Capítulo 20
Comencé a despertarme con un gran dolor de cabeza, extraño, nunca había sentido ningún dolor físico. Me levanté de la cama viendo que me encontraba en mi habitación, exactamente en la casa donde vivía antes de vivir con Kaira. Confundida salí de la habitación mientras miraba mi alrededor con extrañeza.
Estaba segura de que había ido a...¿Dónde?
Mis recuerdos eran difusos y no lograba recordar bien qué ocurría. Una vez llegué al salón pude ver a mis padres sentados en el sofá mientras hablaban algo emocionados, mi padre al verme sonrió y se acercó para darme un abrazo.
–Hija, me alegro de que estés aquí. –dijo con una gran sonrisa. –Tenemos una gran noticia para ti.
–¿El qué? –pregunté confundida y enseguida recordé a Kaira. –¡No hay tiempo! Debo encontrar el antídoto para Kaira, debemos salvarla de Troy.
–¿Troy? ¿Kaira? ¿Hablas de Kaira Grimmwolf? –preguntó mi madre confundida acercándose a mí. –Ya sabes que no nos relacionamos con los licántropos y estamos esperando una guerra.
–¿Guerra? No, no. Esto está mal.
–Hija, olvídate de ellos. La noticia es que te vas a casar con Ross, ¿no es maravilloso? Os conocéis desde pequeños y su familia es bastante buena, así que no habrá ningún problema.
–¿¡Qué!? –negué mientras me alejaba de ellos, quiénes se confundían. –¡Esto no es posible!
Al salir de la casa vi que estaba en mi territorio pero había algo raro en el ambiente. Caminé por la zona viendo como algunas personas me saludaban y felicitaban por el compromiso. Desbloqueé mi móvil viendo que no tenía los números de Alicia, Hope y Kaira, algo que me extrañó aún más.
–¡Hola Elnora! –me saludó Ross con una sonrisa. –¿Emocionada?
–No nos vamos a casar, Ross. Esto no puede ser verdad. –negué mientras me separaba de él.
–En cuanto nos casemos acabaremos con todos los licántropos. –sonrió y lo miré seria.
Me marché de allí escuchando a Ross gritar hasta que dejé de oírlo. Sentí que alguien me observaba pero lo dejé pasar. Corrí hasta llegar a la entrada del bosque donde pude ver a Hope ahogando a Alicia, me asusté al ver aquello por lo que me interpuse entre ambas haciendo que Hope se alejara y Alicia cayera al suelo recuperando el aire.
–¡Hope para! ¡Somos amigas!
–¿Amigas? Debes estar bromeando. Los licántropos nunca serían amigos de los vampiros ni mucho menos de humanos. –Hope me gruñó mostrando como sus ojos azules comenzaron a brillar con más intensidad.
–Debes escucharme. –le dije mientras la miraba fijamente.
–No escucharé nada de una vampira.
Hope se lanzó hacia mí con la intención de atacarme pero rápidamente la cogí de ambas mano para en un rápido movimiento darle una patada en el pecho haciendo que saliera despedida contra un árbol y cayera adolorida al suelo.
–Maldita... –dijo levantándose mientras me miraba con sus ojos azul brillante y enseñándo sus dientes.
–No me dejas opción, Hope.
Usé mi poder de hipnosis para hacer que se durmiera cayendo al suelo en cuestión de segundos. Me giré para ver a Alicia quién parecía asustada pero le intenté tranquilizar sonriéndole mientras le extendía una mano para ayudarla a levantarse.
–¿Estás bien? –le pregunté algo preocupada.
–Sí, gracias. ¿Qué sois? –me preguntó asustada pero sin alejarse de mí.
–Te lo contaré, pero debes prometer que lo mantendrás en secreto.
Tuve una especie de deja vú cuando Alicia me lo prometió y le conté la situación en la que nos encontrábamos, ella no entendía mucho pero se ofreció a ayudarme en todo lo que pudiera. Escuché a Ross gritar cerca de donde nos encontrábamos, él al verme con Alicia frunció el ceño y miró a la chica con desconfianza.
–¿Qué haces con la humana? ¿Le has ayudado? –me preguntó y asentí mirando a mi amigo, quién parecía molesto. –No debemos inferir, acabemos con ella. Los humanos no deben saber de nosotros.
–¿Qué te pasa? –me interpuse entre ambos y empujé a Ross lejos de Alicia, quién se agarró a mi camisa asustada. –Os estáis comportando todos muy raros, somos amigos.
–Nunca sería amigo de un humano. Estás muy rara, Elnora.
Quise seguir discutiendo con Ross pero reconocí el latido de un corazón, al girarme en su dirección vi a Kaira acercarse a Hope quién seguía durmiendo, me quedé mirando a Kaira hasta que vi como Troy también estaba con ella, fruncí el ceño mientras ambos me miraban con odio.
–¿Qué le habéis hecho a Hope? –gruñó Troy. –Lo vais a pagar, vosotros y la humana.
–No me tientes que te tengo ganas, y no de las buenas. –le gruñí a Troy pero Kaira se interpuso haciéndome enfadar aún más.
–No le hables así a mi novio, vampira. –me dijo Kaira haciendo que me sintiera mal por lo que oí. –Acabaremos contigo y con la humana.
–No... –susurré mirando el suelo para luego mirar a todos. –No sois reales. Mi Kaira nunca haría daño a ningún humano ni estaría con Troy. Ross tampoco atacaría a ningún humano ni Hope haría daño a Alicia. Todos sois falsos. ¡Alejaos de mí!
Con mis poderes creé una gran ráfaga de viento haciendo que todos salieran despedidos contra los árboles quedando inconscientes dejándome en pie viendo como todos gemían adoloridos en el suelo. Volví a sentir aquella extraña presencia a mi lado y cada vez parecía alejarse más, en un rápido movimiento cogí por el cuello a aquella persona que se había mantenido invisible durante todo el tiempo.
–¡Muéstrate! –gruñí mostrando mis colmillos.
La figura se reveló como una joven chica, su piel era grisácea además de que tenía varios cortes por el cuerpo estando cosidos. Su pelo era fino y largo de color negro con mechas blancas mientras que tenía heterocromía en sus ojos, siendo el derecho azul y el izquierdo verde claro. Vestía con ropa oscura y botas, ella me miró asustada mientras mantenía mi agarre sobre ella para evitar que huyera. Apreté mi agarre en su cuello causando que soltara un chillido de dolor al mismo tiempo que la levantaba del suelo con suma facilidad.
–¿Quién eres? ¿Qué les has hecho a mis amigos?
–Me gustaría responderte, pero ahora no es el momento. Debes despertar.
Antes de que pudiera reaccionar la chica chasqueó sus dedos e inmediatamente comencé a sentir mi cuerpo pesado, ella se liberó de mi agarre mientras me miraba con una pequeña sonrisa. Quise acercarme a ella pero caí de rodillas al suelo hasta que perdí el conocimiento.
No podía oír nada hasta que poco a poco comencé a escuchar algunas voces llamándome, pronto las identifiqué pero sentía el cuerpo pesado. Me costó abrir los ojos pero cuando lo hice la primera persona que vi fue a Alicia mirándome con preocupación junto a Hope y Ross, quiénes se encontraban detrás de ella.
–¡Elnora! –exclamó Alicia emocionada y me abrazó mientras comenzó a sollozar. –Como me alegro de que estés bien.
Observé el lugar donde me encontraba, parecía ser una cabaña por la decoración rústica que había. Parecía ser una casa bastante grande ya que podía ver unas escaleras que subían al piso de arriba. Miré a Ross y a Hope quiénes me miraban con una sonrisa a la vez que Alicia se separaba de mí sonriéndome y limpiándose las lágrimas.
–Me alegro de que hayas despertado. –dijo la chica que había en mi sueño, ella me veía con una sonrisa inocente mientras comencé a molestarme.
Intenté levantarme para atacarla pero Alicia colocó sus manos en mis hombros para evitar que lo hiciera mientras negaba y me susurró que me tranquilizara. Unos segundos pasaron cuando una señora entró en la habitación; ella vestía con un vestido verde de terciopelo con dibujos celtas, tenía el pelo rojizo y sus ojos eran de un azul claro.
–Siento lo que habéis tenido que afrontar, pero no suelo dejar que nadie entre en mi bosque sin ver primero como es realmente. Soy Salem. –se presentó la mujer dándonos una pequeña sonrisa.
–No entiendo, ¿Afrontar? –pregunté confundida hasta que me di cuenta. –¿Te refieres al sueño?
–Así es. Cada uno habéis afrontado una situación, la peor para cada uno. Quería saber hasta dónde podríais llegar, debo sorprenderme ya que habéis tenido sueños similares. Me sorprende que los cuatro queráis la unión entre las especies. –explicó Salem sentándose en una silla a mi lado.
–Es lo mejor, un sitio en paz con todos. –dijo Hope con una pequeña sonrisa viendo a la bruja.
–¿Nos podría ayudar? Tenemos a una amiga envenenada. –pidió Alicia mirando preocupada a Salem.
–Nunca vi a varias especies unidas por una causa, es algo sorprendente. Os ayudaré. Mientras estabais en la prueba me tomé la libertad de leer vuestros pensamientos y supe a qué habíais venido.
Sentí que invadió mi privacidad pero dejé pasarlo dado que nos estaba ayudando. Acompañamos a Salem a una especie de habitación donde tenía varios instrumentos de química, diversas plantas y objetos. La chica que apareció en mi sueño entró en la habitación con una pequeña sonrisa mientras le daba un libro a Salem.
–¿Y ella es...? –preguntó Ross viendo detenidamente a la chica, quién hizo una mueca al ver que la mirábamos.
–Soy Jadestein pero me podéis decir Jade, soy la asistente de Salem. –se presentó la chica con una pequeña sonrisa.
–Ella fue creada hace siglos con diversas partes de personas, como el conocido Frankestein. –explicó Salem abriendo el libro al mismo tiempo que pasaba algunas hojas hasta detenerse en una. –Para hacer la cura necesito la flor Irinilla. Es una planta que tiene grandes propiedades curativas para diversas enfermedades, además de que necesitaré tu sangre Elnora.
–¿Cómo dice? –pregunté sorprendiéndome de su petición. Me crucé de brazos mientras me apoyaba en la pared viendo a la bruja.
–La sangre de los vampiros poseen propiedades curativas, es por eso que tenéis el factor de la curación y sois inmunes a todas las enfermedades.
–Si juntamos ambas cosas podremos crear el antídoto que salvará a amiga. –continuó explicando Jade con una tímida sonrisa y jugando con sus dedos mientras nos veía. –Sé donde está la flor, os puedo llevar.
–Haré lo que sea por Kaira. Iré contigo. –dije acercándome a la chica al igual que Hope y Ross.
Alicia quiso venir con nosotros pero Ross la convenció para que se quedara con Salem ayudándola. No parecía muy conforme pero la bruja consiguió que le ayudara con la preparación de la poción, algo que la emocionó al ver magia real. Sonreí mirando la escena antes de caminar junto a mis amigos y a Jade para buscar la flor.
Aguanta Kaira, pronto tendremos el antídoto.
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