Capítulo 12
–¿Podemos ir a esa? –preguntó Hope señalando una gran piscina que creaba grandes olas haciendo que la gente chillara.
–Me parece interesante, vayamos. –Ross estuvo de acuerdo sonriendo viendo la atracción.
–¿Te parece bien? –le pregunté a Kaira, quién se había mareado un poco en la última atracción.
–Sí, vamos. –me sonrió.
Esperamos una cola de unos veinte minutos hasta que las personas que habían dentro salieron para entrar otras cuarenta, habían personas limitadas para evitar accidentes. Nadamos hasta la mitad de la piscina para no estar cerca de los bordes ya que ahí se amontonaban las personas, y por las olas nos moveríamos bastante de sitio.
–¡Esto es genial! Por cierto, ¿Qué te parece mi bikini? –le preguntó Hope a Ross posando.
–Te quedaría mejor si no fueras tan plana.
Vi como los ojos de Hope brillaron de un azul intenso al mismo tiempo que se agachaba para coger a Ross de una pierna y lanzarlo por el aire haciendo que cayera de plancha contra el agua, haciendo que Kaira y yo hiciéramos un gesto de dolor.
–Mamá esa chica es muy fuerte. –señaló un niño pequeño a su madre, quién parecía sorprendida de que mi amigo saliera volando unos metros hacia el cielo.
–Maldita seas, perra asquerosa. –se quejó Ross acercándose a Hope, quién simplemente sonreía.
–Eso te pasa por no respetar, y ser desconsiderado.
–Señor, su novia es muy fuerte. –le dijo el niño a Ross haciendo que mis dos amigos se sonrojasen.
–Ella no es mi novia. –masculló Ross y Hope negaba con energía.
La señora se llevó a su hijo para evitar que hiciera más preguntas haciéndonos reír a Kaira y a mí mientras mis dos amigos se miraban con odio. La atracción comenzó a funcionar haciendo que la gente chillara, buceamos un rato al mismo tiempo que las olas movían de lugar haciéndonos reír.
Salí del agua después de que la última ola nos engullera a todos cuando vi a Kaira algo preocupada mientras se cruzaba los brazos sobre su pecho, había algo extraño por lo que me fijé más hasta que me percaté de que no tenía la parte de arriba, seguramente se le habría caído con la última ola.
Antes de que pudiera pasar algo me acerqué a ella usando un poco de mi velocidad, Kaira me miró preocupada y luego pasó a verse sorprendida cuando la abracé hacia mí para evitar que alguien la viera así.
–¿Elnora? –susurró en mi oído.
–Te ayudo. No te preocupes.
Al ver que ya había pasado la última ola supe que tenía algo de tiempo, comencé a revisar la piscina hasta que vi la pieza flotando cerca de uno de los sumideros. Apretando a Kaira contra mí le indiqué que nadase todo lo rápido que pudiera para llegar a la pieza, era difícil ya que estábamos pegadas una a la otra y esquivando a la gente.
Estaba a punto de agarrarlo cuando la siguiente ola salió haciendo que nos sumerjamos, guie a tientas a Kaira para que enrollase sus piernas en mi cintura al mismo tiempo que rodeaba su espalda con sus brazos para darme más libertad. La sujeté con mi brazo izquierdo rodeándola por debajo de la zona de las axilas para evitar que la vieran mientras que me impulsaba con toda mi fuerza por debajo del agua hacia la pieza de ropa.
Los pechos de Kaira contra mí hizo que me distrajera un poco pero no era momento de pensar en esas cosas. Justo antes de que un sumidero se lo tragara pude cogerlo, aunque al sacar la mano rápido hizo que me cortara. Una vez salimos a la superficie nadé hacia una esquina que no había nadie, rodeé a Kaira con mi cuerpo para que se colocara su pieza y una vez lo hizo me avisó.
–Gracias Elnora. –me agradeció con una sonrisa y algo sonrojada. Me quedé mirándola embobada pero me sacó de mis pensamientos cuando tomó mi mano herida. –Te has hecho un corte.
–No te preocupes, con un poco de sangre sanará. Los vampiros al beber sangre tenemos una habilidad de curación increíble, y también de regeneración, pero eso es para los vampiros más avanzados. –le expliqué intentando tranquilizarla.
–Creo que tengo algo que te servirá, sígueme.
Salimos de la piscina y caminamos hacía donde teníamos las taquillas, allí habíamos dejado todas nuestras pertenencias de más valor para no perderlas. De su mochila Kaira sacó un pequeño recipiente, el cuál me entregó y al abrirlo pude ver que era sangre en modo gelatina.
–La he llamado sangre gelatinosa, suena bien, ¿verdad? –me dijo con una sonrisa y la miré sorprendida, no me lo esperaba. –Lo traje por si acaso lo necesitaras, al final he hecho bien.
–Gracias. –le agradecí y me llevé un trozo a la boca, saboreando como la gelatina se deshacía en mi boca. –Está deliciosa.
Kaira me sonrió y nos sentamos mientras me lo comía, una vez terminamos tiré el recipiente a la papelera y salimos de nuevo en busca de nuestros amigos. Regresamos a la atracción pero no los encontramos, así que decidimos dar una vuelta por el lugar para ver si los veíamos. Al final decidimos subirnos a una montaña rusa donde habían sitios donde pasabas por debajo del agua.
–Pensé que las atracciones como esta no te gustaban. –le comenté mientras me ponía el cinturón de seguridad.
–Y no me gustan mucho. Pero si estás conmigo no me va a pasar nada.
–¡Qué bonito! –gritó la señora que había sentada detrás nuestra haciéndonos reír.
La atracción fue bastante divertida sobre todo por los gritos de las personas, y de una niña que se hacía la valiente pero conforme el vagón subía borró su sonrisa para luego comenzar a chillar cuando cayó a toda velocidad por los raíles. Kaira por su parte me abrazó por un brazo mientras chillaba también y yo me reía.
Al bajarnos de la atracción caminamos un rato hasta que el calor nos pudo y nos subimos a otra atracción que era más tranquila, era un pequeño circuito cerrado donde te llevaban en una balsa redonda. Tuvimos suerte y fuimos solas sentándonos una frente a la otra mientras nos relajábamos. Me coloqué mejor la gorra mientras que Kaira parecía disfrutar de tomar el sol cerrando los ojos, la imité durante unos minutos hasta que sentí como me lanzaba agua mojándome un poco, la miré y vi a Kaira mirarme con una sonrisa divertida.
–Lo siento, te vi demasiado cómoda. –me dijo volviendo a salpicarme.
Observé que nadie me viera para realizar unos gestos con mi mano derecha mientras Kaira me miraba confundida, poco a poco una pequeña nube comenzó a formarse encima de la cabeza de ella para a los segundos comenzar a llover, haciendo que Kaira chillase sorprendida.
–¿Pero qué?
–Las cosas hay que hacerlas bien. –le respondí con una sonrisa mientras seguía usando mis poderes.
–Bien bien, perdón.
Dejé de usar mis poderes haciendo que la nube se desvaneciera a los segundos, me sentí algo cansada pero no era nada que pudiera manejar. Cuando llegamos al final me levanté para salir pero Kaira me empujó cayéndome al agua, al salir la vi riéndose a la vez que me mostraba la lengua haciéndome sonreír.
Pero mi sonrisa se borró cuando vi como el chico ayudaba a salir a Kaira con una sonrisa boba, haciendo uso de mis poderes salí de un salto del agua sorprendiendo a la gente, y antes de que el chico pudiera reaccionar le puse la zancadilla haciendo que se cayese al agua.
–Parece que el suelo está resbaladizo por el agua, hay que tener cuidado. –dije en voz alta para que el resto de personas me oyeran.
Antes de irnos miré al chico como salía con dificultad del agua totalmente empapado, y algunas personas riéndose. Cuando me giré vi a Kaira mirarme de brazos cruzados mientras me sonreía y alzaba una de sus cejas.
–¿Qué? Se ha resbalado. –dije de forma inocente.
Seguí caminando con Kaira a mi lado, aún con la sonrisa en su rostro. Regresamos a donde teníamos las taquillas para cambiarnos de ropa y regresar al hotel, esperando encontrarnos con Hope y Ross a quiénes habíamos perdido de vista. Nos cambiamos de ropa, y mientras esperaba a Kaira que fue al baño estuve mirando el móvil, vi un mensaje de Ross diciendo que ellos dos habían ido al hotel a descansar.
–Ross y Hope están en el hotel. –le anuncié a Kaira una vez salió. –¿Vamos?
–La sigo, señorita Vatore.
Salimos del parque de atracciones cuando al salir vimos un panfleto de un espectáculo de luces que harían por la noche en la fuente principal al lado del puerto. Kaira pareció emocionada por querer ir y busqué en la página para reservar algún hueco, con la sorpresa de que todas las entradas habían sido vendidas.
Kaira se desilusionó pero dijo que le daba igual, aunque yo sentía que no era así como ella decía. Pedimos un taxi para ir al hotel, y al cabo de media hora llegamos sin ningún problema. Entramos en nuestra habitación, y le indiqué a Kaira que se duchara ella primero mientras yo iba a hablar con Ross.
–Ross. Ross. Ross. –le llamé tocando a la puerta simultáneamente hasta que abrió.
–¿Quién te crees ahora, Penny? –me preguntó burlón dejándome pasar. –¿Qué ocurre?
–Hay un espectáculo de luces esta noche. –le empecé a contar. –Y he pensando en llevar a Kaira a verlo.
–O sea quieres pedirle una cita. –dijo Ross sentándose en su cama y cruzando las piernas.
–¿Una cita?
–Sí, ya sabes. Algo que le pides a persona que te gusta para ir a un sitio, estar hablando, besarse...
–Sé lo que es una cita, Ross. –le respondí cruzándome de brazos. –Sólo...que no sé si es lo correcto.
–¿Sigues dudando? –me preguntó y asentí. –Wow, la gran Elnora Vatore teniendo dudas.
–Ross. –me quejé haciéndole sonreír.
–Voy a hacerte una pregunta, y quiero que me respondas con sinceridad. –me habló con seriedad. –¿Te gusta Kaira?
–Sí. –admití sin dudar.
–Eso es todo lo que necesitas saber. –me dijo y le miré confundida. –Con saber que te gusta es suficiente. Ella te gusta, tú le gustas. Además que la química que tenéis es increíble, os cuidáis mutuamente, os apoyáis. No sé qué más puedes necesitar, Elnora. Lo tienes todo. Sé valiente y pídele una cita. No me gustan los licántropos, pero al verte tan feliz con Kaira no puedo negarte esa felicidad, además debo admitir que me caen bastante bien, tenía demasiados prejuicios sobre ellas.
–Gracias Ross. –me acerqué a él para abrazarle, y el igual.
–De nada, colmillos.
Ross dejó que me duchara en su habitación por lo que fui a la mía un momento para coger algo de ropa. Después de ducharme y vestirme con unos pantalones vaqueros negros, unos botines y una blusa blanca de tirantes, salí del baño viendo a Ross tumbado en su cama viendo la televisión.
–¿Y Hope? –pregunté al no saber nada de ella.
–Se fue a comer a la cafetería y a dar una vuelta, quería explorar esta ciudad. –me avisó sin despegar su vista de la pantalla.
–Voy a mentalizarme para invitar a Kaira. Deséame suerte.
–Suerte Elnora. Ya verás que va a salir todo bien.
Salí de la habitación de Ross para ir a la mía, dónde Kaira había salido ya y estaba vestida con unos pantalones cortos y una camisa blanca con rayas negras horizontales, y en el pecho un dibujo de una nube con un arcoíris. Me quedé mirándola fijamente hasta que tomé valor para acercarme a ella y preguntarle, esperando que aceptase.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top