twenty five ──── the wolf that stopped her


─────────── CHAPTER TWENTY FIVE,

THE WOLF THAT STOPPED HER  ───────────



Esa calle pertenecía a su antiguo hogar, tal como lo recordaba, con las casas de colores neutros y sus árboles afuera, decorándolas. Se quedó en silencio cuando miró a una figura familiar, tanto que supo que se trataba de ella misma antes de dar un paso adelante para confirmarlo.

La Sakura del recuerdo iba directo a la casa de los O'Higgins, su rostro espantado y sus manos temblorosas hicieron que trotara. Sakura hizo lo mismo, intentando llegar y detenerse a sí misma de pasar por esa puerta.

Antes de poder llegar, sintió un fuerte dolor en su hombro, haciendo que cayera sobre sus rodillas. Un par de garras se incrustaron en su piel, perforándola y haciendo que la sangre brotara.

Sakura gritó, llena de pánico y por el dolor. Se levantó sobre sus temblorosas piernas, intentando correr, pero fueron solo unos metros antes que un lobo se abalanzará sobre ella, tirándola al suelo.

Ella se giró, asustada por la criatura nocturna, sus feroces ojos rojos la miraban como si fuera su presa. La baba cayó a su camisa, sintiendo cómo recorrió toda su piel.

── No dejaré que me detengas ── ella masculló, apretando sus dientes.

La chica recito un rápido hechizo, repitiéndolo varias veces hasta que sucedió. El lobo explotó, empapándola de sangre y pequeños restos de lo que era su cuerpo. Sintió cómo su estómago se agitó de asco y tuvo que aguantar las arcadas.

Se levantó del suelo, dando varios pasos a un lado al sentirse mareada. Siguió andando con un solo objetivo, tenía que detenerse a sí misma de entrar a esa casa o por lo menos llegar para finalmente recordar.

── ¡Sakura! ── la llamaron ── ¡Sakura!

Ella ignoró las voces que estaban llamándola. No iba a perder esa oportunidad, podía ser la última y la tomaría, costará lo que costará. Enfocó su mirada en aquella puerta que permanecía abierta, tentándola a llegar.

Sintió sus piernas volverse cada vez más pesadas, resentidas por la caída. Su cabeza comenzó a martillear de forma dolorosa e incluso sintió un líquido cayendo por la parte trasera.

De inmediato, Sakura elimino los pensamientos de debilidades y aquellos que querían hacerla retroceder. No lo haría, no en ese momento que tenía un chance de saber qué demonios sucedió esa noche.

La chica subió los escalones, cayéndose en el último. Oyó sus rodillas crujir dolorosamente y su respiración comenzó a ponerse cada vez más lenta, empeorando el martilleo de su corazón.

Sakura se levantó y extendió la mano, tocando la madera de la puerta cuando un par de dedos tomaron su muñeca, deteniéndola. El temor recorrió su cuerpo, paralizándola de girar e incluso de moverse para saber de quién se trataba.

── ¿Estás segura de querer hacerlo, cariño? ── preguntó una voz que rápidamente supo que se trataba de la misma que habló en el baño.

Sakura sacudió su mano, intentando deshacerse de ese agarre ── Déjame en paz ── masculló con los dientes apretados.

La voz soltó una fuerte carcajada, doblándole la muñeca ── Eso es algo muy difícil de hacer.

El cuerpo de Sakura voló unos metros atrás al ser empujada por una fuerza que no pudo ver. Ella sintió el dolor atravesar todo su cuerpo, incluso las quemaduras de sus codos que intentaron detener el impactó.

Siseó una maldición, rodando por el césped en un intento de recuperar la respiración. Sakura estaba empezando a cansarse de todas esas voces en su cabeza que le recordaban cada día que era débil y cómo no podía defenderse.

Ya no quería ser esa chica.

Decidida, Sakura se levantó, limpiando la sangre mezclada con tierra en su falda del internado. No hizo ni una mueca cuando la tela rozo, su enojo eclipsó todo dolor por el momento. Miró a su alrededor, manteniendo una calma que ni ella sabía que tenía hasta en ese momento.

── ¿Por qué no sales de tu escondite? ── ella preguntó, sin perder su enfoque a su alrededor.

── Quiero tomarme mi tiempo ── contestó esa voz femenina con un tono de diversión ── Amo ver la forma en que pareces ahogarte a ti misma y oler todos tus miedos. Simplemente es lo mejor que puede suceder.

Sakura sonrió de lado, mirando fijamente la pared. Ese es el lugar donde aquella mujer se mantuvo, pudo sentirlo tal como cuando sabía que había un televisor encendido a su alrededor.

── Entonces, lo haremos a mi manera ── sentenció.

La chica cerró sus ojos y subió su mirada al cielo, esperando tomar la fuerza para crear un hechizo tan poderoso. En su mente, aparecieron las palabras como si estuvieran en un viejo libro y solo las leyó, creyendo firmemente en que su magia haría la parte más difícil.

Levantó sus manos directo a la pared, transmitiéndole toda su magia a ese punto. Recito el hechizo con más fuerza, uno donde iba a eliminar esa protección que cubría a la mujer para que finalmente saber quién era.

La voz gritó, una mezcla entre pánico y dolor. Sakura miró como una silueta empezó a aparecer, dando forma a un cuerpo femenino completamente desnudo y un cabello café, tan largo que cubrió sus pechos, pero su rostro siguió siendo un lienzo en blanco.

── No tengo tiempo para dramas ── ella murmuró, ejerciendo más presión a su magia ── Apenas puedo soportar el mío.

── No habrá tiempo para que sepas quién soy ── la mujer habló, retorciéndose del agarre ── La explosión vendrá pronto. Demasiada magia para ese aparato.

── Solo me tomará unos segundos más ── sentenció Sakura, caminando directo a la silueta ── ¡Muéstrate ante mí! ¡Te lo ordeno!

El rostro de la mujer comenzó a aparecer, unos ojos oscuros le devolvieron la mirada, llena de enojo.

── ¡La era de los titanes comenzará muy pronto y todos van a volver a sus puestos, unos esclavos para los que verdaderamente tienen poder! ── gritó aquella mujer, volviendo a desaparecer ── ¡Tú, Sakura Campbell, serás la primera en sacrificarte para que esta era nazca!

Ella frunció el ceño, negando ── No lo creo. No dejaré que nadie me quite está magia, tendrán que matarme.

── Si así lo deseas ── susurró con un deje de diversión.

Una fuerte explosión interrumpió la concentración de Sakura, dejando libre a aquella mujer que no dudó en escaparse. La chica miró la casa enfrente de ella y de inmediato creó un hechizo de protección al notar como el fuego salió y en segundos, cada parte de la casa, explotó.

Ella soltó un gruñido al sentir lo caliente del fuego. Aunque tenía el escudo a su alrededor, la explosión no parecía perdonar a nada o nadie así que quería acabar con todo a su alrededor contando a la bruja.

El sudor se instaló en el cuello de la chica, manteniendo su magia. Puso sus manos alrededor del escudo, transmitiendo todo su poder para no morir quemada o bajo esas paredes.

── Déjalo ir ── oyó una voz, diferente a aquella mujer.

Aún sin saber de quién se trató, ella negó ── No puedo. Me quemaré si dejó que el escudo desaparezca.

── Solo hazlo ── insistió, transmitiendo una tranquilidad que le pareció familiar ── Se detendrá cuando decidas detenerlo, recuérdalo.

Sakura se detuvo, curiosa de esas palabras cuando recordó que no estaba en la vida real. Todo su alrededor fue cayéndose como si tratara de un escenario, dejando un espacio en blanco.

El fuego desapareció junto a la gran casa, dejándola sumida en la oscuridad. Subió sus manos a la cabeza, buscando el casco y lo quitó, dejándolo caer al suelo.

Al abrir los ojos, Sakura pudo ver el desastre que hizo a su alrededor. La cabina estaba en todas partes, completamente destruidas como si explotó, tal como la casa en su situación. Todos los estudiantes estaban agachados, cubiertos por las gradas y otros siendo un escudo humano para los más frágiles.

En ese momento, se dio cuenta que no estaba precisamente en el suelo, sino a varios metros arriba, levitando en el aire. Sakura miró el suelo mientras fue cayendo suavemente hasta que sus pies tocaron el piso.

Sakura parpadeó varias veces, sintiendo algo diferentes en sus ojos. Aunque no pudo verlos, sus usualmente ojos cafés estaban blancos, tal como los O'Higgins solían tenerlos al ocupar su magia.

La chica observó a la profesora, la única que se mantuvo en su lugar a pesar de todas las piezas de la cabina a su alrededor.

── Espero pasar con una buena nota ── ella le dijo, intentando dar una media sonrisa ── Puse toda mi concentración para terminar antes de los cinco minutos.

── ¡Sakura! ── la chica giró, viendo a Silas brincar los restos de la cabina con agilidad. Sus ojos claros la observaron con preocupación ── ¿Estás bien?

Ella bajó la mirada al anillo en su mano, pasando el pulgar por encima del escudo ── Parece que ya pude explotar mi magia ── bromeó, intentando aligerar la presión del ambiente.

Enseguida supo que falló en su intento de hacer sonreír a Silas cuando este la miró con una ceja arqueada, mostrando su evidente molestia y preocupación.

Warren fue el único que río, tirando un pedazo de metal como si pesara lo mismo que una pluma.

── ¡Eso fue tan asombroso! Tú sí que destruiste todas mis expectativas, pensé que cederías con el primer minuto.

── Gracias por la confianza ── musitó, rodando los ojos.

── No me puedes culpar, todos hacen lo mismo ── replicó, alzando sus manos inocentemente ── Además, si era una orden de la directora, no iban a ponerte en las mejores situaciones.

── No fueron tan malas ── ella susurró, recordándolas ── Solo... muy extrañas.

── Extrañas es mejor que difíciles ── señaló Warren, observando a su primo que no quitó la mirada encima de Sakura.

── No la alientes ── masculló el chico, negando ── ¿Sabes lo que acabas de hacer?

── ¿Mostrar que ya no soy tan indefensa como todos creían? ── replicó la chica, cruzándose de brazos.

── Exponerte, ahora todos sabrán de lo que eres capaz, incluidos aquellos que quieren quitarte la magia de los O'Higgins.

── No creo que estés pensando con claridad ── ella negó ── Esto solo les demostrará que no seré fácil. Al contrario, pensarán dos veces en meterse conmigo.

Silas se quedó en silencio, apretando su mandíbula fuertemente mientras Sakura solo lo miró, determinada en mantener su palabra.

── ¡La clase ha terminado! ── anunció la profesora, mirando el desastre con un poco de tristeza ── Pueden retirarse.

Sakura fue la primera en reaccionar y tomó sus cosas, saliendo rápidamente del auditorio y lejos de todas esas miradas curiosas. Todavía no quería ser el centro de atención, solo quiso mostrar un poco de su poder para que supieran que estaban equivocados al creer que era débil.

Como usualmente hacía, la chica se encerró en uno de los cubículos del baño, sentándose. Tuvo que cerrar los ojos por unos minutos, recordando todo lo que hizo y pensando en lo que pudo haber hecho diferente

Sakura sabía que no era un hábito saludable, pero en ese momento, fue inevitable no hacerlo, más al estar tan cerca de la mujer que le habló dos veces seguidas con ese tono de cinismo y burla.

Sabía que solo estaba jugando con ella, probablemente una portadora que también la perseguía para tomar su magia, pero hubo un detalle que cambió todo y fueron sus palabras sobre un comienzo, como si antes hubiera existido.

La chica soltó un suspiro, intentando calmar el dolor de cabeza. Después de haber hecho su demostración en la cabina, no estaba segura si tomó una buena decisión al exponerse y tener más dudas, pero sobre todo con esa voz.

Sakura solo pudo estar segura de un detalle. Aquella voz no trataba de ser amable con ella, en cambio, era más un problema que se agregó a su lista de personas que querían hacerle daño.

Esa clase solo hizo que abriera sus ojos y supiera que había más enemigos fuera del internado.



A las tres de la tarde, como era usual, Sakura esperó a Silas fuera de la biblioteca, manteniendo sus manos dentro de los bolsillos de la chaqueta para calentarse. Silas llegó a los minutos, abriéndole la puerta para que pasara. Ninguno de los dos habló en todo el camino, sumergidos en silencio.

El chico, de vez en cuando, la miraba para verificar que estuviera bien. Sabía que la cabina no era una experiencia agradable y eso que los portadores tenían las situaciones más fáciles al no tener una debilidad como el resto.

── ¿Crees que podamos descansar por hoy? ── ella pidió, sentándose en el cojín del suelo ── No me siento muy cooperativa

── Está bien ── Silas aceptó sin poner objeción ── Tengo tareas atrasadas, mi tiempo no es el mismo que antes.

Sakura asintió, estando de acuerdo, también tenía tareas acumuladas, pero eso no significaba que las haría en ese momento donde se sentía somnolienta. Recargó su cabeza en la mesa, mirando la ventana que solo la reflejaba a ella misma y notó las ojeras bajo sus ojos que antes no tenía.

Su mente siguió trabajando en hacerle recordar cada recuerdo, lo real que sintió y como ella misma se vio reflejada. Eso no pudo ser una situación ficticia, era algo que sucedió en su vida y parecía que querían forzarla a recordar aun cuándo le dijeron que no le darían ni una pista para hacerlo.

La chica se enfocó en su alrededor, tratando de eliminar los susurros que amenazaban en explotar su cabeza. Oyó el suave movimiento de las hojas del libro de Silas e incluso su leve respiración, en otras circunstancias, ella le preguntaría si necesitaba respirar ya que era un vampiro así que estaba muerto, ¿no?

Antes de poder cerrar sus ojos y dejarse llevar por la inconsciencia, sintió un golpe en su cabeza haciéndola despertar bruscamente.

── No te duermas ── Silas la regañó, dándole varios golpecitos con su lápiz ── Sé que debes estar cansada por haber usado tu magia, pero créeme, las primeras veces es mejor no dormir, solo hará que te sientas más débil.

Ella gruñó, fastidiada por no descansar. Puso su puño bajo su mentón, mirándolo con curiosidad.

── Solo estaba pensando, no durmiendo ── ella replicó entre dientes. Ella siguió observándolo, el suficiente tiempo para que Silas hiciera lo mismo y alzó sus cejas.

── ¿Qué? ¿Ahora qué quieres saber?

── ¿Cómo sabes que tengo una pregunta? ── ella se defendió, entrecerrando sus ojos.

── Es lo único que haces ── él le dijo, ladeando su cabeza ── Preguntar y preguntar hasta quedar saciada de respuestas.

Ella sonrió, asintiendo ── Puede ser que tengas un poco de razón, pero no la suficiente.

── Te daré la satisfacción de hacerme solo una pregunta ── él sentenció duramente.

Sakura sonrió, apoyando su espalda en el sillón más cercano y extendió sus piernas, tapándolas con la chaqueta. La falda no era corta, de hecho, pudo confirmar que era una de las más largas del internado, pero tampoco le gustaba mostrar mucho de su cuerpo

── ¿Por qué tus padres decidieron llamarte Silas? ── cuestionó, haciendo una expresión pensativa ── Digo, no es un mal nombre, pero suena tan antiguo. No me asombraría si tienes un antepasado con ese nombre, solo que lo hubieran pensado un poco mejor.

Silas rodó los ojos, un hábito poco visto por la chica. Él cerró el cuaderno, poniéndolo a un lado de la mesa.

── A ti te llamaron Sakura, ¿por qué? Tampoco es un nombre muy normal.

Ella apretó sus labios, negando ── Yo pregunte primero así que tengo el derecho a mi respuesta. Además, dijiste que me ibas a conceder una pregunta.

── No sé porque mis padres me llamaron Silas ── él respondió, encogiéndose de hombros ── Es probable que a mis padres les gustara el nombre o como dices, tengo un familiar con un gran legado.

── Y una gran autoestima para no cambiarse el nombre ── susurró la chica para sí misma. Ella bufó, haciendo un puchero ── Eso es tan decepcionante.

Sakura se quejó, apartando sus manos cuando el chico le dio varios golpes, negando ── ¿Me estás ofendiendo? ── él replicó, alzando una ceja.

── ¡Sabes que es verdad! ── comentó, riendo por el puchero de Silas ── ¿Te gusta tanto tu nombre para defenderlo?

Él gruñó, cruzándose de brazos ── Ahora es tu turno. ¿Por qué tus padres decidieron llamarte Sakura?

Ella sonrió con suficiencia. Tiró su cabello hacia atrás, agradándole la atención extra.

── Mis padres sabían que sería una persona diferente así que me dieron un nombre original ── dijo con orgullo.

Silas se quedó en silencio, parpadeando lentamente. Sakura bufo, hundiéndose más en el sillón con molestia. Era obvio que el chico quería una respuesta mejor a esa, pudo leerlo en su rostro.

── Tienes que decir la verdad ── él le dijo.

── Sí que eres difícil de complacer ── ella musitó. Se sentó recto y puso su cabello detrás de las orejas ── Mi madre fue quién eligió mi nombre o eso fue lo que dijo mi abuela. Mi nombre proviene de un árbol que nace en Asia, no estoy segura en qué país, pero es frondoso y sus hojas son rosadas. Es bastante conocido por que sale en los dramas, espero algún día viajar a esos lados. Sería un buen recuerdo.

── Creo saber cuál es ── asintió el chico, viendo la mirada soñadora en los ojos oscuros de la chica ── Es un árbol muy peculiar.

Sakura sonrió y puso un corazón con sus dedos, igual a los dramas que ha visto ── Es por eso que soy muy peculiar ── dijo dulcemente.

Sin poder detenerse, Silas sonrió, moviendo su pluma para bajar el corazón.

── No te lo tomes tan a pecho. Dije que el árbol es peculiar, no tú.

── No, no, no ── negó la chica ── No especificaste así que lo tomaré como si me lo dijiste a mí.

── Claro que lo hice ── Silas replicó, frunciendo el ceño ── Dije que el árbol es peculiar, no tú.

Sakura siguió negando, apretando sus labios ── ¡No oiré nada más! Quiero tener ese recuerdo en mi mente hasta que me digas otro halado.

Él bufó, cruzándose de brazo ── Eres imposible, lo sabes, ¿no?

── ¿Dos halagos en un día? ── cuestionó divertida ── Debe ser mi día de suerte, ¿algo más que aportar?

── Eres molesta ── sentenció.

── ¡Muchas gracias! ── dijo, poniendo una mano en su pecho con diversión.

Ambos se sumergieron en un silencio cómodo. Silas volvió a su cuaderno, resolviendo los ejercicios de matemáticas mientras Sakura solo observaba distraídamente su alrededor. Su mente volvió a ese oscuro rincón del cuál trató de escapar.

── ¿Qué preguntas quieres hacer ahora? ── Silas habló, distrayéndola.

La chica se movió de su asiento, rascando su mentón ── ¿La cabina puede conectarse con la memoria del que esté dentro? ── preguntó, mirando sus manos ── Ya sabes, introducirse en tu mente y tal vez, abrir unos recuerdos de lo que no sabías que tenías o memorias pérdidas.

── Sinceramente, no lo sé ── él respondió en voz baja ── Se supone que la cabina está modificada para crear situaciones donde debas exponerte y utilizar tu magia. Nunca oí de alguna criatura que pudiera entrar a su mente o crear una simulación que pareciera a la vida real.

La chica asintió, apretando sus labios por unos segundos ── Recordé algo o mejor dicho, lo miré desde otro ángulo.

── ¿Qué fue lo que miraste?

── A mí misma ── musitó, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda ── Yo estaba entrando a la casa de los O'Higgins, me miraba asustada.

── ¿Y qué pasó? ¿Llegaste a estar cerca de ellos?

── Lo intente, pero una criatura me atacó. Era un lobo, esa cosa me enterró sus garras en mi hombro y yo solo...── susurró, recordando el dolor ── Estaba aterrada, no sabía qué hacer, pero se sintió tan real.

── Es una reacción normal, Sakura ── él la consoló, encogiéndose de hombros ── No puedes esperar que tus sentimientos no salgan cuando nunca te has enfrentado a una criatura. No importa si se trató de una simulación o no, cualquiera lo hubiera hecho.

── Solo... no me gustó como me sentí. Indefensa, tenía la respuesta tan cerca de mí y simplemente no pude tomarla.

── Habrá otras oportunidades, las primeras no suelen ser las únicas ── confortó el chico.

Ella asintió, hundiendo sus hombros y mirando el suelo. Con su dedo, atravesó las aberturas de sus zapatos oscuros hasta de mirar al chico que ya tenía su mirada puesta en ella.

── ¿Cómo te sentiste cuándo peleaste por primera vez con una criatura? ── ella cuestionó.

── Sakura ── él la llamó, ladeando su cabeza ── No es lo mismo.

Ella se levantó de su lugar y se sentó junto a Silas, doblando sus piernas para mirarlo mejor. El chico solo suspiro, enfocándose en mirar adelante e ignorar la cercanía de la chica, tanto que pudo oler su perfume e incluso notar pequeños detalles en su rostro. Solo fueron unos segundos para recordarlos y ahora no podría alejarlos, aunque quisiera.

Una desventaja de ser vampiro.

── Por favor, Silas ── ella le suplicó en voz baja ── Eres el único que me dirá la verdad. No tratarán de hacerme sentir valiente o como que hice lo mejor. Sé que serás directo y honesto.


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