Capítulo 8

–¿Esta comida está bien? –preguntó mi padre mirándo la comida que habíamos ido a comprar al supermercado más cercano.

–Sí, seguro que les gustará.

Miré los productos frescos que habíamos comprados, mis padres comenzaron a preparar una receta que había mirado por internet y decidí poner la mesa, no quería quemar esta comida. Estuvimos hablando sobre como nos iba a Kaira y a mí hasta que llamaron al a puerta.

–Voy yo. –les avisé a mis padres.

Caminé hasta la puerta principal y al abrirla fui recibida por los padres de Kaira, ellos vestían elegantes y me sonrieron con cariño. Nos dimos un abrazo antes de dejarles pasar, pero para mi sorpresa vi a la niña a la que había salvado hacía unas semanas, Ellie me miró sorprendida y no pudo evitar correr hacía mí para abrazarme.

–¡Nos volvemos a ver, Nor! –gritó Ellie bastante contenta.

–¿Os conocéis? –preguntó Wolfang sorprendido por la reacción de su hija. –No me digas que fuiste tú quién la ayudó.

–Sí, fui yo.

–Debemos darte las gracias por haberla ayudado, Elnora. Ella no dejó de contarnos que una vampira muy guapa la había salvado.

–No es nada. –les sonreí, y me separé de Ellie. –Mis padres nos esperan.

Cerré la puerta guiando a los Grimmwolf hacia el salón principal dónde mis padres esperaban, ambos se saludaron y Ellie les volvió a decir a mis padres que le había salvado, ellos me miraron sorprendidos pero todos sonrieron al ver la emoción con la que Ellie lo contaba.

–¿Y Kaira? –preguntó Mildred sentándose al lado de su marido. Mientras que mis padres se sentaron en otro sofá conmigo, y con Ellie en mis piernas. –Ellie no seas irrespetuosa, bájate de Elnora.

–No, quiero estar con ella. –dijo tumbándose encima de mí.

–No pasa nada, no me molesta. –le dije a Mildred y ella me miró como pidiendo disculpas. –Y Kaira me dijo anoche que vendría más tarde, creo que tenía que hacer algo antes.

–Espero que no se retrase.

Estuve jugando con Ellie a escondernos por la casa, y también a subirla a mi espalda mientras volaba por la casa haciendo que ella se riera divertida. Al parecer a diferencia de Kaira, a Ellie sí le gustaba las alturas. Pasó un rato más hasta que los padres de Kaira se comenzaron a preocupar de que no hubiera llegado aún.

–Voy a ir a buscarla. Me mandó un mensaje de que estaba entrando al territorio. –les avisé leyendo mi móvil y posteriormente guardándolo en mi bolsillo. –Ahora vuelvo.

Salí de mi casa y con mi velocidad corrí hacia dónde Kaira me había avisado que estaba, cuando me acerqué pude ver a Kaira junto a tres personas más. Supe que eran vampiros ya que pertenecían a nuestro territorio. Me acerqué a dónde estaban caminando mientras comenzaba a oír lo que hablaban.

–Una licántropa como tú no debería estar en nuestro territorio.

–Tengo permiso para estar aquí. Soy la prometida de tu futura jefa. –le dijo Kaira con una sonrisa arrogante, haciendo que la mirase sorprendida.

–Eso me da igual. No permitiremos el acuerdo, los licántropos nunca serán nada. Además, mancharía nuestro linaje el juntarnos con perros asquerosos. –dijo uno de los chicos con asco.

Lo siguiente que pasó fue que el chico más alto de los tres tiró al suelo la bolsa que Kaira llevaba en en sus manos para luego cogerla del cuello levantándola en el aire, él sonrió y la lanzó contra un árbol. Comencé a sentir como mi cuerpo irradiaba calor de la rabia, luego se acercaron a ella acorralándola y eso ya no lo permití.

–Acabaremos contigo, y seré yo quién se case con...

El chico no pudo seguir hablando ya que usando mi velocidad y mi fuerza sobrehumana le atravesé el pecho con la mano haciendo que gritara de dolor. Los otros dos chicos se alejaron rápidamente de él, y con un tirón le arranqué el corazón haciendo que cayera inerte al suelo frente a Kaira, quién me miró en shock. Tiré el órgano al suelo mientras tenía mi mano ensangrentada, miré a los otros dos chicos con odio, y decidí acabar con ellos rápidamente. Habiéndome cobrado tres víctimas.

Sentí como comencé a regular mi respiración mientras que al mismo tiempo Kaira tomó una de mis manos para acariciarla y mirándome agradecida. Sin pensarlo, tiré de ella hacia mí para abrazarla, al principio sentí como se había sorprendido pero luego me devolvió el abrazo.

–Gracias. –me susurró abrazándome un poco más fuerte.

–Me alegro que estés bien. –murmuré sonriendo.

Al separarnos nos miramos con una sonrisa antes de que Kaira recogiese la bolsa que le había tirado, ella suspiró al ver que estaba bien pero antes de que pudiera preguntarle qué era, Kaira decidió comenzar a caminar para ir a la casa.

El regreso hacia mi casa fue tranquilo, fuimos paseando por el sendero principal que había en el bosque y a lo lejos podía ver el resto de casas de otros vampiros. Los cuáles seguramente se alterarían cuando olieran la sangre de los tres vampiros que acababa de asesinar.

–¿No tendrás problemas? –preguntó Kaira sobre los tres vampiros que la habían atacado.

–No, no te preocupes. Además, mientras esté cerca no permitiré que te hagan nada. –le aseguré mientras sacaba la llave para abrir la puerta.

Pasó más rápido de lo que me hubiera gustado, Kaira me dio un beso en la mejilla haciendo que se me cayera la llave al suelo, y justo al separarse su madre abrió la puerta. Ella miró a su hija con una sonrisa mientras me miró y me agradecido el haber ido a por ella. Ambas entraron mientras me quedé unos segundos pensando en lo que había pasado, mi padre salió para verme y al observar mi reacción comenzó a reírse, algo que hizo que me sonrojase y le pegase un golpe en el hombro haciéndole volar unos metros lejos de mí.

–¡Se nota que tienes mi fuerza! –me gritó mientras seguía riéndose.

–¡Padre!

Antes de entrar le avisé a mi padre sobre lo que había pasado con Kaira y aquellos tres vampiros. Al principio se enfadó con ellos por lo que habían hecho sobre todo cuando avisó a todos súbditos que la familia Grimmwolf era bienvenida a nuestro territorio, le conté que por impulso les había asesinado algo que hizo que mi padre se sorprendiese pero estuviera de acuerdo con mi reacción.

–No te preocupes. No creo que digan algo, pero si lo hacen les recordaré de nuevo el acuerdo y que los que no lo cumplan serán castigados con la muerte.

Al entrar de nuevo a la casa e ir al salón donde estaban todos, vi como Ellie le contaba a Kaira sobre cómo la salvé, y Kaira aprovechó para contar lo que le había pasado. Pero antes de que sus padres dijeran algo, mi padre les avisó que la situación se controlaría para evitar que pasase algo parecido a esto.

–No sabía que habías salvado a mi hermana. –me dijo Kaira sorprendida.

–No sabía que era tu hermana. –le respondí con una pequeña sonrisa. –Sólo vi una pequeña que necesitaba ayuda, y la ayudé.

–Igual que tú con mi hermana ahora. –dijo Ellie emocionada. –Has ganado el premio, hermana. Por que soy pequeña aún, sino te quitaba a Elnora.

Todos comenzamos a reírnos ante lo que había dicho y eso no hizo más que enfadar a Ellie, quién avisó que lo decía en serio, algo que nos hizo volver a reír pese al berrinche que estaba teniendo Ellie.

Decidimos empezar a comer, y como buenos anfitriones fuimos a la cocina para sacar los platos, los cuáles constaban de un guisado de carne con salsa, filetes de pollo rebozado con patatas fritas y algunos más. Nosotros por nuestra parte, mis padres tenían dos pequeños conejos para chuparles la sangre mientras que yo comenté que no tenía hambre.

–Yo traje algo. –avisó Kaira cogiendo la bolsa que había traído y de ella sacando un táper. Al abrirlo pudimos ver lo que parecía ser un filete pero era totalmente rojo, parecía gelatina además salía cuando lo pinchabas. –Es sangre coagulada, le di forma de filete para que se vea más jugoso. Espero que te guste.

No sabía qué decir. Kaira lo sirvió en un plato y me lo acercó, lo miré sorprendida y sin saber qué decir, nunca nadie había hecho algo así por mí. Corté un pedazo viendo que era espeso pero aún así parecía tener una textura suave. Lo comí sintiendo como se deshacía en mi boca haciendo que tragase la sangre.

La comida transcurrió entre bromas y algunas anécdotas por parte de ambas familias. Al terminar, todos recogimos e invité a Kaira a que pasara al que era mi cuarto cuando vivía con mis padres para hablar sobre su regalo.

–¿Cómo lo has hecho? –le pregunté una vez estábamos solas en la habitación.

–Bueno, fui con Hope a ver a un anciano que vive en nuestro Clan, es el más viejo por lo que tiene conocimiento de muchas cosas. Gracias a él conseguí un libro que escribió alguien anónimo sobre como darle más uso a la sangre, no sólo bebiéndola. –me explicó Kaira mirándome con una sonrisa, y me miró con comprensión. –¿Por qué bebes sangre en bolsas, Elnora?

Aquella pregunta me dejó congelada, desde siempre había sido muy cuidadosa con eso para evitar que cualquier persona que no fueran mis padres se dieran cuenta. No sabía si debía ser sincera con ella y contárselo o mentirle sobre el porqué. Dirigí mi mirada a Kaira y supe que debía contárselo, ella me miraba con cariño y comprensión, no había ninguna pizca de que me fuera a juzgar, habíamos pasado ya bastante tiempo juntas para saberlo.

–¿Elnora? –preguntó comenzando a preocuparse.

–Bebo sangre en bolsas...porque no quiero hacer daño a nadie. –murmuré con una sonrisa triste, miré el suelo por unos segundos antes de mirar a Kaira. –Desde pequeña he visto como los demás vampiros mordían a sus víctimas, y estas gritaban de dolor, me prometí a mi misma nunca morder a nadie. Al principio comencé a debilitarme ya que no que no quería sangre de ningún tipo, estuve a punto de fallecer debido al hambre al punto que casi ataqué a mis padres sólo por el instinto de morder para conseguir sangre. Algo que realmente me asustó, siendo aún una niña. Es por eso que mis padres en secreto contactaron con un familiar nuestro que trabaja en un hospital, por lo que desde pequeña él me manda al mes bolsas de sangre de gente que dona. Ahora pensarás que soy una débil y cobarde.

–No lo pienso. –dijo Kaira sin dejar de sonreírme con cariño. –Pienso que eres alguien muy valiente, tanto que luchaste contra tus propios instintos por algo que pensabas que era lo correcto. No eres débil.

–Soy una deshonra para el resto de vampiros, es por eso que lo mantengo en secreto. Si el resto de los vampiros se enterase de que su futura líder nunca ha mordido, sería una vergüenza además de que posiblemente hicieran una rebelión contra nosotros.

–Es por eso que no se enterarán. Te guardaré el secreto. Sería una mala prometida si lo revelara, ¿no? –comentó Kaira en broma haciéndome reír. –Desde el día que descubrí lo de las bolsas de sangre estuve pensando en algo que pudiera hacerte feliz, es por eso que muy a mi pesar le pregunté a Hope, ya que ella suele viajar mucho por el país.

–¿Por qué muy a tu pesar?

–Cuando le dije que estaba buscando un libro para cocinarte algo con sangre, no paró de molestarme, y lo sigue haciendo.

–Bueno, de agradecimiento te ayudaré a que no te moleste.

Ambas regresamos al salón donde Ellie nos recibió emocionada y me pidió volver a volar por la casa, algo a lo que no me pude negar y acabé volando por el techo del salón con la pequeña Grimmwolf en mi espalda a la vez que chillaba de emoción. Giré mi cabeza para comprobar que Ellie estuviera bien, y cuando miré al suelo pude ver a Kaira mirarme con una sonrisa cariñosa, ahí fue cuando sentí una conexión con ella, y por su mirada supe que ella había sentido lo mismo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top