forty ──── blood for vampires


─────────── CHAPTER FORTY,

BLOOD FOR VAMPIRES ───────────



Una fuerte tos hizo que los cuatros depositaran la atención en Alana. Su mano estaba llena de sangre oscura que resbalaba al suelo, su respiración se volvió pesada y desde la distancia, Sakura notó sus colmillos.

── Lo haré ── ella habló, tragando saliva ── Hay que ayudarla.

── No sabes a lo que te estás metiendo ── Silas murmuró, bajando su mirada para verla mejor ── Ella no soy yo, no tiene ningún sentimiento que la haga detenerse.

── Además, eso afectaría a Silas, ¿no? ── Edvina cuestionó, alzando sus cejas ── Sé que los vampiros no comparten la sangre cuando la han declarado como suya.

── Genial, dos vampiros enloqueciendo por sangre. ¿Qué más ocurrirá? ── Warren se quejó, sobando su frente.

── Tú puedes detenerlo ── Sakura propuso ── Eres fuerte, podrás mantenerlo lejos por unos cuantos segundos.

── Oh, mira, ella cree en tí ── Silas musitó entre dientes ── ¿Realmente podrás hacerlo?

Warren alterno su mirada, pensando si realmente podría pelear ante la sed de un vampiro. Su cabeza asintió antes de poder pensarlo a fondo, comprometiéndose a una situación demasiado peligrosa.

Silas se acercó a Sakura, dándole una mirada rápida al movimiento de Edvina, queriendo acercarse. Posó sus manos en el cuello de la chica, sintiendo su frenético pulso bajo las yemas de sus dedos.

── Espero que la cuides ── él habló a Edvina sin dejar de observar el rostro de Sakura ── Quiero su cuello así de bonito.

Las mejillas de Sakura se sonrojaron ante sus palabras, sintiendo un apretón agradable en su pecho. Mordió el interior de su mejilla, reteniendo las palabras sobre dejar de ser un obsesivo cuando era su sangre, pero simplemente no quiso alterarlo y hacer que cambiara de opinión.

── Te estás preocupando de más ── le susurró Sakura, acariciando las manos de Silas.

── Solo... me aseguro de mantenerte con vida ── le dijo ── No hagas nada estúpido.

Ella solo sonrió, sin poder prometérselo. Silas se alejó varios metros con Warren a su lado, apenas siendo un borrón ante la mirada de la chica.

Edvina se acercó a Alana, agachándose a su lado ── Recuerda que no es una humana cualquiera. Sakura te ayudará, pero debes mantenerte bajo control.

── Lo sé ── susurró ── Si pudiera, no bebería de ella. Siguen siendo despreciables.

Sakura sonrió, igualando su postura. Apartó el cabello de su cuello, dejándole el acceso más fácil.

── Me agrada que el sentimiento no haya cambiado.

Los ojos rojizos de Alana se posaron sobre ella y bajaron a su cuello, oyendo el fuerte pulso que solo la llamaba. Sin perder tiempo, Alana saltó ágilmente, mordiendo el cuello de la chica.

La sangre, dulce y fresca, empezó a satisfacer su sed, incluso pudo entender por qué Silas amaba tanto a esa humana. Sakura solo soltó un gruñido por la sorpresa, pero después fue cambiando por la satisfacción.

Sus pensamientos eran confusos, apenas pasando por su mente. Sintió su cuerpo cada vez más débil, como si estuviera flotando y no hubiera nada a su alrededor.

Poco a poco fue dejándose caer, sintiendo una mano sostener su cabeza. Oyó varios gruñidos que no supo de quién provenía y solo decidió cerrar sus ojos, embriagándose por esa sensación tan refrescante.

── Resiste, primo ── oyó una voz a lo lejos seguido de un fuerte golpe.

Una parte de ella estaba tratando de decirle que despertara, pero su mente, tan confusa y nublada, lo ignoraba. Sakura sabía que tenía que hacer algo para alejarse de esa nube tan embriagadora pero no pudo, queriendo mantener esa paz por unos segundos más.

── Detente, es suficiente ── Edvina habló duramente.

Alana gruñó en dirección a la coyote, enterrando nuevamente sus colmillos. Apenas pudo tomar unas cuantas gotas más cuando sintió como la tomaron de su cuello, tirándola varios metros atrás.

Cayó sobre sus pies, enterrando sus dedos en la tierra para estabilizarse. Miró a Silas, su mirada depredadora y oscura tenía un solo mensaje para ella.

Era suficiente.

── Es mía ── susurró Silas, caminando de un lado a otro para crear una protección a la chica que yacía en los brazos de Edvina ── ¿No te dije que solo unas gotas?

── Tienes razón ── Alana dijo, una sonrisa orgullosa posándose en sus labios ── Es dulce.

Sin importar que se tratara de un vampiro con el doble de fuerzas, Alana embistió a Silas, moviéndolos unos metros atrás. Dispuesta a matarlo para quedarse con la chica, lo golpeó varias veces hasta que el chico se cansó, tomándola del cuello.

── Silas, basta ── siseó Warren a su lado ── Déjala ir.

── ¿Para que vaya directo a Sakura? ── murmuró, alzando sus cejas ── Es más fácil romperle el cuello.

── Y después serás tú el que se meta en problemas. Me haré cargo, ve con ella ── dijo, moviendo su cabeza a las dos chicas.

Él siseó, dándole una amenaza a Alana antes de entregarla a Warren. El chico la agarró por su espalda, abrazándola con todas sus fuerzas mientras susurro palabras a su oído, intentando hacerla volver.

Silas no estaba satisfecho con su comportamiento, se quedó unos segundos observándolos como si fuera una presa antes de apartar a Edvina y sostener a una débil Sakura.

Sus ojos oscuros se posaron en él, notando su molestia por la forma en que sus cejas casi se juntaban y sus labios creaban una línea.

── ¿Estás bien? ── Silas preguntó con suavidad.

Sakura asintió, parpadeando lentamente. Sus ojos se sintieron pesados, adormecidos como el resto de su cuerpo.

── Mírame ── él ordenó en voz baja, moviéndola suavemente ── ¿Estás bien?

── Estoy bien ── respondió de la misma forma, apoyando su cabeza en el hombro de Silas ── Solo... me siento un poco mareada, somnolienta.

── Déjame ver tu cuello ── él pidió. Ella lo hizo, sin sentir vergüenza cuando sus dedos pasaron suavemente ── Fue una mordida realmente mala. Una mala decisión definitivamente.

Silas pasó su pulgar por encima de la sangre, llevándolo a su boca. El sabor impactó en su cuerpo como si hubiera sido el alimento más sabroso y satisfactorio, tanto que su interior rugió por probar más.

Tomó una fuerte respiración, recordándose a sí mismo de quién se trataba. No podía dañarla, aunque el deseo estuviera ahí. Recito un rápido hechizo, sanando aquella mordida hasta dejarla en una fina línea rojiza.

── Pronto te sentirás bien ── le prometió, apartando el cabello rebelde que quería ocultar el rostro de Sakura ── Solo tienes que recuperar la sangre que has perdido como una humana.

── ¿Alana está bien? ── ella preguntó.

Silas dio una mirada rápida, Alana seguía forcejeando con Warren y Edvina quienes intentaba hacerla reaccionar. Por unos segundos, parecía que la chica aparecía hasta que volvía a su modo vampírico.

── Lo estará ── confirmó, sonriendo ── Tenemos que seguir moviéndonos.

── No creo poder moverme ── ella susurró, avergonzada ── Apenas siento mi cuerpo.

Silas rio levemente, sorprendiéndola. Acarició su mejilla, pálida con suavidad.

── Lo entiendo ── asintió ── Edvina, ¿puedes ayudarme?

La chica se acercó, ayudando a cargar a Sakura. La puso en la espalda de Silas, dejando que recargara su cabeza sobre el hombro del chico e intentó agarrarse, pero no tenía la suficiente fuerza para hacerlo.

── Está lista ── Warren habló, acercándose.

── Gracias ── dijo Alana, sonriendo a la chica ── Por compartir tu sangre.

── No fue un problema. La necesitabas para recuperarte ── le susurró adormilada.

Alana asintió, incómoda. Se quitó la chaqueta del internado y la puso sobre Sakura, sabiendo que la necesitaría para protegerse del frío.

── ¿Seguiremos caminando alrededor del bosque sin salida? ── Edvina interrogó, viendo el cielo azulado.

── El bucle ya va terminarse ── Sakura susurró, cerrando sus ojos inconscientemente ── Puedo sentirlo.

── Iremos lo más cerca que el bucle nos deje ir ── mandó Silas, viendo su alrededor ── Tenemos que estar listo por si aparecen más cazadores.

── Entonces, tendremos que correr hasta encontrar una salida ── Warren propuso, tronando su cuello ── Supongo que no vendría mal pelear contra unos cazadores.

── Si lo podemos evitar, lo haremos ── Edvina repuso, viendo con preocupación a su amigo ── No tenemos a la magia de nuestra parte para sanarnos si algo ocurre.

── O resucitarnos si morimos ── apoyó Alana en voz baja.

── ¿Podrás con ella? ── Warren le preguntó a Silas, mirando cuidadosamente a la chica.

── Si, no se preocupen por nosotros.

Silas supo que Sakura se dejó vencer por la inconsciencia por la forma en que sus brazos prácticamente colgaban en sus hombros y la suave respiración que chocaba en su cuello.

Como siempre, Sakura pensó en otras personas y no en sí misma, como tenía que ser.

Las cuatros criaturas comenzaron a correr, usando su velocidad para recorrer más camino y acercarse al internado. Así mismo, fueron recogiendo estudiantes atrapados y evitando a los cazadores mientras esperaban que el bucle terminará.



Los sueños eran lo más preciado para Sakura cuando aún era humana. Le daban una esperanza a su vida de que podía suceder y la hacía sentir satisfecha, ilusionada de que así podía vivir hasta que la magia llegó a su vida.

Supo que estaba dormida cuando se encontró frente al pasillo que hace días no había visto ni aparecido. El miedo se alojó en su pecho, oyendo varios susurros a su alrededor que le decían que se entregará.

La risa de una mujer rebotó por todo el pasillo, creando un molesto eco que hizo que Sakura apretara sus dientes y un escalofrío recorriera por su espalda.

── Nunca podrás ocultarte de mí ── habló esa mujer, tan deseosa del poder que contenía en su interior ── Después de todo, estamos conectadas.

── ¿Eso crees? ── inquirió la chica, paseando su mirada por todo el lugar ── Yo creo que sí puedo hacerlo, apenas se hizo un hechizo simple.

── ¿Por qué simplemente no te unes a mí, niña? Te daría poder, más del que portas.

── ¿Y a cambió destruir este mundo como lo hicieron hace años? ── interrogó ── No, tengo demasiadas razones para decir que no.

── Estás derrochando magia. Todavía no puedo creer que los O'Higgins te hayan elegido a tí.

── Sabían que no iría contigo ── replicó duramente ── Tú y tu desastre no volverá a tocar esta tierra. Si yo no te detengo, otros lo harán.

── Pero qué inocente eres ── murmuró esa voz ── Crees conocer la magia cuando es todo lo contrario. ¿No te gustó el poder que tomaste de aquel hombre?

Sakura se tensó ante la mención del cazador, su memoria sin poder aclarar qué fue lo que sucedió.

── ¿Tú lo hiciste? ── interrogó.

── No, no puedo salir de aquí ── negó con un toque de diversión ── La magia salió en tí, no pudiste controlarla. Estoy salvándote de un destino fatal, ¿no lo entiendes?

── No trates de aparentar que quieres salvarme cuando es lo contrario ── le reclamó, dando un paso adelante por inercia ── Si fuera así, no hubieras matado a mi familia y mucho menos aliándote con criaturas inocentes.

── Solo tú lo llamas de ese modo. Yo digo que son... criaturas que esperan no seguir siendo unas escorias.

── ¡Juegas con sus mentes! ── gritó, comenzando a salirse de sus casillas ── ¿Por qué no le enseñas lo que verdaderamente hiciste?

── Lo hice, querida Sakura. Ellos no tienen cariño por los demás, en cambio, saben lo que les conviene. Tarde o temprano tú también lo harás, solo esperare que vengas a mí antes que yo te encuentre y tu destino sea peor.



Despertar en la enfermería fue un suspiro de tranquilidad para Sakura, sabiendo la pesadilla en que se encontraba. Se sentó suavemente, intentando no hacer movimientos bruscos por la intravenosa en su mano.

Estar en ese lugar significaba que sí pudieron salir del bosque y el bucle. Sus recuerdos desde la mordida de Alana eran confusos, mayormente borrosos por el estado en que se encontraba.

De reojo, Sakura miró una caja de chocolate que supo que pertenecía a Warren. La tomó, comiendo una cuando su estómago le recordó que no había comido ni un bocado desde hace horas.

Pasó sus dedos por su cuello, sin encontrar la mordida. Suspiró, tranquila de no tener una cicatriz, lo menos que necesitaba era que todo el internado supiera que fue mordida en dos ocasiones.

La situación con Silas todavía era confusa. Seguía sin creer que el chico se unió a ella de una forma demasiado extraña, prácticamente su sangre era lo único que podría ayudarlo y saciarlo.

Por supuesto que estaba enojada con Silas, creyó que comenzaban a tener una confianza entre ambos. No podía obviar un dato tan importante como ese y menos cuando jugaba un papel importante en la vida del chico.

Sabía que ambos estaban peleados, pero de alguna forma, siempre se perdonaban y regresaban a su vida normal. En ese momento, donde sus sentimientos eran confusos, era donde más necesitaba que la confianza estuviera presente y sobre todo, con esa pesadilla que acababa de tener.

La titán volvió, envenenando su mente y queriendo darle un miedo innecesario. Supo que en algún punto se enfrentaría a esa mujer, tendría que pelear y retener la magia en sí misma. Tenía miedo, como cualquier criatura, a enfrentarse a lo desconocido.

Por alguna razón, sabía que su resultado no le agradaría. Las palabras de Gin regresaron a su mente donde le dijo que, de cualquier forma, no ganarían en ese juego.

La puerta se abrió, sacándola de sus pensamientos. Silas entró con timidez, aclarándose la garganta y arreglando su chaqueta en un intento de parecer tranquilo.

── ¿Cómo te sientes? ── él cuestionó.

── Bien, no creo que haya sido necesario encerrarme en la enfermería ── respondió, quitando la envoltura de un chocolate ── Mucho menos una intravenosa que hará que mi pobre vena explotara.

── La enfermera lo puso ── señaló, asintiendo con sus labios apretados ── Cuando salimos del bosque, estabas toda pálida así que fue necesario.

Sakura rio, ladeando su rostro ── Eso sucede después de ser mordida. No es algo muy bonito, pero puedo cargarlo.

── Si, sobre eso. Tuvimos que decirle a la enfermera sobre ese detalle ── contó, acercándose con lentitud ── Probablemente tengamos serios problemas, pero fue una situación necesaria según nuestros amigos.

Ella bufo, encogiéndose de hombros ── Los problemas son lo último que importa. Ven, siéntate aquí.

Silas se acercó, sentándose en la orilla de la cama donde Sakura palmeó. Subió una de sus piernas y apoyó la otra en el suelo para tener firmeza.

── ¿Deberías de estar comiendo chocolate? ── él preguntó, alzando sus cejas con curiosidad.

── No puedo negarme a un regalo ── dijo como si fuera lo más correcto ── Estos chocolates son demasiados deliciosos para ignorarlos. ¿Quieres uno? ── preguntó con una media sonrisa.

Silas la miró, entrecerrando sus ojos con dudas y después al chocolate, pensando si realmente lo quería o solo deseaba satisfacer a la chica.

── Espero que no esté contaminado con polvo de hada ── masculló entre dientes.

Ella rió, negando ── Estarás bien. Yo te cuidaré ── le prometió.

Sakura extendió un chocolate directo a la boca de Silas, queriendo que lo mordiera. Él intentó tomarlo, pero la chica lo alejó, negando.

── Muérdelo ── pidió.

Él suspiró, dando un rápido vistazo a la puerta por si encontraba algún intruso. Mordió el chocolate, sintiéndose extraño ante la situación, por primera vez, alguien estaba dándole de comer y mostrándole un gesto tan... cariñoso.

Sakura comió el resto del chocolate, sonriendo orgullosa de que lo había hecho. Comenzó a quitar la envoltura de otro, deseosa de volver hacerlo.

── Están muy buenos ── Silas dijo, asintiendo con satisfacción ── Warren debió de comprarlos en el centro comercial.

── Creo que es la segunda vez que me regala una caja ── mencionó, intentando recordarlo ── Parece que le caigo bien.

── Claro que lo haces ── él sonrió ── Nadie aguanta a Warren por su forma de ser. Puedes ver que tiene una autoestima demasiado elevada y no a muchos les agrada por ese detalle.

── Lo sé ── Sakura rio, acercando un chocolate a Silas.

Él tomó su muñeca, llevándola el dulce a su boca con una media sonrisa ── Trató de ignorarlo, pero es imposible ── musitó.

── Sobre todo cuando las chicas se lanzan a él, no tienen respetos que Edvina y yo estemos a su lado.

── Si, eso es lo normal ── susurró Silas, tomando un chocolate de la caja con rapidez ── Yo... lo siento.

── ¿Por qué? ── preguntó, mirándolo con seriedad.

── Fui un idiota en clases contigo. No estoy acostumbrado a este tipo de interacción y no espero que me toleres, solo... quiero que sepas que nada de lo que dije es verdad.

── Está bien, supongo que es parte de tu encanto ── murmuró, ladeando su cabeza ── Si fueras tan bueno y agradable todo el tiempo, sería decepcionante.

── Ya veo, te agradan los desafíos.

── Me gustan aquellos que no tratan de complacerme cada tiempo, sino que me hace experimentar algo nuevo, incluidos los sentimientos ── repuso, sonriendo levemente ── Aunque si tengo una condición.

── ¿Cuál es?

── Deja de compararme con los O'Higgins ── pidió, pasando su lengua por sus agrietados labios ── Soy egoísta en ocasiones y por esta vez, quiero olvidarme de dónde viene la magia y crear mi propio apellido.

── No suena a egoísmo, sino a sanación ── repuso Silas, acariciando su mejilla.

── Sé que estar al nivel de ellos llevará tiempo, pero... cada vez que mencionas que no lo estoy, doy un paso atrás y ya no quiero seguir en eso.

── No lo haré ── confirmó, mirándola fijamente ── Mi boca no te volverá a comparar con ellos.

── Espero que lo cumplas. Odiaría que el chico que me gusta me vea como una sustituta de Gin ── le confesó, bajando su mirada a sus manos.

── No eres una sustituta, Sakura. Eres la bruja humana que se mete en problemas cuando no debería ── dijo, mostrando una sonrisa resplandeciente, diferente a las que anteriormente les mostró.

Ella rio, ladeando su rostro ── Eso suena exactamente a mí.

Silas asintió, recortando el espacio entre ambos. Su mano fue a parar a la mejilla de Sakura, pasando sus dedos cuidadosamente para evitar hacerle daño.

── No estoy acostumbrado a esto ── le confesó, apretando sus labios ligeramente ── A sentir algo más que molestia o desagradó.

── Aprenderás. Te mostraré cómo se siente cuando una persona te quiere, aunque sea un poco ── dijo, haciendo un pequeño espacio con sus dedos.

── ¿Solo un poco?

── Si, después podremos ir haciéndolo más grande ── prometió.

── Deberás de tener mucha paciencia conmigo ── musitó, acercándose.

Ella sonrió, inclinándose ── Estoy acostumbrada a dar pequeños pasos. Tomarme el tiempo siempre ha sido mi mayor destreza.

── Ya veremos si es verdad.

Silas terminó la distancia entre ambos, besándola lentamente. No tenía apuro, en cambio, disfrutaba de tomarse el tiempo para poder recordar sus labios y la forma en que sus manos recorrían sus brazos hasta entrelazarse detrás de su cuello.

Sakura disfrutaba de la forma en que él la acariciaba. Nadie la había hecho sentir de esa forma, tan deseada y delicada al mismo tiempo. No podía negar que le gustaba ese lado oculto de Silas, un lado que era exclusivo para ella.

Él se separó, enterrando su rostro en el cuello de ella para oler profundamente su sangre. Con solo tenerla así de cerca, la hubiera mordido, pero ya no más, podía controlarse y no volver a tener que cargar con una Sakura inconsciente.

── Puedo darte, si la necesitas ── ella susurró, tragando saliva.

── Estoy bien. Aún me siento satisfecho de la última vez ── repuso, separándose con una sonrisa.

── Entonces, ¿ya puedo salir de aquí? ── cuestionó Sakura, creando un puchero.

Él rió, pasando su pulgar por los labios de la chica ── Voy a preguntarle a la enfermera.

Silas se levantó, dispuesto a salir de la habitación. Se quedó parado en la puerta, pensativo antes de utilizar su velocidad y acortar la distancia entre ambos, besándola una vez más.

── ¿Eso significa que sí? ── ella interrogó, riendo por el brillo inocente en la mirada del chico.

── La convenceré de que te deje ir ── prometió.

Sakura mantuvo su sonrisa hasta que Silas salió, dejándola desaparecer de su rostro. Pasó su mano por sus labios, sintiéndolos cálidos y la sensación de seguir besándolo, seguía presente.

Los sentimientos de la chica estaban claros en ese momento, sentía algo por Silas Miller y el miedo por haberlo aceptado, se hizo presente. Al abrir su corazón, podían suceder demasiadas cosas que pudieran lastimarla y dejarla herida al final, como solían hacerlo.

Había tantas cosas por la que Sakura debería de preocuparse y el amor solo lo haría más difícil pero no pudo evitarlo, no cuando tenía a ese chico enfrente suyo, mostrándole su molestia y queriendo hacerla explotar en todo momento.

Simplemente, le gustaba tanto que la desafiará que no podía alejarse. Así como estaba viviendo su mejor momento dentro del internado, sabía que dentro de poco viviría lo peor y no quería perderse de todos esos momentos.

Si llegara a sucederle algo, sabía que hizo todo lo que quiso, incluso besar al chico que la tenía loca. El internado no era seguro, lo sabía pero tampoco podía vivir todo el tiempo encerrada en su habitación en espera de que alguien apareciera a salvarla.

Ella misma lo haría o por lo menos, intentaría hacerlo.


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