Alguien caminó con paso decidido hacia la chica, quizá ella podía ayudarle a salir de allí.

-Hola- dijo ton tono amistoso

Ella se dio la vuelta sorprendida. Entonces, Alguien pudo verla mejor: era de piel color tostada, pelo azul oscuro recogido en una coleta, tenía unos ojos enormes de color morado e iba vestida humildemente.

Miró detrás suya, como si aquel saludo no fuese dirigido hacia ella; pero para su sorpresa no había nadie más.

-Hola- se vio obligada a decir

-Soy Alguien, ¿y tú?-

-Soy Nadie-

-¿Cómo que no eres nadie?- dijo sin entender

-Me llamo Nadie- dijo vocalizando

-Ah, perdón-

"¿Pero qué hago? Acabo de conocerla y ya he quedado en ridículo" pensó

-El caso es que yo soy de El Algo...-

Ella le interrumpió:

-¿Eres de El Algo?- dijo abriendo mucho los ojos como si no le creyese

-Sí, bueno, es que he tenido un accidente en el air metro, y he acabado aquí... y eso... ¿podrías decirme...? Ya sabes, cómo volver-

Nadie sonrió pícara, y dijo sin respirar, como si fuese un poema:

-"Los que pisan La Nada pertenecen a ella hasta el final de sus días"-

-¿¡Qué!?-

-Lo que has oído- dijo como si fuese obvio

-No, no, no, tiene que haber alguna forma...-

-No hay ninguna, ésa es una regla que puso la diosa Nada, sólo ella puede cambiarla-

A Alguien se le encendió la bombilla.

-¡¡Eso es!! ¿Y si voy a hablar con ella?- dijo con tono victorioso

-¿¡Ir a hablar con la diosa Nada!? Nadie ha conseguido llegar con vida a su palacio, hay numerosos peligros hasta llegar a él-

-Me da igual, pienso llegar a mi tierra- dijo mientras echaba a andar

-Por ahí no se va al palacio...-

Alguien refunfuñó y se dio la vuelta.  Flufly, por el contrario, intentó pararlo, pero no lo consiguió.

Mientras que se alejaba del claro decidido, oyó las últimas palabras de Nadie:

-Hay un montón de criaturas monstruosas que pueden acabar contigo, pero si insistes...-

¡¿Criaturas monstruosas?! No le importaba, llegaría al palacio de Nada costase lo que costase, no quería vivir en aquella tierra de muertos. Pero la luz empezaba a escasear, y la oscuridad pronto lo invadiría junto con las misteriosas criaturas acechando entre las sombras.