Pov Yunho:

Todos los putos días me tenía que esconder de la seguridad para poder subir a la terraza y poder escribir un rato.

La brisa fresca del cálido otoño en Jeju ayudaba a inspirarme y mi deseo era aunque sea dejar mis letras en este mundo, esa tarde fue distinta todo cambio para mi, una persona cruzó los muros de soledad que habia construido y encontró mi corazón.

Era molesto por momentos, siempre encontraba flores cerca de donde yo hacía mis escritos.
Hasta que supe que era la recién llegada, estaba en el mismo pasillo donde estaba yo, con diferencia que ella estaba en la plaza de salas sola ya que recibía visitas, distinto de mi, que decidí pasarla solo.

Podrían considerarme un mal hijo, Pero me aisle del mundo, yo no necesitaba de la lastima de nadie y aunque les costó entenderme, me llevaba bien con ellos, hasta qué sol logró penetrar el muro que había en mí.

Pov Sol:

Desde que no hubo nada más que hacer, que internarme, pensé que mi mundo se vendría abajo.
Siempre me catalogue como una persona soñadora, una persona muy sociable que ama rodearse de sus amigos, aún con mis limitaciones, a mi corta edad, puedo decir que tenía un ejército de amigos que velaban por mi salud.

Llegar a la clínica fue algo que no tenía pensado, Pero aún así me registre y mientras la enfermera me ayudaba, me dijo "porque no visitas la terraza, ve despacio eso le hará bien a tus pulmones".

Ahí fue donde lo conocí, detrás de esos lentes de pasta y mirada perdida, estaba sentado con los pies colgando sobre la barandilla del lugar. Me inhibi al ver su bonito rostro, así que cuando se levantó me escondí.

Volví a la habitación y le pregunté a la enfermera por él, ella solo me sonrió y me dió el user de tu perfil.

Para todo el mundo eras todo un reto Yunho, Pero para mí eras todo una persona que gritaba que quería hacerse conocer.

Al cabo de una semana:

Resilencia algo que me caracteriza demasiado, sol era una oyente casual de mis letras, de mis poemas y sobretodo no me juzgaba, necesitaba alejarme de ella, pero había una parte de mi que pedía que aún la deje a mi lado.

Al cabo de unas semanas nos hicimos amigos, compartíamos todo, yo celebraba cada avance de sol, mientras el mío cada día se iba apagando un poco más.

Unos golpes en la puerta de la habitación me hicieron dudar, ya que la única que entraba aquí era la enfermera para suministrar algún medicamento.

- Yunho??.

- No te conozco, Nose quién sos y que querés conmigo?- no era relativamente simpático con las personas nuevas.

- Soy el hermano de Sol.

- Ajam - dije cruzando los brazos en mi pecho.

- Escúchame imbécil, alejate de Sol, por tu culpa mi hermana ayer tuvo una recaída fuerte.

No pude contestar porque estaba cayendo de espaldas al piso, mal momento para mí, sabía por palabras de sol, que el médico la había regañado, Pero no soportaba que el imbécil del hermano, me viniera a amenazar.

Un pitido y todo se volvió oscuro...

Yunho no me contestaba los mensajes y Lucy la enfermera estaba de licencia, nadie me habla, se que están vigilando me 24/7 por culpa del imbécil de mi hermano.
Mi padre le hizo caso y reforzó mi seguridad, debido al inconveniente que me causó, según ellos mi vecino de pasillo.

Las enfermeras solo te ven como un número y no tienen una mínima empatía por uno.

Estaba demasiado triste porque mi corazón late más fuerte cuando yunho está cerca mío.

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Yunho se encontraba solo en su habitación, sumido en sus pensamientos turbios y enredados. El reciente ultimátum del hermano de Sol lo había dejado temblando de rabia y confusión. La idea de alejarse de ella le resultaba insoportable, como si el simple pensamiento de perderla provocara un vacío en su existencia. Todos sus miedos latentes se agolpaban en su mente, como un enjambre de abejas furiosas que amenazaban con consumirlo. El temor de no ser suficiente para ella, de defraudarla, de no poder protegerla como se merecía lo atormentaba sin piedad. Tendría que alejarse de ella pero no podía.

La presencia de Sol en su vida había desenterrado emociones que creía olvidadas, había despertado en él una chispa largamente adormecida. Sentimientos que creía enterrados bajo capas de indiferencia y desconfianza afloraban ahora con una intensidad abrumadora. La vulnerabilidad de abrir su corazón a alguien, la posibilidad de herir a Sol, lo aterraba. Y sin embargo, la sola idea de perderla era aún más complicado. ¿Cómo podía alejarse de la única persona que le estaba devolviendo la sensación de estar vivo?

Mientras sus pensamientos se agolpaban en su mente, Yunho se dio cuenta de que algo había cambiado en él desde que Sol llegó a su vida. Había aprendido a sonreír de nuevo, a sentir el calor reconfortante de un abrazo sincero, a encontrar consuelo en la simple presencia de otra persona. Y no estaba dispuesto a renunciar a eso, no ahora que lo había encontrado. El miedo seguía ahí, palpable y real, pero la necesidad de tener a Sol a su lado, de mantenerla cerca, de seguir explorando esos nuevos territorios emocionales juntos era más fuerte.

Yunho sabía que el camino por delante no sería fácil, el tiempo era su peor enemigo, habrían desafíos y peligros desconocidos. Pero también sabía que no podía permitirse renunciar a lo que Sol representaba en su vida, a la luz que había traído a su oscuridad. Debía encontrar la fuerza para enfrentar sus miedos, para protegerla de cualquier amenaza externa y, sobre todo, protegerla de el mismo, debia ser valiente y confiar en que juntos podrían superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

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Yo amo este cliché, y tarde mucho en escribirlo y armarlo, espero que les guste.