Parte 10: "El cuernosaurio"


Llegaron a aquella explanada, una explanada que parecía desierta, sin peligro a la vista. Eso le puso aún más nerviosa, no se fiaba de lo que podía pasar, no se fiaba de aquel reino maldito.

-¡¡¡Vamos!!!- le incitó Alguien

-Espera, ¿no te parece demasiado sospechoso que no haya nada?-

-No importa, no me voy a quedar esperando a que aparezca algo-

Y sin saberlo, Alguien le dio al clavo, acertó.

De entre la nada, salió una especie de dinosaurio rojo carmín con unos cuernos a los lados, unas pezuñas y unas garras largas y afiladas, y unos dientes estéticamente perfectos para morder cualquier tipo de material (comestible o no).

El bicharraco rugió enfadado, y su voz retumbó en sus oídos.

Alguien y Nadie se miraron aterrados sabiendo que estaban perdidos; si por algún casual consiguiesen esquivarlo llegarían al palacio, pero eso parecía misión imposible.

-Bueno, al menos no es un T-rex- dijo Alguien intentando sacar algo positivo de la situación

-Es un cuernosaurio, que es aún peor-

Alguien tragó saliva, y lamentó haber hecho ese comentario.

La bestia miró a los lados, y cuando los vio salió corriendo tras ellos.

-¿Qué hacemos ahora?- preguntó Alguien nervioso

-Una palabra: ¡¡¡correr!!!- dijo ella mientras echaba a andar

-¿A dónde vamos? Tú eres la experta sobre criaturas fantásticas-

-Corramos a esos arbustos, entre la vegetación le será más difícil encontrarnos-

Alguien corrió como nunca antes lo había hecho. Parecía que estaba corriendo una maratón y que se jugaba el primer puesto, la única diferencia era que si no llegabas te podía costar la vida... Ni siquiera se dio la vuelta para saber la distancia que le separaba del monstruo, solo corrió, no podía perder el tiempo, un error y acababa en su boca.

Llegaron a los arbustos jadeando. Alguien no se podía creen que hubiesen podido llegar, pero ahí no acababa todo, solo había empezado.

El dinosaurio se acercó a ellos y los empezó a buscar entre la vegetación, estaba claro que quería comérselos.

-¡¡Alguien, busca algo, corre!!- le gritó Nadie desde la otra punta ya que estaba convencida de que con sus aparatos podían ganar

Ahí es cuando la situación empeoró: Alguien estaba distraído mirando en su bolsillo y no vio que la bestia lo iba a coger...

-¡¡¡Alguien!!!- le gritó ella desesperada

Él se dio la vuelta y... ahí estaba la cosa esa, mirándolo con esos ojos ansiosos por probar a su presa. Lo cogió con sus garras y lo alzó para poder mirarlo mejor.

-¡¡¡Nadie, ayúdame!!!- dijo mientras se intentaba escapar de su zarpa

A Nadie le latía el corazón a mil por hora, estaba muy nerviosa, o hacía algo o su amigo moría, su vida dependía de ella. ¿Y qué hacía? No tenía ningún utensilio para salvarlo, no tenía nada, solo se tenía a ella... ¡¡¡eso es!!! Se le ocurrió una idea, una idea muy peligrosa, no solo para su amigo, sino también para ella... no estaba segura de hacerlo, podía tener graves consecuencias, y además, ¿estaba segura de hacerlo delante de Alguien...? La rechazaría si la viera... estaba pensando en eso cuando Alguien le gritó:

-¡¡¡Nadie, socorro, me quiere comer!!!-

"¡¡¡Ayyyy!!! ¿Qué hago? ¿Lo hago?" pensó. Tenía miedo, miedo de fracasar, de que saliera mal todo por su culpa, estaba en una encrucijada, pero no tenía mucho tiempo, tenía que decidirse...

Respiró hondo, parecía que su corazón se le iba a salir, pensó en Alguien, no podía seguir ocultándoselo más tiempo, no podía acabar así, de todas formas de alguna manera o de otra todos iban a morir, ¿qué más daba ya?

-¡¡¡Salta, y no mires atrás, no me mires!!!- le gritó por fin

-¡¿Qué vas a hacer?!-

-¡¡Tú simplemente salta!!-

Alguien no lo dudo, debía confiar en ella. Mordió la garra del dinosaurio, éste la abrió, y sin esperar más, saltó.

Fue un salto épico y bestial. Su cara expresaba las ganas de libertad, y la del monstruo las ansias de comer. Alguien saltó, y por mucho que éste estiró su brazo, no logró alcanzarlo a tiempo, ya que Alguien consiguió agarrarse a una rama sano y salvo.

-¡¡Nadie!! ¿Qué vas a hacer?- le preguntó nervioso- ¿Estás segura de ello?-

-¿Confías en mí?- le preguntó ella recordando su aventura con los duendes

Alguien se quedó muy serio, ¿confiaba en ella? ¿Por qué no iba a confiar? Le había salvado varias veces a pesar de que él no se lo merecía (como con la sirena), y pasara lo que pasase se habían ayudado mutuamente hasta llegar ahí... la miró a los ojos y le dijo:

-Confío en ti, siempre he confiado en ti

Nadie sonrió y se concentró. Cerró los ojos y pensó en esas cosas que le hacían explotar de rabia. Cuando Alguien cogió el huevo de lobo, cuando dijo que la sirena esa era guapa, cuando hace nada estaban a punto de comérselo vivo, cuando sus padres murieron... notó que toda esa ira volvía de nuevo a ella, ya sabía el resto...

Alguien se preguntó qué iría a hacer Nadie. No tardó mucho en averiguarlo: De pronto, ella se eleva, le crecen unos cuernos de toro y unas alas negras. Vio un resplandor alrededor de ella que lo dejó helado, vio cómo se transformaba poco a poco en un ser muy diferente al que estaba acostumbrado a ver, eso le hizo preguntarse qué era en realidad Nadie, le hizo dudar de ella.

Parecía un monstruo, es más, era un monstruo, parecía un diablo de esos que salen en los dibujos animados.

No se podía creer lo que veía, no se podía creer que esa era su amiga, Nadie. Se quedó mirándola, y por primera vez se preguntó quién era, por qué le había ocultado aquello, si había hecho bien en confiar en ella.

Expulsó toda su fuerza hacia el monstruo haciéndolo de gritar de dolor, haciéndolo caer, derrotándolo. Cuando el monstruo hubo sido vencido, ella bajó al suelo lentamente. No pudo evitar susurrar:

-Nadie...- dijo mientras, si querer, se acercaba a ella

-¡¡Aléjate!! No quiero hacerte daño- le dijo, pero su voz sonó diferente

Alguien retrocedió, le temblaba el pulso.

Cuando, por fin, rozó el suelo cayó rendida, no le quedaban fuerzas para tenerse en pie. Alzó la cabeza, y sus ojos volvieron a ser los mismos.

Alguien se quedó inmóvil en su sitio durante unos segundos, asimilando todo lo que había visto. La miró, pero ya no la veía como antes... no ahora que sabía la verdad... Respiró hondo, y le preguntó muy lentamente:

-¿Qué eres?-

Nadie apartó la mirada avergonzada, y dijo tristemente:

-Soy una hudiatasma: medio humana, medio diablesa, medio fantasma-

Alguien se quedó con los ojos como platos, nunca se le había ocurrido que existiese algo así.

-¿Por qué no me lo dijiste?-

-Porque pensé que si lo sabías me ibas a dejar sola-

Alguien abrió la boca, pero no dijo nada.

-Sé cómo te sientes, debí decírtelo, pero...- se frotó los ojos- he sido una mala amiga, no me importa si te vas, te entiendo, ha sido todo culpa mía-

Alguien la miró sorprendido, no por saber la verdad sino porque ella reconocía que lo había hecho mal, no le importaba que él estuviese enfadado con ella... era un monstruo, lo sabía, pero sintió compasión y algo más... ella lo había salvado, fuese o no humana, eso daba igual, y en el tiempo que había estado juntos le había demostrado que era una buena amiga, fuese humana o no, no podía negar su amistad, fuese un monstruo o no había algo en su interior que le impulsó a acercarse...

Nadie tenía la cabeza rodeada por sus brazos, aún estaba en el suelo, pensando en lo que podía pasar, pensando en cómo él la dejaba ahí. Le dolía todo el corazón y no tenía fuerzas ya, después de la energía que había gastado contra el cuernosaurio no podía ni moverse. "Bueno, aunque él se vaya sin mí, al menos sé que está vivo, hubiese sido peor si hubiera muerto" se dijo intentando calmarse. "Bueno, al menos lo he conocido"

-Nadie...

¿Quién la llamaba? Se vio obligada a alzar la cabeza. Y lo vio, apartó la mirada inmediatamente, y esperó que de su boca salieran sus últimas palabras. Sin embargo, no sucedió como ella había pensado...

Alguien le tendió su mano. Ella lo miró incrédula, como si lo que estaba haciendo fuese una broma. Después de unos instantes, Nadie se decidió, le cogió la mano, y él le ayudó a levantarse.

Se miraron cara a cara, Alguien se fijó en sus preciosos ojos morados, y le dijo:

-Nadie, gracias por salvarme-

Ella notó como si su corazón volviese a nacer, una sensación que le llenó de alegría, que le hizo, sin saber por qué, que sus ojos se llenasen de lágrimas. Después de saber que era medio diablesa le daba las gracias, después de saber que podía acabar con él se atrevía a sonreírle de nuevo, después de saber lo que sabía... y se quedaba con ella... no recordaba haber estado tan feliz nunca antes, ni sentir lo que sintió en ese momento, fue tan inmenso que es imposible poder explicarlo con palabras, fue tan tan inmenso, que sin darse cuenta, lo abrazó.

Fue un abrazo mágico, ella lo notó, era la primera vez que hacía algo semejante, era la primera vez que se sentía tan feliz, que sentía esas intensas ganas de vivir, y es que pasase lo que pasase nunca lo iba a olvidar, nunca iba a olvidar a Alguien, lo apreciaba tanto como a ellos. Fue un abrazo digno de película, fue como expresar todo lo que sentía en un simple acto; de hecho sintió que se paraba el tiempo, nunca había pensado que podía sentir algo así, fue como si cielo y tierra pararan de moverse por unos instantes para observarles, fue como si dos fuerzas totalmente distintas se juntasen y formasen una sola, fue algo tan bonito...

Todo volvió a la normalidad cuando se separaron. Alguien le sonrió y ella apartó la mirada sonrojándose, se preguntó entonces si él había sentido lo mismo. 

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