Capítulo 13
Desperté al escuchar un aullido a la distancia, al mirar hacia arriba, noté la luna llena en el cielo y me levanté dándome cuenta que había dormido todo el día aquí en el techo. Me estiré para desperezarme y suspiré aliviada por ello. Bajé del techo pero caminé alejándome de casa, cuesta arriba en el monte, hasta llegar al estanque que estaba a mitad de camino de casa y del clan.
Como había dormido todo el día, ahora me sentía con bastante energía y no quería estar encerrada.
Me senté en una roca a un lado del agua y miré a los pequeños peces nadando mientras escuchaba los sonidos del bosque.
Estaba tan tranquila... pero claro... es media noche y los animales nocturnos cazan.
Me hice a un lado rápidamente consiguiendo que el lobo que saltó hacia mí no pudiera hacerme daño. Pronto la manada también terminó rodeándome, miré a todos lados y sonreí.
-Con que aún no se rinden, eh...
Uno de los lobos salta hacia mí de nuevo, me hice a un lado y esquivé a los otros más para luego salir corriendo en la oportunidad que tuve.
Ni yo sabía si era muy atrevida o muy estupida como para venir aquí a mitad de la noche, sabiendo que los lobos merodeaban este lugar, y además, para acabarla, estaban resentidos conmigo por no poder devorarme hasta ahora.
Pero era mi lugar favorito para estar y una manada de lobos normales no me lo iba a sacar.
Subí a un árbol rápidamente y comencé a saltar de rama en rama, escapando de los lobos. Sonreí mientras ellos aún me perseguían, pero, en un mal momento, mi espalda comenzó a doler como nunca antes y caí al suelo, golpeándome por completo.
Me apoyé en mis rodillas y una mano mientras con la otra me sujetaba el hombro. Solté quejidos de dolor pero entonces sentí los colmillos de un lobo enterrarse en mi pierna, ocasionando que soltara un grito.
Miré atrás, viendo los ojos de aquel animal. Me di vuelta pateándolo y aún con dolor me levanté y seguí corriendo, aunque ahora más lento que antes, pues estaba cogeando.
La manada pronto estuvo pisándome los talones, algunos me lograban rasguñar un poco las piernas.
Aceleré cuanto pude y vi la cascada en frente nuestro. Ellos gruñen y rugen hacia mí pero fue como ver algo correr hacia los lobos. No pude detenerme para ver que era y salté por la cascada, apenas vi de reojo como algo los atacaba para que no pudieran seguirme y yo terminé en el agua la cual se tornaba roja a mi alrededor por las heridas sangrando.
Esperé bajo el agua por bastante tiempo, luego nadé hasta que salí a la superficie y al ver hacia arriba, los lobos ya no estaban.
Respiraba agitada y cansada, en ese momento que llegué a la orilla, intentando subirme a las rocas, sentí mi cuerpo temblando y el dolor comenzó a aumentar, en mis heridas hechas por los lobos y en mi espalda que predominaba y aumentaba cada vez.
-A..Agh... -caí sobre la roca pero el agua me arrastró.
Traté de aguantar el cansancio y seguir despierta, tosía por el agua que tragaba pero en un momento, esta me cubrió y solo pude sentir mi cuerpo flotando y siendo arrastrado por la corriente hacia el río. No podía moverme ni mantenerme consciente...
***
***
Creí que todo habría acabado para mí, que me había ahogado o que algún animal me habría devorado por estar indefensa y sangrando. Pero no... Sentía mi cuerpo sobre una orilla de piedras pequeñas, el agua me golpeaba cada vez que las olas la empujaban, siendo esta la causa por la que me había despertado.
-Hmg... au... -solté adolorida mientras me movía para levantarme y comprobar mi estado.
El sonido del bosque había cambiado, ahora los pájaros cantaban y el sol me iluminaba. ¿Cuánto tiempo me había quedado inconsciente?
Me levanté como pude, aunque mi pierna derecha dolía por la peor mordida que tenía en ella.
Resoplé y miré a todos lados, esperando que no hubiera ningún depredador en estos momentos, además de intentar ubicarme. Por suerte para mí, pude reconocer esta parte del bosque, no estaba tan lejos de casa... solo espero no encontrarme con ningún lobo u oso.
Empecé a caminar de regreso a casa, alerta a cualquier sonido a mi alrededor. Pero al estar cerca de la zona del clan y mi casa, empecé a escuchar aleteos fuertes y yo maldecí por lo bajo al ver quienes eran.
-¡Sarah! -Jayd baja hasta mí, acompañado de varios guardias del clan- Joder, ¿por qué actúas así? Avisamos que habían lobos por la zona... -me mira preocupado.
-Estoy bien... esos lobos no me hicieron mucho daño -respondí.
-Sí, claro -bufa sarcástico.
Me hizo sentarme en una roca para que los guardias me atendieran las heridas. Ellos me curaron y vendaron estas, luego Jayd me cargó en su espalda y mr llevó a casa, donde mamá y papá me esperaban preocupados.
Me gustaría flores negras para mi funeral. Gracias.
-De verdad que eres igual a tu padre. No vuelvas a ir al bosque de noche, Sarah -mamá se me acerca y me abraza.
-Que no vuelva a ir y punto, con los lobos rondando es peligroso -dice Jayd.
-Un momento, hermano, sabes que no te haré caso, amo el bosque y no por unos sacos de pulgas voy a dejar de ir -solté.
-Es peligroso, Sarah... -comenta papá.
-Pelear contra demonios también es peligroso y ustedes lo hicieron -respondí cruzándome de brazos.
-Sabes que eso no es lo mismo -suspira Jayd.
-Como sea... -murmuré caminando y entrando hasta casa.
No iba a hacer una escena y pelearme con mi familia por algo tan tonto. Es verdad que debo de tener más cuidado y no subestimar a los lobos pero... ¿dejar de ir al bosque? Amo ese lugar, no puedo dejar de ir.
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