EXTRA

Años atrás.
(10 años de edad)

-¿Huh? -miré a todos lados al escuchar algo a mi alrededor, pero no vi nada.

Me encogí de hombros y seguí caminando por el bosque, pero nuevamente volví a escuchar algo. Volví a mirar pero nuevamente no había nada, suspiré y me di vuelta otra vez pero no me moví.
En ese instante, escuché de nuevo aquel sonido de hojas moviéndose y pisadas, pero me quedé quieta y cuando lo sentí detrás de mí, me di vuelta rápidamente.

-¡Te vi! -sonreí y me hice a un lado, pues él había saltado hacia mí y ahora rodó por el suelo y yo comencé a reír.


-Nunca puedo atraparte -se queja mientras se sienta.

-Eres muy ruidoso, lobito -respondí encogiéndome de hombros.

Él gruñe en protesta pero sacude su cabeza haciendo que sus orejas lobunas se movieran. Yo le tendí una mano sonriendo.

-Vamos, levántate -dije. Él me mira haciendo un puchero y aparta la mirada, yo me reí-. Vamos, no seas un mal perdedor.

Gruñe de nuevo pero me mira y acepta mi mano a regañadientes, pero antes de levantarse, es él quien me jala hasta tirarme al suelo y se coloca sobre mí.

-Ahora yo gano -ríe haciéndome fruncír el ceño.

-¡Yo ya había ganado, no vale! -exclamé.

-Sí vale.

-Que no.

-Que sí.

-¡Que no!

-¡Que sí!

-¡No!

-¡Sí!

Ambos entrecerramos los ojos pero entonces lo empujé por su guardia baja y me subí sobre él sonriendo.

-Entonces gané yo.

-¡Oye!

Me levanté comenzando a correr y sacándole la lengua, él me persigue y ambos llegamos a un claro en el bosque con muchas flores, donde él salta hacia mí pero me detuve haciéndome a un lado y volviendo a hacerlo rodar. Yo me reí a carcajadas pero luego salta de nuevo, consiguiendo tirarme esta vez.

Nos mantuvimos acostados juntos y mirando al cielo casi oscuro, sonreímos y empezamos a reír bastante pero suspiramos agotados.

-¿Crees que... algún día tenga mis alas? -pregunté viendo al cielo.

-Por supuesto, estoy seguro -soltó sin dudar con una sonrisa y eso me hizo sonreír a mí.

-Pero... tarda mucho... -me quejé.

-Las mejores cosas se hacen esperar ¿no? De seguro tus alas son especiales y únicas.

Lo miré y lo abracé como agradecimiento, luego lo solté y volvimos a mirar el cielo y a quedarnos en silencio bastante tiempo más.

-Oye... Sarah...

-Dime, lobito -dije sonriendo y mirándolo pero me sorprendí al verlo sonrojarse.

-Tú alguna vez mencionaste algo sobre matrimonio... cuando seamos grandes... ¿Quieres hacerlo conmigo? -pregunta y yo sonreí ampliamente.

-No.

Me levanté y él se sienta rápidamente confundido y sorprendido por mi respuesta, además de avergonzado.

-¿Qué? ¿Por qué? -pregunta agachando sus orejas lobunas.

-Porque aún no me has pedido ser novios, lobito, eso es primero -solté, sus orejas se levantan y él ladea la cabeza.

-¿Novios? -asentí-. Entonces... ¿Quieres serlo?

-Am... -me puse pensativa dándome la vuelta y juntando mis manos tras mi espalda-. No lo sé... se supone que los novios hacen cosas que no creo que puedas.

Se levanta decidido y se acerca a mí.

-Sí puedo, por ti lo haría... -suelta lo último algo avergonzado.

-¿Incluso... besarme...? -pregunté dándome la vuelta hacia él-. Mi mamá y papá lo hacen todo el tiempo.

-¿B..Besos... e..en la mejilla? -pregunta nervioso y yo negué.

-Besos en la boca -dije apuntando a esta.

Me acerqué a él y me paré en puntillas, él se hizo un poco hacia atrás sonrojado, sus orejas caen a los lados por los nervios.

-¿Lo ves? No puedes, Eiden -solté riendo levemente y me aparté, pero en un instante sentí que agarra mi muñeca y me jala para luego sentir como besa mis labios.

Fue corto y apenado pero me sorprendió que sí lo hiciera.

-Lo hice... ahora... ¿Aceptas que seamos novios? -pregunta apenado.

Yo solo lo estaba diciendo de broma pero... él en verdad quiere que lo seamos... sentí mi corazón acelerarse y mis mejillas ardiendo mucho más que cualquier anterior vez.

-N..No sé... -me di vuelta cubriendo mi rostro.

-¡¿Ah?! ¡Pero si hice lo que querías!

-Sí pero... no creí que en serio lo hicieras. ¡S..Somos muy chicos!

-Pero lo hice, tienes que aceptar.

-B..Bueno y..yo... -miré el cielo para darme ánimos pero me di cuenta de otra cosa-. Ah se me hace tarde, lo siento, tengo que irme a casa, adiós, lobito.

Comencé a caminar rápido para huir mientras que Eiden me llamaba, pues esto no podía quedarse así para él.

-¡Sarah! -me detuve entonces y suspiré-. Por favor, yo... creo que esto que siento por ti es... querer a alguien de verdad...

Me sentí más roja y nerviosa, mi corazón se acelera más y yo estaba igual con mis sentimientos... resoplé y me calmé.

-Está bien... -dije al fin -. Está bien, Eiden...

Volteé a verlo y lo vi feliz, sonriendo ampliamente y con la cola lobuna moviéndose bastante, yo volví a darme vuelta y sonreí apenada.

-Nos vemos mañana.

-Sí.

Comencé a caminar y regresé a mi casa como había dicho, pero aún estaba pensando en todo esto. ¿Debería contárselo a mis padres? La última vez que lo intenté me dijeron que aun era muy niña para este tipo de cosas y quizás lo sea... quizás tengan razón y esto no estaba del todo bien, pero... me gustaba Eiden o eso creo que es. No tengo ni idea, ¿cómo es querer a alguien así? ¿Qué es querer a alguien como tú novio?

¡Rayos! ¡Sí soy muy niña como para entender esto!

***

***

Cinco años después.

Sonreía paseando por el bosque, buscando a Eiden por todos lados, vi tras un árbol pero no estaba allí, iba a irme cuando me da vuelta y me aprisiona contra el árbol trás de mí y besa mis labios con intensidad.

-¡Hey! -me quejé porque me ha sorprendido, pero sonreí.

-¿Cómo estás, cuervito? -pregunta con una sonrisa más tierna.

-Ansiosa, se supone que mañana empiezo mi último año en mi escuela y el próximo me cambio... y sabes que no me gusta ser la nueva -bufé.

Él asiente comprendiendo pues me conoce tan bien que incluso puedo saber más cosas de mí por él que por mí misma.

-Tranquila, estarás bien -dijo con la voz suave y yo sonreí relajada por eso y lo abracé.

Ambos nos separamos luego de un momento, él agarra mi mano y caminamos por todos lados mientras hablábamos y hacíamos bromas, aunque también cantábamos juntos, ya que, descubrimos que era algo que nos encantaba hacer, más si lo hacíamos juntos.

Así continuamos hasta la noche, a la hora donde yo tenía que irme.

-Nos vemos, lobito -dije antes de besar su mejilla.

-Sarah -lo miré-. Mi propuesta de matrimonio sigue en pie. Lo sabes ¿no? - Sonríe con ternura.

Yo igual sonreí algo apenada y sonrojándome pero sin parar de sonreír.

-Y yo digo... que está bien, cuando tengamos la edad, nos casaremos ¿sí? -su sonrisa se vuelve ansiosa-. Pero eso quiere decir que no puedes dejarme por alguien más.

-Ni tú a mí, cuervito.

-Ni siquiera quiero hacer eso, lobito -ambos sonreímos pero yo tuve que alejarme-. Nos vemos.

-Adiós.

Narra Omnisciente

En la escuela se hizo una despedida para Sarah y sus hermanos ya que eran muy apreciados en su escuela, así que para ellos fue su último primer día, la escuela fue normal y cuando estaban saliendo, los hermanos se quedaron a hablar con algunos amigos mientras Sarah esperaba, pero ella, al perder la paciencia decide irse.

Quería encontrarse ya con su lobito antes de que piense que ella no llegaría.

-Espera un momento, Sarah -le advierte Dylan pero ella lo voltea a ver.

-Tranquilo, puedo volver a casa sola, sigan hablando -dice ella sonriendo y levantando su mano como en despedida.

Ella fue rápidamente al bosque para buscar a Eiden en donde siempre, pero antes de poder llegar allí, se detuvo por una sensación extraña de peligro. Miró a todos lados, se sentía nerviosa.

-¿Eiden? -preguntó pero él no fue quien apareció- ¡¿Huh?!

-Al fin... la hija de Ryder Rais... Nieta de Barclay -un demonio que ella no conocía se hizo presente-. No te preocupes cariño, no es necesario hacerte daño.

-¿Q..Qué quieres? -ella retrocedió nerviosa- ¿Quién eres?

-Me llamo Kenny, y lo que quiero es una pluma, solo eso...

-Y..Yo no tengo plumas -soltó tratando de huir.

-No conseguirás engañarme, entrégame una pluma.

Sarah no vio otra alternativa más que salir corriendo asustada. Intentó ir a su casa pero aquel demonio no iba a permitírselo. La atrapó por el cuello y la lanzó hacia un árbol.

-Estoy intentando ser amable, niña. Si no quieres cooperar entonces te arrancaré tus plumas a la fuerza.

Kenny saltó sobre ella, Sarah rueda en el suelo y lo esquiva para finalmente darle una patada en el costado. Se aleja de nuevo, el demonio, furioso, la persigue de nuevo y la alcanza fácilmente al usar sus alas.

-Muéstrame tus alas, mocosa. Hazlo ya.

-¡No tengo alas! -sollozo adolorida por el agarre en su cabeza.

-Eres hija de Ryder, es imposible que no las tuvieras. Serías una deshonra. ¡Muéstralas, ahora!

-¡Digo la verdad, no las tengo!

-No te creo.

Kenny usa sus afiladas y largas garras para clavarlas en la espalda de Sarah, ella suelta un grito de dolor que incluso lo escuchó un lobito triste porque su cuervito no aparece. Sus orejas se movieron y él levantó la cabeza.

-¿Sarah? -volvió a escucharlo así que se levantó y corrió de inmediato- ¡Sarah!

Kenny maldecía pues realmente no podía hacer salir las alas de Sarah, la miró sorprendido y golpeó su cabeza contra el suelo.

-¡Es mentira! ¡¿Dónde están?!

-Por favor... déjame, te lo ruego.

-Tsk.

Kenny la agarra por el brazo y la arrastra hasta el borde de un acantilado.

-No me sirves sin plumas, y ya sabes demasiado sobre mí.

Ella mira el acantilado y luego a Kenny suplicante, pero él la lanza por el borde sin importarle nada de ella, que soltó otro grito aún más fuerte, desgarrando su garganta al hacerlo. Ella cayó, golpeándose completamente pero llevándose el peor daño en la cabeza. Rodó por el suelo hasta que su último golpe fue sobre una roca y ella cayó inconsciente al instante.

-¡Sarah! -se escucha a lo lejos- ¡Joder, Sarah! ¡¿Dónde...?!

El lobo se detiene al instante en el que la ve sobre aquella roca, el olor a sangre inundó su nariz, se sintió tan preocupado... corrió hasta ella y ladeó su cabeza con delicadeza para poder verla al rostro que su cabello cubría.

-S..Sarah... Hey... Despierta, ¿sí?

Notó que su mano ya se estaba manchando de sangre, la soltó y vio como este líquido rojo goteaba hasta crear un gran charco a los pies de la roca.

-No... Sarah, por favor -él la abrazó tembloroso-. Por favor, despierta... no me dejes, tú no...

Eiden sollozó, se mantuvo a su lado toda la noche hasta el día siguiente, cuando los rayos de sol empezaron a aparecer y en el cielo se escucharon aleteos. Él se obligó a soltar a Sarah, aunque no quisiera, la miró una última vez antes de transformarse y esconderse pues claro que los cuervos pensarían que un lobo estaba intentando comerse a Sarah, no lo iban a dejarse explicar.

-¡Sarah! -Dylan y Jayd son los primeros en bajar.

Ryder baja a Evett de sus brazos, ella salta junto al cuerpo de su hija con las lágrimas ya en sus ojos.

-Mi hija...

-Está viva -Jayd tocaba su muñeca y para asegurar también tocó su cuello-. Sigue viva.

-Debemos llevarla al hospital, ahora -dijo Dylan.

Ryder asiente y se acerca a Sarah, conmocionado por su estado, pero se vio obligado a reaccionar para poder salvarla. La cargó con mucho cuidado y se la llevó mientras Dylan y Jayd se llevaban a Evett. Eiden solo pudo observar como se la llevaban y decidió seguirlos hasta la ciudad humana.

No podía entrar... todos se asustarían de solo verlo, lleno de sangre y con orejas y cola de lobos, no le permitirán llegar hasta Sarah.

Decidió esconderse en el bosque y limpiar la sangre, pero también practicó cómo esconder sus orejas y cola si es que podía... Quería hacerlo para ir a buscarla, y luego de dos días enteros sin descanso, finalmente lo consiguió.

Fue de inmediato a la ciudad y la buscó por mucho tiempo pero no había ni rastro de ella, pero luego, vio una escuela de la cual estaban saliendo varios chicos, pero reconoció el olor a cuervo en dos de ellos y pudo reconocerlos como aquellos que se llevaron a Sarah esa vez.


-Dylan, lamento lo de Sarah, ¿aún no despierta? -pregunta un humano que sabía que Sarah estaba en el hospital.

-Aún no... y no creen que despierte del coma pronto... -suspira el mayor haciendo asustar a Eiden.

"¿Coma?"

-Es una lástima.

Dylan asiente estando de acuerdo, se acerca a Jayd y deciden ir al hospital, Eiden los siguió de cerca y en mucho silencio para que no sospecharan. Pero al llegar a un edificio enorme y blanco, supo que era el dichoso hospital. Y dentro de este... estaba el olor de Sarah.

***


***

Medio año había pasado, Eiden se escabullía como podía para verla, consiguió pasar a las enfermeras y guardias y encontrar la habitación de Sarah. Pero esta vez escuchó voces dentro.

-Me alegro que hayas despertado cariño... ¿Cómo te sientes?

-Confundida... ¿Qué ocurrió? -preguntó Sarah.

Eiden, al escuchar su voz, sintió el corazón acelerarse estaba tan feliz de que ella pudiera verlo otra vez. Quería besarla.

-¿No recuerdas?

Se hizo el silencio en la habitación, pero luego Eiden se esconde cuando aquella mujer, madre de Sarah, sale de la habitación y fue a llamar a una enfermera o alguien.

Resulta ser que Sarah había perdido gran parte de la memoria, apenas diferenciaba a sus amigos y a los únicos a quienes recordaba bien era a su familia.

Todos se fueron para dejarla descansar, pero Eiden quería saber si lo recordaba, así que decidió entrar algo dudoso. Sarah, al verlo, no sintió miedo ni pánico y eso la confundía, pues lo único que sentía era una gran cantidad de cariño y amor por esa persona.

-¿Quién... eres tú? -pregunta ella.

Con esas mismas palabras, el corazón de Eiden se rompió, ella no lo recordaba... eso lo destruyó.

Eiden niega con la cabeza.

-Me he confundí de habitación, lo siento.

Sin saber qué hacer o decir, acabó por decir eso y salió corriendo. Se fue del hospital y regresó al bosque para soltar las lágrimas que no quería que ella viera.


"No me... recuerda..."

***

***

Años después.

-Pues... aún no lo sé, me dijeron que me lo dirán mañana -escuchó Eiden cuando entró al edificio, luego de pasar por sus fans.

"Es ella..."

Eiden pasa junto a aquella mujer, reprimiendo las ganas de besarla ya que, ella aún no lo recuerda, así que solo cruzaron miradas y él le sonrió y guiñó un ojo al ver su reacción de sorpresa y ese sonrojo en sus mejillas. Supo de inmediato que era una fan suya.
Notó cuando su celular cayó al suelo y sus guardias lo patearon.

-Ah, rayos... -soltó ella intentando recuperar su celular.

-No puede acercarse más, señorita -dice uno de los guardias, interfiriendo.

-Lo siento, es que mi celular... -intenté explicar pero el guardia se mantuvo reacio a dejarla recoger su celular.

Eiden bufa molesto con su guardia pero comprendiendo que era su trabajo. Decidió agarrar el celular de Sarah y sonriendo se quita una foto con ella detrás. Luego se acerca a ambos.

-Xavier con calma... La señorita solo quiere su celular de regreso -Eiden la mira a los ojos y sintió su corazón tan acelerado como siempre, pero le tendió su celular-. Me parece que esto... le pertenece.

Sarah reacciona y deja de babear, Eiden notaba todas estas actitudes en ella ya que... la conocía muy bien... y le encantaba aquello, pues eso significaba que ella aún sentía algo por él.

-G..Grac... -aclaró su garganta al tartamudear-. Gracias.

-No fue nada, señorita.

Eiden sonríe, se da la vuelta y se va de allí antes de saltar sobre sus labios pues sentía un gran impulso de querer besarla ahora mismo. Él se dirige a uno de los guardias.

-Ella es una de las que aplican para asistente ¿no? -uno de los guardias asiente-. Interesante...

Él saca su celular y le manda un mensaje a Cristal.

Eiden: Cris, dale una oferta de trabajo de asistente con otra celebridad a Amber, y no preguntes.

Cristal: Bien, pero no entiendo porqué, tarde o temprano me tendrás que explicar.

Eiden: Sí, sí, eres la mejor, adiós.

Eiden sonríe ampliamente y se va para lo que tiene que hacer, se encuentra con Brad y como buenos amigos se van juntos.

***

***

-Lamento la tardanza, hubo unas complicaciones con las fans.

Eiden abre la puerta de la oficina, había sentido el olor de Sarah allí así que decidió que era el mejor momento para aparecer.

-No pasa nada, Eiden. Ten, aquí están lo papeles que me has pedido -Katalina le entrega unos papeles y él se recuesta contra el escritorio para revisarlos, aunque estos papeles solo fueron una excusa para ver a Sarah.

Él la vio de reojo notando la sorpresa en su mirada, decidió sonreírle y notó cuando ella estuvo que punto de desmayarse. "Es tan tierna..." pensó él.

-Oh, por fin llegas -Katalina llama la atención de todos-. Sarah, me imagino que ya conoces a Brad -asiente en respuesta-.Brad, ella es Sarah, tu nueva asistente. Trátala bien, por favor.

Eiden se aguantó la risa al ver la desilusión en la mirada de Sarah, pero eso solo lo hizo sentirse más feliz ya que sabía que ella lo quería a él y no a alguien más. Sin saberlo, cumplió con su promesa de años.
Sarah se acerca s Brad para presentarse aunque no le gustara la decisión. Fue cuando Eiden decidió actuar y dejó lo papeles a un lado.

- Oye Kat, mi asistente renunció ayer por una mejor oferta de trabajo... ¿Podría pedirte a alguien? -preguntó él.

Eiden escucha el suspiro de Sarah y la vio de reojo frustrada por lo que él había dicho.

"Tranquila cuervito... te aseguro que haré que estés conmigo de nuevo..."

- ¿Otra más? -bufó Kat-. Bien, programaré otra entrevista y veré que...

-No hace falta. Ya sé a quien necesito.

Brad mira y sonríe hacia Sarah sabiendo lo que su amigo haría, se cruza de brazos y mira a Eiden un poco divertido.

-¿Ah sí? ¿A quién? Tendré que ver que sea perfecta para ti o sino...

-No te preocupes... -Eiden sonríe de lado-. La quiero a ella.

Todas las miradas se mantuvieron en Sarah cuando él la apuntó con la cabeza. Esta no podía creerlo y Eiden quería reír allí mismo.

-¿Ya robándome a mi nueva asistente, amigo? Ni siquiera la he tenido por cinco minutos.

Eiden se encoge de hombros riendo poco.

-¿Qué puedo decir? Me interesa. Lo siento, amigo.

"Pero la cuervito es mía"

-Bueno, me lo veía venir -responde Brad-. Entonces seguiré esperando otra asistente. ¿Nos vamos Maddy?

La mujer se levanta y junto a los guardias de Brad, todos ellos dejan la oficina de Katalina.

-Okey... pues entonces serás asistente de Eiden. No necesito hacerte una segunda entrevista, sé que eres buena para él -onríe Katalina- ¿Qué dices? ¿Aceptas?

Eiden la mira esperando una respuesta afirmativa, era lo que más esperaba en estos momentos. ¡Dios! Quería tenerla a su lado de nuevo.

-Y..Yo bueno... Sí, por supuesto.

-Genial. ¿Nos vamos? -Eiden se acerca a Sarah tratando de contenerse pues quería aullar de la felicidad-. Nos vemos, Kat.

Aunque no pudo cometerse tanto porque la tomó por la mano para llevársela, pues solía hacerlo siempre. Tomar su mano...

-Nos vemos, Eiden. Suerte con él, Sarah.

-Oye, ¿eso que significa? -bromea Eiden mientras dejaban la habitación, Kat niega y vuelve a despedirse.

Ambos se acercaron al ascensor, Eiden amaba el hormigueo que sentía en su mano con tan solo tocar la de ella.

-Me alegra que hayas aceptado. Estoy seguro que nos llevaremos bien -decidió hablar.

-Sí, espero que sí -respondió ella en un murmullo.

-Por cierto, préstame tu celular un segundo -pidió Eiden.

-¿Huh? -ella lo mira confundida.

-Anda, será solo un segundo.

Finalmente Sarah acepta y le entrega su celular. Eiden anota su numero y se lo devuelve.
"Se supone no debo hacer esto pero ¿qué más da? Si es ella, rompería cualquier regla".

Eiden le escribe un mensaje obvio y que la haría temblar de pies a cabeza porque él lo sabía.

Eiden: "Hola cuervito"

La había extrañado y aunque ella no lo recordara, haría lo posible para volver a ser su novio, no importa qué pase o lo que deba hacer. Lo haría.

Fin

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