Para comenzar esta historia, es necesario remontarnos varios milenios atrás:

El Dios de los dioses, Todo, casado con la bellísima Siempre, tuvo dos hijos: Algo y Nada.

El caso es que cuando eran bebés, el Dios de las tinieblas, Nunca hechizó a la pequeña Nada; entones ella sólo podía destruir, todo lo que tocase lo destruía, solo podía crear criaturas monstruosas, solo podía crear dolor y tristeza. Sin embargo, su hermano era todo lo contrario: Algo podía crear criaturas fantásticas y adorables o podía hacer crecer plantas, podía crear alegría y bienestar.

Cuando los dos hermanos se hicieron mayores, su padre los vio preparados para ejercer su cargo. Todo le entregó la mitad de su tierra a cada uno.

El reino de Algo era bonito y encantador, lleno de vida, lo llamó El Algo.

Pero el reino de Nada... bueno, era horrible, estéril, lleno de pesadillas (y todo por su asquerosa maldición); se llamó La Nada.

Bueno, ya que he contado el origen de los orígenes podremos continuar en la historia que nos interesa: "Todo empezó con un chico llamado Alguien..."

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Saludos ;)