CAPÍTULO 5: Es una bomba

Mónica

Estando repentinamente alelada, miro al frente y me encuentro con el nerd entusiasta del rincón, ese que aplaudió efusivamente. Ahora que lo veo más de cerca puedo apreciar cómo es, lleva el cabello castaño con un peinado de niño bueno (consiste todo el pelo hacia el costado aplicado con gel), tiene la tez blanca, las cejas perfectamente delineadas, es de complexión delgada y se gasta unos ojazos verdes grisáceos; solo que estos son opacados por unas horribles gafas grandes que trae puestas.

—Aquí. Mucho gusto. Me llamo Teobaldo Oliver Navarro Lucena —se presenta, mientras estrecha enérgicamente mi mano—. Bienvenida y… creo que eres genial; sí, eso. Y más porque eres la nueva amiga de Victoire —lo último me lo susurra pícaro. Eh, para ser un nerd no es nada tímido y hasta es gracioso—. ¿Sabes? Me caes mejor que sus otras amigas; y eso que es a primera vista eh, hasta siento que ya te admiro y...

—Navarro Lucena, ¡Navarro Lucena! —lo llama la miss alterada, ya que él en ese momento no le prestaba atención; claro, hasta que García gritó.

Mis pobres tímpanos.

—Navarro Lucena, ¡loser! —lo insulta casi toda la clase otra vez y esto nuevamente termina en carcajadas.

—¿Quieren callarse, turba de idiotas? —le exijo a la clase, encarándolos encabronada. ¿Cómo pueden humillarlo así? Como resultado, varios «uuh» y murmullos se dejan escuchar.

—¿Qué dijimos de ese vocabulario, Brooks? —la miss se escandaliza—. Le prohibo hablar de esa forma tan espantosa. ¿Estamos claras?

—Es que con diplomacia quizá no entiendan, señorita —alega Niel.

—Además tienen razón, por favor, párenle con eso de loser, en buen plan, aburren. —Les dice Nicolás y todos lo miran medio sorprendidos, seguro no se esperaban que él se involucrara.

No sé porqué, pero creo que me siento un poco orgullosa de él. Parece que no es otro cabeza hueca como los aquí presentes.

—¡¡Ya, basta!! —la señorita aplaude llamando nuestra atención—. Una más y hoy será su segunda visita a la dirección. A sentarse de una vez, primer día de clases y ya ocasionando problemas —y tras sus exclamaciones se da vuelta para coger un marcador.

—También gusto de conocerte, Teo —le hago saber al chico, sonriéndole y en voz alta para que todos escuchen.

Entonces me voy a sentar y los murmullos se dejan por enésima vez escuchar. Aunque de verdad me cayó bien el chavo, no solo es por alardear. Ahora que lo pienso, se me ocurre hacerlo mi amigo y entre Niel y yo podríamos enseñarle a defenderse y contraatacar con bromas, pues Teobaldo Oliver parece tan inocente y divertido que podría tener un gran potencial.

Y vaya qué curioso y original nombre que se gasta.

¿Quién lo diría? —suspiro mentalmente—. Primer día de clases y ya hice amigos, conocí un chico churrísimo y amable a su vez; y hasta tengo un admirador. E incluso ya me voy haciendo la alumna menos preferida de la clase junto a Daniel.

—Lo mismo digo yo —Niel le guiña un ojo a Teo, solo que sin hablar alto como yo. Luego corre de inmediato a su asiento.

Antes de que la miss vuelva a hablar —pues ya empieza a escribir en la pizarra y los estudiantes a hurgar sus textos buscando la página indicada—, aprovecho de voltear hacia Nico.

—Like —lo felicito orgullosa y en susurros, guiñándole un ojo a la par; entonces él me lo guiña de vuelta, regalándome una divertida sonrisa.

Si quiere ser mi amigo va por buen camino, el problema sería que piensen que quiero flirtear con él sabiendo que está enamorado de Sarah. Porque esa no es mi intención, ¿verdad?

—¿Acaso están locos? —nos regaña Victoire de repente, farfullando.

—Creí que ya conocías cuán locos estamos —digo, arqueando una ceja y haciéndome la despistada; pues ya intuyo por dónde va el tema.

—No, hablo en serio. Lo de las bromas está perfecto, pero no se metan con la clase si quieren ser parte de ella. Con excepción a lo planeado sigan la corriente a todos y sobrevivirán. Consejo de conejo—Victoire nos aconseja en cuchicheos discretos, guiñándonos también al final un ojo y humedeciéndose los labios—. Al final de la clase tendrás que decirles que era para quedar rebelde y cool ante la maestra y todo estará ya perfecto. —Añade murmurando más despacio.

—De verdad, chicos; no vale la pena perder amigos por Teobaldo Oliver o sus semejantes —agrega Jane, susurrando también.

—Es que no entiendo qué pedo tienen contra el chavo ese. Parece buena onda —cuestiona Niel, un poco molesto.

—¿Cómo que qué? —Victoire abre mucho los ojos—. Es un loser, un ratón de biblioteca —chilla, hablando entre dientes.

—Pues a ti te mira con ilusión. —Señalo a Victoire mientras atisbo con la cabeza hacia Teobaldo, quien mira a Victoire con una mano bajo su mentón y una bobalicona sonrisa.

Ella voltea a verlo; y en reacción suspira con fastidio.

—Siempre me mira así, da igual; solo ignórenlo. —Decreta Victoire volviendo la vista al frente, algo disgustada.

—Pero yo concuerdo con Niel. —Vuelvo a acaparar la atención de Toi—. No porque sea estudioso hay que tratarlo mal, es como cualquiera de nosotros y parece ser agradable. A mí me cayó bien; y creo que sí valdría perder el agrado de la clase entera, excepto la tuya claro —esto último se lo afirmo en susurros muy bajos—, con tal de impedir que lo humillen.

—Cállate, Mónica; espero que no te hayan escuchado hablar así sino serás Pringles fritas —Victoire voltea asustada hacia la clase, pero solo Jane nos mira con el ceño fruncido.

Aunque para infortunio nuestro la miss se percata que no le prestamos ninguna atención y nos aplaude con estrépito.

—¡Ya, silencio! ¡Basta de cuchicheos! Menos cinco puntos Brooks, Castellar y Montero —decreta la miss severa. Aclarar que Victoire apellida Castellar.

En fin, estoy dejando pasar mucho tiempo de inactividad, por lo tanto creo que es hora de que pongamos en marcha el resto del plan. Será divertido y épico, confío en ello.

—Niel, ya va a ser, alístate. —Le aviso, jalándolo de su chompa.

—No te preocupes, tengo todo bajo control. —Afirma en voz baja, sonriendo malvado, mientras la miss se sienta.

Entonces un soundtrack apocalíptico de Beethoven suena estruendosamente de fondo. Esta vez el detonante fue Niel.

—¡Por Dios Santo! ¿Qué es eso? —demanda la señorita con la voz espantada y exagerada, llevándose una mano al corazón.

A su par, todos voltean extrañados hacia todas partes, buscando el origen del ruido; Toi, Niel y yo también lo hacemos para pretender que también estamos desorientados.

—Un soundtrack apocalíptico de Beethoven señorita, obvio. —Respondo con naturalidad y obviedad a la vez, mientras continúo mirando al techo y la pared.

—No sé yo, pero dicen, señorita, que cuando suena uno así de repente, es porque algo malo va a suceder. Es un presagio —cuenta Niel pretendiendo estar muy seguro de sí mismo y parando con su búsqueda.

—Ajá, ¿y quien lo dice? —pregunta la señorita, retórica y cruzada de brazos, con cierta sospecha.

Bien, excelente; vamos por buen camino.

—Además de nosotros, mi abuelita me contó esa leyenda cuando era niña, también un señor anciano que vive solo y es mi vecino, Google lo corroboró, asimismo los videos paranormales de YouTube... —Iba enumerando Victoire con obviedad también, pero acaba de ser irrumpida por Niel.

—Por ejemplo, el avance de hoy podría ser un mal presagio. —Supone Niel, sonriendo de medio lado para hacerse al interesante.

Entonces la miss, enervada, lo mira con los ojos más abiertos que un libro y se incorpora en un arrebato; empero, la silla lo hace con ella, pegada a su trasero. Intenta despegársela con tres jalones y no puede, a consecuencia abre la boca indignada y la clase ENTERA estalla en carcajadas; y algunos —Niel, Victoire y yo entre ellos— nos ponemos a filmar con nuestros celulares.

—¡¡A la dirección!! ¡Brooks, Montero y Castellar! ¡¿O acaso me olvido de alguien más?! —vocifera García totalmente encolerizada e histérica, señalándonos a Victoire, Daniel y a mí la puerta de salida.

—Antes, señorita —pido permiso para hablar, sin embargo no espero que me lo concedan—. Como sabíamos que nadie nos organizaría una bienvenida decidimos concretarla nosotros mismos. Ahora viene lo mejor —anuncio sonriendo con suma satisfacción, pero la miss solo respira agitada y la clase me mira entre expectante y extrañada. Tomo entonces mi activador de bombas y lo presiono—. ¡Salgan corriendo en tres, dos, uno…! —los prevengo, echando a correr inmediatamente fuera del curso y Niel, Toi, Teobaldo Oliver y una chica más detrás de mí, pero solo estalla el confeti.

Todos quedaron como para fiesta de carnaval. Y a lado mío Victoire empuja a Teobaldo para apartarlo de su lado, pero la histérica voz chillona de García la hace saltar en su sitio.

—¡¡A la dirección!! —la señorita reitera su orden, agravando la voz y más furiosa todavía.

Entonces lo verdaderamente esperado sucede.

Escuchamos un estallido y la alarma contra incendios se activa como tal cual sirena de policía o ambulancia. El pánico sobrecoge a casi todos ahora. Genial, maravilloso; aunque no tanto como lo creí.

Nicolás me empuja oportunamente hacia afuera antes de que fuera atropellada o asfixiada por la avalancha de personas que salieron detrás mío, incluida García con la silla aún pegada.

¿Ahora cómo podré salir del edificio con la multitud de personas que se avecinan?

***

Tuvieron que evacuar todo el edificio. Gracias a Dios fui rápida y logré salir antes que ese gentío se aproximara.

Salí ahogándome en carcajadas, lo cual creo que ya afectaba a mi estómago e invitaba a salir a mis lágrimas. Niel estaba igual o peor que yo; Victoire y casi todos los chavos también se reían, solo que un poco más moderadamente. Aunque la mayoría de las chicas murmuraba entre sí, preguntándose el por qué no explotaba el edificio y las que estaban en mi aula nos observaban a Daniel y a mí asustadas, como si fuésemos unos terroristas iraníes.

Como decía la Reina de Corazones, se siente bien saberse temido.

Pero estando medio sumida en mis extraños pensamientos, oigo un suspiro a mi lado.

—Difícilmente se olvidarán de esto —me comenta Nicolás, cruzado de brazos, mientras ve el edificio. No sé descifrar la expresión de su rostro—. Mónica, ¿verdad? —quiere corroborar, esta vez posando la mirada en mí.

—Es un placer —le estrecho mi mano derecha con la suya, sonriéndole.

—Digo lo mismo. —Es lo único que dice, esbozando una sonrisa. Se nota que algo quiere decirme, pero no se atreve.

—Ooh, esas agallas, Victoire. —Le chancea y codea un chavo pelinegro que está al lado de Nicolás—. Creo que los nuevos ya te están pervirtiendo —bromea, lo cual provoca que Toi lo golpee en el brazo. Se ríe un rato y luego nos dirige la mirada a Niel y a mí—. Ya en serio, es un placer conoceros; además que gracias a ustedes no pasaremos esa aburridísima clase. Soy Connor —se presenta con una amable sonrisa, extendiéndome su mano.

—Soy Mónica —le sonrío afable también mientras nos estrechamos las manos—. Aunque pueden decirme «Mon», pues como «Nica» solo me llama él —señalo a Niel—. O bien pueden llamarme solamente Mónica; aunque así quizá piense que están enojados, eh —bromeo también. Entonces vuelven a reír.

—Eres muy graciosa —asegura Connor.

—Esa es mi cualidad —presumo llevando mi cabello hacia atrás, como en un comercial para champú.

—Aunque también guapa, eh —comenta Nicolás, pero de seguro fue de imprevisto, ya que se ruboriza un poco casi al instante de hablar.

—Esa es otra de mis cualidades —afirmo fingiéndome presumida, pero sonrojándome más que Nicolás.

¿Él, el chico más jodidamente sexy y popular del Bodwell piensa eso de mí? No me lo creo.

En eso veo a Jane aproximarse. Oh, Connor está aquí, tal vez se avecine una disputa por lo de su rompimiento.

—Mi amor, Jane. ¿Cómo está la princesa más hermosa del universo? —le dice Connor acercándose a abrazarla, pero ella lo empuja.

—Suéltame, idiota, no quiero saber más de ti —le comunica Jane malhumorada.

—Pero si me estabas buscando justo ahora —insiste Connor, mientras Nico se ríe disimuladamente de él.

—¡Que no, imbécil! —gruñe Jane e inmediatamente nos lleva aparte a Victoire y a mí.

—Uuh —la codea pícaramente Victoire—. Eso me huele a que en tres días volverán a acabar juntos. ¡Ya sé! Apostamos tu nueva fragancia de Channel —le propone entusiasta, pero Jane vuelca los ojos.

—Que no a ti también, te estás poniendo igual de pesada que mi ex. —Responde Jane, entre dientes—. Esa es mi fragancia, exclusivamente mía —esto último se lo dice en susurros.

—Okay, no te pongas intensa —Victoire se cruza de brazos.

—¿Y de cómo se les ocurrió una broma tan pesada? ¡Les costará la nota! —esta vez Jane se dirige también a Daniel (quien acaba de unirse a nosotras) y a mí, en susurros—. De hecho, ya dense por reprobados; ¡hicieron que evacuaran el edificio! —nos reprocha señalándolo.

—Jane, querida, no te hagas drama; la nota nos la ponen por estudiar, no por disciplina. —Argumento y la abrazo por la espalda, hablando con total tranquilidad.

—Nuevos y ya ocasionando problemas. Lo de la broma del chicle estuvo genial, padrísimo; ¡pero se pasaron con lo de la bomba de humo! —Jane gruñe en esta última exclamación, entonces yo me cruzo de brazos y entorno los ojos con fastidio, mientras Daniel también bufa con el susodicho.

—Además, ¿insultar a la clase entera, Mónica? Te pasaste, literal —Jane se cruza de brazos también; vaya que está molesta la muchacha.

—Ella lo hizo para quedar bien, cool, nada más —me defiende Victoire—. Va a aclarar con ellos las cosas.

—Si tú le aconsejaste que dijera eso —le recuerda Jane, en voz baja.

—Sí, pero ella se dio cuenta de eso también luego —acota Victoire, un poco nerviosa y en murmullos.

—Sarah no tardará en hablar con ustedes, así que de veras espero que sea como dicen. —Dicho esto ya sin susurrar Jane se va.

Quiero refutar, pues en ningún momento dije que aclararía nada, no tengo nada que fingir o aclarar. Más bien son ellos los que deberían disculparse con Teobaldo Oliver, él no les hizo cosa alguna y se burlaron de él.

—Victoire, tú sabes que eso... —Protesto, murmurando; pero la mencionada me interrumpe.

—Shh, tema superado.

—¿Pero es que todo gira en torno de la tal Sarah? Muero por conocerla, para quizá decirle unas cuantas verdades —asevero y me cruzo de brazos, enfadada.

—Shh —me pide Victoire, exasperada—; por favor Mónica, te oirá —farfulla. Deseo replicar, pero entonces diviso a la señorita García acercándose con grandes y furiosos pasos hacia nosotros; pero se detiene a poca distancia, aplaudiendo lo más fuerte que puede.

—¡Ya, todos de vuelta al edificio! Al final no hubo incendio, falsa alarma. ¡Ya, ya, basta de cuchicheos! ¡A estudiar! —ordena la miss continuando con sus cortantes y exigentes aplausos.

La mayoría se va rezongando. Victoire, Daniel y yo pretendemos retirarnos y camuflarnos junto a Nicolás y Connor; pero una ensordecedora orden de García nos detiene en seco.

—Castellar, Montero y Brooks, a la dirección —nos ordena impasible.

—Pero… —quiso protestar Victoire, pero fue interrumpida.

—Dije a la dirección. —Reitera la señorita volviendo a señalar el edificio de la dirección, entonces Victoire camina con la cabeza gacha y protestando por lo bajo; Niel se encoge de hombros y se pone a andar también.

—Gusto en conoceros —les afirmo en cuchicheos a Nicolás y a Connor dando un beso en la mejilla a cada uno apresuradamente; para después irme hacia la dirección dando brinquitos, lo cual extraña a miss García, quien prácticamente nos hace caminar a empujones.

—Compórtese, señorita —me exige la Miss en un chillido furioso.

Si las miradas mataran yo ya estaría muerta y enterrada; no, sepultada no porque la bruja esta me dejaría a merced de los buitres.

—Okay, pero no se enoje —le hago con las manos como el Chavo del Ocho y retomo mis brinquitos, Daniel se ríe y Victoire simplemente está de capa caída.

En cambio yo estoy emocionada por conocer verdaderamente a mi nuevo director. Aunque extraño a Sebastián e incluso podría decir que a sus sermones también.

N/A:

¡Como se dieron cuenta ya apareció Nicolás! Teobaldo Oliver y Connor también.

¿Qué opinan de Nico? Aquí comentario.

¿Qué opinan de nuestra loca Mónica? Aquí comentario.

¿Qué opinan de Dani? (O Niel cómo le diría Nica) Aquí comentario.

¿Qué opinan de Victoire? Aquí comentario.

¿Qué opinan de Teobaldo Oliver? Aquí comentario.

¿Qué opinan de Jane? Aquí comentario.

Ahora falta que aparezca la tercera protagonista, Amelia y ahora la famosa y misteriosa Sarah. ¿Cómo creen que sean ellas? Aquí comentario.

¡Espero hayan disfrutado el cap! Besos 😘

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