelos y yo tengo que girar la cabeza para no caer en la tentación de ir tras él. Escucho que camina al baño y abre el grifo de la ducha.
Aprovecho mi oportunidad y me levanto, me quito los zapatos para no hacer ruido y cojo mi ropa del suelo para ponérmela de vuelta. Con mi bolso en mano bajo las escaleras en completo silencio. Presiono el botón del ascensor en su vestíbulo rogando que no suene. Lo hace, pero yo entro rápidamente y presiono la planta baja, el primer nivel. Como es de madrugada nadie más sube así que soy el único en él hasta llegar abajo. Me pongo los zapatos antes de salir y me despido del hombre tras el mostrador del vestíbulo que me mira con curiosidad. Debe preguntarse qué me pasó. En el espejo del ascensor traté de peinar mi cabello y limpiar mi maquillaje corrido. Parezco recién follado y eso no es bueno.
Tomo un taxi de regreso al departamento de Tae, y mío, antes de que el reloj dé las tres de la mañana. Antes de entrar no esperaba ver a mi hermano despierto, así que me quito los zapatos para no hacer ruido y caminar de puntillas, pero me sorprende verlo en el sofá sentado de piernas cruzadas con el televisor encendido.
Ni bien escucha la puerta cerrarse voltea a verme.
—Ajá. —Alza la ceja y sonríe—. Supongo que tuviste una buena noche.
Acomodo mi cabello, retrasando decirle lo que realmente pasó. A mi hermano no le puedo ocultar nada. Por dos cosas; el sabe leerme, y la segunda es que es mi único mejor amigo y confidente.
—Depende de tu definición de buena noche —digo tratando de no reírme cuando abre los ojos con sorpresa. Dejo caer mis zapatos al suelo y me echo a su lado en el sofá, inclinando mi cabeza en su regazo.
—¡Follaste! —grita en mi oído inclinándose y haciendo que levante la cabeza por su brusco movimiento. En su rostro hay una sonrisa divertida y en sus ojos verdes un brillo—. ¡Sacaste al clavo de Taemin!
Hago una mueca y me tapo la cara.
—Como si eso fuera tan fácil... —murmuro referente a mi ex—. No puedo parar de pensar en él si me lo mencionas a cada rato.
La frente de Tae se arruga.
—Lo siento, ya no lo nombraré. —Levanta su dedo pequeño y me fuerza a levantar el mío para unirlos. Luego su expresión seria cae y vuelve a ser el Tae emocionado—. ¡Ahora sí, cuéntame! ¿Cómo fue? ¿Te folló bien? ¿Es guapo? ¿A dónde fueron, te llevó a un hotel, verdad? ¿O a su casa? ¡Habla, Minnie!
Su grito final me hace fruncir el ceño.
—¡No puedo hablar si lo haces tú! —Se me queda mirando—. Ya, ya, te voy a contar todo. ¿Quieres la versión larga o corta?
—Tu versión. —Su respuesta es rápida. Así que yo me ensarto en una larga conversación donde le cuento absolutamente todo, desde que llegué al restobar hasta que horas después cuando salí del departamento del extraño. Omito detalles como su nombre, su dirección, y por supuesto, su increíble departamento. El escucha atentamente sin interrumpirme, excepto para los efectos dramáticos como exclamaciones o gritos, y al finalizar el relato el me mira boquiabierto.
—En serio, ¿no me dirás nada, Tae? —pregunto ahora que estamos de nuevo con la seriedad. Amo a mi hermano y es el único al que le pediría consejos.
Él parece entender el motivo de mi pregunta porque pone una mano sobre la mía.
—Soy tu hermano minnie, y no soy nadie para juzgarte. Eres libre de hacer lo que quieras con quien quieras sin miedo a que alguien diga cosas sobre ti. ¡Qué se jodan los que juzgan! —dice repitiendo lo que yo una vez le dije hace varios años. Sonrío encantado—. Solo que no debiste salir corriendo así.
Borro mi sonrisa.
—¿Qué tal si era el amor de tu vida y nunca más lo vuelves a ver?
—El amor de mi vida está encerrado en un jodido libro y no follándome borracho en su cama.
Tae me golpea el brazo, sin fuerza.
—Ahora yo tengo dos noticias que darte, prepárate, una buena y una mala. ¿Cuál quieres escuchar primero?
—La mala —digo rápidamente cruzándome de piernas en el sofá —El lunes empiezas a trabajar.
—¿Y la buena? —pregunto confundido.
—Ah sí. —Se encoge de hombros—. La buena noticia es que te conseguí trabajo en la editorial Jeon's. Hablé con mi jefe y leyó el CV que me diste. Por tu experiencia y buen desempeño te contrató. Y también porque eres mi hermano.
Me rio
—¡Esa es una buena noticia, Tae, ambas lo son!
—Creí que no querías empezar a trabajar la próxima semana...
—Necesito dinero para vivir. Por mí, empezaría a trabajar ahora mismo.
—Creí que esta noche ya lo hiciste.
Agarro el cojín en el que estoy apoyado y se lo tiro a la cara. Luego bostezo con fuerza, sin taparme la boca y ganándome un golpe con el cojín en la cara.
—¿Y a ti cómo te fue en tu noche de copas con tus colegas del trabajo? —Me llevo una mano a la cara frunciendo el ceño—. Mierda, dentro de poco ahora serán también mis colegas.
—Si les caes bien... —Entrecierro los ojos—. Me fue bien, tomamos poco alcohol, ya sabes, no es bueno emborracharte en frente del jefe. De los jefes —se corrige.
Sé que el tiene dos jefes, y que trabaja en la editorial Jeon's como corrector de estilo, al igual que yo. Tomamos las mismas clases cuando terminamos la secundaria. En esos años fue cuando ocurrió la gran pelea y nuestra familia se disolvió. No tuvimos muchas opciones al momento de estudiar, así que optamos estudiar un par de cursos de lo que más nos gustaba. Ambos amamos leer, así que la elección no fue difícil. Primero estudié yo, y luego el. Cuando me fui a vivir con Taemin no perdimos la comunicación ni la confianza, así que sé todo sobre él, como el todo de mí.
—Ni que sepan que eres un borracho mal hablado, te despedirían al segundo —digo levantándome del sofá y recogiendo mis zapatos. Veo que su mirada va al televisor un momento y luego a mí. Yo no sé leer muy bien a la gente, pero sí a mi hermano. Y lo que sea que esté rondando por su mente me lo contará en su debido tiempo. Sé que está ocultando algo, lo noté por lo anterior cuando no entró en detalles con la noche de copas con sus jefes y por el movimiento de sus manos con nerviosismo mientras hablaba. Dejaré pasar el tiempo y eventualmente me lo dirá, no lo presionaré. Nunca lo hago.
Beso su cabeza
—Me iré a bañar, Tae, hasta mañana. —Miro el reloj en la pared del comedor, justo al lado de la entrada a la cocina donde conecta una isla. Niego con la cabeza al notar el rápido paso del tiempo—. Hasta más tarde.
Son más de las tres de la mañana y yo no sé cómo puedo estar de pie. Tae apaga la televisión y se va a su habitación, la del fondo del pasillo, y yo voy a la mía. Este departamento es pequeño, perfecto para que vivan dos personas con comodidad. Y cada habitación tiene su propio baño, por lo que cierro la puerta de la mía y al instante cierro los ojos. No quiero ver las cajas que aún están allí, pero eso no las hará desaparecer. Escaneo el suelo y suelto un suspiro agotador, esto me tomará mucho tiempo. Primero decido tomar un baño y cuando estoy limpia y con el pijama puesto procedo a sacar las cosas de las cajas y ponerlas en su lugar. Lo único bueno es que la mitad de las cosas ya están en su sitio. Quiero estar totalmente instalado aquí antes de empezar el nuevo trabajo que Tae me consiguió.
Esto realmente se siente como una nueva vida; como un nuevo comienzo. Es como un nuevo yo viviendo su antigua vida. La vida antes de enamorarme.
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