forty eight ──── dark hallway
─────────── CHAPTER FORTY EIGHT,
DARK HALLWAY ───────────
Sakura supo que nada bueno pasaba cuando despertó en aquel oscuro pasillo.
Rodeada por una suave luz rojiza que le daba la impresión de estar en constante peligro, pero esa vez, el enojo y la frustración estaban presente, susurrándoles palabras a Sakura sobre que era momento de dejar de ser tratada como una muñeca que contenía un gran poder en su interior.
Esperó pacientemente hasta encontrarse con la titán. Sin perder tiempo o pensar en las peores probabilidades que podría ocurrir, Sakura le dio un puñetazo a su rostro, satisfecha al oír el quejido de la mujer.
── ¡Déjame en paz! ── le gritó, respirando fuertemente.
La titán río, acercándose. Verse a sí misma no fue fácil para la chica, sobre todo por la oscuridad que estaba en sus ojos y la sonrisa egocéntrica que jamás pondría. El golpe en su rostro hizo que saliera de su ensoñación.
La cabeza de Sakura se movió bruscamente hacia atrás, su cabello soltándose por el impacto. Una sustancia cálida empezó a bajar por su nariz, asombrada.
Sakura apretó su mandíbula, dejándose llevar por su enojo. Volvió a apretar su mano en puño, golpeando la nariz de la titán y por esa vez, se permitió seguir.
Ambas cayeron al suelo, Sakura encima de la mujer que dejaba que la golpeara, solo mantuvo una sonrisa en su rostro.
── ¿Estás disfrutándolo? ── le gritó, riendo.
── Lo hago ── masculló.
Sintió como poco a poco la magia fue apareciendo, tal como una serpiente caminando por todo su cuerpo hasta hacerla sentir llena. Sakura puso sus manos en el cuello de la titán, viendo el pánico llegar a los ojos oscuros cuando sus venas se oscurecieron.
El aire empezó a sofocarla, su garganta completamente cerrada por la fuerza que aquella chica estaba imponiéndole. Una quemazón hizo que abriera su boca, sintiéndola arder bajo los dedos de Sakura.
Una explosión asustó a la chica, haciendo que su concentración se depositara al final del pasillo donde estaba comenzando a incendiarse. La titán tomó una bocanada de aire, intentando quitarse las manos de la chica.
── Es imposible que tengas tu magia aquí ── habló la titán, luchando contra el peso extra.
── Realmente no estoy en este lugar así que nada ni nadie puede detenerme ── murmuró con satisfacción.
Sakura alzó su mano, tomando el impulso suficiente para atravesarla por el pecho de la titán. El corazón latiente bajo sus dedos hizo que sonriera, finalmente pudo apreciar la magia.
Absorber la magia nunca fue una pregunta para Sakura, pero en ese momento, le pareció lo más indicado así que lo hizo.
── Es tiempo de tomar lo mío ── susurró, viendo el miedo en la mujer ── Y pensar que tú querías quitarme la mía.
Pequeñas venas aparecieron en sus manos, incluso en su cuello y rostro cuando la magia comenzó a recorrerla.
La titán gritó por el dolor producido, intentó quitarse el cuerpo de Sakura hasta que soltó por completo la magia, haciendo que el cuerpo de la chica saliera expulsado antes de terminar su trabajo.
La titán se levantó con rapidez, recomponiendo su postura. Ninguna humana volverá a tocarla o morirá de inmediato.
── Deberías respetar a tus mayores ── escupió, limpiándose la sangre en su rostro.
── ¿Respetar? ── repitió la chica, tambaleándose a causa del dolor en su cuerpo ── No siento ni una gota de respeto por ti. Acabaste con todo lo que amo y ahora tratas de matarme.
── Lástima, iba a darte una segunda oportunidad.
Un escalofrío pasó por la espalda de Sakura, dándole la señal de que algo malo estaba por acercarse.
Sin esperar, la chica dejó fluir su magia como un rayo blanquecino directo a la titán cuando hizo lo mismo. Las dos magias chocaron, mezclándose como una sola que se devolvió a sus portadoras, golpeándolas directo en su pecho.
Sakura sintió como sus pies dejaron de apoyarse en el suelo por unos segundos hasta que su espalda impactó fuertemente en el suelo. Su cabeza rebotó, aturdiéndola por unos segundos hasta que recuperó el control, recordándose que no podía mostrar debilidad.
Miró a lo lejos como la titán tuvo el mismo problema, moviéndose por todo el pasillo con la mano en su pecho, justo donde impactó la magia que lanzó.
Perder tiempo no estaba en el vocabulario de Sakura así que decidió ser la primera en atacar. Se apoyó en las paredes para llegar a la mujer cuando chocó contra un escudo, apenas siendo visible ante sus ojos.
Ella golpeó la pared, enojada por no poder completar su tarea. Estuvo cerca de adquirir esa magia y salir de ese infierno, de poder salvarse a sí misma de su inevitable muerte.
── Deberías de pelear si eres tan invencible ── gruñó la chica, caminando de un lado a otro como si fuera una cazadora en espera de su presa.
La titán río, sentándose en el suelo del pasillo. Miró a Sakura, divertida ante el hecho de que, por un momento, pensó que podría tomar su magia.
── De hecho, si soy invencible ── confirmó, estirando sus piernas ── Tanto que puse a prueba este cuerpo y cómo podría sanarse teniendo a la dueña tan cerca. Ya sabes, como un intercambió.
Sakura detuvo sus pasos, mirando confundida a la titán cuando un dolor atravesó todo su cuerpo. Miró sus manos temblorosas, llenas de moretones al igual que sus brazos. Sintió un líquido bajar por su nariz, llenando sus dedos de sangre.
── ¿Qué hiciste? ── preguntó, cayendo al suelo por sus temblorosas piernas.
── Un nuevo hechizo ── respondió, cruzándose de brazos ── Cuando adquiero un cuerpo, también lo hago con sus enfermedades y debilidades así que decidí crear una protección. Duplicaré los cuerpos y mantendré vivo a los originales para que adquieran mi dolor así no tendré que sanarme o poner en peligro mi vida, no más.
Un quejido brotó de los labios rojizos de Sakura, sintiendo como su cuerpo estaba a punto de darse por vencido ante el dolor penetrante.
── Yo... yo...
── ¿Tú qué, Sakura? ── cuestionó la mujer, alzándose sobre sus pies ── ¿Realmente creíste que una niña como tú podrías ganarme? ¡Soy la titán de la magia, creadora de pociones y productora de maldiciones! Nadie pasa por encima de mí.
Sakura la miró, sonriendo lentamente ── No estés tan segura. Siempre habrá una persona que podrá derrotarte.
── Entonces tendré que quemar este mundo ── sentenció, posando sus dedos en el mentón de Sakura ── Prepárate, voy por tí.
Cuando el techo blanco apareció en el punto de vista de Sakura, supo que finalmente se deshizo del insoportable dolor y despertó donde debió de hacerlo en un principio: la habitación de la enfermería.
Suspiró, relajando sus músculos que se mantenían en estado alerta. Un peso en su brazo hizo que no pudiera moverse por completo e impidiéndole poder sentarse rectamente, pero al instante descarto la idea de hacerlo.
Una sonrisa apareció en sus labios resecos al mirar el rostro de Silas dormido. Su cuerpo estaba en una silla, inclinado para quedar apoyo por encima del brazo y pierna de la chica.
Si no fuera un vampiro, ella sabría que iba a doler levantarse por estar en esa misma posición. Sakura pasó sus dedos por el cabello oscuro que cayó sobre los ojos del chico, apartándolo para poder apreciarlo mejor.
Las ojeras bajo los ojos de Silas le indicaron que no había dormido lo suficiente, incluso su parte humana necesitaba descansar de vez en cuando. Sakura intentó moverse, aguantando el dolor que se desató en su cuerpo.
Respiró, recordando todos los golpes que le fueron devueltos por el hechizo de la titán. Cuando finalmente pudo liberar su carga, tuvo que sufrir más de lo que esperaba.
Se quedó quieta, decidida en mantenerse en esa posición mientras la magia la curaba a su ritmo. Siguió acariciando la mejilla del chico, pasando los dedos por sus pómulos y labios suaves, deseaba tanto mantener ese recuerdo en su mente por sí su final llegaba antes de lo pensado.
Sakura sabía que su destino se cumpliría, siendo corroborado por los O'Higgins e incluso por la titán que le prometió ir en su búsqueda. Aunque el miedo estaba presente, ahora desapareció al sentirse satisfecha de tener la respuesta que tanto deseaba.
Si quería salvar al mundo, tal como se lo propuso, tendría que hacer un sacrificio que podría romper a la única esperanza que tenía.
Todas sus dudas fueron respondidas por los O'Higgins, todo lo que siempre deseo fue devuelto, incluido sus recuerdos que en ese momento la hicieron sentir como si viviera dos vidas diferentes.
Hizo dos versiones de sí misma y ahora, no sabía cuál le gustaba más. Aunque una parte de ella quería esconderlo, se inclinaba más a volver a ser la Sakura del internado, la que tenía sus amigos y una criatura que enloquecía su corazón con solo mirarla.
No era malo querer mantener esa identidad por un tiempo más e incluso la felicidad que le otorgaba. No estaba lista para decir adiós a lo que creó.
── Sakura.
El susurro de su nombre hizo que volviera a la realidad. Bajo la mirada a Silas, notando la gran sonrisa que apareció en el rostro del chico, sin temor de esconderla.
── Hola ── ella susurró.
Silas se levantó rápidamente, tomando el rostro de la chica con delicadeza. Sus ojos verdosos la inspeccionaron por completo, sin querer perderse ni un detalle para calmar esa angustia que creció durante tanto tiempo.
── Estás despierta ── murmuró, pasando sus pulgares por los labios de Sakura.
── Lo estoy. Aunque amo la forma en que me miras, trata de no moverme mucho ── pidió, arrugando su nariz con disgusto.
── Te duele ── confirmó el chico, frunciendo sus cejas ── ¿Dónde? Puedo curarte.
Ella rió, tomando las manos del chico entre las suyas.
── Ya has hecho bastante por mí ── aseguró, depositando varios besos en sus nudillos ── He sentido tu magia en mí, ahora debes dejar que yo me encargue.
Silas apretó sus labios, queriendo contradecirla. Soltó las manos de la chica para depositarlas nuevamente en su rostro. Una sombra de tristeza pasó por los ojos de Sakura por unos segundos, lo suficiente para que el chico lo notara.
── ¿Qué ocurrió, Sakura? ── él cuestionó suavemente ── ¿Dónde estuviste todo este tiempo?
── Me encontré con los O'Higgins ── murmuró, bajando la mirada a sus manos ── Ellos... se despidieron de mí. Ya no tendré más contacto con ellos.
── Entonces, ¿volvieron tus recuerdos? ── cuestionó, alzando una de sus cejas con curiosidad.
Sakura alzó la mirada, viéndose reflejada en aquellos ojos verdosos. Por alguna razón, la respuesta salió de los labios de la chica sin haberlo pensado.
── No ── negó en voz baja ── Pero siempre tendré esos sentimientos dentro de mí que me dicen que fueron importantes, como una familia.
Después de todo, decidió volver a ser la Sakura que no tenía recuerdos, solo por un momento más. Silas se acercó a la chica, juntando sus frentes mientras suspiro, tranquilizándose de tenerla junto a él.
── Estuve tan preocupado por ti ── le confesó, recordando los días difíciles ── Ningún hechizo parecía tener efecto y eso me estaba volviendo loco. Nunca me había sentido tan... débil.
── Estoy bien ── tranquilizó la chica, pasando sus manos por las mejillas frías de Silas ── Ya estoy aquí, no pienso irme tan pronto.
── No volveremos a separarnos ── prometió el vampiro, depositando un suave beso sobre sus labios ── Siempre atraes a los problemas cuando estás sola.
Ella rio, ladeando su cabeza ── Es parte de mi especialidad ── bromeó, arrugando su nariz.
── No me gusta esa especialidad ── negó, apretando sus labios en una suave línea ── Vamos a tener que cambiarla.
── Podemos tratar, pero no te lo prometo ── Sakura susurró, inclinándose para besarlo con suavidad ── Gracias por haberme ayudado todo este tiempo.
── ¿Por qué no lo haría? ── reprochó, apartando un mechón de cabello del rostro de la chica.
── No lo sé ── se encogió de hombros con suavidad ── Por cierto, ¿dónde está Nilo? Lo encontré dentro del espejismo.
── Si lo hiciste. Nilo está bien, es un vampiro así que sana con mayor rapidez ── informó distraído, enfocando en la forma en que Sakura lo observaba.
── Esa es una gran ventaja. Ojalá pudiera tenerla ── musitó, creando un puchero que Silas adoro al instante ── Los hechizos funcionan, pero no tan rápido.
── Buscaré uno que lo haga ── prometió el chico ── No te dolerá nada más, ¿está bien?
── Tampoco te exijas ── reprochó, sabiendo lo duro que podía ser el chico consigo mismo ── Por cierto, ¿castigaron a Nilo? Dijiste que el internado lo haría, si decidía volver.
── Lo hicieron ── asintió el chico, acomodándose a un lado de la camilla ── Aunque estuvo encerrado en esa prisión, no pudo salvarse del castigo por escaparse.
Sakura asintió, apoyando su cabeza en el respaldo de la camilla.
── Nilo era el novio de Gin, ¿verdad? ── masculló.
── Si, estuvieron juntos unos cuantos meses ── informó ── Creo que un año, no lo recuerdo muy bien.
── Nunca supe nada de él. Nunca lo mencionó en los recuerdos que tengo ── contó, suspirando ── ¿Crees que Gin no confiaba en mí?
Silas soltó una risa leve ante la absurda preocupación de la chica. Él se inclinó, mirándola fijamente con diversión.
── Ginny confiaba en tí, Sakura. Las criaturas tratan de proteger a todos sus conocidos así que imagino que Ginny hizo lo mismo, te mantuvo al margen ── explicó, tratando de disipar toda molestia.
── ¿Sí? ── dijo en voz baja ── ¿Crees que lo haya amado?
Él asintió, sin dudarlo ── Lo hizo. Ginny lo amo tanto como yo lo hago contigo.
Una sonrisa apareció en el rostro de Sakura, iluminándolo por completo. Toda molestia y tristeza desapareció al instante, dándole satisfacción a Silas de haber podido traer de nuevo a su chica.
La puerta fue abierta, haciendo que Silas volviera a sentarse para evitar la incomodidad entre su grupo de amigos que adoraban molestarlo en la primera oportunidad que tenían.
Edvina fue la primera en fijarse que Sakura estaba despierta y corrió a la chica, empujando a Silas para sentarse donde anteriormente estaba y abrazarla en un intento de calmar su acelerado corazón.
── Estás despierta ── susurró, viendo su rostro pálido ── ¿Estás bien? ¡Me asusta tanto que estuve a punto de hacer varias tonterías y yo nunca las hago!
Sakura rió, intentando no enfocarse en lo doloroso que fue el repentino movimiento. Se sentó en la camilla, siendo ayudada por Silas.
── No va a ser tan fácil deshacerse de mí ── replicó, negando con su cabeza.
── Eso es cierto ── asintió Warren, cruzándose de brazos ── Lo hemos intentado infinitas veces y en todas vuelve, tuvimos que aceptarla al final ── contó, más para Nilo que el resto.
Sakura solo lo ignoró, sabiendo que era su forma de ocultar su preocupación. Miró al nuevo integrante de su grupo, teniendo el mismo porte despreocupado que solía tener los vampiros.
── Así que volviste al internado ── ella le habló, sonriendo suavemente ── Pensé que ibas a escapar.
El chico asintió, aclarándose la garganta ── Lo hice, intenté irme, pero fue muy lento. Ahora tengo que afrontar el castigo.
── Solo es un pequeño precio a pagar ── susurró ella con diversión
── Por cierto, gracias por sacarme del espejismo ── musitó, sintiéndose incómodo por tener que hacerlo públicamente ── Realmente pensé que no ibas a hacerlo, menos cuando todo estaba desmoronándose a nuestros pies.
── No subestimes a Sakura. Eso solo le dará más ganas de lograr lo que pides ── comentó Edvina, sonriéndole a su amiga.
Warren asintió a su lado, confirmando las palabras ── Secundo eso. Solo te dará más dolor de cabeza y tratara de desafiarte para que pierdas, hizo varias apuestas con Silas, pero nunca llegaron a acordar nada ── comentó en tono cómplice, dándole un guiño a la chica.
Silas bufo, recordando las incontables veces donde Sakura quiso hacer tratos. Por supuesto que iba a negarlos, sabía que a los humanos les gustaba ganar y sobre todo aquella pequeña chica que tenía un brillo inexplicable en su mirada cuando le decían que no.
── Por eso la llamamos dolor de cabeza ── susurró el chico, recibiendo una mueca de Sakura.
Él rió suavemente, levantándose de su asiento para abrir las ventanas de la habitación. El día era extraño para todas las criaturas ya que las nubes desaparecieron, dejando que el sol se colara y pudieran sentir un poco de lo caliente que podían ser.
A pesar de todas las leyendas urbanas sobre el sol y los vampiros, estos no tenían problemas en exponerse ya que no les hacía daño y tampoco brillaban como las películas.
── ¿Recuerdas algo sobre los días que estuviste inconsciente? ── Edvina preguntó, apretando sus cejas en preocupación ── Tienes varios moretones en tu rostro y no creas que no he mirado que te duele moverte ── le reprochó.
── No es nada ── murmuró Sakura, restándole importancia ── Van a sanar en poco tiempo, ya siento la magia activándose.
── ¿Segura? ── replicó con preocupación.
── Lo estoy ── aseguró, apretando su mano para hacerla sentir mejor ── Ni siquiera duele tanto.
El gruñido de Silas llamó la atención de Sakura, sabiendo la mentira en sus palabras. Le dio una advertencia con su mirada de que no abriera la boca, en ese momento, lo último que necesitaba era sobreprotección.
Como si entendieran sus palabras, la enfermera abrió la puerta, reprochándoles a los cuatros criaturas por no dar el aviso de que Sakura estaba despierta.
Todos se despidieron de la chica, prometiéndole regresar mientras la enfermera la chequeaba, revisando sus signos vitales. La chica dejó que lo hiciera, agradeciendo por esa tranquilidad y soledad que necesitaba para calmar sus inquietos pensamientos.
Los días pasaron con rapidez en el internado, volviendo a los exámenes para el resto de las criaturas y seguido de las puntuaciones más bajas para poder rescatar las clases.
Para suerte de Sakura, no estuvo en ninguna y eso fue más que suficiente para recuperar su buen humor y olvidar el terror que pasó en el pasillo con la titán y la advertencia que la dejaba tranquila, siempre siguiéndola como si fuera un fantasma.
Ese día, recibió sus clases con normalidad, intentando ponerse al día, aunque sus amigos le prometieron que iban a ayudarle. La chica necesitaba distraerse y perfeccionar su magia, era una de ellas.
Por la tarde, se dirigió a su habitual clase en la biblioteca con un plan en mente. Se acercó al chico, abrazándolo por detrás y apoyó su mentón en el hombro, teniendo suerte de haberlo encontrado sentado por su estatura.
── Tomémonos un descanso ── pidió cerca de su oído, cerrando el cuaderno que tenía en la mesa ── Vamos a caminar.
El chico la miró de reojo, evaluando todo su rostro para buscar algún truco. Asintió cuando notó la inocencia en sus ojos oscuros, no tenía que pedírselo dos veces para que aceptara.
Silas tomó su bolso y aceptó la mano de Sakura, entrelazando sus dedos como habitualmente lo hacen. Sus pasos se igualaron al mismo ritmo y el silencio fue cómodo, lo suficiente para dejar que sus pensamientos se expusieran.
── ¿Vas a contarme lo que realmente pasó ese día? ── él preguntó, enfocándose en su camino ── No quiero presionarte, pero veo como cada día vas apagándote, poco a poco y me desagrada tanto pensar en que te ocurrió algo.
Sakura pensó por unos segundos. De alguna u otra forma, Silas lo descubrirá así que debía de hacerlo por ella y no por otro. Apoyó su cabeza en el brazo del chico, caminando a la par.
── Estuve con la titán ── confesó en voz baja ── Ella... me destruyó por completo. Ni siquiera sé cómo.
── ¿Qué fue lo que te hizo? ── preguntó, apretando sus dientes con irritación.
── Ella tomó la forma de mi cuerpo, mi rostro e incluso mi voz, pero ahora, incluso lo que le ocurra, me pasa a mí ── murmuró, sintiendo sus labios temblar ── No puedo ganarle, Silas. Tengo miedo de que salga porque... no la venceré con los hechizos que posee.
── Podrás con ella, Sakura ── tranquilizó el chico, apretando su mano con suavidad ── La magia va aceptándote poco a poco. Imagínate cuando lo haga por completo, será tan hermoso que pensarás en lo absurda que sonaste cuando dijiste que no podrías hacerlo.
Ella negó, frustrada ── No lo haré. Con un poco de magia que le dieron a la titán pudo vencerme, incluso crear un hechizo. Ni siquiera estaba ahí y pudo dañarme ── murmuró, mirando los moretones que seguían intacto en sus manos.
Silas se detuvo, haciendo que Sakura también lo hiciera. Puso sus manos sobre las mejillas de la chica, alzando su rostro para poder capturar la preocupación en aquellos ojos oscuros.
── ¿Realmente te estás dando por vencida? ── cuestionó en voz baja, frunciendo sus cejas ── ¿Después de todo lo que trabajamos, que entrenamos cada día en clases? Ginny te dejó la magia por una razón y aunque cometí muchos errores en un principio, ahora puedo ver por qué ── le dijo, acariciando sus labios con suavidad ── No vas a perder porque yo no podré estar aquí sin que estés a mi lado, Sakura.
Las lágrimas comenzaron a bajar por el rostro de Sakura, sonrojando sus mejillas y nariz. Ella lo observó, intentando calmar los sollozos que amenazaban por salir.
── No digas eso ── le pidió con voz entrecortada, cerrando sus ojos ── Gin sabía que iba a perder de todas formas. Ella me cedió su magia, pero no significa que haya creído en mí.
Silas negó al instante, limpiando las lágrimas ── Yo creo en tí, Sakura Campbell. Mírame, yo lo hago ── suplicó, incapaz de ver como la chica iba quebrándose poco a poco.
── No, no lo haces. Solo lo dices porque te gusto. Desde un principio supiste que jamás iba a ser como los O'Higgins y está bien ── balbuceó, apretando sus labios.
── No quiero que te conviertas en una O'Higgins ── replicó, acariciando sus mejillas ── Conviértete en una Campbell. Inicia tu propia familia de portadores tal como tú quieres.
Sakura abrió sus ojos, encontrándose con esa tormenta verdosa llena de preocupación. Sus labios quedaron sellados, incapaz de poder hablar y solo se dejó sumergirse en esa mirada
── Di algo ── él suplicó ── ¿Ocurre algo?
Sakura relamió sus labios resecos, indecisa sobre su siguiente pregunta.
── ¿Tú me quieres, Silas? ── preguntó en voz baja, poniendo sus pequeñas y suaves manos encima de las del chico ── ¿Me quieres lo suficiente para confiar en mí a pesar de todo?
Silas la miró confundido ante su repentina curiosidad, pero de igual forma asintió, sin pensarlo porque sabía su respuesta.
── Lo hago, lo suficiente para no tener que fingir más ── susurró.
La sonrisa que apareció en los labios de Sakura fue suficiente para confundirlo por su actitud. Ella limpió sus lágrimas con rapidez y entrelazo sus dedos con los del chico.
── Entonces estaremos bien. Ahora debemos de terminar nuestra caminata, tengo frío ── le informó, acomodando su chaqueta.
── Sakura ── él la llamó, negando ── ¿Qué estás...?
── ¡Solo sígueme! ── ella le pidió, empujándolo para que caminara a su lado ── Vamos, Silas.
Silas la observó por unos segundos antes de hacerlo porque de una u otra forma, él siempre iba a seguirla desde que Sakura se convirtió en esa luz que iluminó todo el pasillo de oscuridad y pesadillas que fue recopilando durante
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