Fin e inicio
-¡Maldita mocosa!-Grito el demonio mientras forcejeaba con los bloques de hielo para liberarse.
Ligeros destellos comenzaron a aparecer desde el este, debía apresurarme, llevar mi cuerpo a otro nivel no dudé más y lancé mi ataque, concentré mi fuerza en mis piernas para una mayor velocidad.—Maestro no fallaré-- fue lo único que cruzó mi mente en esos circunstanciales segundos.
Sexta Postura Prisión de Hielo—
Mi conciencia me abandono durante un par de segundos, pero logré mantenerme de pie; el demonio comenzó a gritar desesperadamente al sentir el alba quemar su cuerpo. A pesar de haber acabado con él, me sentía inconforme por alguna razón, una vez que pereció por completo fui a atender al muchacho que por suerte seguía con vida, aunque bastante débil. Lo único que pude hacer por él fue ver sus heridas y vendar débilmente su pierna, un cuervo perteneciente al Cuerpo de Exterminio rondaba la zona así que probablemente daría aviso que estaba al comienzo de la montaña entre las flores de glicina.
Continué el resto de los días que me quedaban para terminar la prueba, mentiría si dijera que no pensé en renunciar, pero no podía, Fubuki-san no me había entrenado en vano.
Pasando los 7 días volví al principio de la montaña donde las mismas niñas nos esperaban, de todos los que asistimos solo quedamos 3, me pregunté si el chico del primer día recibió la asistencia debida.
-Felicidades por sobrevivir y pasar la prueba—dijo la niña de cabello blanco, posterior a ello aplaudió dos veces y aparecieron 3 aves, cuervos Kasugai quienes acompañan a cada cazador y se encargan de informar sobre de las misiones, curiosamente quien sería mi nuevo compañero era albino quedé encantada con su plumaje, finalmente nos entregaron nuestros uniformes oficiales.
-Su cuervo Kasugai les informará pronto sobre su nueva misión, les agradecemos nuevamente—Dijo la chica de cabello negro.
Se cerró la prueba y ambas hicieron una reverencia.
❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆
Comencé mi paso regreso hacia la montaña donde me esperaba mi maestro, mi ave se adelantó rápidamente pareciese que sabía donde me dirigía, son animales bastante inteligentes y perceptivos, pero volvió a los pocos minutos bastante alterada.
-¡Deprisa! ¡deprisa! ¡peligro! ¡peligro!—gritó.
Sentí como si una parte de mí hubiese abandonado mi cuerpo, al llegar a lo que alguna vez fue mi hogar vi como yacía el cuerpo sin vida de Fubuki-san, tenía su espada clavada por la espalda, había sangre por todos lados, parte del bosque que rodeaba la cabaña estaba totalmente destruido. Me deje caer y cedieron mis piernas por el peso de las circunstancias, rogué a cualquier dios que me escuchara que por favor todo fuese un sueño, pero la realidad tan cruda superaba todo ello.
Aun con el peso de las lágrimas en mis ojos, busqué la fuerza suficiente para darle a quien fue no solo mi maestro si no que mi padre un entierro digno, al momento de quitar la espada de su espalda me di cuenta de que estaba partida a la mitad, lo que sea con lo que se habría enfrentado tenia la fuerza suficiente para hacer algo así, considerando que las Nichirin están hechas de un acero especial.
-Si tan solo hubiese llegado antes.—Apreté los dientes de ira, tomé una bocanada de aire y sepulté a Fubuki-san. Recé frente al lugar que se convirtió en su perpetuo.—Deseaba que viera que cumplí y seguí con sus enseñanzas, no fui un desperdicio a pesar de que no pude desarrollar por completo el aliento de agua... yo.—
Fui sorprendida por graznido de mi cuervo, comenzó a revolotear a mi alrededor, como si quisiera decirme algo, seguí su vuelo encontrando la otra parte de la espada clavada en un árbol a pocos metros, pero no estaba sola junto a ella había atrapado un trozo de tela. Cuando logré quitarlo la examiné, pertenecía a un Haori negro acompañado con unos bordados de hojas azules, una especie de enredadera. Quedé mirando la tela unos segundos y algo despertó en mí, una ira inquebrantable.
Volví a la cabaña o mas bien lo que quedaba de ella cambiándome a lo que sería mi nuevo uniforme, guardé el trozo de tela en mi bolsillo y nuevamente emprendí ruta dejando atrás aquel sitio que me vio crecer. En mi corazón llevaría grabado cada enseñanza.
Caminé durante toda tarde, debía llegar al pueblo cercano en un par de minutos.
-¡Gira a la derecha! Grazno mi cuervo Kasugai.
-¿De que hablas? El pueblo está en línea recta por este camino.—dije extrañada.
-¡Gira!—Voló raídamente alrededor mío en círculos y volvió a ascender.
-Ya entendí—Dije molesta, desconfíe de su sentido geográfico hasta que llegamos a una posada, de la que salió una anciana muy amable. Era un sitio que se dedicaba a atender a los cazadores, durante mi estadía me explico varios detalles importantes, entre ellos lo peligroso que hubiese sido para mi el refugiarme en el pueblo, el Cuerpo de Exterminio era una asociación desconocida por lo que perfectamente podrían enviarme a un calabozo si me veían con una espada, ciertamente aun había cosas que me faltaban por saber. Irónicamente aun la merienda y el baño caliente, se me hizo difícil conciliar el sueño, tenia tan latente mis pensamientos, la tristeza y el dolor que no me percaté en qué momento caí vencida.
-¡Yuki-no! ¡Yukinooo!-
-¡AH!--Me senté de golpe en el futón al sentir a mi cuervo gritarme en la oreja.
-Tienes una misión ¡Vamos! ¡Debes ir al sureste! ¡Sureste!
-¡Ya voy! Aunque si vuelves a asustarme así mi única misión será caminar al más allá.—Dije mientras soltaba un suspiro y ponía una mano en mi pecho.
Luego de levantarme y agradecer a todos por sus atenciones. Seguí a mi emplumado y refunfuñante cuervo. Llegamos a lo que se podría decir que era un pueblo común y corriente, había un mercado bastante variado en su centro donde los aldeanos vendían sus productos. Me parecía un poco curioso el ambiente que me rodeaba era bastante pacífico.
La calma de aquel lugar desapareció cuando una mujer comenzó a preguntar de forma estrepitosa por su hijo. Los aldeanos la ignoraban zafando de su agarre empujándola con fuerza e insultándola, el ultimo incluso le propino un golpe.
Por suerte atrapé su puño antes de que pudiese golpearla de nuevo y apreté indiscriminadamente la mano.
- ¿Qué haces niña?- Se soltó bruscamente—No defiendas a esta mujer, esta loca—dijo esto último dedicando una mirada de desagrado a la mujer.
La ayudé a levantarse y limpiar sus ropas.—¿Esta bien?
Me miró bastante acongojada y asintió. Me invitó a su casa tan precipitadamente pesar de ser una total desconocida, detonando aun mas su desesperación. Su rostro se veía cansado era evidente que no había dormido.
-Soy Sanjo Kurumi—me extendió una taza de té.
- Se lo agradezco mucho Kurumi-san, soy Kiseki Yukino. Lamento la intromisión a su hogar.
-Descuida, fui yo la que insistió en que viniera y es que ha sido la única que ha ayudado.—Comenzó a temblar y tomo una pausa; cuando logro componerse, me acercó un pequeño retrato.
-Él es Kumo mi hijo, desapareció hace dos noches fuimos juntos por un poco de leña al bosque y una criatura extraña nos atacó caímos inconscientes, yo desperté a los pocos minutos, pero ya era tarde lo que sea que fue se había llevado a mi hijo. Por mucho que llamé entre la oscuridad, no estaba por ningún lado, no he parado de buscarlo desde entonces.
Tome el retrato, era un niño de aproximadamente 13 años.
-Verá, esto es algo que ha estado sucediendo desde ya hace días en este pueblo, niños desaparecen en mitad de la noche, no nos prestan atención ya que somos personas pobres—Volvió a llorar—Realmente eres la única que ha prestado atención y...¿Me crees verdad?--- Me miro bastante triste y preocupada.
-No se preocupe, creo en sus palabras—Puse una mano sobre su hombro dedicándole una mirada compasiva, en el fondo sabía que Kurumi-san no volvería a ver a su hijo.
-Muchas gracias— Dijo haciendo una leve reverencia.
La amable mujer me permitió quedarme en su hogar mientras esperaba que llegase la noche, me indicó hacia donde había partido su hijo y me aventuré al bosque. Un fuerte olor a descomposición fue clave para indicarme que iba en la dirección correcta, apresuré mi paso el, demonio que había desaparecido a todos esos niños estaba muy cerca. Una cueva repleta de ramas cubiertas de espinas apareció frente a mí, había trozos de ropa entre las ramas que rodeaban.
Antes de que pudiese notarlo el demonio lanzo su ataque desde dentro, una espina logro alcanzar mi brazo, y aunque el traje era resistente logro atravesar mi piel, casi a los segundos sentía un pequeño hormigueo, saque mi espada rápidamente.
Una risa bastante desagradable resonó, de la cueva emergió una mujer con una mandíbula extremadamente grande repleta de dientes, similar a un tiburón, su corto cabello tenía dos colores un lado negro y otro rojo.
-Solo logre clavarte una de mis espinas, es curiosa la toxina que poseen ¿No? Adormece tus músculos a una velocidad impresionante—lanzo de nuevo su ataque.
Lo esquivé y ataque apenas tuve la oportunidad, pero era malditamente rápida.
-Eres una cazadora ¿Verdad? Tu carne debe tener un sabor particular.—Salto sin complicaciones.
La observé con cuidado, este demonio era diferente tenía el kanji "新"que significaba "Nueva" en su ojo izquierdo, pero otra cosa logro ensimismarme por completo, su ropa tenía el mismo bordado que encontré en la montaña, el único alcance era su color rojo. Por primera vez tenía un objetivo diferente, el odio palpitaba por mis venas, el monstruo que tenía al frente era la clave para saber quién había terminado con la vida de mi maestro.
-¿Qué te paso? No te preocupes puedes hablar todo lo que quieras antes que te devore—dijo bastante burlona—Técnica de sangre, hojas envolventes.
Intento atrapar mis piernas, me zafé de un corte de su ataque y respondí--Cuarta postura, estalactitas.— Mi técnica la alcanzó, clavándose dos trozos de hielo en su clavícula lo que la obligó a retroceder.
-Esto es divertido, es primera vez que veo una cazadora con aliento de hielo—dijo expulsando los trozos regenerándose al instante—Me imagino que vienes en rescate del pueblucho que paso a ser parte de mi menú diario ¿Qué conseguirás cortando mi cabeza? Devoré hasta los huesos de todos esos mocosos, no eres mas que una burla de promesas rotas—Soltó otra risotada exponiendo mas sus dientes.
-¿Promesas? Me sorprende que una boca tan desagradable como la tuya pueda siquiera pronunciar una palabra tan significativa, pero no te equivocas del todo si hay algo que destruyeron en pedazos y tu serás quien me revele el paradero del responsable, maldita escoria. Quinta postura, manta escarchada. Acorté la distancia logrando cortar sus brazos, logré patearla en su estómago haciendo que chocase su espalda contra un árbol.
Cayó el suelo y escupió sangre, me dedico una mirada de odio--¡Desgraciada!— Gritó, cuando noto que su regeneración tardaba debido a congele los extremos huyó.
Mi odio me tenia completamente cegada, la seguía a gran velocidad, cuando estaba por alcanzarla otro cazador entro en escena golpeándola por un costado.
Su mirada se tornó fulminante, logró regenerar sus brazos—Me tienen bastante cansada cazadores de mierda, los mataré lentamente hasta verme satisfecha. Técnica de sangre, lluvia de espinas.
La luz de la luna desapareció debido al alcance de su técnica. Junto con el otro cazador aun con nuestras habilidades no pudimos escapar, protegí fervientemente mi brazo derecho de lo contrario no tendría oportunidad de defenderme. La demonio aprovecho la oportunidad y nos ataco con más fuerza que antes. Lo esquivé sin problemas, el otro cazador igual, lo reconocí en seguida era uno de los que había pasado la prueba a penas se incorporó se fue contra ella, su técnica era impresionante era como si su musculatura se modificase a voluntad. Con una velocidad envidiable atravesó su área y cortó sus piernas.
A pesar de que éramos del mismo equipo no podía ignorar la situación, si lograba cortar la cabeza desaparecería mi oportunidad de saber quién había asesinado a Fubuki-san. Perdón por esto—susurré. Usé mi técnica de prisión de hielo atrapando al chico sin hacerle daño, antes que pudiese liberarse lo noqueé. La demonio miraba incrédula la situación, pero eso no impidió que volviese a intentar huir.
Séptima postura, avalancha. Logré detenerla al bloquear su visión.
-¿Qué diablos quieres? ¿Estas loca?—Soltó mientras intento volver a aprisionar mi cuerpo con su técnica de sangre demoniaca. ¿Cómo es que sigues con fuerza? Mi técnica te alcanzo, no deberías siquiera poder moverte.
-Puede que sí, pero vengo a cobrar todas tus cuentas pendientes y eso basta para mover mi cuerpo—Sexta postura, prisión de hielo. Finalmente había logrado mi objetivo.
-¡Te destruiré maldita niñata!—Gritó con ira haciendo notar nuevamente sus dientes.
-Cierra la boca—dije mientras ponía la punta de mi espada sobre su cuello y sacaba el trozo de tela de mi bolsillo—Ahora me dirás a quién pertenece este patrón de Haori—Lo alcé para que lo viese.
Puso una mueca de terror y pánico--N-no me hagas e-esto, no puedo decirlo.
-¿Cómo que no puedes? ¡Es similar al tuyo, dime ahora donde está su dueño!—presioné más su cuello.
-¡No sabes nada maldita humana!--Comenzó a sudar y a forcejear para soltarse de mi ataque.
Aun con toda la impotencia, sabía que no podía seguir aprovechando de mi suerte mi cuerpo sucumbiría pronto, logró liberar su lado derecho y antes que pudiese hacer algún otro movimiento terminé lo que empecé. Tercera postura, ventisca cortante.
Una lagrima rodó por mi mejilla, me sentía inútil no había logrado nada, seguía en el principio. Mis músculos se sentían fatigados, la impotencia me abrumaba. Regresé por donde había venido en busca del cazador, se había liberado por lo me sentí ligeramente aliviada, pasé nuevamente en mi punto de encuentro con el demonio y reconocí entre las ramas un trozo de la ropa del hijo de Kurumi-san, algo tan simple ¿Será lo suficientemente reconfortante?
❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆
Cuando toque a su puerta, abrió de golpe quedo un tiempo viendo mis heridas preocupada no fui capaz de decir absolutamente nada y solo le extendí lo que quedaba de la prenda, sus ojos se abrieron en par al reconocerlo, lo tomo temblorosamente, lo abrazo desesperadamente y se dejo caer mientras lloraba su pérdida. No sabia como sentirme al respecto por lo que pensé que lo mejor era respetar su momento retirándome del lugar.
-¡Espera Yukino-chan!-
Voltee a verla.
-¡Gracias!—Dijo entre lágrimas.—Por ir por él—Me dedicó una sonrisa aprisionando más contra su pecho el trozo de tela.
Le regrese la sonrisa, aunque a ciencia cierta desearía haber hecho más por ella. Hice una reverencia y continúe mi camino debía llegar a alguna posada de los cazadores para tratar mis heridas. Extrañamente en lo que iba del amanecer no aparecía mi cuervo Kasugai, él después de todo era quien me indicaría el camino, por lo que decidí seguir en línea recta. A los pocos minutos sentí un graznido, pero cuando miré hacia el cielo me percaté que no se trataba del mío, era uno de color negro, miré por todos lados pensando que podría estar cerca.
Una presencia me alertó e hizo que bajase la mirada, siquiera tuve tiempo de sacar mi espada cuando me vi rodeada de fuego, posterior a eso mi vista se nublo completamente.
.
.
❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆❅❆
Hola! Me alegro de haber publicado el tercer capítulo esta historia, dudé mucho de su contenido porque soy un poco critica conmigo misma
Como siempre quien se haya dado el tiempo de leer esta historia espero que sea de su agrado. <3 De una fan a otros fans.
Quiero aclarar que el "universo" de kimetsu no Yaiba es propiedad de la sensei Gotouge, reconozco y admiro su trabajo <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top