forty two ──── night alone


─────────── CHAPTER FORTY ONE,

NIGHT ALONE ───────────



Las mejillas de Sakura se sonrojaron, poniéndose de un suave tono rojizo que fue bajando a su cuello. Ella se movió, sentándose a un lado de Silas quién la esperaba con calma, sus ojos verdosos puestos en sus movimientos.

── Es agradable saber que finalmente me han aceptado ── dijo, cruzando sus piernas ── Todavía me siento como una niña. Solo haciendo magia cuando lo necesito.

── Y eso es muy bueno ── comentó, pasando sus dedos por el hombro de Sakura ── La magia se despierta cuando siente que estás en peligro. Te protege, no todas las magias lo hacen.

── ¿Y... la magia puede llegar a tomar posesión del portador? ── cuestionó, aparentando estar tranquila.

Silas apretó sus labios, pensando mientras enrollaba un mechón de cabello entre sus dedos.

── Si, puede hacerlo. No es visto a menudo, pero supongo que la magia sale cuando el portador esté herido ── contó, encogiéndose de hombros ── Tú no debes de preocuparte por eso. Iras mejorando con el tiempo.

── Si es que tengo tiempo ── murmuró con voz dura.

La expresión de Silas se tensó, sus ojos verdosos se convirtieron en un pozo oscuro de molestia. Intentó tranquilizarse al notar la mirada de Sakura en él. Pasó sus dedos por su mejilla, queriendo alejar toda la tensión.

── No quiero volver a oír eso salir de tu linda boca ── pidió, acercando su rostro ── Es como si te dieras por vencida sin haber peleado antes.

── Gin me lo dijo ── confesó en voz baja, apoyando su mejilla en su mano.

── ¿Qué fue lo que te dijo? ── cuestionó, alzando sus cejas.

── Antes que desapareciera, me dijo que nunca ganaríamos y eso significa que, van a quitarme la magia ── masculló, sintiendo el miedo expandirse por su pecho ── No tengo otro final, Silas.

Una pregunta recorrió por la mente de Silas, haciéndolo dudar de que si realmente merecía a esa chica.

Una parte en su interior gritaba que no lo hacía, imponiéndose ante esa pequeña voz que le decía que si lo merecía y que firmemente quería creer.

Para Silas, no había necesidad de palabras para sentirse cómodo. Aunque adoraba la voz de Sakura, en ocasiones, prefería estar tranquilo, observándola hasta que su memoria poseyera cada detalle de ese rostro tan inocente.

── ¿Es importante ser parte de una familia, Silas? ── ella interrogó, deleitándose con la caricia en su mejilla.

Él la miró, confundido por esa desprevenida pregunta. Se sentó rectamente, bajando su mano a la pierna de la chica.

── Si quieres sobrevivir, tendrás que hacerlo. La mayoría de las criaturas se rige por la fidelidad a las familias ── dijo con suavidad.

── ¿Yo tendré que ser igual a ellos o a tí? ── musitó, frunciendo sus labios.

── Yo... soy fiel a las personas con las que me crié y con aquellas que me van mostrando que no van a entregarme ante la primera oportunidad ── declaró, frunciendo.

Sakura sonrió, dejando que sus dedos recorrieran la mejilla del chico ── Espero que algún día me llegues a incluir en esa lista.

Él asintió, agradándole que Sakura no lo presionara ni se enojara por sus palabras. Era una de las cosas que más le agradaba de la chica, a pesar de su curiosidad, conocía los límites y solo trataba de comprender la situación.

── Tendrás ese puesto, te lo aseguro ── prometió.

Sakura asintió energéticamente. Sin pensarlo, se lanzó a los brazos de Silas, sentándose en sus piernas y mirándolo detenidamente. Nunca se cansaría de observarlo, para sus ojos, era una belleza que no sé podía encontrar fácilmente.

Lo que más le gustaba era la forma de sus ojos, rasgados y de un color tan vivo que podía hundirse en ellos, sin dudarlo.

Una suave presión en sus labios hizo que Sakura volviera a la realidad, relajándose en el suave beso que estaba formándose.

Las manos de Silas tomaron la cintura de la chica, sosteniéndola antes que cayera atrás. El beso empezó a convertirse en uno hambriento, como si ambos necesitarán más de lo que podían dar.

Sakura tuvo que romper el beso, respirando fuertemente mientras Silas dejó besos por todo su cuello. Sus colmillos rozaron su piel, dándole la emoción en su pecho por ser mordida una vez más. Cerró sus ojos, esperando ese momento, pero solo sintió como el chico retrocedió, suspirando.

── No podemos seguir ── él le dijo, tirando su cabeza hacia atrás con frustración ── No podía controlarme. Sigo siendo un vampiro, no debo de olvidarlo cuando estoy contigo.

── Lo comprendo ── asintió, dejando caer sus hombros.

Silas rio suavemente, mirándola ── Acabo de matar el momento, ¿no?

Ella se inclinó, depositando un suave beso ── Nada que no se pueda recuperar ── murmuró seductoramente.

── Sakura ── la llamó, pasando su lengua por sus labios ── Tenemos que ir más despacio.

── Bien, supongo que tendré que esperar otro día más ── reprochó, apretando sus labios ── Silas, sabes que puedes decirme si necesitas de mi sangre. No es necesario que me muerdas, podemos sacarla con una aguja.

── Lo sé. Siempre quieres ayudar a todos ── habló, apartando el cabello del rostro de Sakura ── Es un poco extraño, no conoces a las criaturas que quieres ayudar.

Ella se encogió de hombros, acomodándose en el pequeño sofá ── Ahora soy parte de ustedes. Debo protegerlos tal como los O'Higgins lo hicieron cuando estaban con vida.

── No quiero que te hagas daño por ellos. Las criaturas son buenas, pero otras simplemente se aprovechan de la situación ── él comentó, rodando sus ojos con molestia ── No hay que confiar plenamente.

Una sonrisa apareció en los labios rojizos de la chica, mirándolo con diversión.

── Entonces, ¿debería de confiar en tí?

Silas le regresó la sonrisa, observando su alrededor ── Es probable que no. Estamos solos, en una cabaña oscura y podría morderte.

── ¿Sí? ── inquirió, alzando sus cejas ── Debería de rogar por mi vida, ¿no?

La diversión brilló en los ojos verdosos de Silas, dándole varios escalofríos a la chica. Sin darle tiempo a pensar, Silas cargó el cuerpo de Sakura, moviéndose con rapidez hasta el sofá más grande que estaba cerca de la fogata junto a varias almohadas y sábanas que había dejado anteriormente.

── Oh, no hagas eso de nuevo o voy a vomitar ── sentenció Sakura, agarrándose a los antebrazos del chico.

Silas río, depositando un corto beso en sus labios ── Tienes que acostumbrarte. Soy vampiro y en ocasiones, me muevo de esta manera.

── ¿Me llevarías a clase si me despierto tarde? ── cuestionó, ahora con interés.

── Solo si tienes una buena forma de pago ── dijo en voz baja.

Ella rió, golpeando su brazo. Silas se acostó, arreglando la almohada bajo su cabeza mientras Sakura utilizó su brazo como uno. Enredo sus cortas piernas con las de él, encajando perfectamente en el espacio.

── ¿Qué se siente ser vampiro? ── ella preguntó, recorriendo la camisa del chico con su dedo.

── Los primeros días fueron difíciles. La necesidad de la sangre era abrumadora, casi podía sentir cómo quemaba mi interior, pero después fue mejor, tanto que no me siento como un vampiro a excepción de si hay una persona enfrente mío, desangrándose o con una pequeña herida ── contó.

── ¿Es terrible las ganas de tomar la sangre?

── Peor de lo que te imaginas. Los vampiros no sienten dolor, pero cuando estás tan sediento, se vuelve de esa forma ── murmuró, mirando el techo ── Te quemas, asfixias e incluso deseas morir. Una sola gota puede satisfacerte en ese momento.

── Suena terrible ── musitó ella ── ¿Cómo lo soportas?

── No lo sé. Supongo que... todavía tengo una esencia humana que me hace querer vivir ── explicó, pasando sus dedos por el brazo de la chica ── Tengo un motivo para seguir aquí.

── ¿Yo puedo convertirme en vampiro? ── cuestionó Sakura, girándose para verlo mejor.

── Prefiero que no lo seas ── dijo con sinceridad ── La magia no ayuda a curar el veneno, menos si es tan fuerte. Además, es una batalla interior que no muchos ganan.

── Tú lo hiciste. Pudiste vencer ese veneno con la magia de los O'Higgins, ¿no?

Silas asintió distraídamente ── Lo hice. Supongo que era mi destino sobrevivir.

── ¿Puedo saber cómo te convirtieron? ── cuestionó suavemente para no presionarlo.

Los brazos de Silas se tensaron por unos segundos hasta que se calmó, tomando una larga respiración que no necesitaba.

── Es una historia confusa. No recuerdo mucho sobre ese día, pero mi padre me lo dijo cuando estaba más... estable ── murmuró, perdido en sus pensamientos ── Fue una noche de luna llena. Todos los lobos estaban encarcelados y mi padre me dijo que tenía que cuidar del portón hasta que él volviera. Oí un disturbio en la casa, intenté escuchar, pero lo único que sentí fue una mordida en mi hombro.

── ¿Conoces al vampiro que te mordió?

── Murió ese día. Los lobos lo despedazaron, no fue la primera vez que lo hizo así que tenían permiso para asesinarlo. Los Miller me ayudaron de inmediato y Ginny hizo lo que no debía, me dio de su magia para que pudiera sobrevivir ── contó, bajando su mirada ── Llevo varios años congelado en esta edad.

── ¿Y te sientes mayor a cómo luces?

── En este preciso momento, no ── negó con una sonrisa en sus labios ── Los Miller intentaron controlarme, pero fue imposible y así fue como vine a este internado.

── A pesar de todo, tu padre aceptó cuidarte, ¿no?

── Si, lo hizo. Mi padre es un ser problemático, pero me ayudó en todo lo que necesitaba ── confesó, apretando sus labios por unos segundos ── Por supuesto que pudo dejarme con los vampiros o los brujos, pero no lo hizo, se quedó conmigo.

── Y te crió de la mejor forma que pudo ── aceptó Sakura, acariciando su mejilla con suavidad ── Supongo que quedarte con esa apariencia tendrá sus ventajas, ¿no?

── En ocasiones. Lo único es que... tendré que ver como todos envejecen y yo quedaré así.

── No lo veas de esa manera, Silas ── susurró, apoyando su mentón en el pecho del chico ── Si lo haces, tendrás una vida infeliz. Es mejor que lo veas como miles de oportunidades para conocer gente, ver cómo se desarrolla y finalmente descansa sabiendo que vivió la mejor experiencia de su vida.

Silas se quedó en silencio, oyendo las palabras de Sakura mientras su mente imaginaba todos los escenarios donde esa chica que podía hacer que su corazón latiera, fuera envejeciendo poco a poco hasta dejarlo en ese mundo, completamente solo.

── ¿Cómo es que puedes ser tan sabia? ── él preguntó con diversión.

Ella lo pellizco en su brazo, volviendo a acostarse ── Siempre lo soy ── replicó, acomodándose a su lado ── Oye, tengo otra pregunta.

── Ya te habías tardado ── canturreó él, sonriendo.

── ¿Quién será el líder de los lobos cuándo tu padre lo deje? ¿Se lo darán a Warren? ── interrogó.

── Está entre las opciones, pero no están seguros. Está más que confirmado que yo no estoy. Pertenezco a los vampiros o a los portadores ── informó.

── Si los dos te dan la opción de ser líder, ¿a cuál elegirías?

── Mi padre ha estado insistiendo que vaya con los vampiros. La relación de lobos y vampiros no es muy buena así que está buscando una forma de volver a esa alianza.

Ella lo miró, sorprendida ── ¿Y tú lo quieres? Es un trabajo duro, serias como el presidente de toda una nación.

── No lo sé ── negó, dándole una suave sonrisa ── Prefiero ignorarlo. Hace tiempo, mi padre me dijo que me fuera con los portadores. Siempre cambia su decisión cuándo me acercó a mi último año del internado.

── Está indeciso, supongo que esa decisión cambiaría el rumbo de los lobos ── musitó.

── Tal vez tenga un plan en mente. Probablemente sea la primera criatura en querer que todas las familias se lleven bien.

── Con tal que no perjudique mi vida, estaré bien ── susurró, cerrando sus ojos.

Sakura lo miró atentamente como si fuera la criatura más interesante aún cuando estaba relajado.

── ¿Volveremos al internado? ── Sakura cuestionó.

Silas suspiró, acomodando a la chica en su cuerpo. Pasó uno de sus brazos por la cintura de Sakura, manteniéndola cerca.

── Le diremos a la directora que tomó más tiempo de lo esperado ── gruñó.

Ella rio, agarrando una de las cobijas. Se acomodó en ese espacio, enredando sus piernas para sentirse mejor. El cuerpo del chico era frío, su lado vampírico lo mantenía en ese estado, pero la chica le agradaba, lo suficiente para no molestarse

── Supongo que dormiremos aquí ── susurró somnolienta ── Buenas noches.

Silas depositó un suave beso en la frente de Sakura, acomodando su cabello ── Trata de no moverte o nos caeremos.

Ella rio, cerrando sus ojos oscuros ── No puedo prometerlo.



Unos golpes en la puerta hicieron que Sakura se despertara, parpadeó varias veces, enfocándose en su alrededor. Las manos de Silas se encontraban en su cintura, manteniéndola con firmeza.

Una sonrisa apareció en su rostro al recordar sus últimas palabras. Después de todo, ninguno se cayó al suelo por su culpa.

── Silas ── lo llamó en voz baja al oír otro golpe en la puerta. El chico se acomodó, enterrando su rostro en la almohada ── Silas, alguien está afuera.

Cómo si necesito oír esas palabras para despertarse, el chico abrió sus ojos, sentándose con molestia. Apartó su cabello oscuro con molestia, bufando a la puerta.

── No pueden dejarnos a solas por un momento ── gruñó, arrugando su nariz con molestia.

── ¡Es mejor que te arrepientas de tus palabras, primo, me extrañaras el día que no esté cerca! ── gritó Warren desde afuera.

Sakura rió, sentándose a un lado e intentando amarrar su desordenado cabello en una coleta.

── ¡Es mejor que ambos estén vestidos! ── Edvina comentó, tocando la puerta con insistencia.

── ¿Por qué no lo estarían? ── Warren preguntó con curiosidad.

── Es obvio, ¿no? Están solos, haciendo un ritual y son compañeros de sangre ── explicó la chica como si fuera lo más normal ── Sí que eres lento en estas cosas── le reprochó.

── Oh, ya entiendo. Es por la tensión entre los dos, ¿no? ── dijo, tratando de tener una respuesta directa de parte de Edvina.

── Idiota ── le masculló.

La puerta de la cabaña fue abierta, dejando entrar un poco de sol en aquella sala a oscuras. La cobija resbaló del cuerpo de Sakura al ponerse de pie, sonriendo ante la molestia evidente de Silas.

── No huelo a sexo ── murmuró el chico, olfateando su alrededor ── Ambos siguen siendo vírgenes.

Las mejillas pálidas de Sakura adquirieron color con sus palabras. Silas aclaró su garganta, mirando a su primo con molestia y negó con su cabeza.

── Deja de molestar tan temprano ── reprochó, estirando sus brazos ── ¿Qué hora es?

── Siete de la mañana ── respondió Edvina, apoyándose en uno de los sillones ── La directora nos mandó a buscarlos. Supuse que vendrían aquí.

── ¿El hechizo funcionó? ── Sakura le preguntó, recordando lo que habían hecho la noche anterior.

── Lo hizo ── asintió con una sonrisa ── Sano a todas las criaturas. Gracias por ayudarlos.

── Si puedo ayudarlos, lo haré ── murmuró la chica, cruzándose de brazos ── No me molesta.

── Eso suena bastante valiente ── Warren habló, ladeando su cabeza ── Si quieres ayudar, deberías de prepararme una poción para atraer mi alma gemela.

── Eso no es posible ── negó Silas, levantando las sábanas del suelo ── Ya lo habíamos hablado.

── ¡Claro que es posible! ── reclamó, rodando los ojos ── Lo leí en uno de tus libros de magia avanzada. Tengo que confesar que ustedes tienen unos hechizos muy retorcidos ── susurró con un tono de miedo.

── He leído sobre eso ── Sakura lo interrumpió ── No funciona de la manera en que piensas. Es más como una hipnosis, no amor verdadero.

Warren frunció los labios, disgustado ── Los dos son unos aburridos. Por eso se llevan tan bien ── reclamó.

Edvina rodó los ojos, acercándose a su amiga ── Si abrieras tus ojos y no te enfocaras solo en ver traseros, sabrías que tu alma gemela está enfrente de ti.

Las tres criaturas la observaron con sorpresa, sus ojos expandiéndose de la impresión por sus palabras. Sakura se movió, abriendo y cerrando su boca repetidas veces.

── ¿Tú eres...?

Edvina negó antes que Sakura terminara de preguntar, agitando sus manos.

── No me refiero a mí. Quiero decir, le gustas a la chica lobo de cabello corto, siempre se sienta adelante de tu mesa para llamar tu atención ── explicó con rapidez, rascando su mentón en un modo de quitar la incomodidad de su cuerpo ── Yo jamás estaría con alguna criatura como él ── dijo, señalando a su silencioso amigo.

── Eso sonó demasiado duro ── musitó Warren ── Pensé que si podíamos ser pareja.

── ¿De qué estás hablando? ── interrogó la chica, enfrentándolo.

La seriedad de Warren se rompió cuando soltó una fuerte carcajada, tirando su cabeza hacia atrás con diversión.

── No, es broma. Nosotros no duraríamos ni un día como pareja ── comentó, mirando a sus amigos desconcertados ── Ella me mataría y de una forma muy dolorosa.

── Eres un idiota ── le masculló Edvina, golpeándolo. Se acercó a Sakura, arreglando su cabello desordenado ── Vámonos, tienen que ir a clases. La directora no les dará un permiso exclusivo, aunque hayan salvado a sus alumnos.

── De cualquier forma, no lo hubiera creído ── musitó.

Sakura tomó su mochila, incluyendo la de Silas a quién se la extendió. Arregló los cojines que utilizaron la noche anterior y dejó a un lado las velas quemadas por el hechizo.

── Así que, ¿cómo les fue en el hechizo? ── preguntó Warren, viendo los objetos quemados en el basurero.

── Mejor de lo pensado ── masculló Silas ── ¿Sucedió algo en el internado cuando no estábamos?

El chico negó, cruzándose de brazos ── Nada que incluya algún daño. Las criaturas sanaron rápidamente, parece que vuelves a tener cientos de favores.

── Si, ni siquiera recuerdo a cuantos les he salvado la vida ── comentó con los dientes apretados ── Desventajas de ser un vampiro y portador al mismo tiempo, ¿no?

Warren no respondió ante la molestia de su primo. Sabía que Silas siempre fue ocupado como la tarjeta poderosa del internado, creando hechizos demasiados difíciles que podría matar a los portadores a excepción de él. Con el veneno vampírico corriendo por sus venas, podía sanar rápidamente e incluso sentir menos dolor que otra persona.

Una pequeña figura apareció al lado de su primo, arreglando la chaqueta que parecía esconderla del exterior. Sonrió al ver como luchaba con la capucha hasta que Silas la ayudó, arreglándola.

── ¿Por qué hace tanto frío? ── Sakura cuestionó, apretando sus labios.

── Para mi suerte, no siento frío ── Edvina comentó, cargando la mochila de su amiga ── Mi piel me protege ante cualquier clima.

── Oh, ¿qué puedo hacer para no sentir frío? ── preguntó, mirando sus manos blanquecinas.

── Abrigarte bien es una de las opciones ── intervino Silas.

Una textura suave acarició el cuello de Sakura, asustándola al principio por el desprevenido movimiento. Silas ajustó la bufanda roja, introduciendo los bordes en la chaqueta para que luciera perfecta.

── Entrarás en calor ── él musitó desinteresadamente.

Una sonrisa apareció en el rostro de Edvina, incapaz de ocultarlo por la emoción. Warren no pudo hacer lo mismo, en cambio, soltó una carcajada, aplaudiendo con emoción.

── Eso sí es una verdadera prueba de amor ── dijo, señalándolos sin vergüenza.

── Cállate ── Silas le dijo con los dientes apretados.

Recogió su mochila del suelo y entrelazo sus dedos con los de Sakura, dirigiéndose a la salida sin esperar a sus amigos que hablaban con emoción sobre lo sucedido.

Fue un gesto que no pensó, simplemente ocurrió, pero no se arrepentía, sobre todo cuando observó esos ojos oscuros brillando de alegría.

── No arruines el momento ── Edvina ordenó, clavando su codo en el estómago de Warren.

── Es imposible no emocionarte ── contó, caminando deprisa ── Durante años, pensé que Silas si tenía un corazón frío. Nunca me ha dado nada, ni siquiera cuando quede desnudo en una luna llena.

── Tú eres diferente y no se trata sobre ti, sino de ellos. Yo también quiero disfrutar este momento, puedo aprovechar y tomar sus libros mientras Sakura lo distrae ── comentó su plan, recibiendo una confirmación de su amigo.

── Ella será nuestra arma secreta para deshacernos de él. ¿Por qué nunca lo pensamos?

── ¿Pensamos? ── replicó ella, frunciendo sus cejas ── Yo siempre lo supe, tú eres un lento.

Silas solo suspiró, oyendo la conversación. Iba a girarse a detenerlos cuando vio la mirada en Sakura, sus labios estaban curvados en una suave sonrisa que pocas veces podía verla y sus ojos oscuros mantenían una alegría que simplemente hizo que toda molestia se disipara.

Le gustaba que hablaran de ellos dos como una pareja, incluso ese pequeño gesto de la bufanda fue perfecto después que pasaran la noche juntos.

Ella alzó su mirada, encontrando los ojos verdosos de Silas. No hubo necesidad de palabras para transmitirle que estaba bien, no le molestaba la felicidad excesiva de sus amigos, en cambio, le gustaba y los latidos de su corazón lo demostraban.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top