thirty nine ──── caught up


─────────── CHAPTER THIRTY NINE,

CAUGHT UP ───────────



Los cuatros se posicionaron en la entrada junto a otros grupos. Ninguno se miró entre sí, absortos en lo que el profesor hablaba.

── Tendrán prohibido transformarse. Harán uso solo de sus sentidos y la clave de esta prueba serán los portadores, si saben hechizos de rastreo, podrán encontrarlos con rapidez ── explicó, sonriendo ampliamente.

── Bueno, eso será decepcionante ── susurró Warren, cruzándose de brazos.

── La bandera está escondida en el punto más bajo del bosque. Solo diré que el sol no entra en ese lugar y tendrán que excavar un poco ── habló, sonriendo ante los bufidos ── Varias criaturas lo mantienen resguardados y ustedes utilizaran su ingenio para escapar de ellos.

── ¿Eso no sería peligroso? ── Sakura cuestionó en voz baja.

── ¿Estás echándote para atrás? ── bromeó Silas.

── Cállate ── masculló la chica, cambiándose de lugar ── Eres un idiota.

── Aún puedo escucharte ── canturreó el chico, inclinándose hacia adelante para observarla.

── ¡Esa era la intención!

── Les recuerdo una vez más no atravesar el límite. Toda responsabilidad será disuelta si ustedes no acatan esta orden redactada por la directora ── dijo con firmeza ── Si hay algún problema, solo llamen y apareceremos de inmediato. Ahora, pueden entrar los primeros.

Los cuatros entraron con pasos lentos al bosque, intentando alejarse del resto para crear un plan y hacer uso de la magia.

── Podemos hacer un hechizo de rastreo ── Silas sugirió ── Nos llevará de inmediato a la bandera.

── ¿Eso no sería trampa? El profesor dijo claramente que las criaturas tienen que utilizar sus sentidos así que podremos hacer un hechizo de olfato ── Sakura protestó, ladeando su cabeza con orgullo ── Warren y Edvina participaran en la práctica.

── ¿Y dejar que otros lleguen primero?

── ¿Crees que el resto es más inteligente que nosotros? ── contraatacó la chica ── Solo dos grupos tienen portadores, el resto son criaturas que buscarán por medio de huellas o seguirán a los primeros.

── Un hechizo de olfato no es tan bueno como el de rastreo ── explicó Silas, impacientándose ── Además, dijeron que querían ganar, ¿no?

── Por supuesto pero...── intentó hablar Warren antes que fuera callado por Sakura.

── Así es, pero también debemos de jugar limpio. A menos que seas de las personas que les gusta jugar sucio, ¿lo eres?

Silas apretó sus dientes, intentando retener todas las palabras de su boca.

── Lo bueno es que tenemos compañeros que pueden elegir ── dijo el chico, sonriendo ── Warren, dime cuál de los dos hechizos te parece el más adecuado para ganar, obviamente.

Sakura se giró, observándolo ── Así es, ¿cuál quieren? Recuerden que es necesaria su participación si quieren ganar.

── Podemos probar los dos, ¿no? ── divago Warren, intentando llegar a una decisión que evitará un gran problema ── Aunque, es mejor el de olfato para ir más rápido, ¿no?

── Así es, no quiero problemas si el entrenador está vigilando ── Edvina aportó.

Sakura sonrió, satisfecha de haber ganado el hechizo. En cambio, Silas bufo, apretando sus labios con disgusto y cruzó sus brazos, dándoles una mirada molesta.

── Hagamos el hechizo ── masculló Silas, extendiendo sus manos a Sakura ── Lo sabes, ¿no?

── Por supuesto ── asintió, tomando sus manos ── Hechizo 213 del libro verde que me encanta tanto ── mencionó con un toque de sarcasmo.

Las palabras en latín salieron de sus bocas, siendo un sonido dulce para los dos espectadores. Sakura cerró sus ojos, sintiendo fluir su magia desde su pecho, como si recorriera todo su cuerpo.

Su alrededor fue convirtiéndose en un remolino de hojas por al aire formándose e incluso, ambas criaturas sintieron escalofríos en sus espaldas ante tanto poder.

Todo su alrededor quedó en silencio, en una tranquilidad hasta que los portadores se separaron. Silas le dio un asentimiento a la chica, aprobando el hechizo.

── ¿Pueden olerlo? ── les preguntó el chico.

Edvina olfateo seguido de Warren. Un olor dulce llegó a sus fosas nasales, tan empalagoso que el deseo de seguirlo apareció.

── Lo huelo, es bastante fuerte ── Edvina comentó, frunciendo su nariz.

── Entonces, es momento de seguir el plan ── dijo Sakura, dándoles una suave sonrisa ── Si es necesario, haremos el hechizo de rastreo.

Silas fue el primero en caminar, molesto ante la felicidad de Sakura. Warren lo siguió y después las chicas que los atravesaron en unos cuantos pasos.

── ¿Estamos solos? ── Sakura le preguntó a su amiga, viendo alrededor.

── No huelo a nadie más, debieron de tomar otro camino ── respondió ── Obviamente, el equivocado.

── La única manera de tener una ventaja en esta prueba es que hayan ido con portadores ── Warren explicó, metiendo sus manos en los bolsillos ── Se van a perder si no lo hicieron.

── ¿Han hecho esta actividad antes? ── preguntó la chica, curiosa.

── Se me hace conocida a unas pruebas de los últimos años ── Edvina explicó, pensativa ── Creo que los portadores siempre ganan. Hacen uso de hechizos para tener ventaja o hacer que sus rivales no puedan encontrar la bandera.

── No me sorprende ── murmuró la chica, encogiéndose de hombros ── Hasta donde he visto, todos engañan y más si juega a su favor.

── No deberías de hablar de esa forma de tu gente ── masculló Silas, enfocado en el camino.

── Oh, ¿te ofendí? ── Sakura cuestionó, alzando sus cejas con una fingida preocupación.

Silas se giró, sonriendo tensamente. Antes de poder hablar un grupo los interrumpió, observándolos con dureza. Sakura rápidamente enfocó a la hada que en un principio parecía odiarla, sus ojos claros aún poseían ese fuego maligno.

── ¿Cómo estuvo su fiesta de alucinación? ── ella les preguntó, sonriendo ampliamente ── No pude preguntarles antes.

Warren imitó su sonrisa, viéndose más fuerte e intimidante ── Fue asombrosa. Para la próxima, ponlos en muffins así será menos evidente de tu pobre venganza.

── No me irrites, Miller, todavía tengo más polvo ── amenazó con seriedad.

El grupo se movió, siendo liderado por aquella hada molesta. Uno de los chicos se quedó atrás, dándole una media sonrisa a Sakura, sorprendiéndola por aquel gesto tan deliberado.

── Ni lo pienses ── Silas habló duramente.

Ella se giró, lanzando una mirada rápida al chico ── ¿De qué estás hablando?

Silas señaló al chico, sin sentir pena de que el resto los estuviera viendo. Su expresión se volvió aburrida, alzando su ceja.

── Le gusta con las portadoras de magia ── contó, encogiéndose de hombros ── Es como un... fetiche.

── ¿En serio? ── replicó, asintiendo con sus labios apretados ── Si es algo mutuo, no creo que sea un problema.

── Tú realmente...

── Deberíamos de seguir ── Warren les propuso, empujando suavemente a Sakura para alejarla de la mirada peligrosa de su primo ── Vamos, tenemos que ganar.

Ella rodó los ojos, aburrida por la actitud infantil del chico. Se puso a un lado de Edvina, arreglando la chaqueta del internado.

── ¿Todo bien? ── preguntó Edvina, sus ojos centellando con alegría.

── Lo estás disfrutando, ¿no? ── masculló entre dientes.

── Más que cualquier libro ── confirmó, asintiendo energéticamente.

Sakura se dedicó a brincar los troncos, incitando que las tres criaturas estuvieran atentas a que no se cayera, especialmente Silas que la regañaba cada vez que resbalaba.

El sonido de una bandada de aves llamó su atención. Alzó su rostro, viendo como el cielo limpio se veía lleno de aves volando a su alrededor.

── Los animales suelen salir cuando sienten nuestra presencia ── Edvina comentó, también observándolos ── Es muy difícil de explicar.

── Supongo que saben que no les harán nada ── susurró, siguiendo el camino.

Una sombra capturó la atención de Sakura, entorno los ojos tratando de encontrar a la persona a quién le pertenecía, pero solo encontró árboles.

Dio un paso hacia atrás, chocándose contra un pecho demasiado familiar para su gusto.

── Ten cuidado ── Sakura murmuró, chasqueando su lengua.

── Tú chocaste conmigo ── se quejó el chico, bajando su mirada para verla mejor.

── Si, lo que digas.

Sakura se alejó a pasos rápidos, aburrida de seguir introduciéndose al bosque sin ninguna señal de la bandera. Empezó a sentir sus piernas cansadas y aunque el resto parecía bien, ella no aguantaría otra caminata más.

── Oigan, ¿están seguros que vamos por el camino correcto? ── ella les preguntó, girándose.

── Si, el olor sigue...

── Hagan silencio ── Silas ordenó de repente, moviéndose directamente al lado de Sakura con su ceño fruncido.

── ¿Qué pasa? ── Edvina cuestionó.

── Escuchen ── pidió en voz baja.

Warren se acercó a Silas, haciendo uso de su don al igual que Edvina. Sakura solo se quedó en silencio, leyendo las expresiones de los tres hasta que los ojos de Edvina se expandieron, llenos de pánico.

No necesito preguntar qué sucedía cuando un grupo de estudiantes aparecieron, sus uniformes sucios y llenos de sangre. Alana era una de ellos, sus ojos oscuros se posaron en Sakura con el miedo impregnado.

── Corran, los cazadores están cerca ── avisó, apenas pudiendo hablar.

Antes de poder moverse, varios hombres y mujeres vestidos con trajes rojos aparecieron, rodeándolos. Sakura alzó sus manos, reaccionando rápidamente antes que las flechas y disparos dieran contra ellos. Pudo sentir el impacto golpeando su escudo, tan fuerte que sus brazos temblaron.

── Aguanta ── oyó el susurró de Silas.

El aire a su alrededor comenzó a volverse más pesado, los árboles agitándose antes las palabras que salieron de la boca de Silas. Los cazadores agarraron su garganta al sentir como el oxígeno no llegaba a sus pulmones.

Poco a poco fueron cayendo, completamente inconscientes a excepción de las criaturas. Sakura bajó sus brazos, frunciendo sus labios ante ese dolor repentino.

── Salgamos de aquí ── habló duramente Warren, tomando el codo de Edvina para hacerla caminar ── Detesto cuando interrumpen mi victoria.

── Sakura ── llamó Silas, notándola distraída.

── Hay algo extraño ── ella murmuró, viendo a su alrededor. A los lejos volvió a notar esa sombra e incluso un campo de fuerza a su alrededor ── ¿No lo notas?

── Lo hablaremos más tarde ── asintió el chico, señalando el camino al internado ── Vamos, no perdamos tiempo.

Sakura los siguió, teniendo ese mal presentimiento en su pecho que empezaba a convertirse en pánico. Silas notó esa molestia en la chica y extendió su mano, entrelazando sus dedos para calmarla.

Ella le sonrió, caminando de prisa junto al resto cuando uno de los chicos que acompañaba a Alana tropezó con un objeto metálico. Todos parecían saber que era cuando explotó, haciendo que todas las criaturas salieran volando en diferentes lados.

Sakura sintió un profundo dolor atravesar su espalda, dejándola entumecida por unos segundos. Apenas pudo sentir sus piernas y brazos e incluso, el dolor de la parte trasera de su cabeza no parecía molestarla.

── Levántate ── una voz susurró a su oído ── ¡Levántate, ahora!

Con un profundo respiro, Sakura se sentó, intentando calmar los latidos rápidos de su corazón.

Miró a su alrededor, intentando encontrar a cualquiera de sus amigos sin éxito. Se levantó, sosteniéndose de los árboles al sentir sus piernas débiles y su mirada opaca como si en cualquier momento iba a desvanecerse.

── Oh, aquí tenemos a la bruja ── dijo una voz.

Ella alzó la mirada, encontrándose fijamente con un cazador. Se incorporó, manteniéndose firme y ladeó el rostro, intentando mostrar molestia.

── Oh, aquí tenemos al cazador ── murmuró en voz baja ── Supongo que tendré que conformarme.

Con un rápido hechizo hizo que el hombre llegara a ella en unos segundos, siendo arrastrado por una fuerza invisible. Sakura agarró el rostro de aquel cazador, enterrando sus dedos en la piel tan fuerte que comenzó a sangrar.

── ¿Qué... qué haces? ── él cuestionó, paralizado.

Ella frunció sus labios, negando ── No estoy muy segura ── confesó en voz baja ── Supongo, que es la magia en mi interior.

Un fuerte grito salió de la boca de aquel hombre cuando su pecho se apretó, su corazón latió con rapidez y sintió como poco a poco fue perdiendo la fuerza. Observó a la chica enfrente, tan oscura y malvada que solo hizo que recordara por qué se convirtió en cazador.

Tenía que terminar con ese mal que podía herir a los humanos, incluso a su propia familia.

Los ojos de Sakura se posaron sobre él, disfrutando de ese miedo que drenaba de su cuerpo al igual que la vitalidad. En su rostro no había rastro de aquella chica que hace minutos estaba adolorida, ya no sentía ni un mal en ella, en cambio, se sentía plena y llena.

Sus ojos parecían opacos como si un manto oscuro los estuviera protegiendo y las venas bajo sus ojos se marcaron, otorgándole una apariencia oscura que el cazador jamás había visto en otro portador.

En un segundo, todo cambió. Sakura parpadeó, reaccionando a su entorno y de inmediato soltó al hombre que cayó al suelo sin ningún signo de conciencia. Miró a su alrededor, intentando buscar alguna explicación de lo que sucedió, simplemente su mente se convirtió en un lío de pensamientos.

La chica pudo asegurar que estaba en el suelo, llena de dolor y cuando volvió a despertar, sostenía a ese hombre. Soltó una fuerte respiración, sintiendo el miedo recorrer su cuerpo al no tener consciencia de lo que hizo.

Un golpe de realidad hizo que comenzara a caminar, dejando atrás al hombre y fue en busca del resto de sus amigos. No sabía cuántos metros la lanzó aquella y tampoco si aquel chico sobrevivió.

Sus piernas la instaron a correr, brincando los árboles y yendo a un lugar desconocido. Sus pies resbalaron encima de las hojas al detenerse bruscamente frente a Edvina, les dio la espalda a los cazadores y creó un escudo, protegiéndose de las balas.

── ¿Estás bien? ── le preguntó.

Edvina asintió, tragando duramente saliva al notar los ojos blanquecinos de su amiga. Sakura se dio vuelta, frunciendo sus cejas con enojo.

Alzó una mano, directo al árbol más cercano que empezó a agitar sus ramas con violencia a los cazadores. La tierra bajo sus pies tembló, creando un caos en todo el bosque que enloqueció a aquellos hombres y mujeres.

Una bandada de aves se alzó en el cielo y con una simple mirada de Sakura, empezaron a descender, atacando al grupo.

Warren y Silas aparecieron por el lado contrario, viendo la escena que mantenía entretenida a las chicas. Sakura fue la primera en verlos, sonriendo tranquilamente.

Sin pensarlo, Silas acortó el camino, extendiendo su mano con urgencia. Sakura también lo hizo, entrelazando sus dedos con fuerza.

── Edvina, vamos ── llamó Warren, instándola a que siguiera el camino.

Ella asintió, corriendo detrás de su amigo. Silas se mantuvo a un lado de Sakura, teniendo la urgencia de mantenerla a salvo a pesar de que podía defenderse por sí sola.

── Tienen que transformarse ── Silas les gritó, frunciendo sus cejas.

Warren fue el primero en negar, girándose ── Si lo hago, no podré controlarme. Será peor y no necesitamos eso.

── Pero pudiste controlarte en la luna llena, ¿no? ── Sakura cuestionó.

── Lo hice, pero sabía que iban a detenerme ── replicó ── Ustedes no podrán, eso puedo asegurarlo.

── ¿Y si vas primero? ── propuso Edvina, mirando a Silas ── Avisa que estamos aquí, podremos protegernos.

── Si, puedes utilizar tu velocidad ── asintió Sakura, observándolo.

── Puedo hacerlo, quédense en un lugar protegido ── murmuró el chico, mirando a su alrededor ── Creo que oí un río.

── ¡Ayuda!

Un grito cortó el silencio en el bosque, resonando como un eco. Los cuatros se miraron entre sí, debatiéndose sobre ir detrás de esa voz o seguir con su plan.

Warren fue el primero en tomar una elección y correr directo a esa voz que seguía gritando con urgencia. Edvina lo siguió y después Silas junto a Sakura, aun manteniendo sus manos juntas.

La chica no pudo ocultar su sorpresa al notar a Alana en medio de un claro, su cuerpo lleno de estacas que la mantenían quieta como una muñeca.

── Por favor, ayúdenme ── suplicó en voz baja, sus labios temblando ante cada palabra ── Ellos... ellos minaron toda la tierra, no puedo moverme.

Sakura miró a su alrededor, notando las pequeñas montañas de tierra que contenían en su interior las bombas. El acercamiento de varios cazadores hizo que las criaturas se pusieran en alerta, sobre todo por la sonrisa de satisfacción en sus rostros.

── ¿Tienes un plan? ── Sakura preguntó en voz baja a Silas.

Él apenas asintió, sosteniendo su mano con más fuerza ── Lo tengo peor no les gustara.

Ella frunció sus cejas, confundida. En un solo movimiento, tan veloz que los cazadores no pudieron reaccionar, las pequeñas minas salieron de la tierra, volando directamente a ellos.

Varias piedras golpearon el rostro de la chica, ocasionando que cerrara los ojos por esos segundos. Al abrirlos, sintió como el asco recorrió su estómago, incluso retuvo las ganas de vomitar.

Silas hizo que Sakura girara al notar su piel pálida y como su respiración se hizo más pesada. La escena era completamente de terror, llena de sangre donde los cazadores estaban.

Por supuesto que no se arrepintió de haberlo hecho.

Edvina se acercó a Alana, arrancando las estacas con rapidez. La chica cayó al suelo, apenas pudiendo sostener por el dolor de su cuerpo.

── ¿Dónde está el resto? ── Alana les preguntó, sus ojos oscuros llenos de preocupación.

── No lo sabemos ── confesó.

Warren, negando ligeramente ── Esperemos que no estén aquí. ¿Puedes levantarte?

Alana asintió, tomando con firmeza el brazo de Warren para ponerse sobre sus pies. Silas encabezó el pequeño grupo, siendo seguido por Sakura que seguía con su semblante pálido.

── Es imposible que sigamos caminando y no lleguemos al internado ── se quejó Warren, sosteniendo a Alana.

── Tienes razón ── asintió Silas, deteniéndose. Miró a Sakura, frunciendo sus cejas ── Me habías dicho que sentiste algo extraño, ¿no?

Ella asintió, incómoda por tantas criaturas observándola ── Si, mire sombras, pero...

── No pertenecían a ninguna criatura ── complementó el chico, respirando profundamente ── Estamos en un bucle temporal. Nadie nos oirá ni nos verá a excepción de los creadores.

── ¿Estaremos aquí encerrados? ── Alana cuestionó con pánico ── ¡No podemos quedarnos!

── No lo haremos, por eso se llama temporal ── explicó el chico, frunciendo sus cejas ── Serán un par de horas. De cualquier forma, hay que movernos para evitar a los cazadores, deben de tener acceso al bucle y solo nos perjudicara.

── Cazan a las criaturas, pero se unen a ellas para crear trampas ── Warren murmuró, apretando su mandíbula con dureza.

Edvina cruzó sus brazos, acercándose a Silas ── ¿Qué haremos? ¿Ustedes pueden romperlo?

── Crear un bucle requiere de mucha energía y es igual romperlo. Si tuviéramos un tercer portador lo haríamos, pero para los dos es demasiado ── habló el chico con determinación ── Esto no es obra de un portador, sino de varios o de alguien que esté utilizando magia muy oscura.

── Podemos esperar ── Sakura dijo ── O busquemos a un portador, no debemos ser los únicos atrapados aquí.

── No creo que ninguna de las dos sea buena idea ── Alana habló, mirando el suelo ── No me siento nada bien.

Las cuatros criaturas la observaron con preocupación. La tez de Alana estaba más pálida, tanto que sus venas resaltaban y sus ojos ya no eran más de ese color oscuro, sino rojizo.

Por inercia, Silas movió a Sakura detrás de su espalda, sabiendo a que estaban enfrentando.

── Tienes que calmarte, Alana. No nos ayudaras si entras en tu modo vampírico ── Edvina murmuró, alzándose en su mayor altura.

── Necesito alimentarme ── susurró roncamente, tocando su garganta con desespero ── Yo... estoy quemándome.

── Es la sed apoderándose de ti ── Silas comentó, dando un paso adelante ── Respira, véncelo.

── ¡Es muy fácil decirlo cuándo no eres tú! ── gritó, dejándose caer sobre sus rodillas.

── Tenemos que encontrar a un cazador ── Edvina dijo, dando un paso atrás ── Atacará a cualquiera si llega a descontrolarse.

── Bebe de mí ── Warren propuso, extendiéndole su brazo con decisión.

── No ── negó rápidamente Alana ── La sangre de lobo o coyote solo empeorara la sed. No puedo hacerlo.

── ¿Qué otra sangre puedes soportar a parte de la humana? ── cuestionó Edvina, frunciendo sus cejas.

La mirada rojiza de Alana se posó por unos segundos en Sakura antes de bajarla al suelo, negando.

── No beberás de ella ── Silas habló duramente, escondiendo a la chica detrás de su espalda ── Vamos a tener que amarrarte a un árbol o enterrarte hasta que el bucle se rompa.

Warren y Edvina miraron asombrados al chico por sus duras palabras. Entre todos, pensaron que él sería el primero en entender la situación, en cambio, se levantó en defensa a aquella chica que no le agradaba del todo o eso es lo que pensaban.

── No dejaremos morir de sed a una compañera, aunque sea la más insoportable del internado ── Warren explicó, sorprendido ante la actitud de su primo.

── ¿Acabas de ver como Alana miró a Sakura? ── él replicó, señalando a la vampira enfrente ── Quiere beber de Sakura sin tener autocontrol. Puede romperle el cuello en solo unos segundos.

── ¡Para eso estamos nosotros! ── explotó Warren, imponiéndose a Silas con decisión ── Podemos detenerla después que tome unas gotas. La humana no morirá desangrada.

── ¿La humana? ── Silas imitó, desagradándole esa palabra en su boca.

Warren ignoró la molestia evidente de su primo y se acercó a Sakura, notando las manos entrelazadas detrás de su espalda.

── ¿Puedes darle un poco de sangre a Alana? ── le preguntó directamente.

Sakura titubeó, sintiendo la presión por esas criaturas que tenían diferentes opiniones acerca de su sangre.

── Yo... puedo dársela si cuidan de mí ── musitó, observando a Alana ── No quiero que me succione por completo.

Silas negó, bufando con irritación ── Sakura no puede darle de su sangre, va en contra de las reglas del internado ── explicó, cruzándose de brazos.

Warren no pudo creer lo que Silas dijo, negando su cabeza con irritación hasta que su mente se aclaró. Su rostro cambió a una expresión molesta y sorprendida de lo que pensó.

── Tú ya bebiste de Sakura ── él susurró.

Ante eso, Edvina lo miró molesta, golpeándolo en su brazo con la mayor fuerza que tenía.

── ¿Por qué hiciste eso? ── chilló, alejando a la chica de su lado.

── Sucedió en el centro comercial ── explicó, intentando calmar a sus dos amigos ── Estaba realmente herido y no los encontramos.

── ¿Y tú mejor idea fue beber de ella?

── Apenas fueron unas gotas, me detuve ── dijo, un poco de orgullo sobresalió en sus palabras ── No pondré a Sakura en peligro, sé lo frágil que es y su reacción a la mordida.

Sakura bajó la mirada, sintiéndose incómoda por sus palabras. Edvina también lo notó, dándole unas suaves palmadas a su brazo para transmitirle tranquilidad.

── Por eso la aceptaste como tu alma de sangre, ¿no? No puedo creerlo ── musitó, pasando sus manos por su cabello incontables veces.

── ¿Qué significa eso? ── le preguntó la chica, confundida.

Silas miró con molestia a Warren mientras Edvina sonrió a Sakura, llamando su atención.

── Es un... problema de los vampiros. Cuando un vampiro se alimenta de cualquier persona, criatura o no, algunas sangres se les hace demasiado apetecibles que crean un lazo ── explicó la chica, intentando ser lo más simple posible.

── ¿Y qué hace ese lazo?

── Bueno, ahí es lo complicado. La persona se convierte en un alma de sangre, la única que puede llegar a satisfacer por completo al vampiro.

Sakura miró rápidamente a Silas, asombrada por la información. El chico no le había dicho ni una palabra sobre lo sucedido el día en el centro comercial y ahora tenía una respuesta del por qué.

── ¿Cómo te has estado alimentando? ── le cuestionó.

Silas rascó su cuello, titubeando ── Estoy bien por el momento. El olor es igual de agradable así que me he mantenido... tranquilo.

── Tú eres un idiota ── dijo, cruzándose de brazos ── Tenías que contármelo, ¿por eso nunca quisiste hablar sobre ese día?

Él rió, maldiciendo en voz baja ── Hubieras enloquecido, Sakura.

── ¡No lo haría!

── ¡En este momento lo estás haciendo! ── le reclamó, señalándola ── Si estuviéramos solos, estarías sobre mí. Solo estas reteniéndote porque estamos en esta situación.

Ella cruzó sus brazos con molestia ── No enloquezco ── murmuró entre dientes, bajando la mirada.


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