forty one ──── salvation spell
─────────── CHAPTER FORTY ONE,
SALVATION SPELL ───────────
Sakura salió de sus pensamientos cuando la puerta fue abierta. Silas entró junto a Edvina quién mantuvo una pequeña sonrisa.
── ¿Estás bien? ── preguntó, acercándose a la camilla tratando de ocultar su evidente preocupación ── Estabas tan pálida cuando salimos del bosque que pensé que Alana te había drenado.
── No era tan malo ── masculló en voz baja, cerrando la caja de chocolates ── Solo... mi cuerpo necesitaba crear sangre.
── Alana te debe un gran favor ── señaló la chica, cruzando sus piernas con suficiencia ── Nadie se dejaría morder por un vampiro que no tenga autocontrol.
── Lo sé ── suspiró la chica ── Ella lo necesitaba. Además, sabía que ustedes me cuidarían, por eso corrí el riesgo ── declaró con una sonrisa ── Mi cuello es demasiado lindo para ser roto de esa forma.
Silas asintió, acordando silenciosamente con las palabras de la chica. Antes de poder hablar, Edvina se adelantó, bufando.
── Ahora Alana será tuya ── murmuró, gustándole ese pensamiento ── Debemos de hacerla pagar por todo lo que hizo, idear un plan para derrotarla y que su egocentrismo caiga al suelo.
── No le metas ideas equivocadas ── Silas canturreó, cruzándose de brazos ── Fue un favor. Todos acordamos en eso, ¿no?
Edvina asintió inocentemente ── Si, un favor que debe de pagar. Como las buenas amigas que somos, Sakura me ayudara a vengarme ── decidió.
── No queremos otra luna llena ── masculló Silas, cruzándose de brazos con molestia.
── No lo habrá ── repuso, sentándose rectamente ── Además, venia para pedirte ayuda ── dijo a Sakura, su mirada perdiendo la diversión que había adquirido.
── Todavía no, Edvina ── Silas la interrumpió, poniéndose en alerta ── Acaba de despertar y puede ser demasiado, buscaremos a alguien más.
── ¿Qué sucede? ── Sakura interrumpió, mirando entre ambos ── ¿Te pasó algo, Edvina?
── No a mí ── masculló la chica entre dientes, dándole una mirada de molestia al chico ── Muchas criaturas quedaron heridas después de la embocada en el bosque. Ninguno ha muerto pero... los portadores no han podido eliminar el veneno que algunos ingirieron.
── Es demasiada magia ── Silas se interpuso, tratándole de explicar a Sakura el por qué ── Es fuerte, una vez te dije que era muy difícil vencerlo.
── Pero pueden intentarlo. Tú tienes la magia de los O'Higgins al igual que Silas ── Edvina dijo, mirándola con súplica en su mirada ── Si se unen y lo intentan, salvaran a muchos.
── No es necesario. Las criaturas mueren a diario, si hay suerte, algunas viven ── informó el chico de mala gana.
── ¡Eso no es cierto! La magia de los O'Higgins es fuerte, capaz de romper cada malicia o veneno creado por otros portadores ── exclamó la chica, perdiendo la poca paciencia que tenía ── Nunca te pediría algo peligroso, Sakura pero son nuestros compañeros. Si existe la posibilidad de ayudarlos, hay que hacerlo, ¿no?
Sakura miró a Silas, viéndolo por unos segundos con una suavidad que de inmediato el chico quiso decirle que sí. No podía negarse ante ella.
── Podemos intentarlo, los dos ── declaró, utilizando su voz más suave ── Me siento bien.
── No se tratan de un par de criaturas ── Silas informó, acercándose con lentitud ── Son unas veinte, tal vez más.
── Igualmente lo haremos. Si podemos salvar, aunque sea la mitad, me sentiré satisfecha.
── Por favor, Silas ── rogó Edvina, esperando una respuesta afirmativa ── Hay varios de mis hermanos afectados. Que no me agraden, no significa que los quiero muertos.
La expresión molesta de Silas no duró mucho cuando observó a Sakura creando un puchero.
Sus ojos se suavizaron al instante, recordando lo que hicieron hace unos segundos y como su corazón, que apenas latía, se volvió loco con su cercanía.
Ahora no podía negarse a Sakura Campbell.
── Cuando pida que paremos, lo haremos ── sentenció duramente directo a la chica.
Ella asintió energéticamente, levantando su pulgar en aprobación ── Lo haré, lo prometo.
Silas observó por la ventana como la oscuridad estaba apareciendo en el bosque. Apretó sus labios por unos segundos, pensando en el lugar para hacer el hechizo.
── Pronto anochecerá ── él avisó ── Podemos utilizarlo a nuestro favor, pero antes tienes que comer. Alista una pequeña maleta con ropa, por las dudas.
── Está bien, también necesito una ducha ── musitó, tocando su cabello con preocupación.
── Si, definitivamente. Apestas a Alana ── Edvina le dijo, arrugando levemente su nariz con disgusto.
Sakura imitó su acción, oliéndose los brazos ── ¿En serio?
── Solo está exagerando ── Silas la calmó, apartando suavemente el cabello en su hombro ── Es una mínima fragancia.
Edvina rodó los ojos, negando hacia al chico ── A veces olvido que eres un vampiro con un buen olfato.
Sakura rió a su lado, levantándose de la camilla ── Silas se comporta más como un portador que un vampiro ── afirmó, agarrando la caja casi vacía de chocolates.
Él sonrió maliciosamente, acercándose al oído de Sakura ── Si quieres puedo enseñarte mi lado vampírico ── le susurró roncamente.
── No, no ── Edvina interrumpió, levantándose de un solo saltó ── No quiero oír sobre sus cosas sexuales de intercambió de sangre vampírico ── se quejó, fingiendo molestia.
── ¿Qué? No dije nada malo ── se excusó el chico, sin perder la diversión en su rostro.
── Oh, no me mires así ── lo señaló, dándole un golpe en su brazo ── Tú sabes de lo que habló. No puedo creerlo, ya veo que esas cosas vienen de familia ── suspiró, masajeándose su frente.
Sakura rio, empujando levemente a Silas ── Te estás divirtiendo, ¿no?
── Como nunca lo hice ── aceptó en voz baja, entrelazando sus dedos.
El reloj del internado sonó a las ocho de la noche, su característica campana anunció la hora en todas partes. Silas tomó la mano de Sakura, sintiendo lo delicada y suave que era bajo su tacto.
Ambos se dirigieron a la salida del internado en silencio, cada uno cargando un pequeño bolso e instrumentos necesarios para poder hacer que el hechizo funcione tal como esperaban.
Silas consiguió el permiso de la directora para salir tan noche, después de todo, seguían siendo sus estudiantes y sus reglas siempre debían ser respetadas.
── ¡Esperen! ── oyeron el grito de Edvina
Sakura se detuvo, una sonrisa desplazándose por su rostro al mirar a su amiga corriendo junto a Warren.
── ¿Quién te persigue? ── ella le preguntó risueña.
── Tienes que abrigarte mejor ── Edvina le dijo, extendiéndole un par de guantes rojizos ── Será una noche helada, el señor del tiempo lo pronosticó.
── Y yo le explique que eso es mentira ── Warren habló, rodando los ojos ── Sabemos que será una noche fría para nuestra criatura interior.
── Por eso te traje unos guantes y esta chaqueta ── contó, extendiéndola ── Póntela, quiero ver como luce en ti.
Sakura cedió, dejando el bolso en el suelo mientras Silas le ayudaba a quitarse su abrigo. La chaqueta se ajustó rápidamente al cuerpo de la chica, dándole calor y calidez, justo lo que necesitaba para enfrentarse al helado bosque.
── ¿Cómo se ve? ── les preguntó, pasando sus manos por la tela suave.
── Perfecta ── asintió Warren, alzando su pulgar en aprobación ── No hagan nada indebido cuando estén a solos. No quiero ponerle quejas a mi tío.
Silas gruñó, rodando sus ojos claros ── Cállate, tampoco eres tan santo. Vamos, se hace más tarde.
── Si, váyanse antes que los detenga ── Warren gritó, señalándolos.
── Tú sí que molestas ── gruñó Edvina, golpeándolo en el estómago.
Sakura solo sonrió, tomando por instinto la mano de Silas. Con cada paso que dieron, la pelea de ambos se hizo más baja y el silencio volvió a aparecer.
── ¿Iremos lejos del internado? ── ella cuestionó.
── A la cabaña. Es un lugar seguro de cazadores ── explicó, ladeando su cabeza ── ¿Te he dicho que tiene un hechizo a su alrededor?
── No lo creo── negó, intentando recordarlo.
── Es un hechizo que tienen la mayoría de casas. Cualquier ser no invitado podría morir dolorosamente ── contó, sonriendo ── Es muy bueno. La cabaña tiene un hechizo contra los cazadores.
── ¿Y se puede modificar a cualquier criatura?
── Si, es bastante sencillo una vez que el hechizo esté implantado ── murmuró ── Por eso iremos ahí. Cualquier humano que intente cruzar, la magia lo matara.
Sakura se estremeció con el hecho de pensarlo. Si un humano llegaría a entrar por equivocación, acabaría muerte y por la manera en que Silas lo contó, no sería algo de unos segundos, conociendo a los Miller, serian horas de tortura hasta aburrirse.
── Suena... escalofriante ── le susurró.
Silas la miró, encogiéndose de hombros ── Supongo que sí. Después te darás el tiempo que es necesario.
Ella también lo observó, pensando en cómo era tan sencillo hablar sobre ese tema para las criaturas. Como humana, era difícil para Sakura pensar en hacerle daño a alguien más, incluso el recuerdo del bosque seguía molestándola, persiguiéndola como una pesadilla.
── ¿Tienes frío? ── Silas preguntó al sentir sus manos heladas.
Sakura sonrió, asintiendo ── Un poco. No sabía que el bosque podía ponerse tan frío.
Y no era del todo mentira. Cada vez que hablaban, una nube de vapor salía de sus bocas, desapareciendo rápidamente. El frío empezó a colarse en el interior del cuerpo de la chica y aunque la chaqueta era lo suficiente gruesa, no la protegía del todo.
Todavía seguía sorprendiéndose de lo fuerte que era el clima en ese lugar. Todavía pudo recordar las palabras de aquella mujer que la llevó al internado sobre el clima siendo de esa forma por las criaturas a su alrededor.
De alguna forma, estaban conectadas tal como los animales que salieron cuando las criaturas entran al bosque.
── Abrígate mejor ── él habló, arreglando la chaqueta con suavidad ── Entraras en calor muy pronto.
── Lo intentó ── murmuró, sin perder la sonrisa ── ¿Y tú? ¿Sientes frío? ── bromeó.
Una sonrisa escapó de los labios de Silas, sorprendiendo a Sakura por lo ligera e inocente que sonó. Cada vez que el chico dejaba que su personalidad flotara, alejando toda esa molestia, era simplemente perfecto.
Cómo pensó en un comienzo, Silas era atractivo a la vista. Lo primero que resaltaba eran sus ojos verdosos rasgados, su apariencia diferente hacía que resaltará y su gran altura lo respaldaba.
La mejor parte de Silas para Sakura era su sonrisa. Esa que pocas veces le enseñaba, simplemente hacía enloquecer su corazón y querer observarlo por todo ese tiempo que él le ofrecía.
Silas y Sakura llegaron a la cabaña, los recuerdos sobre su inesperado fin de semana pasaron por la mente de la chica e hizo que sonriera. Simplemente fue uno de sus mejores viajes y donde pudo descubrir lo que sentía por el chico a su lado.
El chico dejó la mochila en una de las mesas. Quitó el bolso de las manos de Sakura, dejando que inspeccionará la oscura cabaña.
── ¿Quieres algo de luz? ── ella preguntó con una sonrisa resplandeciendo en su rostro.
── Solo hazlo, sé lo que quieres ── comentó, cerrando la puerta.
La chica miró la fogata, recitando un hechizo en voz baja. Una llama apareció entre las maderas, iluminando la cabaña y haciendo que el calor se expandiera.
── ¿Viste lo que hice? ── cuestionó con orgullo.
Él se acercó, posando sus manos en el cuello de Sakura ── Por supuesto. Ya veo que eres una portadora completa.
── ¿Y lo dudas? ── ella musitó, inclinándose hacia adelante.
Sus labios se unieron por unos segundos, besándose con tranquilidad. Las manos de Sakura recorrieron el pecho duro del chico hasta que él se separó, gruñendo.
── Despacio, tenemos que hacer un hechizo, ¿lo recuerdas?
Ella rió levemente ante la mirada soñadora del chico ── Solo estábamos poniéndonos cómodos, ¿no? ── ella comentó, alzando su ceja.
── Tú y tus respuestas sabias ── replicó en voz baja ── Vamos, apréndete el hechizo.
Sakura solo rio, separándose. Tomó el libro de hechizos, memorizando las letras en latín mientras Silas creaba el círculo junto a las velas.
── Un día tienes que enseñarme a hacer eso ── dijo, señalando todos los símbolos ── Es lo único que no entiendo.
── ¿Por qué? ── él interrogó, entrecerrando sus ojos ── ¿Quieres hacer un hechizo sola?
── No suena tan mal ── bromeó, encogiéndose de hombros ── Tal vez pueda hacer que te enamores perdidamente de mí.
Silas sonrió, deteniendo de dibujar el círculo. Alzó su mirada, posándola en ella con diversión.
── No tienes que utilizar un hechizo ── él susurró, pasando su lengua por sus labios rojizos ── Ya lo estás haciendo. Demasiado bien para poder resistirme.
Las mejillas de Sakura se enrojecieron ante sus palabras. Sintió su corazón latir con rapidez e intentó calmarse, respirando profundamente.
── Me gusta cómo suena eso ── le confesó, apoyándose en la pared. Las llamas le iluminaban sólo la mitad de su rostro, mostrando una suave sonrisa ── Tal vez tú necesites de ese hechizo.
── Apenas inició ── Silas replicó, volviendo su atención al círculo ── Y tú corazón te delata. Parece que ambos vamos por un buen camino, ¿no?
── Supongo. Tal vez... necesite un hechizo para que no oigas mi corazón, te cuenta acerca de todos mis sentimientos.
Él terminó de dibujar, palmeando sus manos para quitar la suciedad ── Tendré que oponerme a esa decisión. Me gusta oír el latido, me hace sentir... humano y confieso que me hace feliz, así puedo saber que soy el único que puede hacer que te sientas de esa manera.
── Eso es injusto. Tienes la ventaja de saber cómo me siento ── replicó, ladeando su cabeza ── Para ser justos, tienes que decirme cómo te sientes o te haré un hechizo para hables.
Silas rio levemente, acercándose con pasos lentos ── La oferta suena muy tentadora, ¿no?
── Así es ── asintió, intentando permanecer tranquila ante la mirada penetrante del chico ── ¿Puedes imaginarlo? Ya no tendrás que ocultarte nunca más.
── Pero eso me bajaría puntos, ¿no? Te gusta mi lado... misterioso, serio e incluso protector ── mencionó, posicionándose enfrente de ella.
── ¿A quién no le gustaría un chico así? ── cuestionó, alzando su rostro con reto ── De todas formas, me gustaría saber cómo te sientes en ocasiones.
── ¿Cómo ahora mismo? ── preguntó en voz baja, con un susurro ronco.
Ella asintió, sintiéndose repentinamente emocionada por saberlo. Silas puso sus brazos a los extremos de la cabeza de la chica, apoyándose en la pared.
── Dime cómo te sientes cuando estás cerca de mí ── pidió Sakura, pasando un dedo por la mandíbula del chico ── Solo tres sentimientos, nada más.
Él sonrió, ladeando su cabeza con diversión ── Seducido ── susurró, rozando sus labios.
Sakura cerró sus ojos ante el contacto, apretando fuertemente sus manos ── Pero no he hecho nada, todavía.
── No es necesario. Solo necesito que me mires para sentirme de esa forma ── explicó, pasando su nariz por el cuello de ella ── Incluso tu sangre me atrae de una forma inexplicable. Parece que después de todo, estabas destinada para mí.
Ella sonrió, abriendo sus ojos para encontrarse con la mirada más profunda que alguna vez había aparecido en el rostro de Silas. Su pecho se apretó de una forma que le gusto, tan cálido y familiar que deseo que nunca desapareciera.
── ¿Qué más? ── ella murmuró.
Él apretó sus labios, pensativo ── Tranquilo. Tú me haces sentir... en paz, un sentimiento que pensé que nunca volvería a tener.
── ¿Por qué? ── cuestionó, frunciendo sus cejas ── La tranquilidad no puede perderse, Silas. Siempre hay una persona, un objeto e incluso un lugar que puedas transmitirlo.
── Entonces tú eres la persona que transmite paz, aquí ── dijo, posicionando su mano encima de su corazón.
Los labios de Sakura se curvaron en una sonrisa, sin perder la mirada en el chico. Entrelazo sus dedos, sintiendo cómo poco a poco, Silas iba exponiéndose a ella de una forma inesperada.
── ¿Y él tercer sentimiento?
── Ese... será solo para mí ── musitó, cerca de sus labios.
── ¿Qué? ── cuestionó, creando un puchero ── Dijimos que serían tres.
Él negó, pasando su pulgar por encima del mohín de Sakura.
── Nunca acepte esa condición. De todas formas, dos de tres es un buen avance, ¿no?
Sakura bufó, rodando los ojos ── No tendré otra opción que aceptarlo. Ese tercer sentimiento me lo debes.
Silas se separó, manteniendo una sonrisa divertida en sus pálidos labios. Sakura suspiró, recuperando la tranquilidad en su cuerpo después de oír esas palabras.
── Traje varios objetos de los estudiantes afectados ── él contó, enseñando la bolsa en su mano ── Ayudará a que el hechizo no sane a nadie más, no queremos que los cazadores en forma de estatua también vuelvan.
── Si, no creo que sigan con vida ── ella negó, leyendo el hechizo que había olvidado ── Los humanos no tardamos mucho como las criaturas.
── Lo sé. Demasiados frágiles y sensibles ── se quejó, encendiendo las velas con un solo movimiento de manos.
── ¡Oye, también soy humana! ── Sakura gruñó, reprochándole.
── Tú eres todo menos una humana, pensé que ya habíamos hablado sobre eso ── él murmuró, frunciendo sus cejas.
── Pero pueden dañarme con mayor facilidad. De igual forma, ¿cómo los cazadores se dieron cuenta de la existencia de las criaturas? ── cuestionó, sentándose en el sofá.
── Los cazadores se crearon después del encarcelamiento de los titanes ── Silas contó, sentándose al lado de la chica ── Las generaciones nuevas nacían como humanos, ya no tenían el poder de ser criaturas sin ser mordidos y eso era extremadamente peligroso.
── Podían morir, ¿no?
── Exacto. Algunos fueron creados por celos, no tenían poderes y por ende, fueron los menos... beneficiados. El resto de cazadores lo hicieron para salvar a sus familias, siempre hay algunos que se descontrolan ── musitó, encogiéndose de hombros con indiferencia.
── Los cazadores que han venido son expertos, ¿no? Pudieron entrar al internado y sus armas son rápidas, letales.
── Años de experiencias cazándonos, pero últimamente se han debilitado. Las criaturas han demostrado que no son peligrosos y si lo son, serán encerrados en algún internado.
── De cualquier forma, suena grosero ── confesó, arreglando su cabello.
Silas asintió, entendiéndola ── Es un... pago por lo que somos. Muy pronto lo entenderás, cuando estés afuera.
── Eso será difícil. Vivir sabiendo que siempre tendré a personas queriendo matarme.
── No puedes evitarlo, pero si ignorarlo ── él murmuró, acercándose. Tomó un mechón de su cabello oscuro, pasándolo detrás de la oreja decorada por un pequeño arete en forma de estrella ── Será sencillo, me tendrás a mí para avisarte sobre cualquier idiota que quiera pasarse de listo.
── Eso puedes asegurarlo, además, me debes un tercer sentimiento ── señaló, alzando tres dedos con una media sonrisa.
Él rodó los ojos, levantándose ágilmente ── Vamos, hagamos ese hechizo antes que la directora venga a supervisarnos.
── Por alguna estoy nerviosa ── susurró, siguiéndolo por detrás con lentitud── ¿Tengo que estarlo?
── No, es igual que el resto de hechizos. Ya sabes el hechizo, solo enfócate en eso.
Sakura asintió, quitándose el abrigo. Se quedó en un suéter oscuro con cuello alto, una cadena de oro era la única joyería que llevaba encima junto a sus aretes. Sintió un peso presionándose en su cintura y sonrió, sabiendo de quién se trataba.
── ¿Sucede algo? ── ella cuestionó.
Silas la observaba en silencio, absorbiendo cada detalle de aquella chica que lo mantuvo loco. Se inclinó, presionando sus labios por unos segundos antes de retirarse.
── Dime si no quieres seguir, ¿sí? Entre todas las criaturas, soy el que más te entiende ── él dijo en voz baja ── Confía en que no diré absolutamente nada si quieres dar un paso atrás.
Sakura rió suavemente, acariciando la mejilla del chico con sus nudillos ── Lo haré, por lo menos, hay que intentarlo.
Ambos se acomodaron frente a frente, apoyando sus rodillas en los cojines que Silas puso antes de iniciar. Las velas se encendieron por sí mismas al sentir la magia de aquellos portadores y el círculo creó una luz dorada, asombrando a Sakura.
── Se ha sellado ── el chico explicó ── Hemos comenzado bien. Recitaremos el hechizo y después quemaremos los objetos.
── Lo entiendo.
Sakura entrelazo sus manos con los de Silas, sintiendo una fuerte energía de magia recorrerlos. Lo miró a los ojos, asombrándose de como ahora era tan sencillo conectarse.
Silas fue el primero en decir el hechizo, seguido de Sakura. Las palabras en latín salieron como una suave melodía de sus labios, cualquiera que pudiera oírlos, lo señalaría como una canción.
El fuego a su alrededor comenzó a expandirse, tal como una serpiente, se enrollo en aquellos portadores sin llegarlos a quemar. Desde su posición, Sakura pudo oír el fuerte viento que empezaba a crearse fuera de la cabaña e incluso los aleteos de los pájaros que salieron corriendo ante tal suceso.
Un fuerte dolor atravesó por la espalda de Sakura, sorprendiéndola. Por instinto apretó las manos de Silas, haciendo que el chico la observará con preocupación.
Ella negó ante la intención de Silas al querer desunir sus manos. Había prometido que haría lo imposible para salvar a los estudiantes y se negó a retroceder por un efecto que no esperaba.
Siguió recitando el hechizo con más fuerza, incrementando la tormenta que se estaba creando en el exterior. Un jadeo salió de sus labios al sentir un fuerte dolor atravesar su pecho, como si algo quería salir.
Fueron unos segundos de un dolor insoportable antes de que Sakura observara como una luz salió de su interior, uniéndose a la de Silas.
Ambas luces se combinaron hasta salir disparadas como un rayo al techo donde desapareció. El agotamiento llegó a Sakura, sorprendida de sentirse de esa manera.
── Tenemos que quemar los objetos ── habló Silas, dejando la bolsa a un lado ── Sakura, intenta enfocarte, ¿sí?
Ella asintió, respirando fuertemente. Tomó varios cuadros y ropas que desconocía a quienes pertenecían y las lanzó a las llamas.
Un olor agradable llegó a sus fosas nasales, tan suave que la hizo sentir como si volvió a casa. Su mano tembló por unos segundos, apretando sus cejas con confusión.
Soltó la cadena dentro del fuego, posando su mirada en cómo los objetos iban quemándose hasta quedar reunidos en cenizas.
── ¿Eso es todo? ── ella cuestionó, encontrándose con la mirada serena del chico.
── Si, ha funcionado ── declaró, apagando las llamas de la vela con un solo movimiento de manos ── ¿Estás bien?
── Si, solo... me sorprendió sentir dolor ── confesó, encogiéndose de hombros.
── Esa es una de las razones por la que los portadores no hacen este tipo de magia. El hechizo toma una parte de tu energía y no la pueden resistir.
── Pero nosotros sí ── murmuró ella.
── Tenemos a la magia de los O'Higgins de nuestra parte y bueno...── él ladeó su cabeza para verla con un brillo orgulloso en su mirada.
── ¿Qué ocurre? ¿Por qué me miras así?
── Lo estás haciendo mejor ── Silas le dijo, sonriendo ── Parece que la magia te ha aceptado y es realmente asombroso. Nunca te he visto de esa manera.
Sakura sonrió, arreglando su cabello tímidamente ── ¿Sí? ¿Me veo más... cómo ustedes?
── Todavía mejor ── aceptó en voz baja.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top