Reencuentro .
Seis años después...
El disparo tronó en seco y el Joven de cabellos plateados sonrío sádicamente aún manteniendo el arma extendida , la suave melodía en el reproductor de su celular no cubrió el sonido del cuerpo sin vida estrellándose en lo que parecía ser su propio charco de sangre .
Situado en pie al lado del albino, con las manos en sus bolsillos , El joven de cabellos azules no evitó deformar su rostro en una mueca de desagrado. Minos habló con notable burla:
- Dijiste que la música lo haría tranquilizarse... Ese sujeto estaba muerto de miedo
El de plateados cabellos parecía estar divertido, sonriendo de manera zorruna le extendía el arma claramente salpicada por la sangre de la víctima, Milo acotó:
- ¡La música era para mí imbécil! - tomó el arma de un tirón y sonriendo con burla prosiguió - detesto que me asignen contigo, eres horrible.
Y Minos reverencio como si le hubiesen dicho el mayor de los cumplidos .
- Ajjjj ya vámonos, recuerda que hoy empezamos con la pequeña farsa de cada año
El albino retiraba sus guantes de manera tranquila
-Ya deja de quejarte , creí que te gustaba ser " normal " -puntualizo dedicando una mirada divertida , a lo cual el menor correspondió rascando su cabeza
- Claro
Ambos empezaron a caminar por el pequeño y obscuro pasillo, una vez situados en la entrada, Milo golpeó la puerta de acero reforzada tres veces ,e inmediatamente ésta terminó abriéndose del otro lado, enseñando a un joven de cabellos azules obscuros ,con semblante retraído, casi siempre ocurría lo mismo cada vez que Milo y él llegaban a cruzarse
Se trataba de la cuarta bendición de su padre.
Un bastardo rescatado, Milo no lo aborrecía es solo que el aún no estaba dispuesto a aceptarlo como a un hermano más, era preferible actuar indiferente ante su presencia que prestar atención a su presencia en ese lugar.
Minos vió de reojo a su Milo marcharse, no podía culpar su reacia actitud después de todo él aceptaba al bastardo porque nada le importaba en realidad
- Radamanthyz y yo te estábamos esperando ...¿ qué Tal estuvo ?
Por fortuna al de azules obscuros no parecía importarle demasiado, era un muchacho listo, seguramente entendía que no simplemente podía llegar y ser un hermano más. Minos no podía evitar sentirse algo molesto respecto a ese tema, después de todo él único intruso allí era él y desconfiaba que toda esa fachada de él "no aborrecer al bastardo "venía porque no deseaban hacerlo sentir mal.
Sonrío recogiendo la toalla que el menor le extendía con diversión
A él le valía verga.
No era un niño caprichoso que dudada incluso de su sombra, sabía perfectamente quien era él y cuál era su lugar. Era el hijo de Aesneas Escorpius, su lugar estaba al lado de Kardia y de Milo, y la existencia de un cuarto jamás cambiaría la jerarquía una vez establecida. Por ello la presencia del cuarto no lo afectaba de ninguna forma.
- Fue divertido.Creo que el sujeto estaba feliz...
- No te burles de los difuntos.
El de azules oscuros frunció las cejas, Minos lo miró y analizó detenidamente, con ese semblante era imposible no confundirlo con Milo, aunque Aiacos quizás era más...
Sensible.
- Los difuntos no nos escuchan y si lo hicieran le volvería a decir que grita y sollosa como una vil puta. Ni mis perras se quejan tanto .
El de azules solo sonrío caminando a la par que él, admiraba a Minos más que a nadie, criado como un Escorpión él parecía no poseer un corazón
Algún día... El también llegaría a ser un Escorpius así.
°
•
°
- ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!! Degel me asesinará - tiró de sus obscuros mechones- ¡me quedé dormido!
Corrió a la habitación siguiente , sorprendiéndose al no encontrar a nadie, se sintió sumamente avergonzado al bajar y encontrar al menor desayunando, ya vestido e incluso con su desayuno preparado, Entonces ¿Quién se supone que cuidaba a quién?
- Hola Shura
Saludó sin siquiera posar sus ojos en él
- Ho..la - respondió titubeante ,tomando asiento frente al de cabellos turquesas, aún no lograba procesar que fuera el otro quien le estaba dando de desayunar. Vió el reloj puesto en el comedor - Aún tenemos tiempo, me terminaré ésto y luego te llevaré al colegio ese - dió el primer mordisco al apetecible omelett y sus ojos se abrieron sorprendidos.
- Delicioso...
Media hora más tarde ambos caminaban juntos, Shura hablaba y hacía bromas, Camus siempre asentía y rara vez respondía o mostraba una pequeña sonrisa
Camus creía que el mayor era demasiado infantil, era un hombre apuesto con un carácter fuerte , aún así era altamente dependiente de Degel,a pesar de ser dos años mayor que el galo, éste siempre se mostró aún más infantil que el francés de hebras verdes, dependiente, no de manera económica, sino de manera emocional, sin muchos rodeos, él parecía ser su hermano y Degel asemejaba a ser la mamá de ambos.
El pelinegro se veía bastante serio ,cualquier persona que lo viera no dudaría en correr lejos de él, pero Degel y él supieron que no todo es lo que aparenta ser.
Shura fue el encargado de acogerlos de las frías calles de Grecia . Él simplemente los encontró, no dudó en extenderles una mano y darles un techo y un hogar.
Descubrieron que no siempre debían ser Degel y él contra el mundo.
Shura era un gran hombre y amigo.
Con más defectos que virtudes ,pero una gran persona a fin de cuentas.
- Lo veo y no lo creo ¿De verdad solo se admiten hombres? - mostraba indignación total - ¡El imbécil sabe que eres Doncel y aún te inscribe en un lugar así!
-Es una de las instituciones más prestigiosas, éste lugar representa un reto para mi - respondió Camus luego prosiguió - No te preocupes por mí, estaré bien- Giró y se marchó antes de ser testigo de otros de los berrinches del pelinegro, aveces Shura era peor que Degel
A lo lejos escuchó claramente como este le gritaba
- ¡Nada más no hables mucho!
Una mueca molesta surcó su bello rostro ante el notorio sarcasmo y Shura solo rió en venganza retirándose de allí
Mientras más se adentraba a la institución más notaba lo refinado que era " Concéntrate en lo importante " se dijo mentalmente, recordando que la mitad del sueldo de Shura y de su hermano costearon que hoy estuviera allí.
Era sumamente llamativo ante los ojos de los demás estudiantes , su uniforme , una remera blanca con el logo de un águila rodeado por cuatro columnas ,situada en el pecho izquierdo, un pantalon azul Marino y unos tenis blancos, su hermoso cabello turquesa lo traía suelto cayendo como cascada hasta la cintura, y sus ojos que cuando uno los miraba parecían una laguna calmada, sin turbulencias ni agitaciones. Una vez Shura había dicho que mientras uno mirara sus ojos fácilmente podía quedar atrapado en ellos, Camus por supuesto no le creyó pero eso es lo que alguna vez ha oído.
Ya girando en uno de los pasillos no evitó cruzarse con un grupo de chicos, no le hubiese llamado la atención de no ser porque sus ojos se cruzaron con unos ojos violáceos, frunció el ceño ante la zorruna sonrisa que le dedicaba el otro al cruzarse, sus cabellos plateados se mecieron y en un instante su divertida mirada desapareció dedicándole una mirada sicaria que de inmediato provocó que detuviera su andar, giró , pero ya el grupo había desaparecido entre los estudiantes.
Intentando no pensar demás en el extraño albino, decidió seguir su andar hacia las oficinas del colegio , aún le restaba entregar un par de formularios, ya una vez frente a la secretaria
- Si Joven ¿en que podría ayudarlo?
- Necesito entregar estos formularios - Se los enseño y la joven de quizás unos veinti y tantos, lo observó embelesada, Camus se mantuvo imperturbable, por lo que la secretaria queriendo no lucir como una boba rápidamente de nueva cuenta intentó enfocarse en su trabajo
- Desde luego joven, ahora informo de su presencia - Camus asintió mientras la joven tomaba el teléfono, terminó de informar y colgó- Adelante, el Director lo espera.
Una vez dentro de la oficina , el director giró dedicando una sonrisa amistosa.
- Un placer conocerlo Joven Camus.
- El placer es mío
- Por favor ,tome asiento
- Mi nombre es Andreas, me alegra tenerte en nuestra Institución, leí que eres alguien sumamente aplicado y sobresaliente. Es un gusto para mí conocer estudiantes así
No era un hombre de avanzada edad como esperaba ver, parecía tener unos 35 años , de cabello rojizo ,de estatura alta e imponente presencia.
- Entonces por favor... - Extendió la mano hacia Camus y este procedió a entregar el manojo de formularios. Andreas leyó y firmó un par de cosas, poco despues el sonrió y miró a Camus directo a los ojos- Bien Joven Leveur, por favor acompañeme.
Ya una vez frente al salón de clases
- Asignaré a alguien para que te enseñe las instalaciones de Nuestra institución. Confío en que te acoplaras rápidamente
Camus asintió sin despegar la mirada de en frente.
°
•
-¡¡Demonios!! ¡Otra vez llegaremos tarde!
Un par de destellos azules desaparecían en uno de los tantos pasillos pertenecientes a la institución.
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El albino gruñó fastidiado, por alguna razón le costaba concentrarse, en todo ese tiempo no había dejado de pensar en la misma cosa, el extraño y enigmático muchacho de los pasillos.
Tenía algo excesivamente atrayente y eso en vez de gustarle le fastidiaba aún más ,y no simplemente eso lo molestaba, sino también su estúpido hermano, nuevamente venía retrasado.
°
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El Director ingresaba acompañado, y todo bullicio desapareció cuando tras el un hermoso joven se adentró ,tan elegante y deslumbrante
Tan hermoso que la escena era digna de filmarse ,de no ser por el arrollador remolino azul que se lo llevó por delante.
-¡ Ay mierda ! Lo siento...
Y allí tirados en el suelo sus miradas cruzaron
El Hielo no pudo evitar perderse y derretirse bajo la fuerte y avasalladora mirada de esos profundos Azules .
Cálido
Abrazador
Amenazando quemar todo, con una sola mirada.
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