el día llegó
Victor luego de ser regañado fue a la biblioteca a terminar el tratado, mientas su padre y hermano les mostraban el reino a los invitados.
Yurio estaba feliz genuinamente, por lo que Victor sabía que era la presencia de Otabek lo que ocasionaba ese buen humor en su hermanito.
Por un momento sintió celos, celos de que ellos estarían juntos, celos porque ellos si tendían una vida incluso una familia y él no, porque su deber era ante todo.
Por primera vez, en mucho tiempo dejo de aguantar sus lágrimas y lloró porque perdía a lo mejor de su vida y no podía hacer nada al respecto, sufrió al saber que Yuri se iría con el su corazón y su alma, solo quedaría de él su cuerpo para enfrentar todo.
Y se preguntaba si algún día Yuri lo escogería antes que al circo o si se tendría que confirmar con verlo un mes cada año.
Luego de horas en las que se permitió deprimirse, se arregló para que nadie lo viera débil y regreso a hacer su trabajo.
Era ya tarde cuando todos regresaron, disfrutaron de una cena agradable, menos para Victor que ya no sentía más que dolor.
Cuando finalizó la cena, desidieron que revisarían el documento por la mañana, antes del desayuno, puesto que Victor hacia un buen trabajo y no dudaban que solo firmarían y todo estría listo.
Otabek acompaño unos minutos a Yurio en su habitación antes de que la insistente mirada de Seung lo hiciera irse a su habitación.
Otabek pasaba algunas horas con sus padres antes de irse a dormir, ya que quería pasar el mayor tiempo a su lado, aunque solo les hablaba de Yurio y ellos encantados escuchaban como su hijo al fin encontraba el amor.
Así que como en los últimos días fue a ver a sus padres y al pasar por la biblioteca se topó con Victor quien se veía demacrado, con ojeras y muy cansado.
- Otabek - lo detuvo apenas en un hilo de voz.
- ¿pasa algo? ¿nesecitas algo?
- sólo...
- te vez mal - le dijo - será que te arrepientes de esto.
- no...todo está listo...pero...
- ¿pero?
- entra hablemos en privado - lo condujo al interior de la biblioteca, donde hablarían abiertamente.
*
- ¿tiene todo listo? - le pregunto Seung al mirar sólo una pequeña bolsa con sus cosas.
- no nesecitaba mucho, lo sabes.
- esta es una locura y los sabes Yurio - confesó lo que pensaba.
- se que solo tienes miedo por mi, pero estaré bien.
- aún así, no hay nesecidad de esto.
- también quiero dejar de recibir órdenes de mi padre y esto me ayudara a dejar de estar a su servicio.
- por favor, piénsalo bien...
- podías alcanzaron después.
- si ahí eso sospecharan...
- y que importa ya estaremos muy lejos.
- mi servicio está aquí, mi lealtad en este reino, no puedo simplemente irme Deras de él.
- y porque no, ¿acaso no lo amas?
- porsupuesto que lo amo - no dudo en responder.
- pero aún pienso que todo esto es una enorme locura.
- pero Victor es el mayor loco, así que sus planes son así.
- tienes razón, me iré ahora, sólo quería despedirme.
- despedirte...
- se irán temprano y yo desde ahora debo ir a casa, mañana tendré el día libre dejar que me vean en el reino y no me vinculen con lo que pase aquí.
- plan de Victor.
- así es, tengo que parecer inocente y luego que el rey me llame desviar las tropas de su dirección.
- te extrañaré mucho.
- igual yo.
Compartiendo un abrazo antes que Seung se fuera a casa, cuidando ser visto y despedirse de algunos guardias, todo tenía que salir perfecto.
Pero al llegar a casa no pudo dormir, prendió las luces para que notarán que estaba en casa, incluso saludo a una vecina, aún así estaba muy triste, no durmió en toda la noche pensando en la última vez que vio a Phichit y que ya no lo vería, porque él mismo le dió tiempo.
Lloro como nunca en su vida, pero antes del amaneser desidio que no podía perderlo.
Aún en contra del plan de Victor fue al campamento gitano donde ya muchos estaban despiertos preparando todo para irse.
Se escabullo como pudo hasta el camper de Phichit y cuando esté le abrió la puerta, Seung lo secuestro.
Lo tomo en sus hombros y lo llevo de regreso a su casa sin importarle cuanto grito Phichit y cuánto le pidiera que lo soltará, por desgracia para Phichit muchos sabían de su romance con Seung y no vieron nada raro en que Seung lo cargara, por eso no ayudaron.
Cuando entraron en su casa, Seung lo soltó y se dejó caer de rodillas mirando a la puerta serrada, recargando su frente en ella.
- no puedo...no puedo - susurraba intentando no llorar frente a él.
- Seung, tengo mucho que arreglar...
- no puedo...no puedo perderte, no voy a dejarte ir.
- Seung....
- te mantendré aquí hasta que se hayan ido todos - declaró aún más decidido - no importa si me odias, yo no puedo dejarte, no voy a dejarte marchar.
- entonces detenerme - se arrodilló frente a él y tocó su hombro - hazme querer quedarme a tu lado siempre.
- Phichit - levantó la mirada y vio a una lágrima salir de los preciosos ojos de Phichit, era obvio que también tenía dudas, pero estaba eligiendo quedarse a su lado.
Se arrojó sobre Phichit y comenzó a besarlo desenfrenadamente no importaba estar en la entrada y que seguramente todos los vecinos escucharían todo, eso ayudaría a su plan de que supieran que estaba en casa.
Phichit se dejó hacer, trato de no pensar en el mundo que dejaba por amor, pero tantos años espero encontrar a su destinado que cuando lo vio, cuando tocó su mano, lo supo, él era todo lo que nesecitaba para ser feliz.
Merecía ser feliz y si eso significaba tener que ver a sus amigos por poco tiempo cada año, lo haría, no podía negar que amaba a Seung al igual que era la muerte el estar separados, lo supo apenas con pocos días de no verse, era imposible dejarlo por un año.
Se amaban y solo querían estar juntos.
Hicieron el amor en la entrada, luego en el baño al darse una ducha, continuaron el el comedor al preparar la comida, siguieron en la sala y terminaron tan rendidos que la cama sólo la usaron para dormir.
Pero por la mañana irían al castillo a ver lo que había ocurrido ya que en ningún momento lo buscaron para buscar a Yurio, y temía que el plan de Victor hubiera fracasado.
Al llegar al castillo, Seung llevo a Phichit con la excusa de presentar al rey a su prometido, no porque el rey desidieron por el si se casan o no, sólo era por respeto el presentarle a su futuro esposo y recibir una bendición de él.
Pero al llegar al castillo todo estaba confuso, algunos guardias susurraban cosas, otros empledos chismeaban a saber que, pero al llegar al salón principal, no esperaban ver aquello.
Unos brazos rodearon a Phichit al verlo y Phichit no comprendía por que su amigo estaba ahí...
%%%
Como ven estamos en la recta final... Que más pasará?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top