Capítulo 7: La verdad al alcance de un beso

¿Cómo iba averiguar sobre su propósito? Tenía que pensar mucho hacia dónde dirigir las conversaciones, que leer, que averiguar, porque su paradero era incierto en los libros, cuando desapareció la historia quedó escrita de esa manera y no cambiaría hasta que él volviera ¿Volvería en realidad?

Estaba absorto en ese tipo de pensamientos cuando una mano violentamente golpeó la superficie de mármol negro.

—¡Buenos días Kim! — sonrío radiante al ver cuan afectado estaba el muchacho, el respingo en el taburete era signo que se había asustado —¿Sabias que esa es una forma común de saludar por aquí?

SeokJin colocó una mano en su pecho mientras fruncía el ceño, si las miradas mataran Jeon estaría en el suelo. Trato de desviar la atención hacia otra cosa pero Jungkook estaba en la cocina del penthouse con pantalones deportivos grises que se ajustaban a su cadera y le daban forma a su trasero y muslos. Estaba despeinado con los ojos aún más rasgados por el sueño y el torso desnudo. El príncipe heredero sintió que su pene se endurecía, no podía ser por lo estaba viendo ¿O sí? ¡Eso no podía ser cierto! ¡A él no le podían atraer los hombres! ¿Pero cómo saber si eso era cierto si ni siquiera lo había probado? "La verdad al alcance de un beso" pensó con angustia.

Tratando de mantener la compostura bajó la vista a sus manos sin darse cuenta que Jungkook lo miraba de reojo. Sonrío con sarcasmo y abrió el refrigerador él o era un monje y estaba conciente que era un muchacho atractivo o más con su cabello atado y con hebras casualmente despeinadas hacia los costados de su rostro ¿Quién diría que el americano no se estaba follando a ese muñeco, viviendo 24/7 bajo el mismo techo?

—Voy a hacerme desayuno —dijo aclarándose la garganta para evitar pensar en sexo, otra vez— y como lo único que tienes delante de ti es una pobre taza de té, supongo que no sabes ocupar todos los artefactos sin la presencia de un adulto.

—No soy un niño —susurró.

—Te preparé el desayuno y espero que me lo agradezcas de rodillas porque estará delicioso.

Jungkook pulsó algo en una pantalla que estaba puesta en un rincón de la pared, cuando una canción llenó el ambiente desde todos los ángulos posibles. Se mordió los labios para no gritar fascinado de aquel acto que consideraba como magia. Miró de nuevo su taza aún con la sonrisa de labios sellados en su boca. ¿Cómo sería el guerrero del siglo 18? ¿Qué nombre llevaría? Estaba viendo la reencarnación de ese hombre, alguien humilde  y servicial, convertido 300 años más adelante en un egocéntrico y famoso modelo.

Un atractivo egocéntrico.

—Señor Jeon ¿Puedo hacerle una pregunta?

—Dispara —murmuró concentrado en las tortillas de huevo que colocaba junto al pan tostado, sí, sus desayunos seguían siendo como en Estados Unidos. SeokJin miró con el ceño fruncido hacia todas partes ¿Donde había un arma? Ante el silencio gruñó— me refiero a que hables ahora.

—Sí, sí... señor Jeon ¿Alguna vez ha soñado algo relacionado con espadas? ¿Cómo si usted fuera un guerrero? —Jeon soltó la cuchara de madera antes de voltearse.

—Sí, he soñado pero no te interesa y... ¿Por qué preguntas esas cosas? —sacó la leche del refrigerador.

En un plato habían tortillas de huevo, en otro plato pan tostado en rodajas, miel, galletas, leche en vaso y jamón en pavo. Gustoso el príncipe agradeció por la comida y con la misma ceremonia que armaba siempre, tendió un paño de cocina sobre su regazo, acomodó las cosas y se dispuso a comer. Jeon lo miraba curioso ¿Cómo podía ser tan correcto en todo?

Cuando se acabaron la comida, SeokJin alzó la vista sorprendido de sentir aquel hombre a su lado pero abrió sus labios con torpeza cuando estiró una mano y pasó un pulgar sobre su labio superior. La pequeña caricia de sintió como un rastro de fuego. Mierda.

—Tienes la... mala costumbre de ensuciarte la boca con pastel — susurró antes de apartarse y hablarle desde la puerta de la cocina. Se estaba salvado a sí mismo de no devorarle la boca ¡Joder! Necesitaba salir a tener sexo antes de perder la compostura— alístate, debo hacer algo respecto a mi trabajo pero no puedo dejarte aquí.

—¿Con qué motivó señor? —su voz sonó insegura y su piel se tornó pálida— ¿Quiere deshacerse de mí?

—Desde que llegaste "muñeco", pero firmé un contrato donde me obligas a pasar tiempo contigo ¿Lo olvidas? —guiñó un ojo y desapareció.

Durante el camino a Jungkook le fue imposible dejar de mirar a ese muchachito. La manera en la que observaba a su alrededor con la sorpresa en sus ojos y como apretaba sus rodillas le decía que seguía extasiado con las nuevas. A veces se veía con tacto carácter, otras veces parecía un conejito al que le pudiera hacer daño, no sabía qué lado tomar de eso muchacho y la curiosidad hormigueaba su estómago por que sabía que el proceso de conocerlo podía darle sorpresas.

—Lo que sucederá ahora es que —decidió acabar con el silencio mientras manejaba— con mi abogado estamos buscando un nuevo representante, la reunión es en una oficina cerca de aquí.

—¿Existe la posición de que pueda ausentarme de eso? —Jeon frunció el ceño— necesito... pensar, caminar, siento que puedo aprovechar más tiempo de esa manera —mordió su labio inferior ansioso.

Ahora que estaba en el centro de Seúl podía buscar respuestas para entender por qué había dejado en el tiempo, no importaba el lugar, tal vez la inspiración llegaría desde cualquier detalle. El modelo inmediatamente aparcó en la orilla autorizada más cercana ,no había apagado el motor, solo estaba meditando con las manos en el volante.

—te recuerdo que una vez te extraviaste —gruñó— no quiero ser tu niñero.

—Y yo no quiero ser su bebé para que me cargue a su lugar de trabajo —cruzó sus brazos— señor Jeon, tengo 19 años, tengo un teléfono para comunicarnos, puedo probarle que he aprendido bastante.

Después de unos segundos el modelo no puedo hacer otra cosa que menear el rostro mientras mordía su dedo índice, el "psicópata" había sonado como un pequeño caprichoso y no pudo más que encontrarlo adorable. Tosió, le quitó el seguro al vehículo e indicó hacia afuera.

— si te pierdes no iré por ti a la estación de policía.

Kim SeokJin se quitó el cinturón de seguridad antes de bajarse, pero antes de cerrar la puerta y inclinó el rostro para ver a ese hombre de cabello sedoso.

—Señor Jeon, sé que ausentarme de dicha reunión pero quisiera darle un consejo —Kook asintió— no contrate a la primera persona que le parezca de confianza, revise bien sus antecedentes, no quiero ser negativo ni arruinar sus ánimos pero espero que no vuelva a tener la desdicha de lo que estafen, otra vez — "Estoy acostumbrado a lidiar con ministros hipócritas, si supiera que el príncipe le está dando este consejo debería tomarlo" pensó recordando cuan bien sabía leer a los mentirosos —suerte.

Una vez que vio el auto perderse en el horizonte, voltio hacia la calle, Introdujo las manos en sus bolsillos y camino con calma mientras admiraba las cosas.

Sí, Hanseong se había convertido en Seúl, no había nada que podía parecerse hace 300 años aunque había leído en internet que aún se mantenían palacios, incluyendo el de Changdeokgung. Suspiró, Aún no se sentía preparado para poner un pie en su hogar cuando ya no era suyo, otras personas habían tomado lugar en él. Confundido siguió caminando, la manera en que lo hacía, su peinado, Incluso la manera exquisita en la que se había vestido, más de alguien creía que se trataba de un niño chaebol de Gangnam o un modelo.

Entrecerró los ojos cuando vio una tienda de velas aromáticas, pero no fue la forma y colores que había adoptado la cera lo que llamó su atención, un letrero su costado lo hizo.

— ¿"Psicología gratuita"? —al buscar el significado de la palabra en internet no dudo en entrar a la tienda. Todo estaba en silencio, los colores apostados de forma armónica lo hizo suspirar, el olor acariciando el ambiente, sí, se sintió tranquilo.

—Dígame ¿En qué puedo ayudarlo?

Un hombre que había estado tranquilamente pintando un cuadro tras el mostrador se voltio con una sonrisa, el aura que emanaba era tan apacible como todo lo que lo rodeaba. Era alto, tal vez del tamaño del señor Jeon, salvo porque tenía su cabello teñido y no parecía irritado. Era guapo.

—Dis... disculpe pero ¿Dice afuera psicología gratuita? ¿Usted escucha problemas?

El dueño de aquella tienda retrocedió dos pasos antes de observarlo fijamente, de un segundo a otro algo se descompuso en su rostro como si leyera cosas que no estaban escritas en un papel. "El amor unido por una tragedia" susurró.

—Hago mucho más que eso, pase por aquí y atenderé sus dudas —tendió su mano con cortesía, de esa que ya casi no existía y que tan bien Kim SeokJin apreciaba— disculpe por no presentarme con antelación pero mi nombre es Kim Namjoon.

Cuando entra en aquella sala el hombre le indicó que se sentara sobre unos cojines que rodeaban una mesa de caoba pequeña. La  iluminación era de tenue gracias a un par de velas apostadas estratégicamente en las esquinas,  juntas creaban un ambiente de misterio y favorecerían la concentración de las personas.

El hombre se sentó frente suyo con la espalda erguida, parecía como si quisiera leer su mente. Trago saliva nervioso, algo dentro desde el rincón de su mente le gritó que este era el lugar que debía cruzarse.

—Luce muy ansioso pero quiero que se quede tranquilo, no estoy aquí para juzgarlo, muy por el contrario —cerró los ojos y los abrió— ¿Qué necesita saber? Por favor hable con plena confianza, incluso si cree que es algo por lo que lo podrían llamar loco.

SeokJin trago saliva, se sentía desnudo bajo esa mirada brillante. Las luces de las velas moldeaban su rostro y le daban un aspecto más enigmático.

—No sé cómo decirlo con palabras...

—Entonces voy a aplicar algo — sacó un mazo de cartas con un aspectos distinto y las abrió en un arco sobre la superficie— antes de de empezar no quiero que se confunda, no soy tarotista, ni medium, no veo gente muerta ni leo la mente, simplemente soy un psicólogo recién titulado y esto —indicó las cartas— me lo enseño mi abuela, ella manejaba este tipo de cosas y situaciones, era un chamán muy respetada por los campesinos de Busan... por favor escoja tres cartas con la mano izquierda y déjelas bocabajo.

SeokJin se mordió los labios antes de hacerlo, estas cosas no existían en Joseon pero si existían las mujeres chamanes, aquellas con el don de ser intermediarias entre el mundo de los espíritus y el plano humano. Asintió una vez que terminó, acto seguido aquel hombre de cabello oscuro las volteo, no entendía qué significaban.

— esto simplemente me dará una pauta para preguntarle cosas —tocó la primera carta— un hombre tocando su reflejo a través del espejo, esto nos revela que en algunas ocasiones hay una versión de nosotros mismos el tiempo/espacio —tocó la segunda carta necesitaba escoger las palabras correctas para no arruinar nada— esto indica la pérdida de algo muy importante —tocó la tercera carta— Y esto es un amor sin límites... —meneó el rostro— esto está relacionado directamente con lo que usted busca señor Kim, ha leído sobre la teoría de "¿Entre el tiempo y el amor"?

Los ojos del muchacho se abrieron mucho más, la respiración se volvió irregular, si no leía la mente ¿Cómo podía saber que su apellido era así cuando no se había presentado? asintió con dificultad. ¡Cómo podía saber lo de la teoría!

—Co... ¿Cómo lo sabe?

—Su lenguaje corporal me dice mucho no puede entrar en detalles señor pero —tocó su cabeza — si bien no hago nada de las cosas que le mencioné, sabía que esto pasaría porque me lo advirtieron, he tenido sueños recurrentes con su historia y lo que vendrá ¿Debo decir que algunas cosas se heredan? Podría culpar a mi abuela.

—Señor Kim Namjoon —sus ojos brillantes y las lágrimas empezaron a formarse en ellos— si... su usted sabe como puedo volver...

Hizo una señal para que cesara las palabras que salía como casca de su boca. "Amor unido por una tragedia" se repitió Namjoon con el ceño fruncido.

—Usted señor Kim busca respuestas del tipo ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Para qué? tenga en cuenta cosas, cosas como que todo es por algo, todo tiene un propósito y cada una de las personas que conocemos aunque sea unos minutos tienen un significado en nuestra vida —indicó la puerta— ¿Por qué llegue a él? se pregunta usted.

— me estoy volviendo loco —sollozo— la persona con la que vivo es un hombre reencarnado.

Kim Namjoon se irguió mirándolo desde su altura, luego camino hacia un mueble y sirvió dos tazas de té, había esperado este momento por mucho tiempo y ahora que ocurría debía manejarlo con tacto.

—Recuerde la teoría "Entre el tiempo y el amor" y compárela con las cartas que ha sacado ¿Qué dice la teoría? —la barbilla de SeokJin temblaba, no quería asustarlo, simplemente quería que el muchachito trabajarla mente y buscara las respuestas.

—Que dos personas que no pudieron amarse vuelven a nacer, pero que si por capricho del destino si una persona viajara través de los tiempos, ya se hacia al pasado o hacía el futuro, y cae justo cuando en la época que su otro yo existe, uno de los cuerpos dejaría de estar consciente porque el alma no puede estar duplicada. El... el alma es una sola...

Príncipe heredero sentía que su cabeza iba explotar, mas solo se quedó observando las cartas para grabarlas en la mente, había mucho que deducir, mucho que pensar pero el propósito de su viaje en el tiempo y el si volvería o no estaba allí frente a sus ojos, solo que no lo sabía.

Kim Namjoon era un hombre con una vida normal pero su instinto le pidió a gritos tomar prestada la tienda de una amiga porque "el momento del encuentro" podía llegar. No le gustaba este tipo de cosas pero si su abuela le había advertido que sería un instrumento para hacer feliz a otros, debía aceptarlo con respeto. Además, podía utilizar su profesión como medio para darle consejos.

—Podría darle respuestas a todo pero si lo hago terminaría arruinando su vida de formas que usted no imagina, todo debe buscarlo por su propia cuenta aunque... me tomaré la libertad de darle un consejo importante —acaricio los mechones de su cabello que no alcanzaban a ser sujetos— "la verdad al alcance de un beso".



-Muñeco: por favor regrese al departamento sin mí. 13:03

Voy a darme un tiempo para mí mismo y espero no sea regañado por ello. 13: 03

Dejo el teléfono tirado sobre el sofá mientras se acostaba mirando el techo de su Penthouse. no había tenido tiempo de revisar el teléfono pero ahora que lo hacía se sentía disgustado con la situación. Miró el número de sus contactos y pensó por un segundo en llamar a una o uno de los modelos para tener un buen polvo, pero ni siquiera eso lograba animarlo.

Ahora estando solo podía disfrutar de lo que tanto había deseado "soledad" pero ¿Por qué se sentía bien con eso? Tal vez porque había pasado más de un mes conviviendo con ese muchacho y estaba acostumbrado a saber que estaba su presencia dando vueltas o encerrado en su habitación.

—Soy un hombre de 28 años independiente y que no cuida a nadie —frunció el ceño— sin embargo estoy aquí pensando porque no has querido volver, preocupado y fastidiado —miró la caja que dejó sobre la mesa de centro.

¿Cómo había llegado a una tienda para comprarle un pastel al "psicópata"? No sabía cómo agradecerle con palabras por su consejo y salvarlo así de una estafa, mas,  sabía que amaba las cosas dulces, podía  premiarlo de esa manera.

Sus párpados empezaron a pesar y el sueño a dominar. Todos los días siempre tenía cosas que hacer respecto a su trabajo como modelo pero hoy tenía toda la tarde libre, no tenía hambre y solo cansancio. Adoptó una posición fetal antes de abrazar un cojín y sentir que el mundo a su alrededor desaparecía.

Al salir el modelo miró hacia todas partes agitado, el césped y la tierra seguían mojadas pero eso no era suficiente para calmarlo, algo extraño está pasando. Sus ojos estaban reparando en todos los detalles posibles pero cuando creyó rendirse algo identificó contra el muro del edificio. El "bulto" era una persona en una menuda posición fetal llena de lodo y con la ropa dispersa.

—No, no... no —asustado peinó su caballo hacia atrás. No había que ser un genio para darse cuenta que esa persona no era un indigente, no era montón de ropa desechada ¡Era el psicópata que había lanzado a la calle!

Aturdido se sentó mientras escuchaba la melodía de su teléfono, no supo cómo terminó contestando, no capto el mensaje pero puedo escuchar desde el fondo la risa de su madre diciéndole que llamaría más tarde porque no quería lidiar con un borracho. Frunció el ceño después de bostezar ¡Él estaba borracho! ¡Acababa de despertar! Después de percatarse del reloj supo que había dormido 3 largas horas. Una siesta reparadora.

Incluso había soñado con Kim SeokJin el día que lo había conocido

—¿Psicópata? Él no mata ni una mos... ¡Mierda!

Grito cuando lo vio sentado de piernas cruzadas en el suelo con el dedo hundido en el pastel y los labios llenos de crema. El muchacho tenía los ojos lleno de lágrimas pero comía como si con eso pudiera ahogar alguna cosa.

—¿En qué momento llegaste acá? —frunció el ceño— ¡Kim SeokJin!

—Que importa cuan... cuando haya llegado... yo... yo no puedo volver—su cuerpo se remeció completo ante un hipo. Jeon olfateó el aire ¡Estaba borracho!— yo no sé nada.

—Bebiste ¡¿Bebiste solo?! — camino hacia el con disgusto y apartó el pastel con violencia— si te comes todo esto solo te enfermaras del estómago.

El príncipe de la corona vio angustiado como el pastel y ese hombre desaparecían en la cocina, parpadeó lentamente un par de veces antes que lo viera regresar y sentarse en el suelo frente suyo.

Tenerlo cerca le daba la oportunidad de contemplar los detalles de su rostro, las forma de sus ojos, sus mejillas, una piel si rastro de barba, un philtrum marcado que finalizaba en labios llenos. Tenía que descubrir por qué había viajado para él, por qué el guerrero del pasado y su reencarnación se conectaban, qué era eso de la pérdida de algo muy importante y donde encajaría el amor sin límites.

—¿Por qué te emborrachaste? ¿Quién te hizo daño? —Jungkook bajo el tono de su voz, podía soportar que una legión de fans lo admirara, estar frente a cientos de cámaras,  pero los ojos desenfocados, brillantes y lleno de lágrimas ese muchachito lo hacía sentir inquieto en muchos sentidos. Acercó su dedo para retirar los restos de pastel, era una combinación fatal con sus mejillas sonrosadas y su cabello atado— es mejor que te limpies.

—Señor Jeon —susurro dejando que su cuerpo hablara por sí solo— ¿Realmente no es malo cuando un hombre tiene sentimientos por otra hombre?

—No voy a hablarte de amor porque no sé lo que es amar —lamió su pulgar con la crema que había sacado de las comisuras labiales de Kim SeokJin —pero no, "muñequito", no hay absolutamente nada malo si un hombre gusta de otro hombre.

"¿Y si el guerreo era el hombre que yo debía amar?" Pensó aturdido y luego observó a Jeon Jungkook. Se sentía exhausto de muchas maneras, agobiado porque no sabía cómo volver a Joseon, temor de descubrirse a sí mismo, temor de sentirse con la personalidad reducida, temor de morder la manzana prohibida y no remediar el pecado.

Sin embargo recordó a aquel enigmático hombre llamado Kim Namjoon y sus palabras.

—Esto no va a gustarme en absolu... luto—tragó saliva, inquieto.

Sin entender qué estaba pasando, Jungkook observóobservó como SeokJin extendió su mano hacia él y terminaba posándola sobre su mejilla. Un contacto inocente que se tornó peligroso como el infierno en cuando el muchachito toco los labios del señor Jeon con sus dedos fríos. El contrataste de temperatura y textura, la mirada necesitada del "psicópata".

—¿Qué haces pequeño? —susurró.

Pero no respondió, Kim SeokJin emplazó la caricia esos dedos con su propia boca en el momento preciso cuando ambos gimieron  excitados. "Esto no me gusta, esto no me gusta" trato de gritarse en el interior pero su cerebro no estaba conectado, no estaba allí, solo le pedía chupar esos labios llenos y saborear cuanto pudiera.

Jungkook, que se había prometido no cometer una locura con el "psicópata", no puedo hacer más que abrazarlo por la cintura y sentarlo sobre sus muslos para que el muchacho lo abrazara con sus piernas.

Sus lenguas se encontraban calientes y húmedas en un baile ávido e inteligente. Esto no era como los besos que él tenía en su basta experiencia, esto era jodidamente mejor. SeokJin mordió su labio inferior gimiendo y enredando sus dedos en el cabello sedoso y castaño de ese modelo. Quería hacer el beso más profundo, más sucio, quería hartarse, quería comprobar que era asqueroso pero estaba recibiendo de una deliciosa manera una respuesta al porqué se sentía diferente.

Jeon sostuvo al muchacho de su cabello y lo desató con insolencia para poder tirar de él hacia atrás. Podía apreciar su cuello y la zona en la que el pulso latía con atropello. Como un vampiro que había bebido de la sangre más fuerte y adictiva, el modelo inclinó el rostro hacia esa zona y mordió, chupó, hizo dibujos con la punta de su lengua e hizo su "caricia" más violenta cuando se dio cuenta que eso hacía gemir al muchacho.

Era delicioso era jodidamente delicioso y se está metiendo en problemas. ¿Y SeokJin? Bueno, él no pensaba, su cuerpo había decidido hablar por sí mismo sin medir las consecuencias.

Aunque una cosa estaba seguro: a él le gustaban los hombres. No. A él le gustaba el señor Jeon.



JEJEJE RE TARDE pero lo importante es que por fin publique, tarde pero lo hice 😀*la matan*
1/???

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