Nace un demonio

❅❆ Este capítulo contiene escenas violentas y un poco fuertes, se recomienda discreción❆❅

-Contéstame Saiko ¿Hasta cuándo piensas seguir jugando?—dijo seriamente mientras le sujetaba fuerte la cabeza.

-No por favor, señor Muzan, yo.—Ugg—Soltó un quejido ahogado

-No eras tú la que quería venganza y decías que podías serme útil porque sabias del Higanbana Azul o acaso te atreviste a jugar conmigo.

-¡NO, NUNCA HARIA ESO!

-Creo que todo el poder que te di fue un desperdicio—Clavó fríamente su dedo sobre el ojo izquierdo destruyéndolo— ¿Cómo explicas que dos veces no pudiste terminar con cazadores inútiles, teniendo una habilidad infinitamente superior?

-¡AHHHH!—La sangre caía sobre su vestimenta.

La tomó del pelo obligándola a mirarlo fijamente—Disfruto ver como te retuerces, me recuerda al estado en el que te encontré.—La levantó y la arrojó lejos.

La demonio temblaba en el suelo, sollozaba mientras cubría su herida.

-Esa herida no sanara, hasta que no me demuestres que me seguirás siendo útil no recuperarás el poder que te dí antes ¿Entendiste?

-Si... señor.

-Te daré hasta la próxima luna nueva para que termines con esto y me traigas lo que te encargué.—Volteó lentamente a ella para luego marcharse.

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-Siempre termino de esta manera-dijo mientras se levantaba con dificultad y cubría su ojo ¿Acaso este era mi destino? No, la verdad es que no debió ser así.

Nací rodeada de amor y los mejores cuidados proveniente de una familia noble, dotada de belleza y talento. Mi madre siempre me recordaba lo hermosa que era, decía que era un lirio que se convirtió en un ser humano, que yo estaba bendita por la diosa Ama no uzume por lo que estaba destinada a ser sacerdotisa blanca, continuando perfectamente el linaje que me precedía. Siempre rodeaba de perfección.

Mi prometido fue elegido con rigidez, todos los días me demostraba su devoción y cariño, todo siempre perfecto, nuestros hijos todos rodeados de lo hermoso de este mundo, cada día cumplía con mis deberes guiando el templo, era un sueño, mi destino.

-Saiko-san—Llego el hombre apresuradamente abriendo la puerta de golpe. ¿Es verdad?

-¡Ups! Creo que alguien me robó la noticia—solté una risa.

-Seremos bendecidos nuevamente con un hijo, no puedo con la emoción—Dijo tomándola por los aires.

Reí de emoción—Si, espero con ansias que sea una niña que continue con el legado de nuestra familia.

La bajó lentamente y la abrazó con ternura.

Era perfecto ¿No?

Un frasco de vidrió fue arrojado con fuerza—Señorita Saiko, calmese por favor.

-¡¿De que hablas?! ¿Siquiera la has visto? ¡QUITA A ESA MOCOSA DE MI VISTA, NO PUEDE SER MI HIJA!—Soltó con odio

-Por favor, acaba de dar a luz.—dijo la partera con el bebé en brazos.

-¿Qué sucede aquí?

-Madre.—

-Señora, la señorita Saiko, quiere que nos llevemos al bebé.—Dijo la muchacha preocupada.

La anciana se acercó a la pequeña moviendo la cobija notando el color de su cabello, alejándose al instante. Esto es malo.—Se acercó a la sacerdotisa y golpeo su mejilla haciendo que esta cayera al suelo. ¿Qué haz hecho? ¿Cómo te atreviste a mancillar nuestro linaje?

-Madre... yo, no es mi culpa.—Dijo mirándola incrédula

-Tenías un deber superior al ser sacerdotisa, tu mayor deber era dar a luz a un futuro cetro y concebiste alguien que no es apto ¿Cómo te atreves?

El llanto del bebé concientizó a todos, la partera preocupada miraba la situación intentando calmar a la criatura.

-¿Señora que haremos?—

-No podemos permitir que nadie se entere de esto, ocultaremos a la niña ya veremos que hacer. En cuanto a ti, no pensé que podrías hacernos esto Saiko, tu ya no mereces llevar nada de esto, dijo tomándola de su kimono con fuerza.

-Madre, yo puedo aun... traer a otro hijo—Dijo con los ojos llorosos mientras tomaba las faldas de su ropa.

Quito su mano con desagrado.--Conoces las reglas, naciendo una mujer ya no puedes concebir nuevamente. Tu útero ya no es útil, por ende, tú tampoco.

-¡Pero madre podemos deshacernos de ese monstruo!

Sin contestar nada salió de la habitación y con ella la partera junto con la niña.

Después de ello pasaron varios días en donde cuidaron de mí, mientras me recuperaba del parto. Durante ese tiempo nadie fue a verme salvo la muchacha encargada de mí. Cuando preguntaba por mi esposo y mis hijos ella solo guardaba silencio, en mas de una oportunidad perdí el control, la chica salía de la habitación. Intenté escapar, pero era custodiada día y noche. Me negué a comer y beber, pero terminé siendo obligada a hacerlo. Lloraba desconsoladamente sentía que perdía la cordura ¿Acaso mis días bellos, fueron todo un sueño? ¿Cuándo todo se volvió una pesadilla?

En uno de mis intentos por escapar, me percaté que no había nadie custodiando mi puerta por lo que decidí ir en busca de mi familia, no tenía fuerzas, pero mi desesperación por encontrar la respuesta era mayor, me moví sigilosamente por el templo esperando no ser encontrada, sentí la voz de mi esposo y aliviada fui a su encuentro. Pude oír que hablaba con alguien, por el entreabierto de la puerta vi a mi madre, antes que pudiese hacer algo, fui capturada por los guardias.

-¡Minoru-san! La prisionera escapó- Me tomaron con fuerza

-¿Prisionera, de que hablas? ¡Suéltame! Yo soy la sacerdotisa superior.

La puerta se abrió de golpe, revelando a mi esposo y a mi madre.

-¡Minoru-san! ¡Diles que me liberen, me están lastimando! ¿Por qué no has ido a verme? ¿Dónde están los niños?

Me miró asqueado y soltó-Llévensela de regreso a su habitación.

Mis ojos se abrieron de golpe y las lágrimas desbordaban de ellos--¿Qué estás diciendo?. Comenzaron a arrastrarme de regreso a aquel lugar. ¡No! ¡Suéltenme! ¡Minoru-san! ¡Madre!

-Hagan que termine con su escándalo, despertara a todo el mundo, llamen a las muchachas para que se encarguen, preparen todo—dijo la mujer mayor para luego marcharse.

Sucumbí ante la tristeza y el abandono ¿Por qué estaba pasando todo esto? ¿No era acaso yo una víctima? ¿Acaso no se habían confundido de culpable? Lloré hasta que perdí el conocimiento. No se cuánto tiempo habrá pasado después de ello, pero desperté por un valde agua, me vi en una tina rodeada de múltiples sirvientas del templo, quienes con cuidado me limpiaban.

-¿Ya está preparada? Escuché a mi madre llegar.

-Si, señora.

-Perfecto, que beba esto--Entregó un frasco a una de ellas—Cuando esté lista corten su cabello.- Volvió a marcharse

-¿Mi cabello? ¡No! ¿Se han vuelto locos? ¡Suéltenme! Fui sacada a la fuerza y retenida mientras vaciaban todo el frasco en mi boca.

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Desperté por el sonido de una carreta, estaba envuelta en mantas sin poder moverme, mi cabeza daba vueltas. Una mujer que no conocía estaba sentada junto a mí.

-Ya llegamos, de aquí me hago cargo. Comunique mis agradecimientos a Seiren-sama.

-No dude de ello, la familia Minoru está en deuda con usted.

¿Quién era, de que agradecimientos habla?-pensé.

¡Hey tu muchacha! ¡Ya despierta!—fui obligada a bajar, aun no recuperaba el conocimiento del todo.

Habíamos llegado a una mansión bastante antigua, fui tirada de mis ropas, caminaba con dificultad.

-Dormirás aquí con el resto de la servidumbre, mañana te daré tus instrucciones.—me empujo a una habitación en la cual no cabían mas personas. Habían otras mujeres que me miraban con desdén.

-¿Así que tú eres la nueva? Tenemos carne fresca chicas.--Se acercó una de ellas, tomando mi kimono.—Vaya esto es fino, creo que me lo quedaré comenzó a jalar con fuerza.

-¡Suéltame! La empujé en un acto de reflejo.

-¡Ey! ¿Quién te crees? Se lanzo contra mí.

La señora que me había dejado hace unos momentos, volvió de inmediato a reprender nuestra conducta.-No llevas ni un segundo aquí y ya estás haciendo un desastre. Escúchame mocosa, tu familia te abandono aquí por adultera, me ofreció una gran suma cantidad por aceptar tu humanidad y darte trabajo, deberías estar agradecida.- Seguido de ello miro a las mujeres.-- Mas les vale no hacer otro espectáculo cuando me vaya.

Mi verdadero infierno había comenzado, todos mis días llenos de amor no eran más que un vano recuerdo. Después de mi llegada fui forzada a trabajar sin descanso, los años pasaban, recibía golpes independientemente de lo que hiciera, me mantenía al margen y me aislaba de las otras sirvientas e ignoraba sus insultos, pero mi limite no tardaría en llegar, ahí fue cuando mi vida cambió rotundamente. Me encontraba recolectando leña para cocinar cuando varias de ellas llegaron.

-Ey chicas, miren que tenemos tan temprano por la mañana. ¿Acaso no es la señorita orgullosa e inútil?—Ellas rieron.

Solo ignoré sus dichos y seguí mi trabajo.

-Vaya que tienes agallas—

Ni siquiera le dirigí la mirada

-¿Quién te crees que eres?-- Me tomó del hombro.

Me solté de su agarre y limpié donde me había tocado.

-¿Así que te doy asco? ¿No tienes modales acaso?—Me empujó fuertemente.

-No me interesa charlar contigo, déjame trabajar.—recogí la leña que se me había caido.

-Sabes te odie desde que llegaste no me importaría acabar contigo aquí. Eres una adultera vendida, abandonada por su familia, no eres mejor que nosotras.

La miré por sobre el hombro—No me compares contigo.

Saco una navaja—Hablo en serio—Dijo mientras la ponía sobre mi cuello.

-¡Déjate de idioteces, déjame en paz!

-Vamos a quitarte todo tu repugnante orgullo, maldita adultera—dijo mientras se lanzaba ella y las demás sobre mí, comenzaron a golpearme a cortarme y rasgar mi ropa.

Era casi de noche, desperté por el frío, miré mi condición y estallé. Grité tan fuerte de ira al cielo que sentía como mi garganta llegaba a su límite. ¡A TODOS, LOS MATARE! ¡JURÓ QUE LO HARÉ, ACABARE CON TODOS USTEDES! Hasta que mi aliento se extinga, maldición—golpee el suelo con fuerza y apreté la nieve con mis puños casi destrozando mis uñas. Un escalofrío recorrió mi espalda, sentí una presencia, tras de mí.

-¿Con que quieres venganza niña?-- Dijo el sombrío hombre revelándose poco a poco.

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-Que te puedo decir, el orgullo si me queda bien ¿No?—Dije mientras sostenía del cuello a la mujer que me había atormentado durante cuatro años. Podía ver el miedo en sus ojos, me gustaba esa sensación.-¿Recuerdas esto?—Dije mostrando la navaja de hace unos momentos atrás—Creo que la buscabas, permíteme regresártela le dije mientras se la clavaba lentamente en el pecho, la deje caer y caminé alrededor de la mansión. Es momento de hacer una redecoración, mientras veía como todo sucumbía ante las llamas, sabía cuál era mi siguiente destino.

Es momento de ir a hacer una pequeña visita, estoy ansiosa de ver a todos nuevamente.—Dije triunfante. 


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Bueno, hasta aquí el Capítulo 9 de esta historia, espero que sea de su agrado, quería publicar hace mucho la historia del origen de la antagonista de esta historia <3 Justificando su objetivo y el porqué de su odio y todo.

Como siempre decir que el objetivo es entretener y el universo de esta historia está basada en la obra de Koyoharu Gotōge Kimetsu no Yaiba 

Gracias por leer, agradecería mucho si dejas un comentario si es que te gusta y si la recomendarías a alguien más <3

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