sixteen ──── unknown voice
─────────── CHAPTER SIXTEEN,
UNKNOWN VOICE ───────────
Sakura titubeó antes de acercarse, se apoyó en sus rodillas y miró a Silas, esperando que le dijera qué hacer.
── Ella no se mira bien ── musitó.
── No la veas a ella, concéntrate en la herida para que sane ── Silas explicó. Agarró su mano, poniéndola encima y llenándose de sangre ── Es como si tú fueras un médico y en este momento, vas a zurcir la herida para que ella pueda sanar desde adentro.
Sakura bajó la mirada a la herida, pensando en cómo lo haría. Cerró los ojos, enfocando su magia en esa zona, su mente repetía lo que debía de hacer hasta que oyó una voz, similar a la de Gin diciendo que dijera el hechizo.
── Vulnus intus sanat ── susurraron sus labios ── Sanguinem sistit, in memoriam inrepere.
La electricidad pasó por todo su cuerpo, ganándose una sonrisa satisfecha al sentir ese poder recorrer, casi como la felicidad que solo una droga podría ofrecerte. Bajo sus dedos, Sakura sintió como la herida fue cerrándose, la sangre coagulándose y al mismo tiempo, la respiración de la chica se volvió estable.
Sakura abrió sus ojos, sorprendida de lo diferente que se miraba el aula. Le tomó unos segundos darse cuenta que no estaba en el mismo lugar sino en el recuerdo de la chica.
Estaba parada en una de las esquinas, sintiendo el frío recorrer su cuerpo cuando la chica entró al aula, quitándose la chaqueta con coqueteo. Hasta en ese momento notó una figura escondida en una de las esquinas, la oscuridad hizo que fuera difícil observar su rostro, pero sabía que estaba ahí.
── No es nada divertido que me hayas hecho esperar en la biblioteca ── ella murmuró, creando un puchero con sus regordetes labios ── Tanto tiempo perdido en tonterías cuándo pudimos estar aprendiendo del cuerpo del otro.
La chica se movió por toda el aula, quitándose los botones de la camisa con suavidad. Su mirada no se despegó de la sombra, brillando con excitación y comenzó a tararear una canción.
── ¿Así que lo haremos como desconocidos? ── preguntó en voz baja ── Eso me gusta.
Sakura quiso hablar, detenerla de que no era lo que pensaba, pero antes de que pudiera dar un paso adelante, el hombre se convirtió en un gran lobo oscuro, sus grandes ojos del mismo color de su pelaje miraban a la chica con interés.
La chica sonrió sin llegar a intimidarse por la gran criatura.
── ¿Así que quieres jugar conmigo, maldito perro? ── ella preguntó con diversión ── ¡Hagámoslo!
De las manos de la chica salieron bolas de fuego, alumbrando el salón oscuro. El lobo no espero que la bruja atacará, se lanzó directamente a su cuerpo sin temor a ser prendido en llamas.
La chica alzó un escudo de fuego, deteniendo su paso y después lanzó la parte superior de un pupitre, intentando incrustarlo en cualquier lado de su cuerpo y detenerlo antes de que empeorará.
Lo que no esperaba era que un segundo lobo apareciera por la puerta en silencio. No se dio cuenta de la criatura hasta que se lanzó a ella, enterrando sus largas garras en el estómago de la chica, sorprendiéndola.
Sus ojos claros bajaron a la herida, llenando sus manos de sangre. Cayó de rodilla al no poder seguir sosteniéndose, las lágrimas cayeron por sus mejillas y varios quejidos salieron de sus labios.
── Danos la magia ── dijo uno de los lobos, acercándose con desafío.
── No puedo ── musitó, negando ── Soy una portadora menor.
El lobo más alejado gruñó dándose cuenta de su error ── No es la chica que buscamos.
── Pero tiene su mismo olor ── replicó el otro.
── Huele mejor, hermano, su esencia es mínima ── murmuró el otro, retrocediendo.
El lobo miró a la chica que estaba a punto de caerse al suelo, inconsciente. Alzó una de sus patas, dándole un segundo golpe en el estómago que fue suficiente para que cayera, sin poder detenerlos.
La chica solo se quedó viendo el techo, sus ojos claros empezaron a perder su brillo y alargó su mano, directo a Sakura.
── Ayúdame ── pidió ── No... no quiero morir.
Sakura salió del recuerdo cuando la chica tomó una bocanada de aire, abrió sus ojos y miró alrededor con miedo, esperando encontrarse con los lobos que la hirieron.
── Oye, oye, todo está bien ── Silas la tranquilizó, quitando el cabello pegajoso.
── Ellos... ellos venían por la magia de los O'Higgins ── murmuró con rapidez, intentando ordenar sus pensamientos ── Van a matar a todos que se interfieran en su pasó, ellos creyeron que era...
── Yo ── finalizó Sakura, haciendo que la observará ── Lamento que hayas sufrido por mi culpa. Puedo asegurarte que no tendrás otra herida en tu vida, te he sanado de por vida.
Sakura se levantó, manteniendo sus manos alejadas de su ropa para no mancharse. Ignoró los llamados de Silas, necesitando escaparse de todo ese entorno asfixiante.
Se encerró en uno de los cubículos del baño, limpiándose las manos con frustración. Dejó salir todos esos sentimientos antes que la abrumaran más de lo necesario.
Sakura sabía que estaba en peligro, no era un secreto para nadie y menos para ella que tenía un gran punto rojo en su espalda que solo esperaba ser disparado pero una parte de ella, aquella pequeña e inocente, quería pensar que al mostrarse que no estaba indefensa, dejarían que siguiera con su vida.
Qué gran equivocación.
Dejó salir un suspiro, recostándose en la pared. No debía dejar que su preocupación la sobrepasará, no ahora que se había dado cuenta la gravedad del asunto y el daño que podía ocasionar si no cedían.
Todo pensamiento fue eliminado cuándo escuchó un susurró cerca, su cabeza se movió con rapidez al lugar de donde pensó que provenía, pero no encontró a nadie.
── Lo has hecho muy bien ── siguió susurrando con un tono divertido ── Tu mente está llena de hechizos y eso solo te hace más atractiva en la magia, más... exquisita.
Sakura se quedó congelada en su lugar, oyendo cada palabra. Sabía que no era Gin, su voz era diferente y la sensación que le daba solo era temor y grandeza.
── ¿Quién eres? ── murmuró, arqueando sus cejas.
No hubo ninguna respuesta. Ella se levantó, saliendo del cubículo para enfrentarse a quién sea que se estaba haciendo la graciosa. Todo el baño estaba completamente solo, algo inusual y poco visto, dio vuelta sobre sus pies, manteniendo sus ojos bien abiertos para descubrir quién era.
── Muéstrate ── ordenó duramente, frunciendo las cejas ── No te ocultes, sé que estás cerca.
── Ojalá pudiera hacerlo ── respondió esa voz, haciendo un eco por todo el baño ── Lamentablemente no puedo. Pronto lo verás por ti misma y espero que puedas comprender mi situación, Sakura Campbell.
── ¿Cómo sabes mi nombre? ── preguntó con su corazón latiendo fuertemente.
La puerta se abrió, mostrando a Edvina con sus cejas arqueadas en confusión ── ¿Con quién estabas hablando? ── cuestionó, cruzando sus brazos.
── Yo... yo pensé que había alguien más ── respondió la chica, alejando el cabello de su rostro.
── Es hora de clase, son pocas las que vienen a esta hora ── Edvina asintió. Dio un paso adelante, mirándola ── ¿Estás bien?
Sakura asintió, dando una media sonrisa ── Lo estoy. Solo sentí demasiada presión ahora que la magia me pertenece.
── El comienzo es difícil para todos, pero después será tan sencillo que reirás cuándo recuerdes todo lo que pasaste ── comentó, creando una gran sonrisa ── Me pasó lo mismo y ahora me avergüenzo de mis acciones, pero de esas aprendí y estoy segura que harás lo mismo.
── Eso espero ── musitó, queriendo creer en sus palabras.
Edvina se acercó e hizo lo menos pensado, abrazó a Sakura. La chica se dejó reconfortar, necesitando de ese contacto.
── Vas a salir adelante, puedo prometértelo ── susurró en su oído ── Nos tienes a nosotros, a mí, Warren e incluso Silas. Aunque no conectemos en todo, estamos para ayudarte en lo que necesites, no dudes en pedirlo.
Por alguna razón, Sakura confiaba en Edvina, desde el primer día la había ayudado a adaptarse al internado e incluso le dio un paquete de galleta cuando no debió. La trató como si fuera su igual y no una humana que apenas estaba descubriendo que no eran los únicos seres que existían en el mundo.
── Gracias ── musitó.
Edvina se separó de la chica, dándole una media sonrisa.
── La directora quiere hablar contigo ── le comentó, rodando los ojos ── Supongo que va a cuestionarte por lo de los cazadores así que mantente tranquila y relajada.
── Eso no suena bien.
Edvina río, tirando su cabello rubio hacia atrás ── No te sucederá nada. A la directora le gusta presionar, pero cuándo mira que está a punto de perder los estribos, se tranquiliza.
Finalmente Sakura pudo conocer a la directora del internado Titanium, ni siquiera lo hizo en su primer día y eso fue un poco extraño considerando que en toda escuela los recibían para darle la bienvenida.
La mujer sentada en la silla de enfrente era alta, su piel blanca que parecía de porcelana, tanto que la chica tuvo la tentación de tocarla si no fuera por los ojos verdosos que parecían querer atravesarla.
Sakura se sentó, cruzando sus piernas en un intento de parecer calmada. La directora era una mujer fuerte y sin siquiera hablar, pudo sentir su presencia.
── El día de hoy hubo un ataque en el internado ── dijo la mujer, leyendo el reporte de la carpeta ── Una de las alumnas de magia fue atacada cruelmente por lobos que aparentemente iban por ti.
── Eso dicen ── murmuró la chica, rascando su pierna en nervios.
── Las pruebas indican que los lobos se confundieron, tu olor se impregnó en varios estudiantes cuándo hiciste uso de la sanación en el ataque de los cazadores ── comentó, observándola ── Aún siguen las investigaciones.
── ¿Cómo pudieron entrar con tanta seguridad? ── Sakura cuestionó, frunciendo sus labios ── Se supone que todo está asegurado, ¿no?
── Por eso las investigaciones se están haciendo con extremo detalle ── confirmó, alzando su mentón con superioridad ── Nunca había sucedido un accidente de está gravedad hasta su llegada, señorita Campbell.
── Supongo que, con mi llegada, ha quedado claro que este internado no es tan seguro como ustedes suponían ── Sakura contraatacó, sintiendo la molestia ── Lo mejor sería que me vaya de aquí antes que aparezca herida como la otra chica.
── Por más que quiera irse de este lugar, no le será posible ── dijo la directora, inclinándose hacia adelante ── Te mantendrán vigilada en cada momento, en cada clase y lugar en que te encuentres. No toleraremos otro accidente.
── ¿Hará que los profesores me sigan en cada pasó que dé? ── cuestionó sorprendida.
── Nada de profesores, un estudiante. Silas Miller será tu protector, es uno de los mejores en el internado y confió en que te mantendrá a salvo por si ocurre otro ataque al internado.
Sakura se quedó unos segundos en silencio, procesando las palabras hasta que comenzó a negar, no creyendo que fueran a dejar a Silas como su "protector" sabiendo que apenas podían soportarse sin llegar a pelear por la menor situación.
── No necesito un niñero ── se quejó, apretando sus dientes ── Lo que necesito es que averigüen quiénes son los asesinos de los O'Higgins. ¿Por lo menos están haciendo algo?
La mujer suspiró, recostándose en el respaldo de la silla ── Las criaturas somos diferentes a los humanos, Sakura. Aquí no existen policías o leyes que puedan controlarlos, en esas circunstancias, estamos muy lejos de la actualidad.
── ¿Entonces cómo se mantienen con vida si cualquiera pudiera matar y no tendrá un castigo? ── cuestionó confundida ── Siempre se necesita de algún líder o persona imparcial para hacer que los derechos se cumplan.
── Como he dicho, somos diferentes. Aquí nos unimos a familias poderosas que tengan un apellido con un gran legado o una gran manada que pueda defenderlos.
── ¿Qué pasará en mi caso? ¿Tengo que ir con los que emplean magia para poder vivir? ── preguntó sin creer lo que esa mujer estaba tratando de decirle.
── Con la magia a tu lado, podrás incluirte en cualquiera que tú desees, pero ahora, enfócate en ser la mejor.
Sakura soltó una leve risa, llena de sarcasmo ── Eso suena tan triste y patético. Si realmente tenía una gran amistad con los O'Higgins, busque quienes lo mataron y acabe con ellos de una vez ── pidió, mirándola duramente.
La mujer le devolvió la mirada y apretó sus labios durante unos segundos, viendo la molestia en la chica.
── Silas estará contigo en cada paso que des. Para eso necesito que te comportes y sigas explorando la magia que te concedieron con cuidado ── explicó la mujer una vez más.
La puerta fue tocada antes de que Sakura replicara. Silas entró a la oficina, dándole una rápida mirada a la chica antes de fijar su atención a la mujer sentada en su escritorio.
── ¿En qué puedo ayudar? ── él preguntó con voz neutra.
── Sakura Campbell será tu protegida hasta que pueda conseguir alguien mejor ── explicó la directora, cerrando la carpeta ── Por lo que veo, tienen asignado la misma habitación, solo mejoraremos su horario para que pueda coincidir con el tuyo.
── Eso será algo difícil. Estoy en clases avanzadas y las extras no aceptarán a Sakura a menos que quiera convertirse en la atracción principal ── respondió el chico, cruzando sus manos detrás de su espalda.
── Por eso hablaba con Sakura, tendrá que mejorar sus calificaciones para que pueda entrar a las avanzadas. Sobre las extras, no debes preocuparte, en ese tiempo será custodiada por los profesores hasta que te desocupes.
── Por supuesto ── Silas asintió ── Espero que mis acciones sean bien vistas.
── Todo irá a tu carpeta y eso sumará puntos a tu favor ── la directora comentó, dando una sonrisa cerrada ── Pueden retirarse. Sakura, espero que el internado Titanium sea de tu agradó y encuentres hospitalidad en las criaturas.
── Si, también espero que mis peticiones sean respondidas ── musitó duramente.
Silas y Sakura salieron de la oficina de la directora, la chica más irritada que nunca y no ayudó el hecho de saber que ninguna de las criaturas haría algo para detener a los asesinos de los O'Higgins.
── Así que ahora seré tu niñero ── Silas comentó con diversión, sus ojos verdosos centellando ── Deberás de seguir mis órdenes, bruja humana.
Sakura cruzó sus brazos, manteniendo su expresión dura ── Ni en tus mejores sueños seguiré tus órdenes. De hecho, es al revés, yo soy quién manda aquí.
── ¿Sí? ¿Por qué crees eso? ── cuestionó, imitando la posición de la chica.
── La directora dice que estás cuidándome así que si me siento enferma o herida y habló con ella sobre lo malo que eres conmigo, puede cambiarte, ¿no? Y eso sería muy grave para tu carpeta.
Silas solo la observó y río, llevando su cabeza hacia atrás ── Tú eres una manipuladora ¿lo sabías?
── ¿Y hasta ahora te das cuenta? ── replicó.
Sakura se dio la vuelta, caminando directo a su próxima clase. Oyó las pisadas de Silas detrás suyo por lo que supuso que el chico la perseguía.
── Tampoco seguiré tus ordenes ── él comentó ── Por eso estoy dispuesto a llegar un acuerdo
── ¿Sí? ── preguntó la chica ── ¿Qué tipo?
── Uno donde ninguno de los dará órdenes, seguiremos siendo los mismos a excepción de que tendré que vigilarte todo el tiempo, eres un imán para los problemas.
── Suena justo ── ella aceptó, rodando los ojos ── Y tratemos de hablar menos de ese tema, no necesito que las personas sepan que no puedo cuidarme a mí misma.
── Lo haré, tampoco necesito que sepan que tengo que cuidar a la humana ── se quejó.
Sakura rodó los ojos ── Pobre del chico mimado, cuidar de la nueva. Va a sufrir por tener que ensuciarse las manos.
Silas bufo ── He hecho cosas peores que estás y más peligrosas.
── Lo que te haga sentir mejor ── sonrió Sakura, mirando el rostro de decepción del chico.
── En nuestra próxima clase vamos a explotar más tu magia ── Silas contó, sonando más animado ── Lo que hiciste en el aula, fue grandioso y eso que apenas inicias, la sanaste en menos del tiempo requerido.
Sakura se detuvo inesperadamente haciendo que Silas chocara contra ella, moviéndola unos pasos adelante.
── No quiero seguir presionándome a lo que desconozco ── ella siseó, apretando sus dedos en puños ── Cada vez que utilizo la magia, hay... una voz me habla ── confesó, sintiéndose tonta al decirlo frente a Silas.
La expresión de Silas cambió completamente, tomando la seriedad que usualmente poseía y se puso recto, mostrando toda su altura.
── ¿Es Ginny?
Ella negó ── Es alguien más que parece estar feliz con lo poco que muestro. Por alguna razón, todos mis sentidos se ponen en alerta y hay algo dentro de mí que me dice que es malo.
── Si los espíritus comienzan a hostigarte, con más razón debes de aprender. No vayamos a lo del otro lado, pueden ser portadores que intenten penetrar a tu mente para encontrar puntos débiles y destruirte ── exclamó, tratando de que Sakura entendiera lo peligroso que podía ser.
Ella solo suspiró, bajando la mirada a sus manos ── ¿Y qué pasa si solo dejó de aprenderla?
── Eso iría contra todas nuestras reglas. Eres una portadora ahora, acéptalo y no dejes que otros te sobrepasen.
── Solo necesito tiempo, ¿sí? ── pidió, sintiendo la molestia en su cabeza ── Tengo que procesar todo esto. No puedo pensar con claridad cuándo siento tanta presión y este es uno de esos momentos.
Silas tomó la mano de Sakura antes que diera un paso adelante, sintió lo fría que estaba y cómo coincidía con su expresión tan triste e irritada.
── Tienes un maldito letrero en tu espalda que atraerá a cualquier tipo de criatura con sed de poder ── siseó molesto ── Esos lobos que atacaron fueron tontos y descuidados. No sabes si los que vienen sean inteligentes y puedan encontrarte.
Sakura se encogió de hombros y alejó su mano, agarrando el borde de su chaqueta.
── Para eso estás tú, ¿no? Haz tu trabajo bien y cuida mi espalda.
La chica salió de los pasillos, refugiándose en la parte trasera del internado donde todo parecía tener una calma. Se sentó en uno de los bancos y tiró la mochila al suelo, tomando un gran respiro.
La partida de Ginebra fue un gran golpe para ella. Aunque sus recuerdos seguían estando perdidos, sus sentimientos seguían intactos y le dolía saber que los perdió.
No había más viajes a su ciudad para verlos ni podía oír algunas de sus peleas matutinas.
Los recuerdos que comenzaron a salir, solo la confundieron. Ella miró a muchas criaturas, demasiadas para que los O'Higgins modificarán su memoria hasta el punto donde se hacía automáticamente y ahora que volvían, era como un golpe directo a su rostro.
Sakura se quedó una hora sentada, sus piernas se entumecieron y aunque no soportaba el frío, necesitaba que su cuerpo se congelara para desviar sus problemas a otro lado.
Unos minutos después de cumplir un poco más de las dos horas, miró a Silas caminar directo a ella y sentarse a su lado. El chico le ofreció un paquete de galletas, moviéndolo enfrente de su rostro hasta que no tuvo otra alternativa que tomarlo.
── Sé lo difícil que es tener magia ── Silas dijo, eliminando la tensión entre los dos ── Nadie puede entender la molestia de oír voces, los espíritus moviéndose entre las sombras y todas las visiones. Yo soy un vampiro y un portador, fui mordido hace unos años y desde entonces tengo está apariencia. No he podido salir del internado porque mi control a la sangre es muy mala además que tengo miedo de lo que puedo hacer cuándo salga. Puedo herir a muchas personas.
Sakura lo miró, frunciendo sus cejas ── No creo que hagas eso. Ayudaste a la chica que se estaba desangrando.
── Su sangre no era muy apetitosa para mí, por eso pude controlarme.
── ¿Cómo hiciste para tener tu magia? ── preguntó, olvidándose de la pelea que tuvieron.
── Sigo conservando mi magia a un precio que pagué bastante caro y que me arrepiento de haberlo hecho. Durante todo ese tiempo, fue muy difícil, no sabía quién era ni qué tipo de criatura, ambas me dominaban hasta que puse mis propios límites y acepté lo que soy.
── Pero tuviste tiempo para hacerlo, ¿no
── No el que yo quería. Sé que no es fácil para tí, eras una simple humana que descubrió de la peor manera el secreto más oscuro del mundo, pero es momento de que lo aceptes o va a consumirte ── explicó en voz baja. Se inclinó para poder mirarla directo a sus ojos ── Ginny murió y realmente detesto decirlo, pero ahora la magia te pertenece. Si quieres que los O'Higgins descansen en paz, utilízala y haz justicia, no lo pidas, tú debes de imponerla.
── Quiero hacerlo, Silas pero estoy tan confundida. Tengo... estos recuerdos que aparecen en mis sueños, yo amaba a los O'Higgins como si fueran mi propia familia y con solo pensar en que ya no los volveré a ver, mi interior sufre. No quiero seguir sintiéndome sola.
Silas extendió su mano, apartando el cabello del rostro de Sakura en una suave caricia. Se tomó el tiempo para recordar ese breve movimiento y como los ojos oscuros de la chica brillaron, mostrando un sentimiento que no quiso descifrar.
── No estás sola, Sakura Campbell, nos tiene a nosotros. No somos perfectos ni los más adecuados, pero podemos ayudarte, yo puedo hacerlo si me dejas hacerlo.
Sakura lo miró por unos segundos y bajó la mirada, sin poder resistirse a los ojos verdosos del chico. Sintió cómo sus dedos pasaron por su cabello con curiosidad hasta que la bajó, dejándola a centímetros de su pierna.
── Vas a arrepentirte de haberme dicho eso ── Sakura bromeó, creando una media sonrisa
── No hagas que me arrepienta ── él dijo, replicando la sonrisa ── Mañana te llevaré al lago, con Warren y Edvina. Vamos a comer y beber hasta que nos olvidemos de todo lo que está ocurriendo y pasemos un buen rato ── propuso.
── ¿Esa es tu sutil manera de que entre al bosque para que me mates? ── dijo, intentando mantener la seriedad en su rostro.
Silas lo pensó por unos segundos, creando un puchero con sus labios pálidos ── Es muy tarde para eso, te acabas de convertir en mi protegida e iría contra las reglas y yo siempre trató de cumplirlas.
── Buh, te enseñaré a romperlas ── murmuró con una decepción fingida.
La chica sonrió con la expresión divertida del chico, sus ojos verdosos parecían iluminar más su rostro y de alguna forma, eso le agradó. Sakura nunca hubiera pensado que, en ese momento tan frágil, la única persona que haría que su humor mejorará fuera Silas Miller.
── Espera, no tengo dinero ── masculló Sakura, sonrojándose por haber olvidado ese detalle ── No podré ayudar con la comida ni...
── No te estoy pidiendo dinero ── Silas se quejó, rodando los ojos ── Además, es una invitación. Tú no tienes que pagar nada, de eso nos encargaremos nosotros.
── ¿Sí? Nunca he ido sin aportar nada.
── Pues, está será tu primera vez. Ya en la próxima podrás invitarnos ── dijo él con una media sonrisa ── Ahora, levántate, tu trasero debe estar más pequeño de lo normal.
Sakura abrió su boca, ofendida por lo que dijo ── ¿Acaso lo has mirado?
La mirada de Silas brilló con una malicia mientras se levantó, ladeando su cabeza.
── Todo el mundo lo ha hecho ── dijo con tranquilidad.
Sakura no pudo responder, quedándose quieta por unos segundos mientras el chico aprovechó para caminar a la puerta. Ella reaccionó y corrió la pequeña distancia, sintiendo sus mejillas arder y no pudo evitar la sonrisa que creció en sus labios.
── Tú tampoco tienes mucho así que no te quejes ── siseó divertida.
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