Capítulo 1: Un accidente en Changdeok

5 de Julio de 1717


Sí, el sentimiento podía diferir dependiendo de quien se acercara a observar Hanseong desde la cima de aquella montaña. Por ejemplo, si un campesino observara parte del pueblo desde allá arriba podía sentirse arruinado porque se enfocaría únicamente en la en la belleza y grandeza del Palacio Changdeokgung, en cambio él como el príncipe de la corona podía sentirse aún más grande porque no pensaría solo en su hogar, no, observaría los detalles del pueblo y todo lo que no podía verse como parte de su propiedad parte de lo que él podría gobernar.

Sin embargo el sentimiento en el pecho de Kim SeokJin no se acercaba en lo más mínimo, no sabía si estaba preparado para tomar el puesto de rey cuando el momento llegase, tenía ideas que podían transformar completa y positivamente a Joseon pero estos no eran compatibles con las prácticas actuales. El Rey Kim Donghae, su padre, era corrupto ¿Qué podía esperarse de los ministros y los nobles?

De todas formas quedaba en su mente como siempre, sus ideas revolucionarias no eran verbalizadas porque su personalidad había sido reducida a nada. Algunos creían que tenía alguna enfermedad mental como el rey Kim mencionaba, otros pensaban que era excesivamente tímido, otros no podían imaginárselo como el heredero a la corona mientras que los ministros pensaban en el como la figura ideal de un rey ¿Acaso no sería fácil manipularlo de esa manera? Suspiro agotado, eran comentarios que nadie se atrevía a decir frente a su rostro más se enteraba gracias al eunuco que tenía a su servicio y a quien consideraba un gran amigo, Min Yoongi, la única persona que conocía su secreto.

Volteó hacia atrás, caminó un poco y monto al caballo para seguir paseando. Un príncipe no podía exponerse de esta manera, al menos necesitaba al menos un protector experto que cubriera su espalda, SeokJin gustaba de arrancarse del palacio para reflexionar cuando lograba engañar a los guardias reales que custodiaban las salidas. Se detuvo a medio camino cuesta abajo decidió que podía ser divertido explorar el área boscosa. ¿Divertido? ¡Vamos! Tenía solo 19 años, aún guardaba el alma de su niño interior.

—Esto es grandioso—susurró, más pronto se escondió cuando sintió los pasos de alguien.

Apoyó el rostro tras el tronco de un árbol antes que su boca desencajara al divisar la gracia de un hombre con sus espadas. Era como un baile violento antes de rasgar el aire y cortar con un solo movimiento un par de troncos de bambú. No podía verle el rostro porque estaba oculto bajo un satagt color negro pero podía darse cuenta que sostenía su cabello largo. Había un aire de misterio y peligro tan grande que fue imposible no observarlo más tiempo ¿Era un ermitaño o un guerrero?

De pronto el muchacho se inclinó hacia a delante preso de la curiosidad hasta que uno de sus pies piso una rama de árbol. El ruido había sido muy bajo pero el hombre frente suyo tenía el oído agudo.

—Un solo movimiento más y te corto la cabeza—masculló roncamente.

Su voz había sido tan letal que ni siquiera consiguió respirar, su cuerpo se había quedado a medio camino en una posición casi sumisa. Cuando aquel hombre volteó hacia él abrió sus ojos con sorpresa y la espada que sostenía tan firme en su mano cayó de inmediato contra el suelo.

—Su alteza —susurró antes de arrodillarse e inclinar el rosto hacia abajo, la autoridad de su voz convirtió en miedo palpable- he cometido un error y debo pagar con mi vida.

Kim SeokJin parpadeó un par de veces antes de menear el rostro ¿Qué? Armándose de valor apretó a su costado, dio 5 pasos hasta quedar frente al hombre y elevó solo un poco su voz.

—¿Te....atreviste a amenazar al príncipe heredero? —cualquier experto podía darse cuenta que hablar con valor no era lo suyo y que incluso este acto le costaba, sin embargo el "guerrero" sabía que nadie podía levantarle la voz ni mucho menos amenazar a la familia real—al menos ten el valor de mirarme...a la...a la cara cuando te estoy hablando.

¿Acaso no era al revés? ¿Acaso no era un acto condenable mirar a la par y mirar de igual a igual a un noble? El "guerrero" había escuchado rumores que el príncipe no era más que un cordero y que la corona podía pasar a manos del futuro esposa de la princesa Su Bin, no había tenido la oportunidad de conocerlo en persona más que ahora que lo había amenazado sin saber de quien se trataba. Inspiró profundamente antes de levantar el rostro hacia arriba y sentir que todo alrededor desaparecía por completo.

¿El tiempo se detuvo? El hombre en el suelo tenía un pañuelo negro que cubría la mitad de su rostro, solo sus ojos grandes y rasgados podían visualizarse como dos perlas castañas brillantes. Algunas hebras de su cabello largo oscuro caían en los costados de su rostro, era como un qué hombre que quisiera ocultar demasiado. Sintió miedo de reparar muchos detalles y tragar saliva con ello. No era el único que parecía anonado con el rostro de quien tenía al frente.

—Cometiste un error pero no sabías quien era, no podría condenarte...a....quitarte la vida por amenazarme cuando preferiste esas palabras sin conocimiento de quien estaba espiándote— le hizo un gesto con la mano para que se levantara, tal vez fue un error porque cuando el "guerrero" se irguió lucia al menos 10 centímetros más alto, más grande estructuralmente hablando y más intimidante, sobre todo por la otraespada que cargaba en un costado— te he perdonado la vida, ahora, que este error te sirva para cuida tu boca.

—Si su majestad —susurró aquel misterioso hombre antes de que SeokJin volteara y se dirigiera a su caballo— ¿Ha venido solo? ¿Necesita que lo escolten?

Negó con la cabeza antes de sonreír tímido y desaparecer cabalgando con expertiz en el camino surcaba los arboles del bosque, un detalle que no podía pasar inadvertido era el hecho de su hanbok color azul brillaba con gracia bajo los rayos del sol haciéndolo parecer una escultura de ensueño envuelta en vestimenta fastuosa.

El "Guerrero" frunció el ceño a medida que se apoya en un árbol para tener nuevamente el contra de su respiración, nadie podía contar que había salido con vida después de amenazar a un miembro de la familia real, mucho menos el príncipe heredero, ¿Por qué había tenido la bondad de perdonarlo? Incluso si lo que decía era cierto nadie tenía un corazón tan noble como ese muchachito. Suspiro, quito el pañuelo de su rostro y miró al cielo con una sonrisa incrédula, sí, el príncipe Kim SeokJin había perdonado su vida.

5 de Septiembre 2018, Seúl, Corea del Sur, 300 años en el futuro

El flash de la cámara parpadeaba cada 5 segundos con cada toma que le fotógrafo le daba a su cuerpo. Confianza, sí, era la palabra que creía correcta para calificar la facilidad con la que podía estar frente a un lente o frente a cientos de personas en un lugar sin temblar o tener miedo por ello. Sus ojos se veían aún más rasgados con el delineador y la luz de los focos a su costado, la sonrisa de sus labios releva una dentadura blanca y perfecta que combinaba perfectamente con su autoestima.

Jeon Jungkook, un nombre que no podías decir en medio de un centro comercial sin escuchar los suspiros de adolescentes y mujeres de todas las edades, un rostro que estaba en todas las revistas del país y gran parte de las internacionales. Su vida laboral como modelo era un éxito pero su vida amorosa era todo lo contario, de hecho no tenía una vida amorosa porque no le importaba las relaciones a largo plazo, las mujeres que estaban con él (y los hombres que en secreto lo hacían también) estaban al tanto de sus exigencias y una de ellas era "sin flores, sin corazones, sin campanas de boda".

Sus ojos divisaron a una mujer detrás en las sombras del estudio, tenía la visión sufriente para darse cuenta quién era. ¡Mierda! Era la primera y única loca, de las mujeres con las que había salido, que le exigía de lo que él consideraba correcto. El fotógrafo dio por terminada la sesión y con ello llegaron los típicos agradecimientos después de una extensa jornada laboral.

Jungkook miró a la muchacha y supo que no podía evitarla más tiempo, si no tenían al menos una conversación decente con ella las cosas se pondrían peor Caminó hacia su ex "pareja", la tomó del codo y la apartó hacia un rincón detrás de vestuario y cajas apiladas.

—¿Qué quieres? ¿No te bastan tus llamadas y mensajes para acosarme?

—¡¿Acosarte?! ¿Llamadas y mensajes? Por favor, solo te he llamados dos veces desde que terminamos y no me has contestado, eres un cobarde que le teme a las relaciones serias, eso pasa.

—Por si no lo recuerdas desde el principio sabias que quería solo besos y sexo, es decir mira tu alrededor —señalo con altanería el estudio— soy un rostro solicitado, tengo un fanclub y miles de chicas que adoro y me siguen día a día, aceptar una relación sería arruinarlo todo ¿Lo entiendes ahora? Es que... es que —arrugó el ceño— no entiendo en qué momento te di esperanzas yo —se dio cuenta que la muchacha tenía sus bonitos ojos llenos de lágrimas. Lamentablemente había roto el corazón a quién no correspondía— ayyy no, una lágrima.

—¡Sí, sé que lo detestas! —golpeó con sus puños su hombro izquierdo— salimos 4 meses a escondidas y tener que soportar eso es bastante ¡¿Eh?! ¿Lo entiendes tú?

—No —la miró sin gracia— lo que tú debes entender es que esto se acabó la semana pasada, siempre fui sincero, si me precipité o te di falsas esperanzas lo siento, pero no estoy interesado en ninguna mujer de forma sentimental.

—Idiota —miró hacia el lado, se sintió humillada, sosa e incapaz de continuar con esto. Había venido con la esperanza de hacer recapacitar su corazón pero fue inútil. Cuando tomó el valor suficiente alzó el rostro y lo miró fijamente— escúchame Jeon Jungkook, escúchame aquí y ahora...un día, te lo juro, un día te vas a enamorar de alguien que no podrá  estar a tu lado para siempre, un día esa persona será imposible y vas a pagar por todas aquellas a quienes ilusionarte y no tuvieron el valor de decírtelo a la cara...recuérdalo —apuntó su pectoral con un dedo— un día eso te sucederá.

—Vaya, vaya, es...es que —no podía evitar sonreír con sorna— ¿Ahora eres vidente?

—te acordarás de mis palabras, Jeon lo harás.

300 años atrás, Hanseong, Joseon

Una personalidad "reducida" no podía eximirlo de todos las actividades del palacio. Hoy 5 de julio harían una gran celebración en honor al Rey Kim Donghae que estaba de cumpleaños y él como el único varón que tenía, había sido asignado para la organización dado que su hermana, la princesa Su Bin, apenas tenía 13 años.

No se sentía del todo cómodo, desde aquel encuentro con el extraño "guerrero" de la montaña hace unas horas es que su cabeza no podía dejar de evocar su imagen. ¿Cuál era la justificación para perdonarlo por amenazarlo? Tal vez no tenía el valor para quitarla la vida a una persona, mucho menos cuando fue un error. Recordó el cómo utilizaba sus espadas, el cómo ocultaba su apariencia bajo el pañuelo y el satgat negro, de seguro cualquier persona que se lo encontrara en la noche podía temer por su vida pero él bien sabía que no podía juzgar a las personas por su apariencia.

Despertó de sus pensamientos cuando Min Yoongi, su eunuco, le murmuró que necesitaban de su presencia para verificar que todo estuviese en orden. Santo cielo, si no tenía personalidad para algunas cosas ¿Lo escucharían los demás? Al menos asta ahora todo resultaba bien aún cuando le desagradaba de sobremanera su padre.

—¿Está bien cada una de las Gisaeng?

—Sí, su alteza...—murmuró una mujer con el rostro había abajo— si gusta puede revisar los instrumentos que se tocarán para verificar que todo está en orden.

—Iré a la oficina de instrumentos solo, no se preocupe por mi.

Camino por unas estancias del palacio para llegar donde quería. Abrió las puertas de la oficina y suspiró al ver cada uno de la oficina y suspiró al ver cada uno de los instrumentos dispuestos para ser usados más tarde en la noche. Sus instintos más profundos pedían a gritos romper todo pero si incluso una cuerda de gayaeum estaba en mal estado o o el sonido del danso era desafinado, no sólo arruinaría la ceremonia, muchas otras tantas personas inocentes podrían pagar.

Inclinó su cuerpo hasta agacharse y acariciar con mesura las cuerdas de algunos instrumentos. ¿Sería la música un buen método para escapar de sus propios pensamientos? En ese momento alguien abrió la puerta de la oficina, pero cuando se volteó era demasiado tarde para escapar a algún lado.

Enfundado en su hanbok rojo con toda la autoriadad que podía otorgarle su puesto en la familia, el Rey Kim Donghae hacía acto de presencia. Su sonrisa apareció tan lentamente como sus movimientos ¿No era esta una nueva oportunidad para hacer lo que le complacía?

—Kim SeokJin ¿Qué estas haciendo?

—Verificando los últimos detalles para la celebración de esta noche...alteza —trago saliva ansioso, casi podía sentir que la gota de su cabeza caía por su nuca— ¿Necesita alguna cosa?

El rey lo miró de pies a cabeza ¿Cómo era posible que fuese su hijo? Casi sintió que su ropa era molestia. Podía ver el miedo en los ojos brillantes del muchachito, sabía que no podía hablar de lo sucedía, había infundido miedo para que creciera en su adolescencia con una actitud reservada y fácil de dominar.

—Sabes lo que quiero, SeokJin —susurró cerca de su oreja cuando le quito el donggot que llevaba puesto antes que su cabello oscuro cayera hacia los costados. Lo escucho tragar saliva— eres mucho menos que nada, hijo...no podrás gobernar, eres incapaz.

—Lo soy —susurro acongojado con la garganta apretada— lo soy, su majestad, soy incapaz.

—Esto que sucede no puede enterarse, nadie.

Besaba el costado de su cuello mientras las lágrimas se agolpaban en sus ojos y caían copiosamente por sus mejillas, estaba tan asustado que no podía gritar como cada ocasión en la que su propio abusaba física y psicológicamente del él desde que tenía 13 años. Introdujo su mano por el cuello de la túnica azul oscura para tocar parte de su piel, lo máximo que había hecho era acariciarlo hasta los genitales pero jamás había penetrado su cuerpo.

Estaba llorando mientras mordía sus labios, odiaba sentirse asqueado, odiaba que el rey lo  tocara, odiaba creer que tenía el poder sobre él para bloquearlo psicológicamente como ahora ¿Quién iba a confiar en su palabra si decía que el Rey Kim Donghae abusaba de su propio hijo, el príncipe heredero?

Por un segundo mientras ese hombre acariciaba su miembro encima de la vestimenta, recordó la escena de esta mañana con el guerrero en la montaña. Había utilizado el valor para perdonarle la vida ¿Por qué no tomar un poco de ese valor y alejarse del Rey?

Cerró los ojos con fuerza, tomó suficiente aire y empujó contra unos instrumentos a Kim Donghae, su padre, antes de salir desfavorecido por la puerta.

—Vuelve acá, pequeña rata —masculló agitado.

El muchacho corrió tanto como pudo por estancia, parrillas y jardines del palacio de changdeokgung mientras lloraba, incluso si se encontraba con un guardia sería una bendición porque podría sostener su arma y quitarse la vida. Eran años de abuso, y se sentía asqueado por completo. Tal vez la necesitad de escapar era tanta que no miró hacia al frente, cuando entro al pabellón Juhapru y su cuerpo perdió equilibrio para caer en las aguas del estanque Buyongji. Desesperado trato de salir a flote, pero incluso eso era ilógico ¿No era el estanque lo suficiente bajo para que el agua le llegara a las rodillas? ¿Por qué ahora no sentía un suelo que tocar sus pies?

No supo en que minuto todo lo que lo envolvía se volvió un negro profundo hasta perder la conciencia.

Kim Donghae sintió el ruido de algo pesado caer pero cuando entró en el pabellón Juhapru, que era el lugar el lugar donde vio entrar a Kim SeokJin, no encontró absolutamente nada. Agotado observó hacia todos los ángulos posibles pero el silencio de un atardecer estaba allí como si su hijo hubiese escapado o, en el peor o mejor de los casos, desaparecido. Si decía algo de lo que estaba sucediendo podría atribuirlo a una supuesta enfermedad mental que les hacía creer a todos que poseía el príncipe aunque solo la idea que abriera la boca lo asustaba.

—¡Príncipe SeokJin! —gritó caminando con el pecho apretado sin saber que el estanque que  lucía calmó, guardaba un gran secreto.

9 de septiembre 2018 (presente), Seúl, Corea del Sur

Con cuidando miraba hacia al frente mientras manejaba aquel precioso Chevrolet Camaro sobre el cemento mojado de la autopista, estaba seguro que no soportaría la lluvia que caía sobre la ciudad pero tenía que prestar atención si no quería chocar. Le costaría confiar en alguien después de lo que se había enterado hoy ¿Cómo era posible estar feliz si su manager le había robado dinero de la cuenta bancaria?  Enfadado golpeó el volante cuando estacionó el vehículo en el garaje, ya mañana sería otro día, tendría que conseguir a algún representante recomendado que no tuviera antecedentes.

Se bajo con los puños apretados, lo único que quería era darse una ducha caliente y acostarse porque le dolía la cabeza. Por suerte no le había robado mucho, por suerte ahorraba el dinero que ganaba de hecho trabajo no faltaría porque tenía muchas ofertas desde sesiones de fotográficas, firmas con marcas para ser la imagen principal y hasta papeles en películas.

Cuando puso un pie dentro del apartamento  de lujo en el piso 22 de aquel edificio, el cielo se manifestó con un relámpago de tal magnitud que todo se remeció completo con el trueno posterior, una luz bañó las paredes hasta desaparecer abruptamente. Segundos más tardes la lluvia más fuerte de lo que llevaba del año bañaba por completo la ciudad.

—Hogar dulce hogar —susurró extrañando en la cocina, tomando una cerveza helada del refrigerador. El sonido del gas fue una caricia para sus oídos pero más cuando el líquido bajó por su garganta— toda esa mierda se acabará.

Lanzó la lata aplastada a un cesto de basura antes de dirigirse a su habitación con el deseo de caer sobre su cama y dormir tal cual.  Prendió la luz revelando cada rincón del lugar, incluyendo los artefactos tecnológicos y adquisiciones.

—Cama querida cama yo...¡SANTA MIERDA!

Retrocedió y estiro el brazo hacia una pared para no caerse de espaldas. Su respiración se volvió lenta y cuidadosa, tenía la lengua atascada bajo su dentadura para no gritar y hacer un escándalo. ¡¿Qué estaba viendo?!  Encima de la cama había alguien boca abajo con un atuendo sacado de un drama histórico coreano, estaba empapado al igual que las ropas y el suelo alrededor de la cama.

¿Habían entrado a robar? Se acercó lentamente y muy dispuesto a emplear sus técnicas de defensa personal, más, cuando usó su mano para voltearlo su sorpresa fue mayor. Trago saliva. Esa "cosa" era un muchachito inconsciente que respiraba ínfimamente ¡¿Pero quién demonios era él?!

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Espero que les haya gustado el primer capítulo de esta nueva aventura, si le gusto no duden en votar y comentar 💖🐝

Muchísimas gracias a TrinidadVictoria por permitirme adaptar tu historia❤️☁️

Capítulo dedicado a mis imbeciles que amo tanto sorariku801 sextape_

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