Capítulo 21: El tiempo se agota
Cuando los labios calientes de Namjoon soltaron la boca de Park Jimin, este se sintió particularmente vacío. Lamió la humedad que tenía y se los mordió por un par de segundos tratando de digerir lo que había hecho y cómo es que lo había llegado a disfrutar tanto. El psicólogo miraba hacia el frente con el rostro muy serio, respiraba agitado, apretaba los puños, casi podía asegurar que su miembro estaba tan duro como el suyo.
Jimin sabía que gustaba de chicas como de chicos pero tenía mayor inclinación por el sexo masculino, nada lo encendía más que ello. En silencio arregló su ropa, alzó el rostro y dijo un par de cosas al borde de la oreja izquierda de Kim Namjoon, mierda, su perfume era exquisito.
—Señor Kim ¿Sus palabras son reales? —susurró desafiante, recordando ahora usar los honoríficos— ¿O solo una mala promesa?
No dijo absolutamente nada y el rubio no sabía cómo sentirse respecto a ello ¿Alivio o decepción? todo su cuerpo hormigueaba por más pero tampoco quería ser irracional, apenas conocía al psicólogo, solo los unía el hecho de querer ayudar al "viajero en el tiempo". Cuando decidió caminar para volver a la pérgola, escuchó la misteriosa voz con acento de Ilsan de aquel hombre, dentro de su cabeza.
"Nunca he sido tan sincero en mi vida, Park Jimin, solo espera y verás".
Los labios del rubio se curvaron en una tímida sonrisa antes de seguir caminando, un pequeño gesto que el psicólogo consideraba atrevido pero que encendía aún más a su polla endurecida. Nada se le apetecía más que colocarle ese collar en su cuello, tirar de él y hacerlo suyo mientras lo escuchaba gemir y rogar por más.
Las imagenes de Jimin siendo sometido por Hoseok solo habían hecho estragos en su mente, el disfrute en su mirada, la delicia de sus gestos, de su sonrisa curvada, el rubio atrevido era una joya que deseaba probar. ¿Qué caso tenía negarlo?
—¿Podemos simplemente hablar estas cosas después? —susurró Wonho con los brazos cruzados, podía ver claramente las lágrimas cayendo por el rostro de Hoseok y no, a pesar de todo y lo caprichoso que pudiera parecerle el fotógrafo, no quería verlo así— nos debemos una explicación como los adultos que somos... por respeto a lo que tuvimos.
—Las palabras en pasado duelen ¿No? —susurró secándose con el borde de su mano las gotas en sus mejillas— duelen mucho.
—No ha sido fácil extrañar cada cosa de ti, Jung Hoseok —susurró— puedes preguntarle a Namjoon el como he estado... te sigo extrañando de todas las maneras posibles, ambos salimos muy heridos, ambos ¿No crees que nos merecemos una conversación a solas?
Asintió apretando los labios para no romperse a llorar, en el fondo sabía muy bien que había sido inmaduro romper con Wonho solo porque le había pedido postergar el matrimonio un tiempo más pero ¿Qué hacer cuando el primer hombre del cual estás profundamente enamorado te dice que no quiere casarse? Sintió la mano de Lee posarse en su hombro, quería gritarle que dejara de hacerlo pero también deseaba que no lo soltara más.
¿Poca autoestima o solo deseo de amor?
—Hablaremos después, no es justo que le arruinemos la velada a Kim SeokJin.
Minutos más tarde llegaron Jungkook y el príncipe con sus manos entrelazadas, en la mesa ya estaban los demás conversando de cualquier cosa para disipar la incomodidad del ambiente. Wonho y Hoseok apenas se miraban pero se notaba a leguas que se deseaban con ímpetu. Bueno, al menos las cosas podrían calmarse de momento.
La carne, la comida y el alcohol se iban acabando. Dicen que el alcohol no es la solución a los problemas pero biológicamente era cierto que bloqueaba ciertas cosas y permitía la expresión de sentimientos.
SeokJin miraba a su alrededor con una sonrisa boba, había bebido solo un poco de cerveza y como no era tolerante al alcohol, bastaba un poco para sentir el efecto. Las personas en la mesa, cada uno con su propia historia, podía ser valiosa por sí misma, cada una tenía su propio drama, cada uno su propia lucha en este siglo. Apenas conocía a Wonho o a Hoseok, pero incluso este pequeño encuentro iba a recordarlo como una motivación para cumplir con su sacrificio de amor.
Mierda, iba a extrañar el siglo 21. Sus temores y dudas salían a flote ¿Amaría a Jungkook siendo un guerrero del siglo 17? ¿Lo querría él siendo Jin Kim? Si el destino los hizo nacer de nuevo debía ser por algo mucho más grande que no podían comprender. Suspiró angustiado y escondió el rostro en el cuello de Jungkook.
—¿Sucede algo bebé? —susurró preocupado el modelo con la lengua ligeramente torcida.
—Eres lo más lindo de lo que el viaje en el tiempo me ha obsequiado —respiró del calor y perfume de su piel antes de temblar.
"Su majestad, necesitamos conversar el mañana,... es urgente" murmuró Namjoon dentro de su cabeza. SeokJin asintió sin responder verbalmente. El fin estaba cerca, su corazón le dolía, su corazón lo sentía.
—¿Y en qué se desempeña? —preguntó de pronto el príncipe al amigo de Namjoon ¿Acaso la gente guapa solo se rodeaba de gente aún más guapa? los ojos del muchacho brillaron, se limitó a sonreír.
—Trabajo en el departamento de noticias de SBS —"SBS es una compañía, un grupo de TV y radio coreano, su majestad" le dijo por telepatía Namjoon, que conveniente podía ser ese don— soy periodista, pero no soy rostro, simplemente trabajo junto a un gran equipo, hacemos investigación de todo tipo, también trabajo en la estación de rabio SBS Power FM, ahí si pueden escuchar mi voz
—Disculpa que lo diga pero tiene el aura de alguien que podría conducir su propio show
Cuando el reloj ya marcaba las 3 de la mañana y algunos apenas podían modular con coherencia, decidieron que era hora de volver a casa. Jungkook les había ofrecido con gentileza que hospedaran en la mansión porque habitaciones habían y de sobra, pero cada uno tenía cosas en las que quería pensar a solas dentro de las paredes de su propio hogar. Namjoon abrazó a SeokJin y susurró en su oído lo urgente que era tener una conversación a solas. "Mañana, no puede pasar de mañana".
Hoseok observó a Wonho en silencio aunque después de un par de segundos le susurró que debían encontrarse de nuevo para hablar como dos adultos. El periodista estuvo de acuerdo.
Jimin se despidió de todos, pero cuando observó al psicólogo a los ojos supo que el deseo que se había encendido durante el beso seguía allí, sus labios ardían, su cuerpo hormigueaba ¿Realmente podía superar a Jung Hoseok? Namjoom se sentía de la misma manera, un hombre que había estado viviendo una vida relativamente tranquila, que no sufría grandes cambios de humor, que incluso las personas pensaban que nunca se molestaba, sentía que su mundo se ponía de cabeza con un rubio y su pasado difícil.
La promesa quedó en el aire, realmente iba a demostrarle que hablaba en serio.
—Me gustan las estrellas —susurraba Kim SeokJin ilusionado con el manto nocturno allá arriba. Jeon Jungkook lo abrazaba por detrás y lo apegaba a su cuerpo— son testigos de miles de años de historia acá en la tierra, probablemente estoy observando la misma estrella que observaron en el pasado.
—¿Te gustó reunirte con más personas el día de hoy? Tal vez hubo un pequeño conflicto con...
—Realmente me gustó —susurró encantado por la manera en la que el modelo acariciaba su cabello con la punta de su nariz— estando en este siglo he aprendido como funciona el amor, señor Jeon y no me ha molestado en absoluto que Hoseok haya visto al hombre que ama o las cosas se hayan puesto tensas, si no se encontraban aquí ¿Cuándo tendrían el valor para mirarse a la cara?
—Muñeco —dijo enternecido— el mundo definitivamente no te merece —besó su nuca lentamente escuchándolo suspirar, amaba que fuera receptivo a sus caricias, amaba que se complementaran tan bien— mío, eres mío bebé.
Introdujo las manos bajo su ropa para acariciar su abdomen y cada superficie de su piel, cada relieve que conocía muy bien. El príncipe jadeó inclinando la cabeza hacia atrás y buscando la boca del modelo mientras se fundían en un delicioso beso apasionado, mientras sus cuerpos empezaban a encajar, mientras el trasero del muñequito escondido bajo el pantalón y la ropa interior, buscaba desesperado la promesa de un miembro erecto dispuesto a darle placer.
Hoy definitivamente no dormirían durante lo que quedaba de noche. ¿Cuán hermoso sería hacer el amor bajo la luz de la luna?
Al otro día, domingo 3 de diciembre 2018
Namjoon esbozó una pequeña sonrisa cuando el príncipe Kim SeokJin apareció solo delante de la entrada de su departamento, era un hombre que se había acostumbrado a desenvolverse en el siglo 21 aún cuando todo pareciera nuevo, aún cuando hubieran cosas que no dejaba de sorprenderle. Se hizo a hacia un lado y lo invitó a la sala de estar ofreciéndole una taza de té, ambos se sentaron de rodillas alrededor de una mesilla. El muchacho miró hacia los costados, el departamento era como el común de los mortales coreanos, pero era precioso, exquisitamente decorado.
—Algo ha cambiado en sus ojos señor Kim, me gustaría que me dijera que es lo que está sucediendo —apretó los dedos alrededor de la taza de porcelana— ¿Será lo mismo que siento?
—Es exactamente lo mismo que siente, su majestad, los relojes del tiempo están llegando a su fin —fue increíble lo rápido que los ojos del príncipe se llenaron de lágrimas— incluso puede... puede mirar sus propias manos ahora.
Descendió la mirada con cuidado y pudo ver cómo los dedos de sus manos empezaban a desaparecer y aparecer constantemente, con lentitud. Había viajado con un propósito y este ya se había cumplido, el destino solo le estaba obsequiando días que se habían agotado. Imaginarse en Joseon era difícil, aún seguía teniendo sus propios temores aunque, para ser franco, no era el mismo de antes, ya no podía permitir una actitud avasalladora del rey Kim Donghae, mucho menos las tocaciones.
Mierda, realmente iba a volver.
—¿Cuándo? —susurró apenas. Namjoon le mostró la fecha en una tarjeta— ¿Tan... tan pronto?
—Es mejor que empiece a despedirse de las personas que usted ama, no deje nada abierto, incluso con los que parecieron alejarse, si va a irse hágalo bien, aún "tiene tiempo".
SeokJin fue incapaz de responder porque la angustia tomaba espacio en su pecho y su mente, inclinó la cabeza hacia adelante y respiró profundamente para no romperse en un llanto, pero cuando Kim Namjoon decidió abrazarlo simplemente no soportó más y terminó desplomándose. Él no era de este siglo, Kim Jin sí, todo lo que tenía era prestado de la manera más dolorosa.
"Sé que no es fácil, su majestad, pero créame que si el destino permitió que usted y el guerrero nacieran de nuevo, es porque les espera algo mejor" murmuraba el psicólogo en su oído "No mentiré diciéndole que las cosas serán fáciles, usted sabe que debe sacrificarse por amor, pero cuando comprenda y sienta la importancia de tal acto, lo demás fluirá como el cauce de un río".
En algún momento Jungkook trató de llamarlo pero él solo se limitó en mandarle un mensaje por KakaoTalk diciendo que estaba haciendo algunas cosas, que llegaría durante la tarde. ¿Podía decirle la verdad? No del todo, no ahora, lo único que lograría era que el americano se desesperara antes de tiempo y Kim SeokJin definitivamente no necesitaba angustiarse más, no ahora.
Esbozó una pequeña sonrisa cuando vio a Jimin envuelto en un abrigo afuera de esa casa, lo estaba esperando como habían acordado pero ¿Cómo había logrado que la familia Kim saliera de la casa?
—Les dije que quería estar a solas con mi mejor amigo, que podían salir a despejar su mente mientras yo cuidaba de él... alteza ¿Está seguro que quiere hacer esto?
—Pocas veces estoy tan seguro de mis decisiones, como ahora
El rubio le abrió la puerta principal de la casa antes que ambos subieran peldaño por peldaño de una escalera. Tragó saliva nervioso cuando abrió la puerta de una habitación y vio allí a Kim Jin con los ojos cerrados y respirando con calma. Si no fuera por el movimiento lento de su pecho realmente creería que estaba muerto, su piel y labios estaban pálidos, tenía en su nariz una sonda que viajaba por dentro hasta llegar a su estómago para ser alimentado, desde la última vez que lo había visto se notaba la pérdida de peso, su mandíbula estaba más marcada y ligeras ojeras se marcaban en la parte inferior de sus ojos.
Se sentía culpable, si no fuera por su viaje en el tiempo ese muchacho estaría lleno de vida. Se arrodilló a su lado y sostuvo su mano, sus dedos estaban tibios.
Desde atrás Jimin observaba la escena angustiado haciendo el esfuerzo por no romper a llorar ¿Cómo no sentirse conflictuado por sus propias emociones? Había aprendido a querer a Kim SeokJin pero también estaba desesperado por su mejor amigo.
—Sé que cuando despiertes no comprenderás la mayoría de las cosas, sé que cuando despiertes y te veas al espejo tendrás miedo... —acarició su cabello, hubiese deseado verse a sí mismo con el cabello así— pero tienes una familia que te ama, un mejor amigo que te ayudó a salir de las drogas, harás grandes amigos como un psicólogo con un don impresionante... pero también te estará esperando un hombre dispuesto a dar el amor más lindo que alguien puede dar.
Jimin se mordió los labios y secó sus lágrimas.
—Después de todo, Kim Jin, quién te lo está diciendo soy yo, tú mismo, pero nacido 300 años atrás ¿Qué mejor que eso? ambos somos la misma persona, la misma alma, pero en distintos pasajes de la historia...
Sus párpados empezaron a pesarle en el preciso momento en el que los párpados del muchachito temblaban, el alma estaba tratando de quedarse en el cuerpo de la persona que legítimamente tenía que estar viviendo en este siglo.
—Aún no, aún no —movió la cabeza antes que Kim Jin continuara "durmiendo" como si nada, muy calmo— me estoy viendo a mí mismo como alguien que nacerá de nuevo, por alguna razón caerá en las drogas —Park nunca quiso revelarle la verdad tras ello, tampoco quería saberlo— pero saldrá adelante, sé que seré capaz de salir adelante, no estoy hablando de Kim Jin como alguien distinto, tú eres yo, yo soy tú —apoyó la frente en el lugar donde latía su corazón, tenían el mismo ritmo— tal vez... tal vez cuando decidas abrir tus ojos, todo parezca el infierno, pero me sacrificaré en el siglo 18 para que tengamos el futuro que merecemos aquí en el siglo 21.
"Solo espero que Jungkook sea capaz de amarme así, sé que como Jin tengo mucho para entregar pero mi propia lucha puede valer nada si él no hace la suya". Besó su frente, se volteó para ver a Park Jimin y hacerle una señal para salir de la habitación, verse a sí mismo era muy fuerte y no podía correr el riesgo de que el alma decidiera volver al otro cuerpo, eso podría dificultar las cosas.
—¿Puedo preguntarle algo, su majestad? —asintió bajando la escalera— ¿En qué momento llegará a Joseon? Quiero decir, aparecerá después de los mismos días que estuvo desaparecido? o...
—El señor Kim Namjoon dijo que en la lógica del tiempo espacio, puedo volver tan pronto como 1 segundo después de haber desaparecido o tan tarde como un buen par de años, todo dependerá de cómo el destino me quiera allí
5 de septiembre 1717, Hanseong, Joseon
"Su majestad, ante usted se presentará el señor Kim Yeon, futuro esposo de su hija, la princesa Kim Su Bin". Anunció un eunuco antes que las puertas se abrieran lo suficiente para que aquel noble entrara con humildad, caminara hasta la mitad de la sala de reuniones, se agachara y le hiciera una reverencia perfecta con el rostro contra el suelo de madera. Había sido criado con modales exquisitos.
—¿Ha solicitado mi presencia en este lugar su majestad? ¿A qué se debe tal honor, señor? —Su estómago se apretó ansiando con ímpetu que las cosas que habían hablado con anterioridad tuvieran una respuesta.
—Kim Yeon —dijo con voz ronca el rey, Kim Donghae parecía ansioso, habían asuntos que resolver— Hoy se cumplen 2 meses desde que mi hijo, el príncipe Kim SeokJin, ha desaparecido por razones que desconocemos, aunque he tomado las medidas respectivas para que el pueblo no vuelva a hablar del asunto porque como familia realmente nos duele, aunque lo he buscado por todas partes, no tenemos respuesta.
—Ha desplegado a sus mejores oficiales señor para encontrar a su majestad, todo Joseon sabe de su esfuerzo, de eso no hay dudas —habían cosas que no necesitaban ser mencionadas.
Kim Yeon sabía muy bien que el rey tenía un brillo siniestro, no tenía conocimientos de las razones específicas pero en el fondo no era un padre que quisiera encontrar un hijo y a él, como futuro esposo de la princesa Kim Su Bin, le convenía que la situación se llevara de esa manera.
Hace un par de días los ministros habían hablado de que era mejor dar como muerto al príncipe, según algunas personas carecía de sus facultades mentales y según el mismísimo rey, el muchacho había tratado de quitarse la vida un par de veces bebiendo veneno.
—¿Recuerdas lo que hablamos? El pueblo se siente inseguro con la desaparición de mi hijo y con su probable fallecimiento, si lo hablamos en otras palabras, ahora el pueblo de Joseon no tiene un futuro Rey.
—¿A qué se refiere, su alteza? —Kim Yeon contuvo la respiración.
—Kim Yeon, tu compromiso con mi hija estaba pensado para efectuarse después de que el príncipe Kim SeokJin tuviera el suyo como heredero al trono, sin embargo y para darle la estabilidad que la nación necesita, creo que la mejor solución es que llevemos a cabo cuanto antes la unión entre tú y la princesa Kim Su Bin —se inclinó hacia adelante para darle énfasis a sus palabras— Joseon necesita un futuro heredero.
¿Cuán bien estaba haciendo las cosas como para que el mismo rey de la nación le diera la aprobación para casarse antes con su única hija? Dejaría de ser un noble, como otros que habían, su condición trascendería a algo mucho más superior, él se convertiría en un heredero por decisión de la máxima autoridad de Joseon.
Mordió su mejilla por dentro, trató de no mostrar una emoción desbordante por ello y solo se inclinó nuevamente hasta el suelo para hacerle una reverencia, este debía ser uno de los días más importantes de su vida. ¿Lo más sucio de asunto? Kim Su Bin era una preciosa mujer llena de cualidades que la convertían en una princesa amada por todo el mueblo, sin embargo todo pasaba a segundo plano cuando algo mucho más grande estaba en juego.
La desaparición (y probable muerte) del príncipe Kim SeokJin solo le había traído cosas buenas.
Cuando la noticia fue anunciada esa misma noche en el palacio para cada uno de los presentes, Min Yoongi solo agachó la cabeza con los ojos llenos de lágrimas, sabía perfectamente las verdaderas intenciones del rey Kim Donghae, sabía cuánto daño le había hecho al príncipe. Eran amigos, se conocían de pequeños, sentía y sabía todo lo que el muchacho había sufrido a su costa ¿Acaso no era sospechoso que quisiera que Kim Yeon se casara cuanto antes con la princesa Kim Su Bin? La muchacha aún le faltaba para sus 15 y contraería matrimonio con un hombre de 28 años.
El eunuco miró la luna cuando tuvo su hora de descanso.
—Su majestad —susurraba— están ocurriendo injusticias, todo, todo esto es planeado por su padre... él está haciendo cosas que destruirán el bienestar del pueblo, el señor Kim Yeon tiene en sus ojos la sed de alguien que solo quiere el poder que le otorgará ser el miembro de la familia real... señor Kim SeokJin —tragó saliva, estaba de rodillas sobre la madera de su habitación viendo por la ventana el cielo, la luna y sus estrellas— tengo la certeza que nos veremos de nuevo, tengo la certeza que... que está allá afuera listo para poner las cosas en su lugar.
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