twenty nine ──── vampire side
─────────── CHAPTER TWENTY NINE,
VAMPIRE SIDE ───────────
Los dos caminaron al campo abierto, tan grande que Sakura pensó que como no pudo darse cuenta que existía. Varias mesas estaban llenas de armas y el camino estaba obstaculizado por trampas que supuso que sería para los cambia formas.
── ¡Patea el trasero de mi primo! ── Warren gritó desde las gradas.
Sakura rio, eliminando toda la tensión de sus hombros. Se enfocó en mirar a su alrededor para ignorar al resto de estudiantes que se aglomeraron para ver mejor la pelea entre los dos portadores de magia.
Una vibración hizo que la chica se detuviera y notara las paredes transparentes que surgieron, encerrándolos como una caja o simplemente estaban protegiendo al resto de los hechizos que iban a lanzar.
── Se bajarán en unos minutos ── habló Silas, también fijando su vista ── Nunca me ha gustado, solo me ponen de mal humor.
── Dime algo que no te ponga de mal humor ── dijo la chica, divertida por la mueca fastidiada.
── La biblioteca ── respondió antes de ponerse a suposición.
── El primero en darse por vencido será el perdedor ── habló el profesor por medio de los parlantes ── Tendrán quince minutos para vencer a sus oponentes o se declarará un empate, ¿entendido?
Sakura asintió y alzó su pulgar, confirmándolo con una media sonrisa.
── No seré suave solo por que seas mi protegida ── Silas expuso, quitándose la bufanda de su cuello en un solo movimiento.
── No lo necesito ── ella repuso, amarrando su cabello en una coleta alta.
Los dos se miraron fijamente, la diversión brillando en sus rostros y fue cuando comenzaron a murmurar hechizos. La magia de Silas salió en tonos rojizos, asombrando al resto ya que era muy extraño y que solo podía verse en aquellos que tomaron un poco de poder, en cambio, la de Sakura salió completamente blanco, demostrando su pureza y de dónde provino.
Ambas chocaron como electricidad, explotando varias cosas a su alrededor e intentando llegar a su oponente. Con su otra mano, Silas creó una gran bola de energía, demasiada poderosa y dolorosa si llegara a tocar a cualquier persona.
Sakura sonrió, sabiendo que a su amigo le gustaba jugar con la energía. Soltó su magia para crear un gran escudo a su alrededor antes que la bola chocara contra ella.
Al tocarla, explotó, creando caminos de energía similar a los rayos junto a varios torbellinos de aire que arrancaron diversos obstáculos, pero no hirió a nadie. Sakura supo que era su momento de atacar, alzó sus brazos al cielo, murmurando un hechizo rápido y un rayo salió disparado al pecho de Silas.
El chico utilizó su velocidad vampírica para moverse, se asombró del impactó de aquel rayo que pulverizó el lugar, dejando un gran agujero oscuro.
── Eso fue rápido ── comentó el chico, caminando alrededor de su antigua posición ── Me hubieras matado.
── Tampoco exageres ── ella replicó, riendo levemente ── Eres vampiro, sabía que te moverías.
── ¿Y si no lo hubiera hecho?
── Te hubieras sentido orgulloso de saber que pude ganarte ── musitó con una sonrisa engreída.
Él ladeó la cabeza, meditando ── No sé si sentirme ofendido o sorprendido de tus palabras.
── Mejor feliz, estoy aprendiendo a pesar de estar horas encerrada con el vampiro amargado.
Silas la observó, aguantando una risa que quería salir de sus labios hasta que vio al resto de estudiantes, desafiándolo a que hiciera su próxima movida.
Sakura notó su indecisión así que tomó la oportunidad. De sus manos surgieron dos bolas de fuegos, moviéndose alrededor como serpientes y las dejó ir directamente al chico que, con un escudo, hizo que se desviaran a las paredes donde se alzaron como cortinas y se extinguieron en unos segundos.
── Supongo que las quieres de vuelta ── él habló, alzando sus brazos.
Sakura se protegió, sintiendo apenas el ardor de aquel fuego azulado que salió del chico. Ese era el peor y que no podía manejar por la cantidad de energía que requería.
── Maldición ── susurró, agitando sus brazos para eliminar la molestia.
El suelo empezó a temblar bajo los pies de la chica, asustándola por unos segundos. Se centró en Silas y la sonrisa engreída que creció en su rostro haciendo que una molestia creciera en ella.
Miró el cielo, murmurando una simple palabra ── Tonitrua.
Varios relámpagos aparecieron en el cielo, alumbrando en medio de la oscuridad que apareció. Sakura dirigió sus brazos al suelo junto a Silas y varios rayos se estrellaron, quemando su alrededor.
── Oh, eso es jugar sucio ── él dijo, fingiendo decepción.
── No hablamos de reglas ── se excusó, levantando las manos con inocencia ── ¿Quieres poner alguna?
── No, también quiero jugar de esa forma ── sonrió.
Un anillo de fuego creció en el campo, rodeándolos a los dos. El calor los envolvió, haciendo que caminaran alrededor, intentando buscar un modo que nos lo quemara.
── Silas, no te sobrepases ── habló el profesor.
Sakura lo ignoró, sintiendo la competitividad crecer en ella ── Eso no me detendrá ── le dijo, sonriendo.
── ¿Sí? ── cuestionó él, alzando sus cejas.
Sin perder tiempo, ambos comenzaron a lanzar hechizos de ataques creando un gran caos cuando chocaron entre sí. Impactaron entre ellos, ocasionando que varios de ellos fueran directos a las paredes, repeladas antes que golpearan al resto de los estudiantes.
Silas se fue acercando, siendo cuidadoso para que la chica no se diera cuenta de sus intenciones.
Levantó una gran cortina de polvo, impactándolo en su rostro para tomar los brazos de Sakura, hizo que girara y la puso contra su pecho, manteniéndola prisionera.
── Falta poco para que terminemos. ¿Por qué no te rindes y dejamos esto por la paz?
Ella negó, soltando una risa── Todavía tenemos unos minutos, no vamos a desperdiciarlos.
Del cuerpo de Sakura salió un escudo en forma de luz, lanzando a Silas varios metros hacia atrás. Oyó varias exclamaciones de sorpresa e incluso un murmuro entre los estudiantes que la hizo arrepentirse de su acción.
Giró, mirando la espalda de Silas agitarse con rapidez ── ¿Estás bien? No quise hacerlo, solo salió...
Silas se volteó, observándola con sus ojos rojizos. De vez en cuando siseaba, mostrando sus colmillos y con eso, enseñaba a todos que estaba realmente enojado.
Sakura sintió miedo, viéndose reflejada en aquellos ojos que parecían ajenos a los verdosos que tanto le gustaban. Un escudo se puso a su alrededor cuando Silas hizo uso de su velocidad vampírica para llegar a ella, golpeándolo fuertemente para querer traspasarlo.
── Te miras un poco aterrador ── ella le dijo, entrecerrando sus ojos ── Prefiero tu otra versión, más egocéntrica y soberbia.
── ¿No crees vencer está versión? ── cuestionó, una sonrisa tirando de sus labios pálidos.
── No te conviene hablar estando en tu modo vampírico, ¿no lo puedes cambiar a brujo insoportable?
El comentario no le agradó ya que Silas comenzó a golpear el escudo, sus puños creando un gran estruendo que daba dolor a todos los oyentes con solo oír los crujidos.
El escudo fue destruyéndose poco a poco hasta explotar en pequeños cristales. Sakura se agachó, refugiándose entre sus brazos antes que la lastimaran. Rápidamente se levantó, recordando con quién estaba peleando, el chico daba pasos lentos, dando segundos de miedo.
── Conteram hoc stultus est ossa ── murmuró la chica, repitiéndolo varias veces.
Un gruñido brotó de los labios de Silas al caer al suelo por sus piernas rotas. Reparó todos los huesos con un solo movimiento sin inmunitarse por el dolor.
── Siempre odie ese hechizo, aunque lo has perfeccionado ── dijo, dando un último estirón.
── No lo sé, a mí me parece muy bueno ── sonrió, encogiéndose de hombro.
── Veamos si este te gusta. Bombarda ── murmuró con una sonrisa en sus labios.
Una pequeña explosión hizo que Sakura saliera volando varios metros, cayendo sobre su espalda. Tomó varias respiraciones, alejando los puntos negros que aparecieron en sus ojos.
Un sabor extraño apareció en el interior de su boca, pasó sus dedos, manchándose de sangre. Miró a Silas, sintiendo el enojo abarcar todo su cuerpo, su mente se nubló con una sola idea que fue difícil de eliminarla.
── Silas, Sakura, tranquilícense o los sacaré ── sentenció el profesor.
Sakura lo ignoró, dejándose llevar por el deseo que solo su magia podía cumplir. Sus ojos oscuros desaparecieron tras una capa blanquecina y sintiendo el deseo de exponerse tal como lo sintió cuando Gin tomó su cuerpo.
Fue demasiado tarde para retractarse cuando empezó a levitar en el aire. Silas sonrió, llenándose de ese poder y encendió ese fuego en su interior, sus ojos cambiándose a blancos y dejando que su cuerpo se alzará.
Sin intercambiar ni una palabra, la magia de ambos salieron para luchar por sí solos, colapsando como dos rayos y quemando su alrededor. Varias lenguas de fuego salieron de Sakura, serpenteando por todo el espacio en búsqueda de destrucción.
Las paredes empezaron a temblar bajo la presión al igual que la tierra. El aire se agitó, creando pequeños tornados que fueron convirtiéndose en huracanes, pero apenas estaba iniciando, dejando que su cuerpo solo fuera una marioneta para el verdadero rostro.
Antes de poder abrir su boca para dejar salir toda clase de hechizos, Sakura cayó dolorosamente al suelo, quejándose por la presión de su pecho. Tuvo que toser varias veces para recuperar ese aire perdido y darse cuenta de lo que estuvo a punto de hacer.
Un humo blanquecino empezó a retroceder conforme el entrenador entraba, su mirada delatando el enojo y la molestia que cargaba.
── Los quince minutos han pasado ── él habló, señalando el gran reloj ── Fue un empate.
Silas se levantó en un rápido movimiento, limpiándose la sangre seca de una herida que se abrió en su mejilla. Sus ojos seguían rojos, mostrando que no estaba totalmente en su mejor estado.
── No me agradan los empates ── siseó entre dientes.
El chico, sin pensar en sus acciones, corrió directamente al profesor queriendo acabarlo por su decisión. Sakura puso una protección entre ambos, deteniéndolo.
── Ya puedes volver a recuperar tu humanidad, hermano perdido de los Salvatore ── le dijo, intentando aligerar el ambiente ── Si atacas a un profesor, van a mandarte a detención.
── ¿Y crees que es lo más importante en mi vida ── replicó duramente ── ¡Tú pequeña...!
Cansada de que Silas siguiera en su papel vampírico, Sakura movió sus manos, quebrando el cuello del chico y dejándolo inconsciente.
── Eso podría tomarse un triunfo ── rio el profesor, viendo la mueca de arrepentimiento en la chica.
── ¡Oh, nunca la había pasado tan bien en clases! ── celebró Warren tras las paredes de protección.
── ¿Qué hay de tu primo? ── Edvina le recordó, divertida.
── También me preocupo por él, tampoco soy tan insensible ── negó ── Cuando anda en modo vampírico, queriendo drenar sangre, todos deberían de temerle.
── Dímelo a mí ── masculló Sakura, moviéndose incómodamente.
── Lo hiciste muy bien ── la felicitó el profesor ── Muy pronto serás una sola con la magia y así, portaras apropiadamente el apellido de los O'Higgins.
── Gracias, ni siquiera sé cómo hice todo eso.
── Puede ser que la magia se haya liberado un poco por si sola ── explicó, rascando su mentón pensativamente ── Como dije, cuando llegues a conectarte por completo, eso será lo más fácil que podrás crear. Ahora, sigue practicando, todos tienen esperanza en ti.
Ella sonrió, asintiendo ante sus palabras. Con un solo movimiento, cargó el cuerpo de Silas, abriéndose paso entre el resto mientras gritó que los coyotes seguían para la siguiente lucha.
── ¿Cuánto tiempo tardará en recuperarse? ── cuestionó la chica, cruzando sus brazos.
── Unas dos a tres horas ── Edvina le respondió ── No recuerdo cuándo fue la última vez que le rompieron el cuello de esa forma.
── ¿Debería de huir del internado o volverme invisible?
Warren río, desordenando el cabello de Sakura ── Lo mejor será que le des su tiempo para apaciguar su enojo, pero sobrevivirás. Fue un empate, va a querer una revancha y para eso, te necesita viva.
Edvina gruñó y le propinó un golpe al chico, negando con decepción.
── No des miedo innecesario ── lo regañó ── Silas no va a enojarse, Sakura. Sabrá que fue necesario, siempre hay que detenerlo cuando anda en su fase "oscura"
── ¿Sucede a menudo?
── Solo cuando la pelea sale de control. Es probable que el golpe lo haya hecho activar ese interruptor ── pensó Edvina ── De todas formas, sabrá que le romperás el cuello nuevamente si se comporta como un idiota.
── ¿Podrías hacerlo cuando me esté molestando? ── Warren preguntó inocentemente.
── ¡No lo utilizaras para beneficio propio, Warren Miller!
── Silas ── susurró una voz dulce.
El chico alzó su rostro, encontrándose la mirada de Sakura que lo miraba tan suave que sintió que en cualquier momento se derretiría. Él sonrió, viendo como una sábana apenas cubrió su cuerpo desnudo, pasó un dedo por su cuello, amando sentir bajos sus dedos el latido.
── ¿Sí? ── musitó tan bajo que apenas pudo oír su voz.
Ella se inclinó, juntando sus labios con una sonrisa que fue imposible de esconder. Movió sus labios tímidamente hasta encontrar un ritmo que se apropiara a ambos. Silas la sujetó, poniendo sus manos en su cadera para facilitar su camino.
Silas podía sentir la necesidad recorriendo por todo su cuerpo, un sentimiento que, con solo pensarlo, podía sentirse satisfecho. Nunca había querido tocar tanto a una persona como aquella chica, con solo su olor estaba enloqueciendo.
Sakura gimió, cerrando sus ojos cuando Silas depositó sus labios en su cuello, tomándose su tiempo para sentir su latido, tan fascinado por ese sonido que delataba su emoción.
── Puedes hacerlo ── ella le susurró, sosteniéndose por los hombros del chico ── No me molesta.
Él la observó, maravillado por sus palabras. Sus ojos verdosos brillaron con solo pensar en poder morder su cuello y tomar un poco de esa sangre fresca que recorría por el cuello.
Silas no dudó en aceptar su propuesta, después de todo, no podía negarse. Enterró sus colmillos en el cuello delgado y blanco de Sakura, tomando la sangre más dulce que había probado en toda su vida.
Hizo que la chica se sentara para sostener la parte trasera de su cabeza e inclinarla un poco para que la sangre corriera con más rapidez. Estaba satisfecho, lleno y saciado cuando terminó, se separó para mirar la belleza de Sakura.
La sangre cayó por todo su cuello y en medio de sus pechos desnudos, dándole una imagen más excitante para Silas. Sus ojos estaban más oscuros y la sonrisa en sus labios solo hizo que se inclinará, mordiendo el otro extremo de su cuello.
Ella gimió, excitada y embriagada por la sensación que solo la mordida podía otorgarle. Sus uñas pasaron por la espalda de Silas, rasguñándolo por completo.
── ¿Quieres más? ── él preguntó, pasando su lengua por las gotas que caían.
Sakura asintió ── Es lo que más deseo.
Silas sonrió y se inclinó, besándola. Sus labios, suaves y cálidos, se movieron al mismo tiempo que los suyos, envolviéndose como uno solo.
── Espera ── ella lo detuvo, separándose.
Silas la miró, confundido por su reacción. Sakura miró a su alrededor, intentando encontrar la razón del por qué interrumpió su momento.
── ¿Qué sucede? ── él preguntó, pasando sus manos por las piernas de la chica.
── ¿Tú... tú oyes ese sonido?
Silas frunció sus cejas, mirando la habitación. Solo oía sus respiraciones, los latidos frenéticos de su acompañante y el sonido que provocaba sus movimientos, pero nada más. Todo estaba oscuro a excepción de la lámpara que los iluminaba.
── No hay nadie, solo estamos los dos ── dijo, intentando tranquilizarla.
── No, estoy segura de haber oído algo ── negó, agitando su cabeza con molestia ── Estamos solos, ¿no?
── Si, solo tú y yo ── respondió, dándole una suave sonrisa ── No hay nadie más en la habitación, puedo asegurártelo.
── ¿Seguro? ── insistió, un mal presentimiento recorriendo su cuerpo.
── Debe ser la pérdida de sangre. Debes descansar ── propuso con suavidad.
Le dio un corto beso, intentando quitar la molestia en su rostro y acarició su cabello, alejándolo de las mordidas que sanaban rápidamente. Ella se acostó a su lado, pasando sus dedos por el rostro del chico, le gustaba hacer ese pequeño gesto para recordarlo.
Antes de poder cerrar sus ojos, los dos oyeron como una voz llamó a Silas, como un susurro.
── Alguien te está buscando ── ella murmuró con cejas arqueadas.
── Si, eso creo.
Silas se levantó de la cama, acomodando la sábana para cubrir la desnudez de Sakura. Fue directo a la puerta, sintiéndose repentinamente extraño de donde se encontraba y lo que acababan de hacer.
Aún así, giró para ver a Sakura sentada en la cama, limpiando la sangre seca con la sábana. Ella sonrió cuando notó la mirada del chico que la volvía loca.
── ¿Qué ocurre? ── cuestionó.
── Nada ── negó él al instante ── Solo... ya vengo ¿sí?
Sakura asintió energéticamente ── Aquí te espero.
Silas abrió la puerta, dejándose absorber por toda la oscuridad y en segundos, abrió sus ojos, encontrándose en la habitación de enfermería, el lugar menos pensado.
── Silas ── oyó a Warren llamarlo, casi cerca de su oreja ── Si no despiertas, voy a quemar todas tus bufandas── lo amenazó, haciendo gestos extraños con sus manos.
── Voy a quemarte a ti si te acercas a mi ropa ── él gruñó, rodando los ojos.
Warren sonrió, satisfecha de haber cumplido su propósito. Agarró una de las sillas, sentándose cerca de la camilla.
── ¿Cómo estuvo tu sueño, primo?
Por primera vez, Silas agradeció tener control de sí mismo. Los años de entrenamiento no fueron en vano y pudo mantener tranquilo los latidos de su corazón que apenas podía latir por el veneno vampírico.
No podía delatarse a sí mismo y menos con Warren a su lado. El sueño se sintió tan real que aún pudo sentir el sabor de la sangre en su boca y esos labios, sin duda la mejor parte.
── ¿Sakura me quebró el cuello?
Él asintió ── Fue una jugada bastante inteligente. Ibas a atacar a un profesor, de nuevo.
Silas bufo, poniendo su brazo encima de sus ojos con cansancio ── Todo el internado sabe que no soy bueno en las peleas. Les gusta que dé un espectáculo y siempre termine en detención.
── Según oí, la directora pidió estrictamente que te escogiera a ti ── Warren contó, encogiéndose de hombros ── El profesor discutió, pero no sé pudo negar, supuso que Sakura iba a hacer la única que te detuviera.
── Esa mujer está jugando con alguien a quien nadie puede controlar y una bruja humana que comienza a entender la magia, pudo haber sido peor ── siseó, imaginándose todos los escenarios.
Warren río, estirando sus brazos ── Sakura va a patear tu trasero si vuelves a decirle de ese modo. De todas formas, fue un gran espectáculo.
── ¿Cómo está Sakura? ── él preguntó, mirándolo.
La expresión del chico no cambió, solo se encogió de hombros, apoyando sus pies en el inicio de la camilla.
── Sakura está de viaje a Italia, lo más lejos posible de tí y tu brote vampírico contagioso ── bromeó.
── Solo están exagerando, no le haré daño ── musitó, rodando los ojos ── No fue su culpa, si lo hace otra vez, es probable que si me enoje.
Warren río, relajándose por completo. Silas también lo hizo, enfocándose en el techo blanquecino. El sueño siguió repitiéndose en su mente, una y otra vez.
── ¿Estás bien? ── Warren cuestionó después de unos segundos.
Silas asintió ── Si, solo estoy pensando.
── ¿Sentiste la magia de los O'Higgins? ── preguntó cuidadosamente, bajando la mirada a sus manos.
── Lo hice. Una parte de ese poder hizo que se activara mi lado vampírico, además de la molestia.
── ¿Cómo se sintió?
── Poderosa ── confesó ── Tenía ganas de absorberla, pero me detuve, pude controlarlo... un poco.
── ¿Por Sakura? ── cuestionó, mirándolo con curiosidad.
Silas se quedó en silencio, preguntándose lo mismo ── Es probable. Recuerdo su rostro asustado, tal vez... tuvo suerte de que la haya reconocido aún en ese estado.
── El resto de los portadores tuvieron que ser sacados cuando ambos... ya sabes... se pusieron en modo mágico y se lanzaban hechizos sin necesidad de hablar, fue muy extraño ── le dijo.
── ¿Por qué los sacaron? ── interrogó confundido.
── Estaban enloqueciendo, murmuraban que sus magias querían salir. Una chica explotó, si no hubiera sido por otro portador, hubiera varios heridos.
── No recuerdo nada de eso ── musitó, frunciendo sus cejas.
── Solo te cuento para que ayudes a Sakura, es probable que su magia absorbe otras y eso será desastroso ── dijo preocupado por su amiga ── Es más poderosa que Ginny, ¿no?
── Tiene la magia de los O'Higgins, es más poderosa que todos, pero eso puede hacerla débil. Tanta magia hace que enloquezcas o simplemente no podrás utilizarla como es.
── Entiendo ── asintió, arreglando su cabello en un intento de tranquilizarse ── ¿Sakura ha visto de nuevo a Ginny?
── No. Ginny definitivamente se fue, aunque supongo que siempre estará cuidándola. Sakura es su mejor amiga, casi hermana, no la va a dejar ir tan fácilmente.
Warren sonrió, acercándose al chico ── Creo que Sakura era la chica que Ginny iba a presentarme para fin de año ── le dijo, alzando sus cejas con felicidad.
── ¿Cómo crees eso? Ella es humana, claro que no iba a presentártela ── replicó, arrugando su frente con disgusto.
Él se encogió de hombros, sentándose bien ── Tiene la misma descripción de Sakura. Chica baja, cabello oscuro, ojos oscuros, personalidad tranquila con un pasado doloroso y demasiada paciencia para los idiotas.
── Esa descripción coincidiría con miles de chicas.
── También me dijo que Wish iba a enojarse pero que se lo merecía por idiota ── contó, frunciendo sus labios.
Silas rodó los ojos, sin ningún pretexto para oponerse ── Wish ya era un idiota sin necesidad que se lo dijeran.
── Pensé que ustedes dos se llevaban bien ── dijo Warren.
── Por supuesto, éramos amigos. Fue un tonto por enamorarse de una humana, nunca es bueno y ellos fueron la prueba viviente, terminaron de la peor manera.
── ¿Con Sakura siendo la portadora de la magia y dentro de un internado para criaturas disfuncionales?
── Exacto, fue un idiota.
── Parece que te preocupas por la pequeña bruja ── Warren le dijo, manteniendo su expresión serena.
── Es difícil no hacerlo cuando parece que ella quiere meterse bajo mi piel, aunque trate de ahuyentarla.
El chico a su lado rió, asintiendo ── Eso la describe perfectamente. Aunque no quiera aceptarlo, Sakura es una O'Higgins ── murmuró, sintiendo su pecho apretarse con dolor ── Todavía recuerdo el primer día que los hermanos se aparecieron en el internado.
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