Capítulo 15: Disfrutando de usted

           

Flashback

Desapareciendo, sus manos estaban desapareciendo sobre la espalda de ese hombre. Kim SeokJin sentía que la respiración se le estaba acabando ¿Se estaba evaporando? ¿Estaba volviendo al pasado? no pudo hacer más que abrazarlo con la poca fuerza que le quedaba y esconder el rostro en el cuello para bañarse de su perfume.

—No me deje ir, por favor señor Jeon... no me deje ir —murmuró bajito y aunque creyó que no lo había escuchado, Jungkook sí lo hizo.

El modelo no entendía que le había pasado a SeokJin, había dicho que sentía cosas por él pero que no sabía cómo decirlas porque le faltaba la experiencia, respondió positivamente cuando le preguntó le importaba, sin embargo ¿El muñeco no estaba contento con ello?

Emanaba angustia, incluso le pareció que la fuerza de su abrazo era mucho más ligero que ahora.

—No sé por qué tienes ese repentino cambio de humor, muñequito—sostuvo su rostro con ambas manos para que lo observara fijamente. Tan fuerte era el poder de su mirada que SeokJin se perdió en él— pero no voy a dejarte ir.

Fin Flash Back

Nuestra boca tiene un poder privilegiado, dicen que las palabras pueden cambiar el curso natural de las cosas ¿Para siempre? ¿Momentáneamente? Después de que el modelo le dijera aquellas palabras con tanto afecto, sus manos y brazos parecieron volver al presente dándole la tranquilidad que le faltaba. Aunque claro, aquel extraño suceso quedaría, por ahora, como un secreto.

Era fácil poder reflexionar estando solo y desnudo en aquel jacuzzi, el señor Jeon le había dicho que Kim Taehyung estaba en el penthouse pero a pesar de no querer ser "maleducado", el príncipe era incapaz de pararse a saludarlo, no cuando había estado a punto de desaparecer del siglo 21. ¿Podía excusarse con un "estoy enfermo"? Aunque el modelo podía simplemente pasar inadvertida la información de que había llegado.

Necesitaba respuesta a eso, necesitaba comunicarse con Kim Namjoon. Jeon Jungkook podría tener el poder de su existencia en el presente.

Cerró los ojos pero cuando escuchó el sonido del agua los abrió de inmediato, no fue capaz de levantar la mirada hacia arriba aunque su boca pareció secarse cuando vio dos piernas fuertes y desnudas sumergirse frente a él.

—¿No te había dicho que mi habitación es el sector prohibido de este penthouse? —Murmuró con fingida autoridad, Kim cerró los ojos cuando aquel hombre acarició su rostro— Taehyung ya se fue, estamos completamente...solos.

Un breve gemido escapó de su boca, la anticipación a un contacto, al disfrute pleno de una caricia. Jungkook se quitó la camiseta y la lanzó lejos antes de adentrarse en el jacuzzi y mirarlo desde el lado opuesto como un depredador mira a su presa.

—Ven aquí, bebé —susurró indicando el espacio que había dejado entre sus piernas.

El jacuzzi parecía más bien una pequeña piscina situada en el suelo del gran baño del señor Jeon, con ligereza se movió dentro del agua para terminar usando el torso del modelo como un respaldo.  Suspiró cuando Jungkook lo abrazó por detrás y lo acercó más, usaba sus labios para mordisquear todo el contorno de su oreja derecha.

—Hace unos instantes te dije que no era una buena persona —susurró preocupado— ¿Por qué te entregas a mí con tanta disposición? 

"Porque así el destino quiere que haga las cosas, porque así lo siento, señor" pensó.

—Usted me dijo hace un rato atrás que sentía cosas por mí, no necesito que las mencione... las está demostrando —murmuró con las mejillas rojas, no era el calor lo que lo encendía, era el contacto con ese hombre— me gusta mucho señor Jeon ¿No es evidente?

La sonrisa bobalicona en el rostro del modelo se dibujó inmediatamente, en la noche había experimentado todo tipo de emociones y ahora que su amigo se había ido de vuelta a casa, podía disfrutar plenamente del hombre que estaba poniendo su mundo de cabeza. La sonrisa se borró cuando recordó las palabras de Taehyung.

—Muñequito —besó el costado de su rostro, su tono de voz había cambiado— no sé si sea prudente decirte esto pero... ¿Qué harás cuando recuperes la memoria? —Lo sintió tensarse.

SeokJin se apartó del abrazo y se volteó para mirarlo, sentado de rodillas con las manos cayendo a los costados, no sabía si era una imagen erótica o demasiado tierna. Ambos tenían su cabello húmedo, ambos desnudos, ambos se miraban con preocupación.

El muchacho no quería seguir mintiendo, necesitaba sacar a flote la verdad que tenía dentro pero incluso una actitud así en este momento podía cambiar el destino de las cosas ¿Cuando era prudente abrir la boca? hacerlo significaba perderse estos maravillosos momentos que empezaban a crear juntos.

Con cuidado se sentó sobre los muslos de Jeon Jungkook, con la misma calma lo abrazó por el cuello y acercó su boca para rozar la de ese hombre. No había beso, aún, pero la suave caricia, la respiración de ambos mezclándose, sus ojos cerrados mientras sus rostros prácticamente se rozaban, era evidencia que se deseaban. 

Jeon acarició apretó su trasero con ambas manos antes que SeokJin profundizara un beso. El príncipe sabía que se estaba enamorando, sabía que no debía seguir con esto pero el hecho de verse desapareciendo del siglo 21 hace unas horas lo había asustado. 

El modelo llevó sus manos a las caderas del muchacho, aprovechó el pequeño espacio que le brindaba el trasero para rozar su erección con tanta calma que el príncipe lo sintió como una tortura.

—Por favor... por favor siga —susurró caliente contra su boca.

Tortura o no, se sentía demasiado bien tener bajo su cuerpo el pene de ese hombre. Estaba hambriento desde el fin de semana que había tenido sexo por primera vez, le había gustado cualquier abrazo ocasional, algún beso que habían compartido después pero bastaba que Jeon Jungkook hiciera el contacto correcto en lugares correctos como para encenderse y desear.

Unieron sus frentes, sus narices estaban juntas, sus labios se rozaban, cada uno podía sentir el jadeo del otro en su rostro. SeokJin bajó el rostro para ver sus propias palmas acariciar los pectorales que se le marcaban al modelo, amaba la forma atlética de su cuerpo, amaba el sentirse protegido por él. 

—Ten la confianza suficiente para hacer lo que quieras —chupó su labio inferior hasta que el muchacho gimió en respuesta.

"Voy a disfrutarlo el tiempo que me quede" pensó y su mente se abrió a una posibilidad infinita de maneras de cómo hacerlo.

No supo cómo pero después de unos minutos Jungkook estaba boca arriba sobre su cama viendo como con unas mejillas rojas, Kim SeokJin sostenía una lata de crema batida antes de colocar una pequeña porción en cada pezón. Había leído cosas en internet para aprender de la sexualidad ¿Por qué no hacerlo entretenido?

En cuanto la boca del muchacho se abrió lo suficiente para capturar gran parte de su pectoral, Jungkook balbuceó incoherencias. Kim estaba prácticamente acostado sobre él retorciéndose y comiéndolo con crema, esto era... enfermante para su lívido. Hizo lo mismo con su otro pezón, no sabía que era tan sensible a esto pero cada parte de su cuerpo estaba sobreexcitado, cualquier roce lo afectaba.

—Me gusta mucho —susurró nublado por la lujuria— me gusta mucho, por favor no me deje ir.

—No quiero hacerlo —jadeó Kook— realmente no quiero.

Un muchacho como el muñeco podía ser sexy y tierno a la vez, esa combinación podría atraer a cualquier persona, cualquier persona como Kim Taehyung. Jungkook quería decirle que era suyo y de nadie más pero antes de formular las palabras en su boca, la boquita de SeokJin fue dejando besos cargados de afecto sobre su abdomen, parecía no querer parar y él tampoco iba a hacerlo. "Él me quiere, él no quiere a Taehyung".

Miró el gran miembro erecto con los ojos vidriosos, jamás había hecho estas cosas pero se sentía muy bien tomando el control de la situación. El señor Jeon le daba las oportunidades para que tuviera la autoridad que no poseía en el siglo 21 y no se quejaba que fuera de esta manera.

Sin quitarse la mirada sobre el otro, SeokJin fue capturando su miembro con la boca hasta que lo sintió dentro de su garganta. Jungkook no podía creer la capacidad del muñeco para llevarlo hasta el fondo pero la mezcla de la humedad de su boca y la lengua que chupaba el cuerpo de su pene, lo tenía mal.

—Chúpalo —susurró— chúpalo como si fuera tu pastel favorito.

La pequeña sonrisa que hacía con su pene dentro era para pararse, abrir sus piernas y follarlo hasta hacerlo gritar de placer ¡Qué lindura!

Para Kim SeokJin por supuesto que era su primera vez chupándoselo a un hombre, ni siquiera había besado a una mujer en Joseon, menos iba a hacer algo de este tipo. Cerró los ojos, relajó su garganta y se dijo que debía disfrutarlo. Sacó su lengua y a medida que iba soltando el pene lo iba lamiendo hasta llegar al glande donde lo succionó con su boca formando un beso.

Jeon jadeó roncamente, eso era señal que estaba haciendo las cosas bien. Con maldad el muñeco sostuvo la lata de crema y colocó una pequeña porción en la punta sonrojada del glande. 

—Fólleme la boca —murmuró bajito— córrase en mi boca.

Jungkook se sentó en el borde de la cama, sostuvo la cabeza del príncipe con ambas manos y embistió su boca de manera repetida mientras el muchacho se masturbaba con la otra mano.  Ambos querían todo lo que el otro pudiera ofrecerle, era innegable la gran química que tenían. Un completo, un solo placer.

SeokJin bombeaba su pene tan fuerte como el señor Jeon follaba su boca, podía sentir el calor ahogándolo en la boca y la excitación enviando corrientes eléctricas desde la base de su columna hasta su miembro. 

Era grosera la manera en la que sonaba su masturbación (húmeda y deliciosa) y la felación de Jeon en él.

—Chupa, chupa... este es tu caramelo y tu un niño que quiere lamerlo —gruñó. ¿Pervertido? ¿Bueno?

¿Qué importaba? SeokJin se había excitado tanto que mientras se tocaba con una mano, con la otra enterraba las uñas en la nalga derecha del modelo. Pero antes que ambos pudieran correrse, el príncipe soltó el pene de Jungkook, se paró tambaleando, alzó un dedo y con una sonrisa traviesa fue retrocediendo mientras le indicaba para que lo siguiera.

—Atrápeme si puede.

¿Esto era un juego? ¿Dónde había quedado el miedo por casi haber desaparecido? Prácticamente corrió fuera de la habitación antes que Jungkook sonriera y se pusiera a contar en voz alta. Estaba emocionado, se sentía malvado, no tenía vergüenza de hacer este tipo de cosas porque el señor Jeon le daba la libertad de expresarse como era en verdad.

Caminó a la sala de estar pero le parecía un mal lugar para esconderse, corrió a la cocina que estaba totalmente oscura y rodeó la mesa para esconderse al otro lado de ella, sin embargo cuando quiso agacharse dos manos grandes tomaron su trasero para levantarlo hasta exponerlo lo suficiente. SeokJin tuvo que apoyar todo el tórax sobre la superficie de la mesa  para no caerse.

—Señor Jeon —gimió.

—¿Sabes algo pequeño? —se acercó tanto que rozó su entrepierna en todo el espacio que le daba su trasero. Le susurraba sobre la nuca— acabo de descubrir que me gusta cuando mi presa es escurridiza... voy a darte lo que ambos queremos.

Estaba en 4 con su trasero respingón en gloria y majestad para Jeon Jungkook. Cerró los ojos gimiendo contra el mármol negro cuando la punta de su pene acarició la entrada entre sus mejillas dibujando toda la circunferencia que suponía tener. Estaba tan caliente que no necesitaba ser demasiado estimulado, solo necesitaba ayuda para no caerse porque las piernas no le servían como un buen soporte.

Jungkook podía distinguir algunas cosas dentro de la oscuridad, y pensar que hace un rato había estado con Taehyung en este lugar conversando, en cambio ahora usaba el escenario para follarse al muñequito.

Con una mano acarició su miembro para llenarlo con vaselina, con la otra le dio una nalgada al muchacho para escucharlo gritar excitado.

—Gime... gime por mí —susurró mientras metía poco a poco su pene en él— vamos a disfrutarlo tanto que no podrás regresar caminando a tu cama.

—No... yo... yo —trató de respirar— quiero dormir con usted —después de ver sus manos transparentes temía irse estando separado.

—Mi muñequito cachondo —rio roncamente— ¿Te gusta esto? —movía su cadera de forma circular hasta que lo introdujo por completo, SeokJin gimió con dificultad, podía sentirlo temblar— vamos a darnos el placer que nos merecemos.

Kim SeokJin disfrutaba demasiado para una persona que hasta hace 2 o 3 días había dejado de ser virgen. Dejó que su cuerpo hablara por sí solo cuando las manos gigantes del modelo amasaron sus caderas antes de bombear todo su miembro dentro de su ano. Arqueó la cabeza hacia atrás soltando improperios que Jungkook no pudo entender, claro, era jerga que solo alguien de Joseon podría comprender.

Jeon no quería ser demasiado duro pero estaba tan caliente que no podía comportarse como una dama y el muñeco parecía estar de acuerdo con eso, le ofrecía su cuerpo entregándole la confianza suficiente para que hiciera lo que le pareciera bien.

—¿No es este tu... ahhh tu mmm pastel favorito? —Gimoteó, era todo lo que podía hacer estando allí en cuatro sobre la mesa de mármol, con su pene topando por debajo y un hombre de 1.84 tras él empujándose hasta el fondo— ahhhh muñequito ahhh

La piel de ambos sudaba de forma repetida, las paredes de la cocina eran testigos del acto y los sonidos inentendibles que emitían. SeokJin se corrió manchando parte del piso solo segundos antes que Jeon Jungkook enterrara sus dientes en la nuca de él y bombera una vez más llenando todo el espacio con su esencia. Se agotó a tal punto que se acostó sobre el muchacho, ambos jadeando compulsivamente como si hubiesen corrido una maratón.

—Oye —lamió jadeante su oreja, el pequeño gemía en respuesta— feliz primer día de tutoría —rieron cansados— oye

—¿Sí señor Jeon?

—Me gustas... me gustas mucho.

Jueves 9 de noviembre 2017

¿Había sido bueno venir? No tenía clases hoy pero el príncipe Kim SeokJin había expresado que en el siglo 21 era de las pocas personas en las que podía confiar, su deseo por integrarlo en esta búsqueda de la verdad le conmovió ¿Cómo dejarlo solo si estaba perdido en el tiempo?

Abrazó sus piernas cuando vio la figura alta de Kim Namjoon caminar hacia ellos con una bolsa en mano, su cabello teñido era ligeramente movido por el viento, no estaba sonriendo pero se veía sereno. Después de saber que estaba frente a un príncipe, el hecho que el psicólogo tuviera "capacidades especiales" no era algo que pudiera poner en duda.

Park Jimin miró sus dedos, la última vez que se vieron se había comportado con una actitud reprochable ¿Esto era vergüenza?

—Señor Kim Namjoon —murmuró SeokJin antes de pararse, mas fue el gesto de Namjoon el que le pidió que se volviera a acomodar en el pasto.

—No me diga señor, su alteza, somos nosotros quienes le debemos respeto —se acomodó sobre el césped antes de girar su rostro y ver al rubio, el muchacho se veía inusualmente tranquilo como si tuviera miedo. Meneó la cabeza cuando recordó el primer y único encuentro entre ambos, luego el cómo se había corrido excitado— supongo que ya lo sabes.

—Si señor Kim —levantó los ojos hacia él— leí lo que me pidió, fui a la exposición en el palacio Changdeokgung, lo sé... él es el príncipe heredero de la corona, el príncipe de quien se prohibió hablar en Joseon.

Namjoon tuvo la boba necesidad de acercar su mano y revolver el cabello del rubio como quién felicita a un niño, sin embargo alejó ese pensamiento y les acercó lo que había comprado, café de vainilla y donuts con glaseado de distintos sabores.

Los tres sentados en medio de un parque era mejor que estar en una cafetería, podían haber estado en la oficina donde Namjoon atendía a sus pacientes pero tampoco quería hacerlo porque recordaría la ocasión que se masturbó pensando en Park.

—Yo quería reunirme con ustedes porque la semana pasada... estuve desapareciendo —Jimin abrió su boca sorprendido, el psicólogo asintió con calma— esto... esto ocurrió cuando el señor Jeon manifestó que sentía cosas por mí y antes que pudiera irme me dijo que no iba a dejarme ir, fue cuando mis manos volvieron a hacerse corpóreas.

El silencio, el roce de las hojas moverse entre ellas sobre los árboles, un paisaje precioso de otoño, la calma en el ambiente. 

—¿Por qué me ocurrió eso? ¿El señor Jeon tiene el poder de retenerme en el presente?  —Namjoon asintió— ¿Hasta cuándo estaré en el siglo 21?

—No puedo decirle todo lo que sé su majestad porque esto podría alterar el curso de las cosas, todo lo que ha sucedido es porque ustedes tienen mismos lo han entendido con insinuaciones o... porque me han hecho caso —miró de reojo al rubio.

Suspiraron volviendo a dejar todo en silencio, Jimin miró angustiado al príncipe ¿Cómo debía ser estar perdido en el tiempo y no saber cómo volver?

—Príncipe Kim SeokJin usted tiene más que solo un propósito con el viaje en el tiempo pero en algo tiene razón y es que el señor Jeon tiene el poder para retenerlo en el presente.

SeokJin enderezó la espalda y sostuvo una donut con duda, sabía que no solo había viajado para enamorarlo, se dio cuenta de ello durante estos días cuando hacía las ayudantías y no tenía miedo de pararse frente a las personas. Él viajó para ganar confianza en sí mismo y vencer esa personalidad reducida. Namjoon lo miraba tratando de mantenerse sereno, por supuesto que habían verdades que el príncipe debía seguir descubriendo.

—Ahora lo más importante es que busque una manera de contarle a Jungkook, póngase en su lugar ¿Qué haría usted si hubiese sido al revés? —murmuró el rubio.

El muchacho entrecerró los ojos. 

—Estaría molesto, furioso, no querría ver a su versión reencarnada porque de cierta manera no sería lo mismo.

—¿Sabe? Esta conversación no tiene lógica,  mi mejor amigo no tiene idea que era un príncipe en 1700, sin embargo ahora está inconsciente porque estoy hablando con su vida pasada frente a mis ojos y bueno... Jeon Jungkook también es la reencarnación de alguien más ¿Cómo podría enfadarse? Solo están siguiendo el curso natural de las cosas —sostuvo la mano del príncipe, sus ojos estaban llenos de lágrimas, la verdad le hacía doler el estómago— señor SeokJin, estoy para usted... si necesita ayuda para resolver estas cosas, si necesita una coartada para salir de un problema puede solicitar mi presencia, es... es evidente que usted volverá.

—El problema es ese —la voz del muchacho se quebraba— que temo llenar mi corazón de amor por un hombre que no debo cuando en realidad debo volver a Joseon.

Namjoon veía la escena con respeto y paciencia, él sabía mejor que nadie que no era coincidencia el que Park Jimin ayudara a la vida pasada de su mejor amigo, después de todo las cosas las haría con de la mejor manera cuando la existencia de Kim Jin dependía de ello. 

El más alto le acercó con cuidado el vaso con café a Jimin, sus dedos se rozaron en el acto pero el rubio no parecía afectado, quizás estaba más preocupado de prestar atención al príncipe o quizás él estaba meditando demasiado sobre algo tan simple. Incluso para un psicólogo la mente seguía siendo misteriosa.

—Jimin ¿Qué sucede con Kim Jin ahora? —dijo Namjoon para distraerse mientras comía otra donut.

—El hospital sugirió que se lo llevaran a casa, Jin no despierta —SeokJin apretó sus labios mientras lloraba en silencio, todo era su culpa— y realmente no ven un problema, así que lo dieron de alta con algunos cuidados especiales, él... se seguirá alimentando por una sonda nasogástrica y mantendrá los ejercicios para no perder tanta masa muscular pero todo eso será en la habitación de su propia casa.

—Supongo que lo único que deseas es verlo despierto —susurró, Jimin miró fijamente a Kim Namjoon antes de observar el césped a su alrededor.

—Como dije, las cosas están siguiendo su curso natural, además no es como si no estuviera realmente... —el príncipe apretó sus puños ansioso— su yo del pasado está conmigo, si Jin está inconsciente es porque el príncipe Kim SeokJin está luchando para que todo esto tenga sentido —Namjoon abrió sus ojos perplejo como si sus palabras hubiesen sido el gran touché— ¿Qué?

El muñequito pestañeó un par de veces antes de fruncir el ceño y mirar a Jimin, algo, una palabra clave, algo había sido lo que necesitaba para entender más cosas. Dejó de lado el vaso a medio beber del café y abrió su boca aun siendo incapaz de hablar. Park miró al psicólogo que parecía querer hacerse el desentendido mientras que SeokJin temblaba ansioso.

—¿A qué se refiere con darle un sentido? ¿A qué se refiere con todo esto?

¿Había arruinado algo?  

—Pensé que usted también lo podía suponer, su majestad... se supone que cada cosa que nosotros hacemos tiene repercusiones, si usted viajó para cumplir un propósito quiere decir que, si este no se cumple, las cosas se alterarán... usted viajó para enamorar a Jeon Jungkook, pero usted no es del siglo 21, usted debe volver... Kim Jin y Jeon Jungkook son reencarnaciones

—Y —los ojos del muñequito se anegaron aún más en lágrimas— la teoría de entre el tiempo y el amor dice que dos personas que no pudieron ser felices nacen de nuevo, si Kim Jin y el señor Jeon son reencarnaciones es porque yo no pude tener un final feliz con el guerrero y... —se paró asustado con las mejillas empapadas y las manos agitadas— y si yo debo volver al pasado y... y si yo vuelvo sabiendo todo esto que existe, toda la verdad de la teoría de las almas, toda esta realidad en el siglo 21...

—Señor Kim —murmuró Namjoon, estaba de piernas cruzadas aunque, por primera vez, parecía afectado con toda la información que tenía en la cabeza— usted tiene el poder de cambiar la realidad en el tiempo espacio, usted sabe que las cosas están sucediendo por un bien mayor ¿Usted quiere ser feliz en Joseon?

—Yo no puedo ser feliz —balbuceó llorando— ¿No puedo ser feliz? Si lo soy si... si yo decido ser egoísta, si yo decido tener un cuento de hadas con la vida pasada de Jeon Jungkook, ni él ni Kim Jin nacerán porque su realidad no tendría sentido —apretó las manos en su rostro mientras perdía el equilibrio, le dolía la cabeza ¡Esto era una mierda!

Antes de caerse o atentar consigo mismo, Jimin lo abrazó fuertemente para que se desplomara en su abrazo, el muchachito no dejaba de gritar. Para él por supuesto que tampoco la situación era fácil, Kim SeokJin había descubierto el gran poder y responsabilidad que tenía en sus manos, si decidía pensar en sí mismo Kim Jin no existiría, entonces ¿La existencia de Park tampoco tendría sentido? 

Namjoon miró el cielo pestañeado repetidamente, el príncipe heredero había descubierto lo que conocía como el sacrificio de amor más grande que una persona debía hacer, aunque, nuevamente, solo era la punta de un gran iceberg. El no ser feliz implicaba muchas cosas, el sacrificio de amor era mucho más que complejo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top