29. Promesas rotas
3 meses después
Aaron
La observó al entrar a mi habitación, esta en mi cama recostada en la pared, mientras mira su teléfono, sonrió acercándome a ella y dejo un beso en su labios. Mi corazón de un vuelco al ver como sonríe de manera sincera.
—Perdón por irrumpir tu casa—se disculpa y yo niego.
—No me molesta, de echo me gusta verte aquí, nena.
—¿Como te fue con tu madre?—me pregunta y suspiro.
—Bien se supone—le respondo, haciendo una pausa, ella frunce el ceño y me mira. Me contengo unos segundos.
—¿Que no me estas diciendo? —pregunta, tiene razón no le eh dicho todo.
¿Como se le dice a la persona que amas, que tienes que irte lejos por que tienes miedo de decepcionar a tu madre? Suelto un suspiro y la miró a los ojos.
—Quiere que deje de estudiar fotografía y estudié finanzas por la empresa de papá y eso—murmuró y ella se acerca a mi apoyando su cabeza en mi pecho.
—¿Y que le dijiste?—me pregunta mientras entrelaza nuestras manos.
—Que lo iba a pensar—miento, ya le dije que me de una semana para responderle, luego de que cumpla seis meses con ella me iré y duele hacerlo.
Muerdo el interior de mi mejilla, le diré en otro momento... Después de todo no quiero darle una carga más a su vida, no es tan importante...
—No importa lo que elijas mientras seas feliz, estaré para ti siempre—dice y mi corazón da otro vuelco y ante su apoyo a pesar de que no le he mencionado lo que pasa en realidad.
—Te amo—susurro y ella me abraza con fuerza.
—Yo también te amo don ironía—añade con un poco de burla y sonrió levemente.
Levanto su cuerpo haciendo que quede a ahorcajadas sobre mi, pasa sus manos en mi cabello y esconde su cabeza en mi cuello, rodeo mis manos por su cintura. Mientras siento mi corazón descontrolado, es increíble cómo a pesar del tiempo sigue teniendo el mismo efecto que cuando nos besamos por primera vez.
—¿Donde te ves en 10 años? —pregunta tomándome por sorpresa, abro y cierro los labios, analizando, mientras sus ojos se encuentran con los míos.
—Casado, junto a unos seis niños y tres niñas, en una casa enorme mientras discutes con nuestro hijo mayor por algún libro—sonrió pensando en cuanto tiempo llevó pensando en cómo nos veríamos casados.
—Pobre de la mujer que te vaya a dar nueve niños—le he sacado una sonrisa, de esas sinceras y llenas de amor, de las cuales amo demasiado.
—Tú—le susurro y ella me mira perpleja, para luego soltar una risa.
—¿Y tú como te ves en 10 años nena?
Ella suspira, mira mis labios y sube nuevamente a mis ojos—De echo seria muy parecida a tu visión, pero con la excepción de que yo no quiero nueve niños—dice riendo.
—Eso será negociado en unos años—le aseguro y ella ríe.
—¿Te has imaginado casado?—me pregunta.
—¿Contigo?—ella agacha la mirada y asiente, levanto su rostro haciendo que nuestras miradas se conecten.
—Nena me he imaginado lo jodidamente hermosa que te verías discutiendo con nuestros hijos, como me preguntas que si me he imaginado casado contigo—sonrió besando sus labios antes de seguir hablando— me lo he imaginado varias veces—me sincero riendo, observó como sus mejillas adquieren un ligero color rojo y beso sus labios.
—¿Cuántos hijos quieres tener?—le preguntó separando nuestros labios.
—Tres o dos...
Dice mientras acaricia mi mejilla con su pulgar.
—¿Nombres? —pregunto y ella se encoje de hombros.
—Si son dos una niña y un niño, pues Annia y Aiden—responde mirándome a los ojos.
—Pues si fuesen un niño Eiden y si fuese una niña Cande—respondo con una sonrisa.
—¿Entonces sería como?
— Eidan White Evans y Cande White Evans— susurra ella con la mirada iluminada
—Annia White Evans y Aiden White Evans—completo yo con mi mirada perdida en sus ojos grises...
—¿Y los otros cinco que?—la molesto y ella pone los ojos en blanco.
—No habrá otros cinco, aparte me lo plantee nuevamente y por eso serán cuatro dos niños y dos niñas—me dice riendo.
—Por lo menos es un avance—me río y ella asiente.
Volvemos a abrazarnos estamos haci un rato y de un momento a otro ella mueve su cintura en un movimiento circular en mi regazo e inmediatamente siento mi erección a causa de sus movimientos.
¿Como es que tiene la capacidad de prendernos con sólo un movimiento?
No lo sé, pero no me molesta...
—Muñequito—murmura como si fuese una niña pequeña, mientras sigue moviéndose sobre mi.
—Mmm—un jadeo sale de mi garganta, en forma de respuesta.
—Nena me estas tentando, deja de hacer eso—le pido en un susurro.
—Muñequito te necesito dentro de mi—susurra sin dejar de moverse, siento mi erección crecer más en mi pantalón.
Mi autocontrol con ella es nulo, ella busca mis labios cuando da con ellos los suyos se mueven sobre los míos con pura necesidad y deseo, nos besamos sin que ella deje de rozar nuestras intimidades, sus movimientos se alternan ya que empieza a moverse con mayor ritmo, un jadeo sonoro sale de sus labios haciendo que yo aferre mis manos a su cintura haciendo que ella aumente sus movimientos sobre mi regazo.
De un momento a otro la puerta se abre dándole paso a Nils, se que me va reclamar que no me puedo ir, pero sino me voy él tendrá que irse y no puedo dejar que mi hermano renuncie a sus sueños.
—Hola solecito, perdón por interrumpirlos, pero necesito hablar con mi hermano—avisa y ella asiente y se baja de mis piernas.
—No te preocupes Nils, de todas formas tenía que irme eh quedado con Sofi—le sonríe a mi hermano, se gira hacia mi.
—Hablamos después muñequito—susurra dejando un beso en mis labios, ella se marcha dejándome solo con mi hermano mientras él me mira con desaprobación.
—No se lo dijiste ¿verdad?
—No—respondo soltando un suspiro.
—¿Y que esperas?, dentro de una semana cumplen seis meses y no piensas decirle que te iras a estudiar finanzas a Rusia—inquiere mi hermano.
—Lo sé, pero crees que será fácil para mi mirarla a los ojos y decirle que me iré lejos de ella—le digo frustrado.
—No lo será, pero es mejor que se lo digas tu a que lo haga Aída—me asegura—Sabes que hablan mucho desde que se conocieron y puede que se lo diga sin saber que ella no tiene ni idea de eso—me aconseja mi hermano y suspiro pesadamente.
—Tienes razón, pero no se como.
—O por lo menos habla con Aída para que no le diga nada—me propone y asiento.
—El fin de semana hay una fiesta le dices y nos vamos allá—cambia de tema rápidamente y asiento.
—Luego de la fiesta hablaré con ella.
Le digo y él asiente no muy convencido, le escribo a Aída y a Ali para que no se les ocurra decirle...
Dolerá irme, pero haré todo lo posible para que lo nuestro funcione.
***
Brooke
Estamos en una fiesta de la hermana de Owen (la cual no conozco, pero Owen nos invito) , la organizó Nils en realidad, esta increíble, las luces tenues, más varias mesas llenas de alcohol y comida. Llegamos hace unas horas, no eh querido tomar alcohol, ya que hace un rato me dio náuseas y no quiero irme, así que simplemente estoy tomando cóctel (Sin alcohol obviamente), Aaron tiene unos vaqueros negros y una camiseta blanca, mientras yo tengo un vestido negro ajustado a mis curvas, estamos sentados en un sofá y nuestras manos están entrelazadas, ya quiero que llegue mañana me dijo que me iba a contactar algo y no se por que estoy tan nerviosa.
No será que estas nerviosa por qué el 02 de diciembre cumplen seis meses...
Si eso también...
—Nena—susurra en mi oído y lo miro con las mejillas levemente rojas.
—¿Si?—preguntó mirándolo.
—Tengo que ir al baño, espérame un rato—me dice y deja un beso en mis labios yo asiento, jaló su mano y me inclinó hacia él para rodear mis manos por su cuello y besarlo, mis labios se mueven sobre sus labios y se agacha enredando una de sus manos en mi cabello profundizando el beso, me aparto un poco.
—Te amo muñequito—susurro estando aún cerca de sus labios, él vuelve a unir nuestros labios y lo beso, mis labios se mueven juntos a los suyos, tira de mi labio interior ligeramente, mientras el beso se profundiza con los segundos. Nos apartamos por aire, muerde sus labios mirando los míos, supongo que deben estar sumamente rosados.
—También te amo—susurra en mi oído y deja un beso en mi mejilla, antes de irse al baño.
Me entretengo hablando con Nils un rato y al cabo de unos minutos me levanto, para ver donde está mi novio, tiene varios minutos en la parte de arriba de la casa, me acerco a Sofi para avisarle donde estoy por si Aaron baja las escaleras y no estoy. Subo las escaleras, tengo que ir al baño de manera urgente y me detengo de golpe al ver a Aaron besando a otra chica.
Soy una idiota.
Bajo las escaleras lo más rápido posible empujando a las personas que están en el medio, mi pecho duele, siento como si hubiesen metido mi corazón a una trituradora, confíe nuevamente y termino peor...
Quédate puede que sea una confusión.
Si claro y la que está viendo cosas soy yo la que no ha probado alcohol en toda la noche, no gracias.
—¡Brooke! —escucho la voz de Owen lo ignoro subiendo a mi auto, cierro la puerta y piso el acelerador hasta el fondo conduciendo hacia el aeropuerto, si sé que debería quedarme hablar con él y exigirle que me de una maldita explicación, pero no puedo simplemente NO PUEDO. No quiero mentiras, ni engaños, no quiero llorar de nuevo a causa de que no me valoren lo suficiente y mucho menos acabar como cuando murieron las personas que más ame en el mundo.
Varios minutos después mi teléfono empieza a sonar con el nombre de Aaron, no respondo simplemente apago el celular.
Quédate...
¡NO!
Siento las lágrimas densas bajar por mis mejillas mientras sigo conduciendo a toda velocidad, me detengo en mi casa y subo a mi habitación buscó mi pasaporte, junto a algunas tarjetas de crédito, vuelvo a subir a mi auto mientras sigo sollozando, nunca pensé que iba a romperme de esa manera, las lágrimas densas vuelven a bajar por mis mejillas, freno el auto de golpe cuando otro se atraviesa.
—¡Estás loca niña!—grita el chico del auto, se baja de este caminando hacia mi.
—Perdón—murmuró.
Me siento jodidamente mal. Es como si mi mundo se fuese cayendo en pedazos... Cada jodido plan y sueño junto a él se acaban de romper y ahora son un grupo de promesas rotas.
El chico suspira hondo antes de hablar—Ve con más cuidado, por favor—dice, asiento y el se sube a su auto marchándose, continuó mi camino con menos velocidad, mientras mi pecho sigue doliendo. Llegó al aeropuerto y camino hacía una de las cabinas una chica me sonríe antes de hablar.
—¿Qué puedo hacer por usted señorita? —pregunta en un tono amable.
—Necesito un boleto a Londres, por favor estoy dispuesta a pagar el doble del dinero si es posible, pero necesito irme ya—le pido a la chica en forma de suplico, ella asiente y teclea algo en la computadora.
—¿Cómo deseas pagar? —me pregunta y quito la funda de mi teléfono sacando una de mis tarjetas de crédito, se la entrego y después me la devuelve.
—Su vuelo sale dentro de 10 minutos ¿No tiene equipaje? —me pregunta y niego—Bien puede ir abordando el avión entonces—me dice con una sonrisa y asiento desganada.
Subo al avión y mi pecho quema con más fuerza que nunca, lo de Aída fue una confusión, pero lo de esa chica no, lo vi besándose con otra y me gustaría poder decir que fue mentira pero no quiero que me mire como el lo hizo alguna vez y me confirme lo que antes ví.
Varias horas de vuelo después llego a Londres, lo primero que hago es pedir un Uber el cual me deja frente a mi edificio, subo al elevador toco la puerta de mi piso y me recibe mi empleada. Mis ojos duelen y lo poco que dormí durante el vuelo me pasa factura.
—Señorita pensé que no volvería tan rápido solo han pasado 9 meses, pensé que duraría un año o más—murmura mirándome con preocupación.
—No tengo ganas de hablar, no tengo hambre así que no me lleves nada a la habitación, no contestes una sola llamada al menos que sean de mis padres y si preguntan por mí les dices que no estoy aquí y no sabes nada de mi—le aclaro tratando de oírme calmada.
—Como ordene señorita—asiente y subo a mi habitación.
Voy directo a la ducha, quito mi vestido, el cuál quema y me dejo caer en el suelo de la ducha sollozo en silencio y verdaderamente no sé cuanto tiempo estoy metida bajo el agua, pero mis dedos se empiezan a verse arrugados mi pecho aún duele con la misma intensidad y mi cabeza no deja de sobrepensar a maneras que duelen, siento varias punzadas a mi cabeza y decido ignorarlo.
Salgo del baño, poniéndome una camiseta grande y unos pantis, me vuelvo un ovillo con las sábanas mientras mis lágrimas salen sin control. Al cabo de las horas, mis ojos arden de tanto llorar y mi pecho sigue doliendo, tomo mi teléfono y lo primero que hago es escribirle a Aurora y a Ethan que estoy bien y no quiero hablar con nadie. Lo hago por el hecho de que si no les aviso pueden rastrear mi teléfono y no quiero hablar con nadie, no puedo en realidad, no tengo fuerzas ni mucho menos estabilidad emocional suficiente para afrontar la realidad.
Tengo miles de mensajes de Aaron, cientos de llamadas perdidas de él y más de una docena de correos de su parte también, ignoro todo y apago mi teléfono quedándome dormida, en la mañana me dan ganas de llorar y simplemente otra vez me la paso llorando. El dolor de cabeza a ido en un aumento horrible e ignorarlo solo por no tener ganas de levantarme no ayuda
—¿Por qué volví a ilusionarme?—susurro mirando el techo de mi habitación.
Hace dos años que no me enamoraba y cuando vuelve a pasar termino jodiendo mi corazón y mi paz mental otra vez. Sollozo en silencio mientras Ecos de Amor se escucha desde la otra habitación.
Siento como mi interior se quema y duele tanto darme cuenta que no debí haberme ido a Los Ángeles en primer lugar.
***
Tengo dos semanas sin salir de mi cama, simplemente llamo a Ela y ella me trae comida, no tengo ánimos de ver a nadie, mis padres han venido más de tres veces en la última semana, pero no los quise recibir... Ni siquiera he revisado mi teléfono y no tengo ganas de hacerlo, solo veo algunas notificaciones con muchos mensajes de Sofi, Owen, Liam, Nils, Aída y ni siquiera quiero recordar el nombre del idiota.
Tocan mi puerta y luego se abre dándole paso a Ethan.
—No quiero hablar, vete por favor—le aclaro y él niega.
—Aún no quieres salir de la cama, supongo—dice haciendo una mueca, para luego acostarse a mi lado.
—¿Has hablado con Sofi o con él? —me pregunta y niego.
—No quiero, no puedo y menos hablar con él—le digo con una mueca.
—Como te explico que te extraña y que ni siquiera está asistiendo a la universidad por ti—dice y lo miro, pero no le respondo.
Eso es raro, por el simple hecho de que Ethan lo está defendiendo...
No me importa.
Ethan resopla antes de hablar.
—Quiere vender su piso, porque según él todo le recuerda a ti, la primera semana después de que te fuiste fue ebrio a tu casa y durmió en tu cama, tengo miles de mensajes diarios de él preguntando por ti—me dice y me encojo de hombros.
—¿Qué no tienes sentimientos bloque de hielo? —me pregunta haciendo una mueca.
—Las emociones nublan el juicio —digo y él bufa.—Y aparte si tengo, pero él me hizo daño y siendo o no su intención me hizo mucho daño, solo por el simple hecho de que él me hizo sentir de nuevo y eso fue lo que me jodió y lo sabes muy bien—le recuerdo y él suspira.
—Tienes razón y no tengo por qué presionarte—me dice y asiento.
—Pero por otro lado, vamos por alcohol no me gusta verte así, bonita—me dice tratando de animarme.
—No quiero, aparte hace dos semanas me dieron náuseas porque bebí alcohol, así que no gracias—le digo poniendo una mueca, él pone los ojos en blanco.
—Bueno si no quieres esta bien—me dice con simpleza.
—¿Noche de películas y series?—me pregunta y sonrió de mala gana, para luego asentir.
***
6 años después...
Ummm contexto de los últimos años de mi vida, pues soy una exitosa licenciada en Arte y Diseño, estudie ingeniería en sistemas hace un año y medio estoy buscando trabajo, de echo están las empresas de mamá y de la abuela, pero trabajo mayormente desde casa.
No se nada de él si les interesa el tema, solo hablo con sus hermanos y con mi cuñado ¡Liam! Porque sí, mi mejor amiga se casó con el hace un año y tienen una niña preciosa llamada Lía. Nils sigue soltero, Owen tiene novia, Alisson tiene novio y la mayoría se graduó en su carrera, Nils es licenciado en Arte y Diseño, mi mejor amiga es una psicóloga reconocida en Italia, Ali es una neurocirujana famosa vive en Argentina con su actual pareja, Owen y Nils siguen viviendo en Los Angeles, Aída es arquitecta vive en España y tiene una pareja, mi relación con ella sigue siendo la misma que cuando eramos cuñadas y de Aaron de echo no se nada de él, ni me interesa mucho su vida.
Mi físico prácticamente sigue siendo el mismo, pero con la diferencia de que mi cabello está por encima de mis hombros. Salgo de la cama de mala gana y entro a la ducha, tengo que hacer algo. Salgo de mi casa con un vestido bastante sencillo subo a mi auto y conduzco por las calles de Londres, el cielo está gris y de echo me gusta mucho vivir aquí, llego a donde he quedado con él...
Lo busco con la mirada y siento sus manos rodear mi cintura.
—Hola, bonita—susurra en mi oído, sacándome una sonrisa.
—Hola nene—me giro hacia el abrazándolo.
—¿Y mis suegros?—me pregunta y pongo los ojos en blanco antes de sonreírle.
—Mis padres están bien—le aseguro y el sonríe.
—¿La trajiste? —le pregunto buscándola con la mirada.
—¡Papi!—exclama su hija y sonrió.
—¡Tía!—exclama la pequeña Nessa abrazándome, la levanto entre mis brazos y dejo un beso en su frente.
—¿Como está mi princesa?—le preguntó aún sosteniéndola.
—Bien tía—me asegura riendo.
—¿Quieren ir por un helado?—nos pregunta y asentimos emocionadas.
—¡El mío es de chocolate!—exclama Nessa y sonrió.
Pasamos el día los tres juntos, el día a aclarado ya no esta tan nublado como hace un rato el sol empieza a ponerse en el horizonte, mi cabeza cae sobre su hombro mientras Nessa juega en los columpios.
No se el por que Aaron viene a mi mente mientras el sol se oculta...
Quizás si eramos el uno para el otro pero no lo pudimos ver a causa de nuestro ego...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top