Las cosas que más tememos
ya nos han ocurrido en la vida
Robin Williams

Buenas! Estoy por aquí otra vez no mucho después de la carta anterior, aunque ya sabes que siempre quiero decir como mil cosas a la vez pero cuando vengo a escribirlas es como si las palabras no alcanzaran para tanto que me queda por expresar(te). Normalmente escribiría esto con fechas o algún orden en especial pero ya teniendo que resumir esto cosa que es suficientemente difícil, lo de las fechas es un tema personal aparte que seguro tendrá que ver con lo que a continuación está escrito en la carta.

No hay manera sencilla de hablarte de mis miedos si todos los conociste cuando me encontraste y yo a ti, me vacié entera de ellos, vivo combatiéndolos a diario aún y no estoy muy segura de si aparecieron cuando te vi brillar por primera vez o si ya vivían muy dentro de mi solo que no habrían hecho su entrada para entonces. Por supuesto que no te culparé de lo que me carcome por dentro ni mucho menos del que yo permita que continúen haciéndolo, es más que complicado hablar de los miedos y en este caso no solo de los míos, que difícil es entender nuestras inseguridades y más aún intentar caminar con el peso de ellas en la espalda >Cada Jodido Día<; cómo me gustaría mentir diciendo que ya superé algunos de ellos pero eso no es correcto y menos con las ganas impulsivas que tengo de sincerarme contigo.

Vivo a diario con mis miedos bajo la almohada, no concilio fácil el sueño porque me paro a pensar y siempre termino reprochándome alguna situación, mis miedos me siguen atacando como seguramente lo hacen contigo los tuyos, no podría contar la manera en que cada uno de ellos se ramifica y definitivamente me pregunto como carajos hacemos todos para vivir angustiados con algo así. Es cierto que los miedos se afrontan combatiéndolos sin embargo la mayoría del tiempo nos falta el coraje para irnos de frente, yo sigo algo abrumada por como mis monstruos aún me siguen y toman decisiones por mi afectando totalmente mi entorno y muy posiblemente mi cordura.

Es difícil vivir tranquilo aún sabiendo que estarán ahí para susurrarte cuando cedas al miedo.

Pero no todo es malo, aunque todo eso ha sido parte de mi difícil conexión contigo esos monstruos enormes también me han impulsado, no puedo agradecer lo malo porque sí dolió pero sí puedo agradecer el hecho de que esas situaciones hayan cambiado el rumbo de mi historia. Estoy aprendiendo a perder el equilibrio y reírme de eso, a que puedo ser más fuerte que mis dudas más sin embargo algunas veces flaqueo al pensar en que titilarás, sigo intentando perdonarme por ciertas cosas y trato de no pensar tanto en otras. Es imposible contarte sobre mi vida desde que no apareces a diario en el cielo y no comentarte que uno de mis miedos más grandes es que no vuelvas a aparecer tú mi estrella confidente, pero también deseo aceptar que no llevo el control de todo y muchos otros consejos que ya están de más, total la vida es una sola como para tenerle miedo a fallar cosa imposible de no cometer.

Y aún siendo así ciertas veces me caigo para no levantarme, tal vez algún día pueda ser más como tu y no rendirme, siempre lo quise y lo querré. No te cansas de brillar y eso, es verdaderamente asombroso.

"No temas cuando todo se ponga oscuro, recuerda que en la oscuridad es cuando brillan las estrellas"
-La oscuridad entre las estrellas

Otra vez aquí sin concluir en lo absoluto y con mucho más que decir, espero que conserves esto que en alguna madrugada mirándote en la oscuridad escribí inspirada en ti.

(No) Me despido, es un placer verte brillar desde este escritorio, De: Dannae Peterson; Para: La Estrella que alguna vez vi pasar