Parte 13: "Cara a cara"

Alguien y Nadie eran las primeras criaturas que habían llegado tan lejos, lo sabían. Estar allí parecía un sueño... Nadie no se podía creer que después de todo por lo que habían pasado por fin estuviesen.

El palacio era enorme, construido con piedras y con un modelo antiguo y pasado de moda, pero bastante vistoso y sorprendente. Parecía un castillo medieval con sus torres y sus arcos. Era una magnífica obra de arquitectura, a cualquiera le hubiese gustado vivir allí.

Pasaron por el puente y llegaron al palacio. Tocaron al timbre que estaba viejísimo lleno de telarañas (como se notaba que nadie solía visitar a la diosa...).

La puerta se abrió con un chirrido; y pasaron. Se encontraban en una sala enorme propia de las más famosas catedrales, pero no les dio tiempo a observarla bien, porque inesperadamente, el suelo se movió haciéndolos subir.

Y por fin, se encontraron cara a cara. Alguien se fijó en la habitación: era amplia decorada con banderas y artilugios, había unas mesas llenas de bolas en las que se veía lo que estaba pasando en cualquier rincón de La Nada; y al final había un trono de piedra maciza enfrente de un enorme balcón. Allí es donde se encontraba la diosa, mirando por la ventana, mirando el hermoso reino de su hermano...

Ella se dio la vuelta algo confusa y sorprendida al observar que tenía invitados; los observó detenidamente, una hudiatasma y un humano, ¿qué hacían allí?

-¿Queréis algo?- dijo sin saber muy bien cómo recibirles

Alguien y Nadie se miraron.

-Mmm, hola, soy Alguien...-

-Y yo soy Nadie-

-Nos hemos recorrido toda La Nada para llegar aquí y pedirle algo-

Ella los miró con curiosidad, eran los primeros en conseguir llegar hasta ella, eran las primeras criaturas que había conocido en persona.

-Y... ¿qué es lo que me queréis pedir?-

-Yo soy de El Algo, y acabé aquí por accidente y me gustaría volver, y si puede ser, decirme quién soy...-

-Y yo sólo quiero ser humana-

Nada los miró, ¿y qué decirles? Ella nunca había tenido la oportunidad de ser feliz de lograr sus sueños, ellos tampoco tenían derecho, además, no podía hacerlo, no podía, solo sabía destruir. Entonces se acordó de Nunca, eran bastante valientes por haberse atrevido a llegar, y además estaba segura de que tenían unos dones perfectos...

-Lo siento, no puedo hacerlo, me llaman la diosa de la destrucción por algo, ¿no creéis? Pero... ya que habéis llegado tan lejos, supongo que podré hacer una excepción...-

-¿De verdad?- dijo Alguien incrédulo

-Sí, pero necesito vuestros dones, si me los dais podré recuperar mis poderes y hacer realidad vuestros deseos-

Nadie se quedó pensativa, no tenía muchos dones que ya supiese, además lo daría todo por ser humana, por poder estar con...

Suspiró, no iba a cambiar nada si los perdía, total no tenía.

Alguien no supo que decir, quería regresar, quería saber quién era, y si para eso debía dar sus dones... lo haría, eso era mucho más importante, podría vivir sin ellos...

-Está bien- dijo Alguien decidido

-Lo haremos- añadió Nadie

Nada sonrió, no había sido tan difícil como ella había pensado... Cogió dos frascos y empezó a usar sus poderes.

Alguien se elevó, era la primera vez que sus pies no tocaban el suelo, al principio le dio miedo, pero se tranquilizó porque sabía que la diosa lo controlaba. Y entonces ella usó sus poderes para quitarle sus dones. Sintió como si una mano helada llegase hasta su corazón y le empezase a quitar sus alegres sentimientos, empezó a notar que le absorbía toda su felicidad y todos esos momentos alegres, era como si le estuviese robando aquellas cosas importantes para él, todas esas cosas que se le daban bien, le estaba robando su corazón, sus ganas de vivir...

Nadie sintió que una de las pocas velas que le quedaban encendidas en su corazón se apagaba. Que toda su esperanza iba desapareciendo a medida que la diosa le iba absorbiendo. Notó que lo poco que tenía, que no era tan poco como pensaba, se le iba, en ese momento pensó si había movido correctamente o había cometido el error más grande de toda su vida, cerró los ojos aguantando el dolor, pensando que así conseguiría lo que más ansiaba en el mundo, que todo sueño requería pasar muchas dificultades para ser hecho realidad, pensó que tendría su buen resultado, o eso creía... Cuando notó que no había chispa que volviera a encender esa vela supo que todo había terminado.

Cuando Alguien volvió al suelo se sintió raro, diferente, sin fuerzas, sin nada. Notó un vacío interior, como si ya no le quedara nada más que dolor y tristeza, como si ya nunca pudiera volver a ser todo como antes.

Se había quedado sin aliento plantado en el sitio, lo había perdido todo...

-Bueno, muchas gracias, cuando esté lista os aviso- dijo ella sonriente- Os dejaré en el claro, suerte-

La diosa movió ligeramente la mano y como por arte de magia aparecieron en el claro, en aquel claro donde todo empezó.

Nadie observó a Alguien, estaba pálido, con la mirada perdida, estaba inmóvil en el sitio, parecía que ni siquiera respiraba...

-Nunca podré regresar a El Algo- dijo él sin mirarla

-Lo siento, sé lo mucho que deseabas volver-

-Eso ya no me importa tanto, no después de comprender que nunca sabré quién soy-

-No seas bobo, yo sé quién eres-

Alguien la miró con su característica cara de sorpresa

-¿Quién?

-Eres un héroe-

-¿Qué?-

-Eres un héroe, Alguien, has cruzado básicamente toda la nada, eres el primer humano en hacerlo, has vencido un montón de obstáculos y has luchado por tus sueños, eso, Alguien, es ser un héroe-

Alguien se quedó de piedra, ¿un héroe? ¿Él? Nunca lo había pensado, nunca lo había visto de ese modo, después de tirarse toda la vida preguntándolo, y va ella, y se lo dice... Pero, ¿y si eso no era cierto? Alguien respiró profundamente, y en ese instante, se sintió como tal, como un héroe...

-Yo, sin embargo, no soy nada-

-Te equivocas, no eres nada, eres Nadie- dijo él muy convencido

-Bueno, supongo que yo nunca seré una humana...- dijo Nadie tristemente

-No te hace falta ser una humana, estas bien así- le contestó él

Nadie se lo quedó mirando, ¿era ella, o le había dicho lo que había oído? Sin darse cuenta se ruborizó, era la cosa más bonita que nadie le decía desde que sus padres se fueron... sobre todo teniendo en cuenta que esas palabras salían de la boca de Alguien... Tuvo ganas de abrazarlo, pero de pronto, Alguien le dice alarmado:

-Nadie, ¿qué te pasa? ¡¡Estas parpadeando!!-

-¿Qué quieres decir?-

-¡¡Te veo y de repente no te veo!!-

A Nadie se le cortó la respiración

-Oh, no-

-¿¡Qué pasa!?-

-Los humanos no pueden verme-

-¿¡Qué!? ¿Y cómo es que yo te podía ver?-

-Porque eres especial, tienes un don, pero lo has perdido...-

A Alguien se le cayó el alma a los pies, no podía ser cierto lo que decía, no, no podía ser. Lo que significaba que... que no la podría ver jamás, no importaba que estuviese a su lado, sería como un fantasma... Tuvo ganas de ir a reclamar a la diosa, pero nada más ver lo lejos que estaba el palacio supo que eso era ya imposible. ¿Qué había hecho?

Nadie bajó la mirada, lo que le faltaba, había perdido sus dones, no quería perderle a él también, era lo único que le quedaba... no quería volver a quedarse sola, no, otra vez no, no después de haberle conocido...

-Nadie, estás desapareciendo poco a poco... no quiero quedarme solo- le dijo él

-No estarás solo, yo siempre estaré contigo, aquí, en tu corazón- dijo Nadie a punto de llorar

Aquellas palabras le habían conmovido. Alguien notó que tenía el mar en sus ojos y que tarde o temprano iba a estallar.

-Nadie, no te va...- se le quebró la voz al ver que desaparecía para siempre

-Recuerda que te...- a Nadie no le dio tiempo a acabar la frase, ya había desaparecido y Alguien no la oyó

Ya está, se había ido para siempre, su única amiga de La Nada se había ido, la había perdido, y todo por su estúpida idea de ir a ver a la maldita diosa. No sabía que le dolía más, si haber perdido sus dones o a Nadie, aunque, en el fondo se inclinaba más por la segunda opción.

-¡¡¡¡Nadie!!!!- gritó, pero no obtuvo respuesta

-¡¡¡¡Alguien!!!!- gritó, pero no pudo oírla

Nadie estaba llorando a mares, él seguía llamándola, y ella aún seguía gritando su nombre desesperadamente, esperando que su maldición se quebrara, pero sabía de sobra que eso no podía pasar.

Ella corrió hacia él. Alguien se dio la vuelta. Nadie abrió los brazos para abrazarlo, pero éste la traspasó.

Nadie se sintió como si no existiese, como si no fuera nada, como si fuese una pelusa en medio del infinito. Aquella sensación de vacío, de soledad le dolía, le dolía más que nada en el mundo, no le gustaba estar sola, se había pasado toda su vida sola sin nadie más, no quería volver a sentirse así, no ahora después de haber probado la felicidad, no ahora después de haberle conocido...

A Alguien ya no le quedaban fuerzas para gritar. La había perdido, debía admitirlo. Miró a El Algo, que se veía a lo lejos, ya no estaba seguro de querer regresar después de conocer a Nadie. No estaba seguro de nada, no sabía, ni siquiera qué sentía, estaba confundido, perdido, sin saber qué hacer, ni a dónde ir; simplemente quería que volviera... pero, ¿por qué? ¿Por qué quería que volviera? ¿Qué tenía ella que la hacía tan importante para él? No lo sabía, no lo sabía...

Nadie se sentó en el suelo de rodillas, con las manos en la cara, limpiándose las lágrimas. Solo quería que la viera una vez más, para decírselo, solo una vez más... pero esa vez nunca llegaría. Intentó calmarse: "Tienes que superarlo, tienes que olvidarlo", pero se conocía demasiado bien para saber de sobra que nunca lo haría, no podía olvidar a alguien que le había hecho sentir tanto en tan poco tiempo, no podía olvidar a esa persona que le había quitado todos los candados que tenía en el corazón, no podía olvidar a esa persona que había confiado en ella y le había dado una oportunidad, no podía. Sintió que unas lágrimas recorrían sus mejillas al recordar que nunca más lo vería, que había perdido a la persona más importante de toda su vida...

"Necesito ayuda" se dijo, y entonces se acordó: el ciervo, su animal espiritual. No sabía muy bien como contactar con él, de hecho, era la primera vez que hacía cosa semejante. Cerró los ojos, se concentró y pensó en él. Entonces oyó una voz:

-¿Qué es lo que te preocupa?-

-¿Eres mi animal espiritual?-

-Sí, y ahora, respóndeme

-Todo, lo he perdido todo y no sé qué hacer-

-Ya te lo dije, escucha a tu corazón...-

Tenía razón, pensó, debo escuchar a mi corazón... ¿Por qué? ¿Por qué quiero que vuelva? Porque te importa, porque sientes algo por ella... Alguien se ruborizó, no podía ser, y sin darse cuenta empezó a recordar todas su aventuras, quizá, quizá era cierto... ¿Qué hago ahora? No te rindas. ¿Qué debo hacer? Ir al Más Allá, el Más Allá...

Nadie seguía tirada en el suelo desconsolada. "Estoy perdida, perdida, perdida" se decía, pero, sin saber por qué se quitó las manos de la cara; en el suelo se había formado un charco a causa de sus lágrimas, se miró, se vio reflejada, y recordó las palabras de Alguien: "No eres nada, eres Nadie" Entonces, solo entonces, algo despertó en ella, estaba dispuesta a mover cielo y tierra por él, estaba harta de dejar las cosas por imposibles y aguantarse por siempre, se había cansado de eso, y por primera vez en toda su vida, se sintió fuerte, capaz de hacer lo que sea.

***

Mientras tanto, en el palacio, se encontraba Nada, tiesa, inmóvil en su trono. Tenía la mirada fija en un objeto de su mano, una bola. En ella estaba viendo lo que les ocurría a Alguien y a Nadie, no podía ni respirar. Se sintió culpable por quitarles sus dones en su beneficio, y aun así seguían luchando el uno por el otro, aunque era imposible seguían intentándolo... Nada no pudo evitar conmocionarse, nunca había visto nada como aquello, nunca había sentido nada igual...

*****************************************************************************

Cada vez que leo esta parte sigo emocionándome como si fuese la primera vez 

¿Qué hay peor que perder a la persona que amas? ¿Podrán Alguien y Nadie volver a estar juntos? 

No os perdáis el siguiente capítulo ^o^

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top