Extra 3

–ELNORA–

1 año después.

El cielo gris acompañaba al momento en el que nos encontrábamos, era como si la naturaleza supiera lo que ocurría y quisiera dar su pésame en forma de un día triste. Al salir de la iglesia pude ver como familiares y amigos daban el pésame al marido de Jennifer y a su hijo Dominic de diez años.

Tras varios meses luchando, lamentablemente Jennifer dijo adiós a este mundo con una sonrisa en su rostro, feliz de haber hecho todo lo que ha podido por sus seres queridos, aunque tras su partida haya dejado muchos corazones rotos y llenos de dolor.

Kaira entrelazó su mano con la mía para darme apoyo, Alicia estaba junto a nosotras de brazos cruzados intentando mantenerse serena aunque las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos. La acerqué a mí para darle un abrazo e intentar consolarla hasta que el marido de Jennifer se acercó a nosotras.

–Gracias por estar ahí para ella, señorita Vatore. –me agradeció Luka, su marido, o viudo mejor dicho. –Jennifer me decía que usted era una gran jefa y era su modelo a seguir. Gracias por dejarla trabajar para usted.

–Debería agradecerle a usted. Jennifer era una gran mujer, y siempre lo será.

–Lo lamentamos. –dijo Kaira con tristeza y el hombre asintió con una sonrisa triste.

–Voy a seguir hablando con los que han venido. Gracias a las tres por venir.

Luka se marchó y nosotras hicimos lo mismo, nuestra trabajo había terminado allí y no podíamos hacer más. Sólo vinimos nosotras tres por razones obvias; nosotras porque éramos sus jefas y Kaira vino para darme apoyo. No era como quería terminar el mes de Agosto pero la vida siempre consigue la formar de sorprenderte para bien o para mal.

Regresamos a casa dónde Ross y Hope nos esperaban viendo la televisión, una vez se dieron cuenta de nosotras pausaron la serie que estaban viendo y nos vieron con interés, esperando que contásemos la situación. Sé que les hubiera gustado venir pero Luka sólo nos avisó a Alicia y a mí, e invité a Kaira al ser mi esposa. Podrían haber ido como nuestros amigos pero tampoco quería fueran dado que no tuvieron contacto con Jennifer.

–¿Cómo ha ido?

–Igual que en todos los funerales. Una pena lo de Jennifer. –comenté mientras me sentaba en el sofá junto a Kaira.

–La vida es como una vela. Se va acabando hasta que deja un mar de lágrimas, luego se secan y la vida sigue. –expresó Alicia sentada al lado de Ross mientras abrazaba un cojín contra ella. La miramos sin saber qué decir hasta que ella nos miró extrañada. –¿Qué?

–Nada. Es solo que es muy profundo lo que has dicho. –dijo Kaira con una pequeña sonrisa.

–Cuando tengo hambre tengo mejores diálogos.

–¿Y si hoy vamos a comer fuera? –propuso Hope levantándose del sofá con una gran sonrisa.

–Me apunto. –Ross alzó su mano con desdén y aceptamos la propuesta de nuestra amiga.

Aquel día fue tranquilo y sin ningún sobresalto aunque algunas dudas comenzaron a surgir en mi mente. Estuve algo pensativa llamando así la atención de mis amigos pero les comenté que no era nada importante, aunque me gustaría hablar con Alicia de esto cuando estuviéramos a solas o podría pedirle hablar con ella para que el resto no escuchara. Después de comer en el restaurante que Hope nos aconsejó fuimos a dar un paseo por el bosque, y una vez nos sentamos junto a un río vi el momento perfecto para hablar con Alicia.

–¿Puedo hablar contigo un momento? –le pregunté causando que el resto me mirase intrigado.

–Claro.

–Ahora volvemos. Será un momento. –le sonreí antes de marcharnos.

Nos alejamos un poco de ellos para evitar que escucharan aunque sabía que podría oírnos, por los que creé una barrera que nos aislaba y evitaba que nos pudieran oír. La verdad es que no sabía que podía hacer algo como esto hasta que un día estuve en la biblioteca con Jade y ella me enseñó como hacerlo, no lo veía útil hasta ahora.

–¿De qué quieres hablar?

–Es algo obvio, pero soy inmortal y por ende no voy a envejecer. –Alicia asintió comprendiendo y continué hablando. –He estado pensando en que llegará un momento en el que todos los trabajadores comenzarán a envejecer y podría extrañarse al ver que todos lo hacen menos yo. Es por eso que he decidido dimitir como jefa del hotel.

–¿¡Qué! –gritó Alicia sobresaltándome y agarrándome por los hombros a la vez que me veía fijamente a los ojos. Estaba completamente confundida y desorientada por lo que había dicho, pero antes de que pudiera explicarme ella continuó hablando. –¡No puedes dimitir! ¿Qué voy a hacer sola con toda la empresa? Sólo acepté porque trabajarías conmigo, Elnora.

–Si me dejas hablar te explico. –esta vez fui yo quién la tomó por los hombros y Alicia comenzó a relajarse. Sonreí con cariño al ver la preocupación innecesaria que tenía. –Dimitiré pero seguiré trabajando, no me iré.

–¿Cómo?

–Quiero decir, ante los ojos de los demás habré dimitido y tú serás la nueva jefa e imagen de la empresa. Pero yo seguiré siendo la dueña, sólo que trabajaré sin tener que estar frente al público.

–Ya veo. De esta forma seguirás manejando la empresa durante años pero sin que los empleados sepan que tú eres la jefa y no se extrañarán de que no envejezcas. Eres muy astuta Elnora.

–Gracias. –le sonreí con diversión. –Pero no te preocupes, todo seguirá como hasta ahora. Sólo que no iré a la empresa físicamente a menos que realmente me necesites.

–Entiendo. ¿Y cuándo harás esto?

–A ver, aún no es tiempo dado que aún tengo una buena edad, al menos la que aparento. He pensado cuando tú vayas a cumplir los treinta.

–Me parece bien, mientras tanto espero que vengas a trabajar. Ya te has pedido varios días libres, y necesito que firmes unos documentos.

–A veces odio que seas tan organizada.

–Y yo que seas tan despreocupada.

–Cuando vives tanto como yo, hay algunas cosas que ya dejan de tener importancia. –le respondí mientras anulaba el hechizo. –Ahora volvamos con el resto.

Al regresar todos nos vieron intrigados sobre qué habíamos hablado, Ross quería saberlo pero les comenté que lo sabrían en su momento, dado que no era algo realmente importante y teníamos otros asuntos de los que ocuparnos ahora. Eso hizo que cuando nos íbamos a ir a nuestras casas, mi amigo me sujetara por los hombros haciendo que parase y le mirara confundida.

–Hablando de asuntos que tenemos que ocuparnos. Te recuerdo que aún te debo enseñar a cazar, Colmillitos. –dijo con una sonrisa, la cuál se hizo más grande al ver la mueca de desagrado que hice. –¿Qué tal si vamos ahora?

–¿Ahora?

–Ya estamos en el bosque, así que realmente muy lejos no tenemos que irnos. Y está anocheciendo, justo el momento ideal para buscar alguna presa.

–Cuando habláis de presas me imagino que serán animales, ¿no? –comentó Alicia mirándonos con algo de incertidumbre al ver la sonrisa de Ross.

–Así es. –le respondió Hope y Alicia se relajó. –Acompañaré a Alicia a su casa mientras Ross te instruye.

–Pero...

–Pero nada. Está bien que comas la gelatina y los sobres, pero es tiempo de aprender, además que lo prometiste. –dijo Kaira poniéndose del lado de mis amigos.

–Esto es una traición en toda regla. –me quejé viendo como sonreían divertidos, crucé mis brazos y suspiré derrotada sabiendo que no tenía otra opción. –Bien, vamos.

Me di la vuelta para adentrarme más en el bosque junto a Ross sin despedirme del resto. Sabía que Kaira se habría molestado, siempre que nos separábamos nos despedíamos con un beso o un abrazo, pero esta vez no había ninguna de esas dos cosas para hacerle saber que estaba molesta. Si lo pensaba parecía algo infantil pero no me apasionaba la idea de quitarle la vida a un animal indefenso.

–Ya verás que no es nada malo, Nora. Además, no somos tan crueles como puedes pensar.

–Eso lo tendré que juzgar por mi misma.

–Además, si habláramos de crueldad, tú estás en el primer puesto. –le miré confundida y Ross me sonrió. –Le quitaste a Baldir la vida al succionarle toda la sangre de su cuerpo, no creo que haya nada más cruel que eso.

–Si dices eso me dejas como la más cruel de todos nosotros. –suspiré al saber que tenía razón. Hacerle aquello a Baldir había sido lo más cruel que podía hacerle, por lo que beber la sangre de un animal sería una tontería en comparación con lo otro.

Seguí a Ross hasta una zona donde habían algunos ciervos, un agachamos detrás de unos arbustos viendo como pastaban y a veces veían a su alrededor. Él me indicó que para no hacerles más daño lo ideal era usar nuestra velocidad para inmovilizarles del cuello y así succionarles la sangre con más facilidad.

–No sé si me fascina la idea, Ross.

–Elnora, por favor. Además, tienes suerte de que sean animales, antes lo hacíamos con las personas y tú tuviste suerte de que no tuvieras que succionarle la sangre a ellos. –me reprochó mi amigo mientras analizaba a los ciervos, y una vez encontró un candidato para mí me sonrió. –Irás a por el más anciano.

–¿Qué? –susurré viendo al que me señalaba. Se notaba que era un ciervo anciano ya que sus movimientos eran más lentos que el resto.

–No pensarías que matábamos a los más jóvenes. Siempre cazamos a los más ancianos para que así los demás tengan su tiempo de vida. Piensa que les hacemos un favor dentro de lo malo.

–Bien.

–Yo prefiero cazarlos con mis garras. –dijo Hope a mi lado provocando que ambos nos sobresaltásemos al verla. –¿Qué?

–¿Cuándo has venido? –pregunté sorprendida al ver el sigilo de mi amiga.

–Hace unos segundos. Vamos Elnora, no pierdas el tiempo, el ciervo no se quedará ahí eternamente. –me animó mi amiga con una sonrisa.

Me incorporé un poco y me posicioné para impulsarme hacia el ciervo, una vez lo atrapé con mis brazos noté como comenzó a intentar soltarse pero sentía que no tenía la fuerza suficiente para hacerlo. Y al final mordí su cuello clavando mis colmillos para beber su sangre, la cuál estaba asquerosa y me separé dejando caer el cuerpo inerte del animal. Comencé a escupir la sangre que no me había bebido mientras escuché como se acercaban a mí.

–No ha estado tan mal, ¿verdad? –me sonrió Ross, Hope a su lado miró con curiosidad el cadáver y luego me miró con diversión.

–No ha estado mal, pero la sangre era asquerosa. ¡Qué asco! –me quejé sintiendo que aún tenía sangre en la boca, Hope me entregó un pañuelo y le agradecí mientras me limpiaba la boca.

–Nunca dije que la sangre de los animales ancianos supiera bien.

–¡Idiota! –gruñí dándole una patada en el estómago. Ross envolvió sus brazos alrededor de él mientras caía de rodillas contra el suelo y Hope lo miró sin saber qué decir.

–Bueno, será mejor que me vaya, mi abuelo se puede enfadar si llego tarde. Y sigue enfadado contigo, Ross.

–Es un viejo vengativo. Ha pasado un año de eso.

–Tiene buena memoria. –se burló Hope provocando que Ross hiciera una mueca de desprecio.

Fuimos de camino hasta que nos despedimos para cada uno ir a nuestra casa. Una vez entré vi a Kaira viendo aquella serie que nos gustaba, siempre la veíamos juntas cuando sacaban un capítulo y no pude evitar pensar que estaba viendo el nuevo para molestarme, lo que no sabía era que no me iba a enfadar por algo como eso. Caminé sigilosamente hacia ella y la abracé los por los hombros, ella pegó un pequeño salto en el sofá y me miró desafiante antes de volver a ver el capítulo.

–Sabes que no vas a hacer que me enfade, ¿verdad?

–Y tú sabes que quiero mi beso de despedida, pero no, decidiste irte con Ross.

–Tenía que vengarme de ti al no ponerte de mi lado. Además, el karma hizo su trabajo. –dije y Kaira paró el capítulo para mirarme con interés. –La sangre del ciervo estaba horrible, prefiero tus gelatinas.

–Supongo que no puedo forzarte a comer algo que no te gusta. –le sonreí mientras me agachaba y juntaba nuestras mejillas haciéndola sonreír. –¿Quieres gelatina? Hay en la nevera.

–Tengo otros planes. –murmuré después de unos minutos pensando.

Di una pequeña voltereta dejándome caer en el sofá y apoyando mi cabeza en su regazo, Kaira me miró sonriendo y me acarició suavemente la cabeza. Me acomodé en el sofá mientras tomaba el mando y le daba al play para ver el capítulo con ella. Comenzamos a ver el capítulo desde el principio ya que sólo llevaba diez minutos y Kaira insistió en verlo entero conmigo. Disfruté del capítulo mientras ella me hacía caricias.

Al día siguiente estaba en el despacho viendo los informes sobre las instalaciones que un técnico escribió y sonreír al ver que todo estaba en orden. Estaba revisando la contabilidad del hotel cuando Alicia entró al despacho con paso rápido e hizo que la mirase al girar mi silla hacia ella.

–¿Qué ocurre?

–¿En serio me preguntas eso? –la miré confundida y Alicia bufó, se separó de mí y cruzó sus brazos. –¿No deberías estar organizando tu boda? Es dentro de cuatro días.

–Kaira dijo que se encargaría. Además, ella fue la que me echó de casa esta mañana, me dijo que quiere organizar la boda con Hope.

–¿Y a ti eso te parece bien? –me encogí de hombros pero eso pareció enfurecer aún más a mi amiga. Ella tiró de mi brazo levantándome y me guio hacia la salida del despacho. –Ahora mismo vamos a ir a ver tu vestido.

–Tengo el traje de la última vez, puedo usarlo de nuevo y... –me quedé callada al ver el rostro furioso de Alicia.

–Dije que vamos a por tu vestido. ¿De acuerdo?

Al final me vi envuelta en una tienda de bodas probándome más de diez vestidos para la boda. Fui probándome algunos pero ni a Alicia ni a mí nos convencían demasiado hasta que encontramos el indicado. Un vestido largo con escote de ilusión, tenía pequeñas joyas incrustadas a lo largo y era bastante cómodo. Decidí alquilar el vestido ya que sólo lo usaría una vez y no quería tenerlo eternamente en el armario.

Cuando terminamos la compra decidimos ir a la cafetería Nuts para que Alicia pudiera comer algo, al parecer pasar toda la mañana mirando vestidos la había agotado física y mentalmente, y según ella ahora debía comer el doble para ganar la energía perdida. Estuvimos hablando sobre la empresa y luego sobre cómo haríamos la nueva boda hasta que Alicia me preguntó sobre algo que tenía curiosidad de los vampiros.

–Entonces, ¿No te mata el ajo?

–No. ¿Por qué lo haría?

–En todas las películas que he visto, el ajo siempre es una de las debilidades de los vampiros. –comentó Alicia después de beber un poco de su refresco.

–La mayoría de las cosas que dicen los humanos sobre los vampiros o licántropos es mentira. No estoy muy segura, pero según los rumores fue que al vampiros que le tiraron el ajo era alérgico y por eso se cree que somos débiles ante ese alimento. –le expliqué mientras hacía origami con una servilleta.

–¿Los vampiros podéis tener alergias?

–No es algo común pero tampoco es imposible. Si un humano es transformado en vampiro cabe la posibilidad, aunque mínima, de que conserve alguna alergia. Sin embargo, los nacidos vampiros no tenemos esa posibilidad.

–Interesante. –dijo Alicia antes de cortar un trozo de su filete y comerlo. –Si Hope estuviera aquí se le haría la boca agua.

–La verdad que sí. –le sonreí.

Alicia terminó de comer y decidimos ir a dar una vuelta por la ciudad, fuimos a una librería para ver las últimas novedades, y sonreí al ver que Alicia parecía estar en el paraíso mirando todas las novedades que habían. Estuve mirando algunos ejemplares cuando vi un libro que llamó mi atención.

Vampiros, ¿Verdad o Mito?

No pude evitar reírme al leer el título y decidí echarle un ojo a lo que decía, obviamente todo era mentira sobre nosotros, aún así los humanos no dejarían de divertirme cuando se trataba de especular sobre lo sobrenatural. Dejé el libro donde lo encontré y decidí buscar a mi amiga, Alicia se había adentrado en la tienda y no podía localizarla, estuve buscando hasta que la encontré caminando hacia la dependienta con cuatro libros en sus manos.

–Tú padre se enfadará.

–Soy adulta, puedo comprarme lo que quiera si tengo el dinero. Además, él se compró el nuevo videojuego para el ordenador y no le digo nada, así que él tampoco debería regañarme por comprar unos pocos libros.

–Esperaba verte con más libros, realmente pensé que saldrías con diez libros o así.

–Eso es porque he dejado algunos libros, pero tenía ocho libros que quería comprar. –dijo con una sonrisa antes de dejar los libros frente a la chica, quién los comenzó a escanear.

Al salir de la librería fuimos a mi casa para tomar algo, Alicia parecía pensativa y presentí que quería preguntarme algo pero parecía no encontrar las palabras adecuadas, lo dejé pasar ya que ella me preguntaría cuando encontrara las palabras correctas.

Alicia dejó la bolsa de los libros encima de la mesa y se quejó de lo que pesaban, no pude evitar reírme y ella me mostró como la palma de su mano estaba roja del peso de la bolsa. Me dio un pequeño golpe en el hombro antes de ir al baño para lavarse la mano con agua fría. Con una sonrisa me senté en el sofá y encendí la televisión buscando al que ver, no encontré nada hasta que Alicia regresó y se sentó junto a mí.

–Oye, ¿Cómo puede ser que los humanos aunque se adentren al bosque no encuentran vuestras casas? –me preguntó Alicia con curiosidad. Ahí estaba la pregunta que quería hacerme.

Bajé el volumen de la televisión para poder responderle aunque realmente tampoco tenía muy claro como era posible aquello. Cuando le iba a responder vimos como una luz llenó el salón, ambas cerramos los ojos durante unos segundos hasta que pudimos ver a Jade frente a nosotras, ella nos saludó con una sonrisa y respondió la pregunta.

–Eso es porque Salem lanzó un hechizo para que los humanos no pudieran encontrar este lugar. Es como si creara una ilusión, ¿sabes? Ellos podrían estar ahora por aquí paseando pero realmente no están en el sitio, es como una pequeña dimensión. –le explicó y se sentó en uno de los sofás cerca de nosotras. –El tema de otras dimensiones aún no lo controlo muy bien, y sus hechizos menos. Pero más o menos puedo decirte eso.

–¿Cómo es que yo sí que puedo ver todo esto?

–Eso sería porque Elnora te invitó. Si uno de nosotros invita a un humano le estaría dando permiso y el hechizo aceptaría a esa persona como uno más. Por eso solemos tener cuidado a quién invitamos y evitamos tener contacto con los humanos.

–Es una buena explicación, Jade. ¿Qué te trae por aquí? –le pregunté con curiosidad. Jade solía venir de vez en cuando sin avisar como ahora, pero en general solía venir una vez al mes para vernos. –No ha venido Roxlin tampoco.

–Roxlin está ocupado con la taberna. –explicó mientras se estiraba y luego nos miró con una sonrisa. –Y Salem se ha ido a uno de sus viajes. Así que me aburría allí sola. Y dado que tu boda es dentro de unos días pues he decidido venir antes y ayudaros con cualquier cosa.

Apagué la televisión y subimos a mi habitación para enseñarles el vestido que había alquilado para la boda, Jade me felicitó al ver lo hermoso que era y Alicia sonrió orgullosa al ser la que lo ideó. Guardé el vestido en mi parte del armario y al girarme sonreí al ver el peluche del oso panda con alas de murciélago encima de la cama, desde que se lo regalé a Kaira, ella siempre lo pone apoyado en las almohadas en medio de la cama.

–Oye, ¿Dónde está Spike? –me preguntó Jade por el hellhound que adopté.

–Suele ir y venir cuando le apetece. Generalmente suele estar por ahí y al caer la noche siempre va a la caseta que le construí en el jardín. Además, al hacer un pacto con él, ahora puede usar mi sombra para aparecerse junto a mí siempre que le llame.

–Ahora es tu Familiar, ¿no? –asentí ante lo que dijo Alicia. –Eso es genial.

–Kaira hoy cena con sus padres, Hope tiene otra cita con Ross, así que, ¿Queréis ir a cenar por ahí? –les propuse y ambas sonrieron emocionadas.

–Yo voto que sí. Quiero una hamburguesa.

–Luego te quejarás de que has ganado peso. –se burló Jade provocando que Alicia le diera un suave empujón. Jade se rio divertida mientras salíamos de la casa y siguió hablando. –Aunque yo también voto por una hamburguesa.

–Pues vamos a por unas hamburguesas. Teniendo las pastillas las probaré también.

Día de la boda.

Decidimos celebrar la boda en el jardín interior de la mansión Vatore, mi madre nos ofreció realizar allí la boda dado que era algo simbólico entre los más cercano a nosotras. La gran boda ya se realizó para el Clan Grimmwolf y para mi gente, por lo que ahora sería algo más íntimo con nuestra familia y amigos.

Me encontraba en mi antigua habitación arreglándome el pelo, Alicia me había peinado con una trenza la cuál caía por mi hombro izquierdo, además me colocó un adorno de una flor para dar el toque final según ella. Miré mi reflejo en el espejo observando con una sonrisa como el vestido combinaba con el peinado. Sé que ya estaba casado con Kaira, pero no sé porque pero esta vez se sentía distinto y no podía borrar la gran sonrisa que tenía en mi rostro.

–Estás preciosa. –me alagó Alicia con una sonrisa. Ella llevaba un vestido verde con escote de pico, un fino pañuelo protegía sus hombros y sus tacones negros le daban un toque elegante. El peinado que llevaba era una trenza igual que yo, salvo que ella la dejaba caer por su espalda.

–Tú no te quedas atrás. Estás hermosa. –Alicia se sonrojó por mis palabras y se acercó para abrazarme. Al separarnos ambas sonreíamos y miramos por la ventana viendo a los invitados hablar entre ellos. –Gracias por invitar a Troy.

–Realmente me siento inquieta a su alrededor pese a que ha pasado un año. Pero Kaira se lleva bien con él y es tu pareja, además que me prometí seguir adelante y al menos tolerarle.

–Y te lo agradecemos.

–Chicas, ¿Estáis listas? –nos preguntó Wolfang entrando en la habitación. Él iba vestido con un smoking bastante elegante, al vernos sonrió con emoción. –Vaya. Ambas estáis hermosas. Sino fuera porque Elnora va de blanco diría que Alicia también se casaría.

Alicia se sonrojó al escuchar aquellas palabras y se rio divertida ante la idea de casarse, ella se despidió de nosotros antes de ir con el resto de invitados. Acompañé a Wolfang hacia la entrada de la mansión donde él me indicó que iríamos al altar improvisado para esperar a Kaira. Lo único que diferenciaba esta boda de la anterior sería la presencia de mi padre, él fue quién me llevó al altar y ahora sería Wolfang quién lo haría. Al principio me negué, quería que él acompañase a Kaira pero padre e hija idearon otra solución y al final acabó Wolfang acompañándome a mí al altar mientras que Elías acompañaría a Kaira.

–Gracias. –le susurré cuando llegamos, y veía a mi madre emocionada junto a Mildred.

–A ti por cuidar de nuestra pequeña.

Wolfang se retiró para sentarse junto a su esposa y mi madre, ella estaba hablando con entusiasmo con Ellie sobre algún tema que hacía sonreír a la pequeña. Mis amigos estaban en las primeras filas sentados hablando entre ellos hasta que Hope se encontró con mi mirada y me saludó con entusiasmo, en ese momento mis amigos me desearon suerte, incluyendo a Troy. Él estaba de brazos cruzados sentado junto a Alicia, y me dedicó una sonrisa sincera.

Esperamos durante unos minutos hasta que Kaira llegó acompañadas por Elías, él aguantaba las lágrimas de emoción pero había alguna que se le escapaba, y era normal, después de todo no pudo asistir a la primera boda de su sobrina. Cuando llegaron al altar extendí mi mano hacia Kaira, ella colocó su mano encima de la mía y nos mirábamos con una sonrisa. Y al igual que en la boda anterior, Riluk sería el que nos casaría, él nos miró con orgullo y comenzó a hablar.

–Queridos invitados, nos volvemos a reunir para celebrar la boda de Kaira Grimmwolf y Elnora Vatore, esta vez casándose por el amor que se tienen y no por una promesa de antaño.

Riluk comenzó a dar el sermón de siempre hasta que ambas nos dimos un beso para finalizar la ceremonia, todos nuestros invitados nos aplaudían emocionados hasta que Kaira anunció que tiraría el ramo, Alicia le comentó hacia unos días la tradición que tenían los humanos con lanzar el ramo y a ella pareció gustarle la idea.

Dicen que la vida está llena de sorpresas, y aunque tenga quinientos veinticinco años podía asegurar que aún tenía sorpresas en mi vida, pues el ramo que Kaira lanzó golpeó la cabeza de Troy. Él estaba atendiendo una llamada cuando fue golpeado con el ramo y al recogerlo lo miró confundido mientras el resto le miraba con una sonrisa. Alicia cada vez parecía más un tomate pero lo ocultó bromeando que había sido atacado y vencido por un ramo de flores.

–¿Esto quiere decir algo? No estoy muy puesto en las tradiciones de las bodas. –dijo Troy y Ross colocó una mano en su hombro mientras le veía con una sonrisa.

–Te tengo que explicar algunas cosas.

Ross y Troy comenzaron a hablar sobre lo que significaba agarrar el ramo en las tradiciones humanas mientras Hope, Roxlin y Jade se burlaban de Alicia, quién parecía que estaba a punto de darle un infarto, por suerte de ella fue salvada por mi madre para ayudarla con la cámara de fotos. Nosotras decidimos disfrutar de un abrazo mientras Elías preparaba el pequeño banquete que había organizado junto a Thane, él no pudo asistir a la ceremonia pero aún así nos saludó desde la lejanía con una sonrisa.

–Tu abuelo y tu padre estarían muy orgullosos de ti, Elnora. –me dijo Riluk una vez estuvo a mi lado.

–Gracias. Nosotras os agradecemos a vosotros por hacer aquella promesa. –Riluk nos miró sorprendido y Kaira continuó hablando por mí.

–Si no hubierais hecho aquella promesa entre ustedes, nosotras posiblemente nunca nos hubiéramos conocido y mucho menos casarnos.

–Me alegro de que haya salido bien para todos. –Riluk miró el cielo con una sonrisa, y supe que estaba pensando en mi abuelo y en mi padre, algo que me hizo sonreír e igual que él, miré el cielo hasta que nos llamaron.

–¡Chicas! ¡Hora de la foto! –nos gritó Hope junto al resto.

Nos acercamos al grupo y nos colocamos de forma que todos saliéramos en la foto que Thane haría. Nosotras estábamos en el centro siendo rodeados de nuestros amigos y familiares, Thane sacó varias fotos con la cámara especial que Hope usaba en nuestros viajes, y una vez terminó nos avisó para entregarnos una foto a cada uno.

Thane nos guio hacia una zona del jardín donde había colocado una larga mesa con la cubertería preparada, y al lado había otras mesas con la comida lista para servir. Nos sentamos donde vimos que habían puesto nuestros nombre y observé que la comida que había era apta para todos. Estaba el plato favorito de Kaira, la gelatina que ella me hacía además de la bebida especial de Roxlin. Sonreí al ver como mis amigos habían pensado en todo, sobre todo Kaira, ya que fue ella quién quiso organizar todo.

–Me alegro de que esta boda sea tranquila, y sin nadie que nos quiera matar o envenenar. No te ofendas, Troy. –dijo Hope con una sonrisa divertida.

–No me ofendo. –Troy le echó una mirada indescriptible a Hope pero aún así sonrió.

–¿Y adónde iréis de noche de bodas? –nos preguntó Roxlin con curiosidad.

Kaira no lo sabía pero había organizado un viaje a Akram, la capital. Sabía que había estado tan concentrada organizando la boda que no se dio cuenta de la noticia que dieron por la televisión, Alicia me miró con una sonrisa al igual que Jade, ambas eran las únicas que sabían cuál era mi regalo de bodas para Kaira.

Spike salió de mi sombra con un sobre en su boca, se acercó a mí y lo cogí el sobre mientras le acariciaba con una sonrisa. Spike se marchó para comer la comida especial que Thane había preparado para mi hellhound, y aproveché para girarme hacia Kaira con una sonrisa.

–¿Qué es eso? –preguntó mientras cogía el sobre. Su expresión de confusión me resultaba adorable, simplemente me dediqué a ver su rostro mientras habría el sobre. Una vez leyó la carta y miró las entradas, la sorpresa inundó su rostro y no pudo evitar mirarme con una gran sonrisa. –¡No me lo puedo creer! ¡Te amo!

Kaira sin pensárselo ni avisarlo se lanzó contra mí provocando que ambas cayéramos en el césped, quedando ella encima de mí mientras me abrazaba también me daba besos por el rostro y parte del cuello. Nuestros amigos se acercaron para comprobar que estuviéramos bien, Mildred se acercó para reprender a su hija mientras escuchaba la risa de Wolfang de lejos.

–Kaira, vas a ensuciar tu vestido. –le regañó su madre, aún así pude ver que ella sonreía al ver la felicidad de su hija.

–¿Qué te ha regalado? –preguntó Ross con diversión. –Debe ser algo que te encante para que reacciones así.

–Son dos entradas para el teatro. –dijo Kaira sentándose en su silla de nuevo.

–Así es. ¿Recuerdan la serie que nosotras veíamos? –vi que todos asintieron y continué explicando. –Hace unos meses anunciaron que vendrían a Akram durante unos meses para realizar el teatro de dicha serie. Sólo van a estar unos meses por lo que las entradas se agotaban muy rápido. Así que pensé que sería algo que a Kaira le gustaría, y dado que no ha ido a la capital pues sería matar un pájaro de dos tiros.

–Me encanta. –susurró Kaira viendo las entradas detenidamente.

–¿Cuándo os iréis? –esta vez fue Troy quién preguntó.

–Pasado mañana. Volveremos dentro de una semana, haremos más cosas a parte de ver la obra de teatro. –le sonreí y Kaira me miró con interés.

Como nos encontrábamos hablando y algunos bailaban al son de la música que Elías había puesto en los altavoces, decidí ir a cambiarme de ropa, quería quitarme el vestido y vestirme con algo más cómodo pero que siguiera siendo elegante. Kaira apoyó la idea y ambas fuimos a la habitación para cambiarnos de ropa, mientras la esperaba sentada en la cama estuve mirando una foto en la que estaba con mis padres.

Extrañaba a mi padre, pero sabía que él estaría orgulloso de mí y de todo lo que había logrado desde su ausencia. Escuché como la puerta del baño se abrió revelando a Kaira, ahora llevaba una blusa morada y una falda blanca junto con unas sandalias. Sonreí al verla, dejé la foto en su lugar y al girarme vi como Kaira me extendía una mano mientras me sonreía con cariño.

–¿Vamos?

–Contigo hasta el final, cariño.

Ambas salimos de la habitación y nos dirigimos hacia la entrada principal, dónde todos nuestros amigos nos esperaban con sonrisas en sus rostros y no pude evitar tener la sensación de que estaban escondiendo algo.

–Os presento otra tradición humana en las bodas. –dijo Alicia revelando sacos de arroz. –¡Al ataque mis muchachos!

Todos nuestros amigos comenzaron a lanzarnos arroz provocando que Kaira me abrazara mientras reía, a lo lejos pude ver como mi madre nos tomaba fotos mientras sonreía y no pude evitar darle un beso a Kaira, sorprendiéndola y escuchando a nuestros amigos reír. Sin lugar a dudas, no podía estar más feliz de haber conocido a Kaira y ahora, siendo de verdad, poder llamarla esposa. 

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