"Por un futuro juntos"
Capítulo 1: Por un futuro juntos.
POV Midoriya Izuku
“Kacchan está vivo.”
No quería ver la realidad.
Ver que Kacchan estaba a mi lado era suficiente. Ver que nos habíamos vuelto a encontrar era suficiente. No quería pensar en nada más.
—¿Entonces… vas a quedarte aquí? —inquirí con una leve sonrisa.
—¿Tú qué crees? —me respondió chasqueando la lengua y evadiendo mi mirada.
Habían pasado dos días desde que Kacchan decidió quedarse conmigo.
“Porque él está aquí.”
—¿Cuánto tiempo…? —añadí con ilusión; por fin podríamos regresar a aquellos días en los que jugábamos y nos quedábamos a dormir en la casa del otro.
—Yo qué sé.
No quería buscarle el sentido a lo que Kacchan estaba haciendo. No quería pensar en nada más.
—¡Izuku! —la voz de mi madre me hizo reaccionar.
Tenía que regresar a la tienda para hacerme cargo ya que hoy día ella tenía que hacer otras cosas.
—Kacchan, tengo que ir —dije con algo de desilusión—. ¡P-Pero puedes venir conmigo si quieres! —agregué recuperando la sonrisa.
—Me quedaré aquí —sentenció rechazando mi propuesta.
—Ya veo… —murmuré—. Siéntete como en tu casa —finalicé antes de retirarme de mi habitación para cumplir mis labores.
No escuché respuesta por parte suya, pero no me preocupaba.
“Porque Kacchan dijo que se quedaría conmigo.”
[...]
Las horas pasaban y no venía casi ningún cliente. La tienda de antigüedades que llevábamos mi madre y yo era un sitio al que cada vez acudía menos gente.
“Supongo que hoy es un mal día…”
—¿Midoriya… Izuku?
La voz de alguien me tomó por sorpresa y me sobresalté.
—¡S-Sí, buenas tardes! ¡¿Puedo ayudarle en algo?! —dije rápidamente tratando de calmarme; no me había percatado de que había entrado alguien.
—No lo sé —se limitó a responder con una voz serena y bajando su mirada.
“¿Eh…?”
Era un chico de más o menos mi edad, de cabello bicolor blanco y rojo, y un ojo de color diferente al otro.
—B-Bueno… ¡Puedo ayudarte a encontrar lo que necesitas! —agregué con ilusión y dispuesto a mostrarle los mejores objetos que teníamos en la tienda—. ¿Hay algo que tengas en mente?
Se quedó en silencio durante unos segundos.
“Esto es algo incómodo…”
No comprendía a aquel cliente. Quizás no lo era… parecía perdido.
—Eh… bueno… —traté de decir algo para hacer que el ambiente no fuese tan incómodo—. ¿Cómo…
No me había percatado hasta ahora. Recién estuve analizando por completo a aquel chico y hubo algo que llamó mi atención e hizo que me detuviese.
—¡Estás herido! —exclamé al notar la profunda herida ensangrentada que tenía en su costado—. ¡Espera, ahora mismo llamaré una ambulan…
—No —interrumpió; se le veía demasiado tranquilo—. Estoy bien, no me duele.
“Esto es demasiado extraño…”
—Pero… sentí que tenía que venir aquí —agregó mientras se acercaba—. Tú… ¿puedes ayudarme?
“¿Eh?”
—¡C-Claro! ¡¿Qué necesitas?! —respondí con amabilidad y algo nervioso por lo raro que era todo.
—No lo sé.
“...”
—¿Cómo te llamas…? —proseguí cada vez más confuso; alomejor me quería gastar una broma o algo.
“Cuando era pequeño, siempre lo hacían…”
Se volvió a quedar en silencio durante varios segundos; parecía estar pensando de verdad.
—¿Cómo me llamaba…?
“Esto ya es un problema…”
—Creo que es mejor llamar a un hospital —agregué con una sonrisa nerviosa y dispuesto a coger mi teléfono.
—Espera —me interrumpió otra vez—. Creo que era… Todoroki. ¿Todoroki Shouto…? —parecía dudar hasta de su propio nombre.
Pero, por alguna razón, me sonaba.
Me sonaba de haberlo escuchado en las noticias o algo.
—Creo que hay algo que me preocupa —agregó aún cabizbajo.
“Es extraño…”
—De acuerdo, Todoroki-kun —confirmé—. ¿Exactamente qué es lo que te preocupa…?
—No lo sé.
“Así no vamos a llegar a ningún lado…”
Podía haber optado por la opción fácil de llamar a la policía o desentenderme del tema, pero eso es algo que nunca sería capaz de hacer. Porque yo no era así.
“Aunque no pude ser un héroe, si puedo ayudar a alguien…”
—De acuerdo —murmuré para mí.
Tenía que pensar en alguna manera de ayudarle.
“¿Qué es lo que se le pregunta a la gente con pérdida de memoria…?”
—Todoroki-kun, ¿puedes decirme todo lo que recuerdes? Cualquier cosa, lo que sea.
Volvió a quedarse en silencio tratando de recordar lo que sea. Llevó una de sus manos hacia su sien y pude notar que estaba sufriendo; quizás, forzarle a recordar lo que no podía era doloroso.
—Solo sé que tenía que buscarte… —aplicó mientras seguía frunciendo el ceño al tratar de acordarse de algo—. Midoriya Izuku puede ayudarme… porque a... debo decirle lo que…
—¡E-Está bien, Todoroki-kun! —exclamé para que se detuviera; de verdad parecía dolerle.
“¿Tiene algo que decirle a alguien…?”
No supe qué hacer en una situación así. ¿Cómo podía ayudarle a encontrar a la persona que buscaba? Saber que debe decirle algo a alguien no era información suficiente.
“¿Qué debo de…?”
Justo en ese instante escuché el sonido de la puerta al abrirse; había venido uno de mis clientes habituales.
—¡Buenas tardes, Iida-kun! —saludé con alegría; por unos momentos me olvidé de mi objetivo principal.
—Hola, Midoriya-kun —respondió con una sonrisa un poco extraña; parecía fingida—. Vengo a por el pedido que encargué.
Sus ojos se veían vacíos; parecía triste.
“¿Qué le habrá pasado…?”
En ese momento no lo entendí, pero, segundos después todo comenzó a tener sentido.
—Iida… —murmuró Todoroki mientras abría los ojos como platos al ver a dicha persona.
El hecho de que mi cliente habitual no hubiese mencionado nada e ignorado a Todoroki, solo me hizo comprender mejor todo.
—Aquí tienes… —informé tratando de mantener mi alegría habitual y dejándole el pedido que había encargado.
—Gracias —respondió con seriedad, tomando el pedido y dándose media vuelta—. Hasta luego.
“Significa que…”
—Todoroki-kun —inicié con temor después de que Iida hubiese salido por completo de la tienda—. Quizás sea una pregunta de mal gusto, pero…
—No lo digas...
—¿Estás muerto? —proseguí con cierto terror.
“La profunda herida en su costado… El hecho de no haber sido visto…”
—¿Conocías a Iida-kun? —agregué al haberme percatado de su reacción.
Nuevamente volvió a quedarse en silencio. Era como si estuviese comenzando a recordar todo de repente; la desesperación mezclada con frustración y terror en sus ojos me daba a entender que habían pasado por algo doloroso.
“Entonces, ¿qué puedo hacer?”
—Midoriya —comenzó cerrando los ojos y tranquilizándose un poco más—. Necesito ver a Iida.
[...]
No había nadie más que se encargase de la tienda, pero tenía que ayudarle. Cogí mi teléfono y me dispuse a llamar a Iida; gracias a que era uno de los clientes habituales, tenía su número ya que era necesario para informar si ya había llegado alguno de sus pedidos.
Me inventé una excusa diciendo que había algo que se había olvidado en la tienda y que se lo iba a llevar a su hogar; que solo necesitaba su dirección.
“Todo esto que está pasando… ¿Por qué?”
Por suerte, no vivía lejos y no tardé en llegar, pero no sabía cómo empezar.
Todoroki me había contado todos los recuerdos que tenía.
Cómo habían jurado un futuro juntos y cómo Todoroki había roto la promesa… por intentar proteger a Iida.
Cómo Stain tenía a Iida acorralado, pero Todoroki intervino para protegerle, pudiendo escapar pero no haciéndolo y quedándose. Cómo aquel asesino le había apuñalado en el costado. Cómo Todoroki le gritó a Iida para que se fuera…
—Midoriya-kun —saludó después de abrirme la puerta y con una falsa sonrisa—. No era necesario, podía haber ido yo a…
—¿Conoces a Todoroki Shouto? —le interrumpí con cierto dolor.
La expresión que puso lo dijo todo. No hizo falta una respuesta para entenderlo.
—¿Cómo sabes qué…?
—Él… está aquí —proseguí algo más serio y provocando que Iida retrocediera.
—Lo siento, Midoriya-kun, pero eso es imposi...
—Dice que quiere que le perdones —volví a interrumpir.
—Cuando luchamos contra Stain, pude haber asegurado nuestro futuro y huir, pero me quedé para protegerle y lo arruiné todo —mencionó Todoroki frustrado y asumiendo toda la culpa.
—Dice que en la lucha contra Stain, arruinó todo —seguí informando.
—No —murmuró Iida con un tono de voz roto—. Yo fui el que inició esa lucha sin sentido, es mi culpa que él haya… —continuó mientras ciertas lágrimas comenzaban a caer por sus ojos.
—Iida nunca tuvo la culpa. Fui yo el que rompió nuestra promesa. Dijimos que íbamos a tener un futuro juntos.
—Dice que es su culpa… de que ya no tengáis un futuro juntos —proseguí comenzando a sentirme cada vez peor por toda la situación.
Los dos estaban sufriendo y también me dolía haberme enterado de algo así.
“Si me hubiese convertido en un héroe… ¿Ese tal Stain habría ocasionado aquello?”
—Iida —la voz de Todoroki sonaba cada vez más desesperada y dolida—. Solo quiero que me perdones.
—Él solo quiere que le perdones —continué sintiendo una fuerte punzada en el pecho al ver todas las lágrimas de Iida y su expresión de sufrimiento.
—De verdad… quería un futuro junto a ti —aplicó con voz temblorosa dirigiéndose hacia el lugar en el que estaba Todoroki a pesar de que no podía verle—. Por eso… perdóname tú a mí.
Todoroki alzó su rostro y abrió los ojos con lágrimas en ellos mientras hacía el vano intento de poder juntar las manos de Iida con las suyas.
O al menos eso era lo que pensé.
—¿Todoroki-kun…? —Iida parecía realmente sorprendido ante el tacto que, supuse, estaba sintiendo.
—A pesar de todo… tus manos siguen siendo cálidas —murmuró Todoroki; por unos segundos pude ver una leve sonrisa en su rostro—. La extrañaba.
—Dice… que extrañaba la calidez de tus manos —proseguí tratando de retener mis ganas de llorar en esos momentos.
Después de aquello, en apenas segundos apareció una inmensa luz a pocos metros de Todoroki.
No supe qué era hasta que me di cuenta de que parecía estar llamándole. Todoroki parecía embelesado por aquella luminosidad y estaba dirigiéndose lentamente hacia ella.
—¿Hay algo que te preocupe? —inquirí inconscientemente.
—No… ya no —respondió con cierta felicidad—. Gracias.
Dicho aquello, terminó por acercarse a la inmensa luz que lo envolvió por completo, desapareciendo así.
—Se ha ido —comenté con una leve sonrisa; Todoroki por fin podría descansar en paz.
“Ahora lo entiendo todo.”
—Gracias por hacerme saber lo que él sentía —agradeció Iida con una triste sonrisa.
A pesar de aquello, se le veía más tranquilo.
Lo único que Iida podía hacer era retomar su vida sin olvidar a Todoroki. Sin culpas, sin tormentos ni arrepentimientos. Simplemente sabiendo que lo que sentían había sido mutuo y sería para siempre.
[...]
—¡Perdón, Kacchan! —exclamé una vez de regreso a casa; había dejado la tienda sin atender y desilusionado un poco a mi madre.
Además, ya había anochecido. Kacchan había estado solo todo el día.
—¿Por qué mierda deberías disculparte? —sentenció chasqueando la lengua y apoyado en la ventana de mi cuarto.
—¿N-No te has sentido solo?
—¡¿Y POR QUÉ MIERDA DEBERÍA?! —gritó mirándome mal.
“Ah… es cierto.”
—S-Sabes… —continué algo nervioso—. Hoy me he dado cuenta de que las promesas son para siempre sin importar lo que ocurra —añadí con una leve sonrisa algo nostálgica.
—Sí que eres un maldito nerd —aplicó después de chasquear la lengua e ignorándome.
Ojalá pudiera regresar al pasado.
[...]
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top