CAPÍTULO 3: Conversaciones

Mónica

—Ah sí, claro —consiente Victoire—. Nuestro grupo está conformado por seis chavos. Empecemos con Sarah, quien es la que más popularidad tiene aquí y es una de las chavas más guapas de todo el Bodwell, es pretendida por la mitad de los chicos acá. Claro está que después de mí, yo soy la más hermosa de todas, incluso más que tú eh; así que no te ilusiones, soy insuperable. —Alardea y bromea Victoire sonriendo presuntuosa y llevando su cabello hacia atrás como en un comercial de Pantene.

—Eh, recuerda que por confiada la liebre perdió la carrera supuestamente predicha con la tortuga. —Le recuerdo divertida, pero como tal madre aconseja a su hija.

—Además a Sarah no le gustará oirte hablar así —le advierte Jane.

—Sarah no está aquí; pero aún así es a todo dar, me muero porque ustedes se conozcan, encajarán de inmediato. —Presagia Victoire con optimismo.

—Si tan bien me hablas de ella es porque en serio debe ser a todo dar —supongo sonriendo.

¿Su personalidad será parecida a la mía? ¿Será bromista o radiante como Victoire? No lo sé, pero tal vez lo más probable es que así sea, aunque si Victoire dice que la tal Sarah es pretendida por mitad del instituto debe ser porque seguramente tiene el cuerpo de una Barbie. ¿O será una chava superficial y petulante? Porque de ser así creo que no encajaremos.

—Sí que lo es. Aún así no te sientas amedrentada por nosotras, desde ahora somos tus amigas y te apuesto que tendrás una fila de pretendientes en pocos días. —Me apuesta Victoire con una pícara sonrisa.

—No, por favor, que me sentiré sofocada, suficiente ya tuve de ellos en las anteriores prepas que estuve. Please, no me recuerdes a Iván —bromeo con sufrimiento, tapándome el rostro con ambas manos un instante.

Lo más maravilloso de esto es que ya no veré más a ese engreído machista. Gracias a Dios.

—Ufff, sí que es sofocante, a veces irritante, ¿que te digo yo? Te entiendo a la perfección, también sé que es eso. Están bien cuando es para que te den regalos y cosas así, ¡pero es asfixiante que te persigan todo el tiempo suplicando una oportunidad! —exclama Victoire en susurros, luego prosiguiendo en voz alta—. En especial, el nerd ese que me observa y a veces sigue como idiota, me dan ganas de escapar cuando lo veo, es más, creo que lo hago. —Se queja con una irritación y estremecimiento momentáneos.

—Vamos, Victoire; olvídate del insignificante aquél por un momento, mejor continúa contándole a Mónica sobre nosotros. —Le aconseja Jane y ante su comentario la miré mal por unos instantes, no me gusta que se refiera a una persona como insignificante, para mí nadie lo es.

Soy bromista, sí; pero no menosprecio a los demás, espero sinceramente que tengan sus motivos. Pero ya, me recibieron muy bien aquí y ya tendré tiempo para conocerlas. Al menos Victoire parece ser una agradable persona.

—Ah, sí, continuemos. Luego siguen Alyssa y Lena, Alyssa se gasta un cuerpazo de infarto, es toda una loquilla y Lena viene desde Estados Unidos y es de un carácter dulce; aún así pienso que además de mí claro, que Sarah es la más espectacular de todas. Ahora empecemos por los chavos, Nicolás es el más guapísimo, sexy y popular de aquí, te lo juro, parece un príncipe azul de cuento; es rubio, de unos ojazos azules, alto, musculoso a lo normal… —Me relata Victoire a medida que suspira y Jane a su par.

—Sarah es tan afortunada por tener toda su atención, juro que a veces la envidio. —Comenta Jane con ensueño.

—Oh sí, aún así a veces es inevitable sentir envidia. Yo salí con Nicolás una vez a una disco, los dos solos, él me invitó en persona en plan de amigos; pero nos topamos con Sarah allí. Ella no lo dijo en público, es más, sonrió y todo, sin embargo me llevó al tocador y me dijo que ni se me ocurriera nada para flirtear con Nico, porque ella está enamorada de él; suerte la mía porque ninguno de los dos quería nada serio. Más bien me alegré por Sarah, ellos dos hacen una pareja perfecta, aunque ella se pasa de celosa a veces. —Me cuenta Victoire con satisfacción, aunque lo último lo dijo con un aire dubitativo.

—Defiende lo que muy pronto será suyo, pues Nico es el hombre de su vida. A mí me dijo que cuando sale con él se la pasa de maravilla —comenta Jane con complacencia en sus palabras.

Nuevamente otro comentario que no me agrada de ella, ningún ser humano es posesión de nadie. Aunque lo último me dio curiosidad y de repente me hallo preguntando:

—¿Ellos son novios de manera oficial?

—No, pero solo falta que él se lo pida. Aunque Sarah ya lo da por sentado, lo repito, ella es muy afortunada —responde Jane.

—Sí que lo es —concuerda Victoire—, bueno, continuemos. Ahora sigue James, él es tan atractivo como Nicolás y como casi todos nosotros es sumamente popular y el rompecorazones favorito de aquí; él se ve tan atractivo y sexy cuando fuma… —De repente pillo a Victoire dando un suspiro de enamorada, los ojos le brillan con mucho ensueño y tiene las mejillas levemente sonrosadas.

Está enamorada. ¿Se sentirá así de lindo estarlo perdidamente de alguien?

—No me digas que… —Quise decir, pero Victoire completa la frase.

—¿Que estoy enamorada de James? Ni yo misma lo sé con total certeza, pero cada vez me convenzo más de que quizá sí lo estoy. —Se explica Victoire, encogiéndose de hombros y dando otra exhalación de enamorada.

—Es claro que sí lo estás —afirmo entusiasta—. ¿Pero él lo está de ti?

Sería triste si es un enamoramiento no correspondido, pues Victoire revela ilusión y ensueño por cada uno de sus poros y podría decir que hasta en sus células.

—Lo estará, de eso me encargo yo —determina Victoire decidida y sonriente—. Cambiando de tema y hablando de enamorados, luego sigue Connor… —Al decir esto último, Jane se incorpora furiosa.

—¡No! A él ni lo menciones, es un patán. Tendrá que darme un muy buen regalo para que lo perdone; e incluso más que eso tal vez —sostiene furiosa Jane.

—El ahora nuevamente ex novio de Jane —prosigue Victoire como si nada—, rompieron, pero como te dije, son la pareja ruleta; verás que mañana, o pasado o en poco tiempo Jane alardeará que volvieron de nuevo. —Me explica Victoire en murmullos, aunque bien sabe Jane de qué tema hablábamos—. Connor es medianamente popular, pero es guapo también y es el mejor amigo de Nico, lo digo porque son muy apegados, tipo Sarah y Alyssa. —Enuncia casi rápidamente dado a las protestas de Jane.

»—Luego sigue Gabo, quien es el más afeminado del grupo a pesar de afirmar y afirmar que no es gay, también es muy intelectual, pero uno con un fascinante estilo; no como esos nerds sin gracia alguna. Por último seguimos Jane y yo, a quienes ya vas conociendo. —Finaliza, quedándose en silencio y mirándome expectante.

—¿Estás esperando a que te diga que me parece? —le pregunto, haciéndome la interesante..

—Pues sí —responde Victoire con obviedad.

—Si te soy sincera, me parecen superficiales, tendría que conocerlos primero para juzgar. Aunque tú ya me caiste bien —lo último le confieso a Victoire en cuchicheos, pues todavía puedo decir lo mismo de Jane.

—Tú también —declara Victoire también farfullando—. Y el resto muy pronto también será de tu agrado, ya verás; a primera impresión pueden parecer superficiales pero cuando los conozcas a fondo comprobarás que son a todo dar. Ya muero porque los conozcas a todos —menciona fervientemente.

—Dios me libre, pues no quiero conocer a doña regenta cara amargada —bromeo y las chicas empiezan a reír conmigo.

—Hey, ¿tienes catálogos de belleza? Muero de aburrimiento y además creo que haré algún pedido. —Me pide Victoire y Jane condesciende a ello.

—Claro, mi madre también trabaja en ese tipo de cosas y yo le ayudo a promocionar ciertas veces. —Aludo sonriendo amable.

***

A la noche

Las chicas y yo nos pasamos un buen rato observando aquél catálogo de belleza, Victoire realizó dos pedidos y Jane uno.

Luego me instalé en un lapso aproximado de media hora y minutos después Niel me llamó, estuve como media hora hablando con él, primero mediante una video llamada y luego por chat, para coordinar los detalles. Ya tenemos la gran broma preparada para mañana, para auto inaugurar nuestra bienvenida al Bodwell. Victoire y Jane solo saben esto primero, no conocen cuál será la broma, pues Niel y yo preferimos que sea sorpresa para todos.

Ahorita ya es de noche y Victoire y yo estamos camino a la cafetería para cenar; Jane moría de sueño y prefirió quedarse, ya le estaremos llevando un bocadillo. Ahora sí que Victoire está bien arreglada y maquillada, ella dice que hay que verse bien y presentable a toda hora, pues nunca se sabe; según ella fue un gran error el dejarse llevar por el aburrimiento o la resaca.

Yo también me cambié por un atuendo más presentable para la noche. Me puse un saco amarillo patito, una blusa blanca con cuello mao grande, mi calza negra brillante, unos tacones altos negros con correa de tobillo y un collar bañado en oro de un infinito pequeño. Victoire trae puesta un abrigo de franela mostaza, una ajustada blusa negra, una calza de tonalidad azul oscuro y unos tenis blancos. Decidimos conjugar un poco nuestros atuendos como un simbólico inicio de nuestra amistad.

Precipitado, pero presiento que ella y yo seremos inseparables.

Ahora nos estamos sentando a la mesa y esperamos unos segundos a que Niel aparezca.

—Vas a ver, te caerá súper bien, es mega divertido y buena onda —le cuento sobre Niel a Victoire, pero inesperadamente el susodicho aparece tras ella y me hace un gesto para que no diga nada.

Obedezco para averiguar qué está tramando y de repente escucho unos ladridos, y un asustado y agudo grito; inmediatamente después veo a Victoire de pie, encarando con furia a Niel, quien empieza a carcajear.

Mataré a Daniel, en serio, ¿tenía que hacer que comenzaran con el pie izquierdo? ¿Había necesidad?

—Estúpido, ¡¿cómo te atreves?! —chilla Victoire, dándole al instante una cachetada a Niel. Estoy perpleja, no me esperaba aquello.

—Me agrada un poco —asiente Niel, sobándose la mejilla y mirándome solo a mí—. No te equivocaste mucho con ella, Nica; tiene actitud, pero chilla demasiado. —Asevera con satisfacción. No entiendo, ¿Victoire lo cacheteó y dice eso?

—¿Nica? ¿Qué es esto? ¿Quién eres? —lo interpela Victoire comprensiblemente confundida, frunciendo el entrecejo.

—Me llamo Daniel Montero, pero puedes decirme Niel, Dani, Dan o como prefieras. —Se presenta tranquilamente Niel, como si no hubiese pasado nada y encogiéndose de hombros.

—¿Cómo? O sea, ¿esperas que me presente? ¿Que diga que fue un gusto conocerte? —cuestiona Victoire sin dar crédito a lo que oyó—. Por Dios, ¡me metiste el susto de mi vida!

—¿El susto de tu vida? —ahora es Niel quien está sorprendido—. Por Dios, tendrías que ver nuestras bromas para tener en serio el susto de tu vida. O ver la película de «La Novia», ahí sí que te darías una buena dosis de sustos. —Le explica burlón.

—¿Quién te crees, eh? Si a mí me encantan las películas de terror. ¿Pero te era necesario hacerme eso? —le reprocha Victoire sumamente indignada.

Le prometí que se llevarían de maravilla y comenzaron como perro y gato; ahora no sé qué hacer para que dejen de pelear.

—Era una forma original de conocernos —alega Niel con indiferencia, encogiéndose de hombros nuevamente.

—Pues vaya originalidad la tuya —espeta Victoire alterada.

—Ya basta los dos —decido intervenir, poniéndome en medio—. Van a ver que cuando se conozcan mejor se llevarán súper bien —afirmo con optimismo. Empero, ambos me miran con cara de «¿es neta, wey?».

—Si es que a esto llamas llevarse bien —argumenta Victoire señalando con furia a Niel y a sí misma.

—Es cierto que dije que tiene actitud, pero es hiper sensible; así dialogar no se podrá con ella. —Arguye Niel.

—Entonces ya imagino cuáles serán tus formas de dialogar. —Refuta Victoire, aún exaltada.

—Como cualquier ser humano normal de este planeta. —Afirma Niel con obviedad y sonriendo cínico.

—A ladridos seguro —objeta Victoire.

—¡Ya! parecen dos niños chiquitos —intervengo otra vez—. Comenzaron con el pie izquierdo, pero los que se conocen de esa manera son los que más inseparables se hacen.

Pues debe haber algo positivo en esto, eso creo.

—En eso creo que tienes razón, de seguro seremos tan inseparables que me hará bromas de mal gusto cada vez que me vea. —Replica Victoire, cruzándose de brazos enfadada.

—Hey, ¿en serio te traumé? —le pregunta Niel socarrón—. Apuesto a que muy pronto disfrutarás con nosotros haciendo esto, solo relájate y deja el drama, ríete y ya —le aconseja.

—En eso Niel tiene razón. Pues como nos conocimos nosotros fue peor, aunque estábamos en segundo de primaria —quiero relatarle el cómo fue, y para eso obligo a ambos a tomar asiento—. Yo salía al recreo a buscar a mis amigas, sin embargo me llegó un tremendo balonazo entre los hombros y los brazos, entonces busqué con furia al responsable y lo encontré rápido. Ese niño me preguntó que si quería jugar, pero yo quería matarlo dado a que me había lastimado, así que lo perseguí furiosa y él escapó; haciéndome corretear por casi toda la escuela.

»—Casi lo atrapé en el césped, no obstante solo alcancé a empujarlo, como consecuencia ambos rodamos por casi todo el césped. Pero al final sin darnos cuenta acabamos divirtiéndonos y jugando pesca pesca. Y ahora ese fastidioso niño está aquí, con nosotras. —Le conté a Victoire la peculiar forma en la que nos conocimos Daniel y yo, dedicándole una sonrisa a mi amigo al finalizar. Es divertido recordar aquellos tiempos en los cuales decidimos hacernos inseparables.

Entonces ella se queda en silencio, como asimilando todo lo que dije detenidamente.

—Me debes una disculpa. —Dice por fin Victoire, observando seria a Niel.

—Eso sí, se la debes. —Concuerdo con ella. Pues no fue apropiado de Daniel hacer ese tipo de bromas cuando está conociendo a una futura amiga mía.

—No sabes lo bastante que me asustan los perros que tienen pinta de ser agresivos, estoy de lo más tranquila y tú vienes y finges querer morderme. Me la debes —recalca Victoire ya más serena.

—No debiste decirle eso, pues le diste tu punto débil. —Le reprocho a Victoire en susurros.

—Nah, tampoco es para tanto—Niel sonríe indiferente, al parecer me escuchó—. Si eres amiga de Mónica no tengo por qué agarrármelas contigo, solo lo hago con quien se lo busca —sonreímos ambos con malicia al pensar en ello—. Lo de los ladridos aunque estuvo bastante gracioso solo fue una broma, me agrada que tengas actitud pero no seas súper intensa e histérica; no quiero que estemos en mal plan. —Finaliza y Victoire le da un leve golpe en el brazo, aún enfadada, pero ya más serena—. Disculpas. Nunca más, lo juro. ¿Comenzamos de cero? —le propone Niel a Victoire extendiéndole su mano como para sellar un trato.

Se ve tan tierno así, parece un niño que promete tener cuidado al jugar con el balón después de romper una ventana. Aunque Victoire se hace la interesante y pensativa por unos segundos, dejándolo con la mano al aire.

—Humm… Ya, de cero; pero tus disculpas aún no están aceptadas. —Afirma Victoire, pero sé que reprime una sonrisa—. ¿Y qué es eso de Niel y Nica? —pregunta con el ceño fruncido.

—Ah, nuestros apodos o nombres cariñosos —respondo no dándole mayor importancia al asunto. Sin embargo, al ver que aún Victoire continúa confundida, Niel interviene.

—Queríamos unos originales. Lo decidimos así de niños y ahora no tiene por qué cambiar. Y esos apodos son las terminaciones de nuestros nombres como te habrás dado cuenta. —Explica Niel a medida que Victoire asiente.

—Ustedes son raros, en especial tú —señala a Niel—. Pero Mónica me cayó bien y tú eres su mejor amigo, además eso de los apodos originales está padre. ¿Tendrían uno para mí? —curiosea Victoire con cierto interés, pues los ojos le brillan un poco y apoya su mano derecha bajo su mentón, sonriendo.

Ante su petición me lo pienso unos segundos. Ella se llama Victoire, ¿qué apodo original puede ser para ella? «Vicky» es muy común, «Vico» también. Hummm, ¡ya lo tengo!

—¿Toi te parece bien? —le pregunto contenta por dar ya con uno.

—Perfecto —acepta Victoire con una sonrisa.

Toi —la molesta Niel apretándole las mejillas.

—¡Hey, me avergüenzas! —lo regaña Victoire, soltándose—. Vuelves a hacer cualquier cosa que me moleste a propósito, te patearé en donde menos te gusta. Quieres formar una bonita familia en el futuro, ¿verdad? —lo amenaza, preguntándole lo último con una fingida dulzura, pero su mirada es asesina.

—Más bien creo que tendré que aprender dotes de adivinación. —Rezonga Niel tras un resignado suspiro.

Empero, a pesar de los pro y los contras entre Victoire —ahora Toi— y Niel, logramos pasarla muy bien entre los tres. Estoy súper contenta porque tendré una nueva amiga y el Bodwell no me parecerá ya tan grande.

***

Al día siguiente

Además de comer, pelear, reír, amenazar y pasarla muy bien anoche, Niel y yo ultimamos los detalles de la gran broma de inauguración para hoy. Al final Toi se acabó enterando, pero lo planeado le pareció arriesgado y divertido a la vez. Y nos prometió guardar el secreto, por lo que Jane no puede saberlo.

Estaba durmiendo plácidamente hasta hace unos segundos, pues sentí unos almohadazos en el rostro.

—Mamá, ya no molestes; tengo sueño y hoy no hay clases. —Protesto entre sueños, arropándome más con los edredones.

—¿Cuál mamá, pendeja? ¡Si es lunes y de lógica hay clases! —me recuerda Victoire entre chillidos, mientras incrementan los golpes con la almohada. Gracias a Dios que esta es suave.

Abro los ojos entonces y me asusto al no reconocer el lugar. Esta no es mi habitación.

—¿Dónde estoy? —pregunto asustada y sentándome de golpe. Entonces Toi y Jane empiezan a reír por mi reacción y recuerdo que estoy en mi nueva habitación dentro el Bodwell—. ¡Por Dios, me desubiqué! Pensé que estaba en mi casa —confieso mientras vuelvo a tumbarme en la cama y me froto los ojos.

Dios mío, qué oso acabo de hacer. Es que a decir verdad soy una perezosa a quien le encanta dormir hasta tarde; y ahora aún más ya que esta cama es muy acolchonada y cálida.

—Sí que eres graciosa al despertar, Mónica —menciona Toi entre risas—. Pero ya, venga floja, a levantarse —me ordena mientras me da otro almohadazo en las rodillas.

—Tengo sueño, capaz el mundo se me caiga encima. Excúsenme hoy, mañana ya iré sin falta. —Les pido, mientras intento volver a conciliar el sueño, solo quiero una hora más; pero alguien me quita los edredones de una.

—Na, a levantarse perezosa, nada de excusas. —Se niega Victoire, mientras me jala de la mano para que me vuelva a sentar y ya conseguido su objetivo me insta a pararme—. Ya… listo, pero no te me vayas a caer, eh; te quiero viva —me advierte, mirándome fijamente ante su última frase dicha.

Es entonces que recuerdo la broma. ¡Por las papitas Pringles, ¿cómo se me pudo olvidar eso?!

—¿Qué hora es? —pregunto con los ojos muy abiertos.

—Las seis y media de la mañana —responde Jane.

—¡¿Y tan temprano me despertaste?! —le reprocho a Toi, ya reaccionando.

Esta chica está loca, ¿cómo pueden estar tan despiertas y lúcidas siendo de madrugada? Agh, el Bodwell ya no me parece tan bonito, pero supongo que quizá deba ir acostumbrándome o… qué va, exceptuando el día de hoy por la mega broma que realizaremos Niel y yo determinaré los días en los que dormiré hasta tarde y los cuales en los que tendré que sacrificarme.

—Obvio, tienes que ir a darte una buena ducha para despertar del todo. Luego debes vestirte, arreglarte e ir a desayunar y ya sabes el resto. Nuestra primera clase es en dos horas —me explica y comunica Victoire.

—A las ocho y media —aclara Jane.

—¿Qué materias os tocan primero? —les pregunto.

—Química —responden ambas al unísono.

—A mí también —concuerdo. Vaya estupenda coincidencia.

—¡Genial, estaremos juntas las tres! Además esas clases las compartimos con Nicolás, Alyssa y Gabo, así que los conocerás a ellos primero. —Me anuncia Victoire entusiasta.

—Créeme, muero de la curiosidad por conocerlos —afirmo; y es totalmente cierto.

Por lo que es comúnmente conocido los populares élite de cada institución prestigiosa son mega superficiales, materialistas y hasta bully algunos. Y debo admitir que la que más me intriga es Sarah. ¿Cómo será ella? ¿Se parecerá a mí? ¿Será parte del estereotipo de cabezas huecas de populares? Lo más probable es que así sea, pero aún así quiero conocerla.

Siempre Daniel y yo conquistamos rápidamente la popularidad en cada instituto que pisamos, especialmente yo porque a él nunca le interesó mucho ese aspecto, a diferencia mía; a Daniel le gusta que lo conozcan para que la gente vea el gran potencial que tiene en las bromas que realiza, pero más allá no le importa. En cambio yo desde niña quise ser muy conocida en cualquier lugar al que entraba, destacar, llamar la atención. Y pretendo que aquí en el Bodwell sea de igual manera; así que para ello debo simpatizar siendo yo misma, sin fingir absolutamente nada.

El acercamiento que tuve con Victoire y Jane es un primer y gran paso.

—Ahora manos a la obra. La señorita García detesta la impuntualidad —me advierte Toi con una sonrisa cómplice. La señorita García es nuestra profesora de química.

—No te preocupes, hoy yo también la detestaría —afirmo compartiendo su sonrisa. Ante lo dicho Jane nos mira con sospecha, pero Victoire y yo nos hacemos a las desentendidas.

—Entonces comienza por mejorar ese aspecto. Pareces la llorona lamentándose por sus hijos, solo que sonriente; mírate —me explica y aconseja Jane, pasándome un espejo mientras tanto.

Entonces observo mi reflejo y corroboro lo mencionado, en consecuencia lanzo un agudo grito. Mi cabello está todo enmarañado y mi rostro somnoliento. Jamás veo mi reflejo por las mañanas antes de bañarme, sino después; no imaginé que me viese tan desastrosa.

Ellas tienen razón así que… manos a la obra. Que la diversión empezará dentro de poco y mi imagen dirá mucho de mí. Solo debo esperar dos horas ya.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top