❀Verano❀

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Norman está molesto, de verdad que está muy muy molesto ahora mismo con Ray. Primero, arruinó la cita que él había planeado con Emma desde hace años, luego, prácticamente salieron los dos juntos y el muy descarado lo disfrutó a su lado comiendo todo lo que había pedido para su naranjita, al menos pudo fingir que estaba arrepentido de algo, pero no. Ray lo disfrutó, lo gozó y ni gracias le dio por todo su dinero invertido.

Al menos, los preservativos que había comprado aún los tiene, para cuando Emma quiera... Pero eso no le quita lo molesto que estaba con su supuesto "bro".

Ahora, cuando Norman está molesto le gusta estar con Emma, ama amar a Emma (así de simple), pero su naranjita había salido y ahora él la está siguiendo para protegerla (sabe que está mal, pero se divierte). No va a escudriñar en aquella situación por más enfermiza que sea, solo desea tenerla cerca un poquito más desde la última vez que ella le pegó. Ni siquiera un beso de buenos días se dieron y eso es grave para Norman ¡el niño quería cariño, por favor! No es muy difícil de entender.

La pelirroja, por su parte, ya está regresando al departamento en donde cree que Norman y Ray están haciendo cualquier locura que se les venga a la mente, la otra vez habían desarmado el rejoj de su familia, el cual era considerado una reliquia para los Glory Bell. Estaba segura que Yūgo los mataría, él era el más severo con sus castigos, pero su lindo padre justo había llegado de visita a su departamento compartido, y en lugar de gritarles, ayudó a ese par de idiotas a desarmarlo sólo por diversión. Emma lamenta tanto esa vez, porque entre charlas y alcohol (traído por Yūgo), éste descubrió la relación que ella llevaba con Norman... Si es que lo que tienen se le puede llamar relación, claro.

Ahora su piel encrespa al recordarlo, de verdad su papá estaba asombrado, a un paso del más allá, así que decirle también que su vida sexual ya había empezado sería matarlo, pero ese detallito no era necesario decir; mientras Norman, ella y medio vecindario lo supieran bastaba.

Ella detiene su caminata y siente de pronto la mirada de alguien, eso también la hace temblar, pero de furia, ¿cómo no se había dado cuenta desde un inicio? Su padre de verdad estaría decepcionado, él con facilidad ya se habría dado cuenta de la presencia fantasmagórica esa, era obvio por el ruido de los pasos, la sensación extraña que hace tiempo sentía y que ya había escuchado una risilla única y aterradora de vez en vez.

— Tú no te rindes ¿verdad? — admite molesta, volteando y caminando hacia el poste que él usa como escondite, y si bien lo camuflaba levemente, ya no la podía engañar — Sal, ya te vi, psicópata.

— Jejeje, me habría preocupado si no me hubieses visto... Estás más distraída de lo usual, cariño — la pelirroja refunfuña y se cruza de brazos, enarcando una ceja al verlo mejor ¿por qué estaba babeando? Norman de verdad la sacaba de sus casillas.

Estoy muy cerca de perder el control y golpearte, pero algo quiereshabla la pelirroja, mirando de pies a cabeza al chico que sonríe dulce y sigue babeando por ella.

— Estás usando el vestido que te compré, jejeje.

— ¡No me cambies de tema, psicópata!

— ¿Es que no puedo acompañar a la mujer que amo a comprar? pregunta inocente, pero no, Emma no cree en esa carita adorable y sonrisa risueña ¡no! Él es Norman y Norman, aunque es inofensivo, a veces le altera mucho. Sobre todo sus planes, de un día a otro quiso hacer una rebelión por los derechos de las jirafas. Y sí, aunque ella fue la de la idea, no pensó que él la escuchaba.

Craso error, él siempre la escuchaba y siempre cumpliría todo lo que ella desee.

— ¡No! Lo que tú haces se llama acoso y se paga con la cárcel,  psicópata, tu libertad prácticamente está en mis manos — revela furiosa, pero sinceramente no está muy segura de lo que acababa de decir, pues ella vivía en la misma casa que su acosador ¿qué le diría a la policía?

"¡Oh! Pues este hombre de carita inocente me está acosando, sí, duermo con él cada que puedo, lo hacemos cuando queremos, todo consensuado, nada a la fuerza. Ah,  y más de una vez le he dicho que lo amo en silencio, pero me molesta, arréstenlo" nada de eso sonaba bien... Y mucho menos creíble.

— Pero me amas demasiado como para hacer eso, amorcito, jejejeEmma se retuerce de dolor al saber que lo que dice el psicópata es cierto,  pero no se encogerá de hombros, ella podía manipular a Norman para que este se aleje... Sólo que ahora no quiere.

Solo vamos a casa de una vez — comenta rendida, haciendo que Norman rodee sus hombros suavemente y ría de forma insoportable.

¿Si lo quería? Pues claro que lo quería, pero lejos... Quizás cerca, pero es que ni Emma estaba segura de eso. Con Norman era mejor no pensar mucho.

— Claro, amorcito.

— ¡Nada de "amorcito"!

— ¿Mi vida?

— No.

— ¡Pero no te miento con eso!

— Estás demasiado raro hoy, más de lo normal, psicópata, solo calla y avanza — pronuncia molesta, y aunque el sangrado nasal de Norman la sorprenda porque no pensaba emocionarlo con tan simples palabras, Emma solo suspira y avanza a su lado. Los rayos de sol la fastidian un poco, pero aún así, ella ama el verano, en realidad ama todas las estaciones del año porque se siente cómoda con estas, pero el calor la estaba molestando un poco. De pronto siente como Norman quita su brazo de sus hombros, ella lo observa algo confundida, viendo como el psicópata se quitaba el suéter.

— ¿Qué haces?interroga tímida ante la sonrisa que le regala el albino ¿qué diantres le pasaba a ella y sus emociones ese día?

— Te protejo de la luz solarsincera tierno.

— ¿Llevaste suéter solo para usarlo como una sombrilla para mí? ver a Norman asentir causa que sus piernas tiemblen, pero no le agradecerá, si lo hace probablemente él le pedirá algo y ella no estaba dispuesta a dárselo.

— Así es... Creo que es romántico para nuestra cita, jejejela pelirroja respira, ser cursi en ella no estaba en sus planes a pesar de tener la carita pintada en carmín.

— ¡No es una cita!refuta molesta.

— ¿Y por qué me tomas de la mano?

— ¡Yo no estoy...! Oh... Bueno, eso no importa.

— ¿Esta noche podemos ser íntimos?

— ¡No!

Norman suspira encantado y rápidamente deposita en los labios de ella un casto beso, Emma tan solo se deja ser por él, siempre y cuando le de sombra.

༻❀༺

Al llegar a su departamento compartido, lo primero que ven es a Anna recibirlos con una sonrisa bonita decorando su rostro, mientras que Ray estaba siendo refrescado por el ventilador y su fleco que siempre cubría su rostro volaba por la brisa intensa que nacía por aquel aparato.

— Bienvenidos, chicos — habla dulce la rubia, dejando pasar a ambos quienes confundidos observan a Ray de forma cool y sin una gota de sudor.

¡Genial! Yo también quiero estar cerca al ventilador — declara feliz la pelirroja, y justo cuando su cuerpo yacía cerca al del azabache, éste sube sus gafas de sol lentamente y frunce el ceño.

— No, antena, dile a Norman que te sople la cara porque yo compré este ventilador y yo lo disfruto primero — declara sin pena, haciendo que Emma abra su boquita rosa asombrada ante esta actitud tan creída.


— ¡Eres un egoísta! ¿Y sabes lo que le pasa a los egoístas? ¡Se van al infierno! — exclama molesta, inflando sus mejillas y viendo a Norman con indignación.

¿Y eso a mí que me importa?

— ¿Quieres helado de consuelo, amorcito? — interroga dulce.

— ¡Quiero un ventilador!

— A comprar ventilador se ha dicho entonces, jejeje.

— ¡Pero yo quiero el de Ray!

— No me venderé, Norman, ten por seguro que no lo haré — sincera el nombrado, quien al lado de Anna disfruta de la brisa fresca.

— Ah, por cierto, Emma — menciona la rubia dulcemente — Yuugo llamó por teléfono y dijo que no te olvides de lo que hablaron la última vez, que te estaban esperando.

Oh... Maldición, se me olvidó.

— Jejeje ¿pasa algo, amorcito? ¿Papi Yūgo quiere nietos?

— ¡No te incumbe, psicópata! — vocifera cansada, dirigiéndose a su habitación y tirando su puerta como toda una drama queen ante los ojos de todos los presentes.

— Esa es mi novia... Toda una dama, jejeje.

༻❀༺

Las horas pasaron, el sol se ocultó suavemente y Emma en esos momentos está demasiado nerviosa por la llamada de su padre, hace poco había hablado con Ray, y extrañamente, él ya tenía las maletas listas para el viaje. Pero ahora Emma no tenía tiempo de pensar en lo raro que es su mejor amigo, necesitaba hablar con Norman urgentemente, así que allí está, frente a su puerta y contando hasta diez para tener municiones de paciencia.

Está lista para entrar al campo de batalla.

— Nor... ¡Oh por Dios! ¡¿Qué estás haciendo?!exclama avanzando directamente hacia él, con su ceño fruncido.

— E-Emma ju-juro que...

— ¡Primero suelta eso y luego hablamos!interrumpe molesta, viendo la carita del albino sonrojada, mas luego este dibuja una sonrisa traviesa en su rostro con encanto y eso la extraña demasiado.

— Jejeje, Emma~ ¿por qué deseas que suelte algo que siempre tocas?

— ¡Que lo hagas solo es diferente!

— Pero por algo Gilda me dio nuestros peluches, mira, es igualita a ti. Jejeje, y además, estás besando a mi mini-yo.

— ¡Eso es más raro! ¡Y dame ahora mismo el brasier que me quitaste ayer!

— Te lo olvidaste en mi habitación, así que es mío.

— ¿Qué deseas a cambio de mi brasier?

— Me ofende que pienses así de mí, jejeje.

— Como sea... Necesito que mañana estés listo.

— ¿Listo para qué?

— Iremos a la casa de mis padres, en el campo.

— ¡Oh! Jejeje, quieres que tu padre ya sepa... ¿Lo nuestro?pregunta con picardía, tomando la mano de la pelirroja y acurrucando su cabecita en su hombro.

— Justo de eso quiero hablarte, psicópata, por favor por favor, te pido que no seas raro con él, esta vez Yūgo estará armadodeclara, esperando que Norman al menos esté un poco asustado.

— Yo no soy raro, cariño, la rara eres tú que siempre niega lo nuestro... Aunque bueno, eso es lo que más me gusta de ti Emma

— ¿Que te niegue?pregunta divertida.

— No no, que me niegues me hace daño, pero... jejeje, eres como el aire que necesito, así que no importa mucho.

— Bueno, entonces ya sabes lo que tienes que hacer.

— No ser raro frente a papi Yūgo.

— Qué más.

— Portarme bien frente a papi Yūgo.

— Te falta algo más.

— ¿Qué cosa, amorcito?

— Algo que tiene que ver con tus hormonas saltarinas, psicópata.

— E-eso no es justo, Emma.

— Papi Yūgo no te va a querer para mí si tratas de darme "amor" cada que puedes.

— Sabes muy bien que eres tú quien viene a mi habitación para hacerlo ¿verdad? Jejeje, es como si no te cansaras.

— ¡Solo promete que no lo harás!exclama avergonzada ante la verdad tan repentina que suelta el psicópata.

— Ok... Pero entonces ¿cuándo partimos?

— Mañana por la mañana, los boletos ya están comprados y vendrán Anna y Ray con nosotros.

— ¿Por qué?

— ¿Qué chiste tiene si solo somos los dos?

— Bueno... ¿Hacemos algo divertido antes?

— ¿Por qué haríamos algo divertido?

— Porque si yo tengo las hormonas saltarinas, las tuyas son peores, cariño, y no creo que puedas soportar estar lejos mío jejeje.

— Solo una rápida y ya.

— ¡No te quiero ver hasta mañana! exclama furiosa, saliendo del cuarto rápidamente mientras Norman la observa con sonrisita linda y una marca roja en su mejilla.

— Oh... ¿Qué pasó, Norman? pregunta Ray al ver la escena que formaron sus dos amigos, queriendo reír tanto al ver que Emma de verdad le había pegado, pero el azabache admite que a veces le da ganas de golpearlo también. No lo hará porque quiere mucho a Norman, en realidad, siempre está de su lado a pesar de que un día vendió toda su gasolina.

— Jugamos monopolioadmite, sobando su mejilla roja y viendo a Ray, quien lo observa con aburrimiento.

— ¿Y?

— La dejé en bancarrota.

— Ya, pero por algo se enojó muchoinsiste ansioso, de verdad estaba harto de ser el último en enterarse de cosas.

— Luego me besó y yo la besé jejeje, eso fue mágico.

— Ya, luego se les subió la calentura ¿Y?

— Pues le quité la blusa y ella metió su mano en mi...

— ¡No ves que estoy chiquito para saber eso!grita ofendido, Norman tan solo ríe por lo bajo ante ello.

— Ah, sí. Jejeje, lo siento.

— ¡Solo di qué pasó!

Un caballero nunca revela lo que hizo con su dama.

— ¡Dijo que aunque lo besara mil veces más, no hará trampa al sacarme de la cárcel! exclama Emma desde su cuarto, escuchando pegada a la pared la conversación de sus amigos.

— ¿Ves? No era muy difícil, Normanadmite Ray con orgullo, al fin sabía algo.

— ¡¿Quién demonios no puede hacer trampa por su novia?!grita con mayor fuerza, haciendo que el azabache ría sin pena ni vergüenza, haciendo que Norman se sonroje.

— ¡¿Somos novios?!interroga feliz el albino, parpadeando incrédulo mientras Ray le daba apoyo y asentía con pulgar en alto.

— ¡Ni siquiera yo lo sé!

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