SEDUCCIÓN
Me voy a mi casa, llego y me voy directo al baño a borrar los besos de Marcos y su asqueroso olor de mi cuerpo. Siempre he pensado que hay personas que solo existen en la vida para hacer daño, pero que su pago por causarlo es justamente vivir con dolor, con infelicidad, esa es la mayor justicia y justamente eso le deseaba, que fuera tan infeliz toda su vida como el universo de grande.
Me fui a dormir mucho más tranquila pero molesta, muy molesta con todos los hombres.
¿Por qué piensan que solo por tener pene tienen derecho abusar de la mujer?
¿Acaso yo causé esa obsesión conmigo?
Porque él no siente amor, solo capricho por ser el primero. Pero que vulgar y patético hombre es Marcos, desear ser el primero en mi vida cuando el primero fue un vulgar violador de la calle como el mismo Marcos lo es, pero eso es parte de mi pasado y solo voy a recordar que el primer hombre en mi vida fue justamente "Mi vida" Mi hombre feo, mi Tierra, mi Enrique. Solo él fue el primero y me hizo inmensamente feliz en la cama.
Al siguiente día estuve tranquila pero aún muy molesta, sobre todo con todos los hombres y absurdamente en mi escaso funcionamiento de mi cerebro y con la soledad de no tener más amigas, decidí volver a vengarme de los hombres. Y ahí va la cabeza hueca de nuevo...
****
Los sábados salgo más temprano, voy a ir a comprar el mandado, a poner gasolina y a mi casa a ver películas. Mis pensamientos en eso estaban, pero la vida me llevaba por otro camino.
Veo llegar a Luis y Don David...
— ¿Que milagro que vienen?
Saludo de mano a los dos con un cálido abrazo para ambos.
—Muchacha. ¡Qué gusto me da verte!
—A mí también.
—Vamos a jugar un rato al billar, tengo tiempo libre hasta las 9.00 pm ¿Qué dices?
—Déjeme llamar a mi casa para preguntar si hay comida para hoy, es que todos los sábados llevo el mandado pero mi hermana vive con nosotros y su pareja, seguramente no alcanzó la comida. Ahorita le digo... —Le marco a mi madre al teléfono de casa— Mamá ¿Tienen comida para hoy?
—Sí, hicimos bistec ranchero, vente para que comas.
—Más tarde llego. Al rato nos vemos.
No tenía muchas ganas de ir, pero en realidad necesitaba alejar pensamientos absurdos de mi mente. Nos quedamos unas horas jugando, dejamos a Don David en la línea... Y me fui con Luis a un hotel. Si, lo sé, estúpida decisión la mía, pero era mi venganza. Pero que linda venganza para él tenerme de nuevo, esta vez fue solo un poco diferente, aguanto muy poco y yo no gocé nada. Pero me había propuesto que si sentía algo de amor por mi, haría que creciera como el mundo y su maldad. Lo quería ver perdido de amor por mí, que se arrastrara a mis pies. Y esta vez nada ni nadie me harían olvidar mi promesa de venganza.
—Luis, eres una calamidad de hombre en la cama. ¿Dime para qué sirves? Solo como chofer estoy segura. Adiós. No te molestes en volver a buscarme no quiero verte ni cuando vaya Don David a la oficina.
— ¡No seas grosera! Me gustas muchísimo, no me puedo contener.
No respondí y salí apresurada riéndome a carcajadas por dentro, fui hacer mis compras y a casa. De nuevo llegué escuchando música, le fui pasando el mandado a mi padre, les enseñé lo que les compré a cada uno lo que les gustaba, me fui a dar un baño y a dormir.
AL SIGUIENTE DIA...
Me voy un poco tarde... Es domingo, mi jefe no me llama, no va a la oficina, tengo unas ganas inmensas de quedarme un día a descansar en casa pero no puedo, no sé porqué siento en ratos flojera, creo que la cerveza hace su efecto contrario.
En el día estuvieron llegando bastantes clientes, antes de mi hora de salida veo llegar el carro de Braulio supongo que desean platicar, pero pensé que no volvería con todo lo que le dije.
Para mi asombro veo que viene solo...
— ¿Y mi hermana no viene contigo?
—No, todo el día se fue con sus hijas, me dijo que regresaba mañana.
— ¿Y supongo que estás enojado?
—No, ya lo habíamos hablado, ya sabía que esto sería cada fin de semana.
— ¿Quieres una cerveza?
—La verdad si te acepto una.
—Solo que tienes que ir a comprarla, esta vez no tengo escondidas. ¡ja, ja, ja, ja!
—Claro que yo voy.
Le entrego el dinero para que compre un six preparado y unos cacahuates.
Regresa y empezamos a platicar de diferentes temas, pero yo deseaba conocerlo un poco más y empecé hacerles preguntas personales.
— ¿Cuántos hijos tienes Braulio?
—Tengo supuestamente dos.
—Con dos mujeres diferentes me supongo, ¿Te hiciste responsable de ellos? ¿Y cómo es eso de "supuestamente"
— ¿Cómo te imaginas eso Isabel? No, yo no soy responsable de ellos, yo no quise tenerlos, ellas no se cuidaron que los mantengan ellas. No fui el primero en sus vidas, puede ser de cualquier otro bato con el que se hayan acostado. Y de una ya me llego una demanda y por culpa de eso me pusieron una alerta en mi licencia americana.
— ¿Porque eres tan misógino? Puedes hacerte una prueba de ADN y salir de dudas si son tus hijos o no.
—No lo soy, no me interesa hacérmela, simplemente no siento nada por mis hijos no cambiaría en nada el hecho de saberlo si son míos o no.
—Bueno, entiendo que seas un hombre frustrado con las mujeres, quizás algo te sucedió en tu infancia, adolescencia, me imagino que NO creciste con tu madre, te haré una pregunta con mucho respeto porque no se puede con sutileza. ¿Tu madre era prostituta?
—Crecí con mis abuelos, mi madre no me quiso a su lado porque mi cara le recordaba a mi padre que la abandonó y violó.
Veo que baja la mirada y me siento terriblemente mal por ser la culpable de hacerlo sentir así, por ofender sin comprender que toda acción tiene una causa, así como toda causa tiene un efecto. ¡Es horrible saberse rechazado por tu madre! y eso yo lo entiendo muy bien. Me pongo de pie y camino a su lado, me siento en la silla continua y pongo mi mano sobre su brazo, ahora entendía sus reacciones misóginas.
—Discúlpame, no quiero ser agresiva contigo pero no estoy de acuerdo que no te hagas responsable de tus hijos, deja el pasado justo donde está y hazte cargo de tus hijos de tu semilla, no los dejes crecer de la misma forma que lo hiciste tú.
—Discúlpame tú a mí por ofenderte con eso de tu novio y lo de lesbiana, tu hermana me dice lo contrario que ellas se hagan cargo por andar abriendo las patas sin cuidarse.
¡Uff, me dio tanto coraje escucharlo! Ya que parecía olvidar que enamorarte de un hombre o solo tener el derecho y la libertad a gozar de una acto sexual en pareja es de dos y no le daba derecho a juzgar y ofender a una mujer, que es tan responsable el hombre que se las abre como la que decide permitirlo.
—No pasa nada, creo que no empezamos a conocernos como debíamos, pero eso no quita que piense que eres un misógino ¡He!
—Pues mucho gusto Isabel, empecemos de cero.
—Mucho gusto Braulio.
Le extiendo mi mano en saludo, la estrecha y se me acerca dándome un beso en los labios. Inmediatamente retrocedo, no estaba sorprendida porque la mujer nos percatamos cuando le atraemos a un hombre y yo me di cuenta desde que lo conocí.
— ¿Por qué me besas en los labios Braulio?
—¿Enserio no te gusto poquito? Tú a mí sí.
—¡Que desgraciado eres, estás con mi hermana! ¿Y crees que porque tomo y fumo soy una mujer cualquiera para besarme con la pareja de mi hermana?
—Yo sé que lo haces con la expareja de tu otra hermana, ella le contó todo a María. Solo te soy sincero y me gustas. Me gustan tus senos grandes, me los imagino hermosos.
— ¡Cállate! Pero mi mente empieza a trabajar, mi estúpida venganza, mi coraje con los hombres infieles...
¿No voy a conocer a ningún hombre que sea fiel a su pareja?
¿Que acaso es mi destino disfrutar de los dos hombres de mis hermanas?
¡Qué asco de mujer soy!
Solo he estado con Enrique, porque las dos noches con Luis no cuentan.
Se pone de pie y ambos sentíamos deseo y tuvimos sexo, allí en la oficina, como bien lo había dicho no tenía un gran miembro pero me hizo sentir muy bien, excelente haciéndome el amor en el sillón, ya había otro sillón por cierto, otro recuerdo, otro hombre, donde no solo me traicionaba a mí misma, a mi hermana, a mi novio.
—Estás muy estrecha, me encanta sentir lo que siento...
Realmente me gustó lo que sentía, solo a Enrique y a Braulio les escuché algún gemido de excitación. Pero mis emociones de arrepentimiento también salieron con unas lágrimas sintiéndome la peor mujer sobre la tierra.
—No me habían dicho eso antes. ¿A qué te refieres con estrecha?
—Que yo siento más placer contigo, con tu hermana al penetrarla entra como pedro por su casa. ¡ja, ja, ja, ja!
—No vuelvas a burlarte de esas cosas, ya no me digas nada.
—Mira nada más lo que es la vida tu hermana me quería para ti y fuiste mía.
—Déjame sola por favor, vete.
—Isabel no pasa nada, somos adultos ambos lo quisimos eso no quiere decir que haya algo entre nosotros, pero si deseo que se repita. ¿Tú también lo quieres?
—Sí, no.... No lo sé. ¡Vete por favor!
Lo vi marcharse y me quedé llorando, reprimiendo lo sucedido, la falta de amor a mí misma de respeto a mi cuerpo, es lo que menos deseo ir acostándome con uno y otro sin amor, solo por sexo.
Me quedé un momento a solas, dejé limpia la oficina y me fui muy lentamente a mi casa escuchando música pensando en mi príncipe, en mis hermanas, en Enrique, en mi cielo, en todo lo sucedido en mi vida en tan solo 3 años, el iniciar una relación sexual a mis 29 años sin tener el menor conocimiento de cuidado y prevención, no solo para un embarazo no deseado, más bien por contagios de enfermedades venéreas, amaría ser madre aun cuando sé que es imposible. Mi vida de estos últimos años, mis acciones puras como las con doble intención de seducción a mi jefe, pasaban por mi mente como flash, haciendo remembranzas de todo sentimiento con ellas, como las que sin estar de acuerdo permití, donde no supe cómo reaccionar qué decir, qué hacer. En las cuales me olvidé del poder de decidir por mí misma, donde estuve incondicionalmente para todos y solo algunos para mí, donde a mi edad no sabía que era un orgasmo, si acaso ya lo había sentido o no, no sabía lo que debía hacer en la cama, lo que no debía permitir que me hicieran o hacer, la falta de amor a mí misma, la falta de comunicación con mi madre como amiga, como mujer, con mis hermanas, donde sentía que habían abusado de alguna manera robándome algo que era para mí, en el caso de Lourdes a Enrique, con María era Braulio.
Pero sin duda alguna el abuso a mi amor era de María, no hay una magnitud que yo pueda igualar con ese abuso y control que tenía sobre mí desde mi infancia, siempre le serví de todas las formas, fui incondicional con sus mentiras, con sus engaños, solo yo sabía de sus amantes, ya que solo yo la ayudaba a salir con pretextos de su casa y yo le cuidaba a sus hijas, no fueron 1-2-3- los que yo le conocí, siempre engañó a su marido como a ella misma, entonces comprendí que quizás teníamos un problema con nosotras mismas, veníamos siguiendo patrones de conducta de otra época, quizás un karma, quizás la falta de una figura paterna nos hacía cometer esas estupideces. Pero sin duda alguna retumbaba en mi mente más fuerte una, la falta de amor, respeto, dignidad hacia nosotras mismas, un amor que nuestra madre a mi no me enseñó, todo lo contrario siempre me menosprecia por gorda.
En mi caso no tenía justificación ni siquiera sabía porque lo hacía, solo me decía a mí misma es una venganza hacia los hombres, pero vaya estupidez la mía entregándoles mi cuerpo, mi templo sagrado, mi Universo a cualquier pelafustán. ¡Que venganza tan estúpida! No conocía nada de lo que me hizo Braulio, menos que era estrecha o su significado que más o menos pude entender a lo que se refería, pero ahora entiendo los jadeos, suspiros y uno que otro gemido de Enrique, quizás eso era lo que más le gustaba de estar conmigo y no era tanto el amor, por eso mismo me engañó con otra.
Entre más recordaba más dudas venían a mi mente, más confusión sentía, me dolía el corazón por mis acciones, me sentía herida, llegué a casa y me fui directamente a darme un baño, tenía que olvidar lo sucedido, solo me preguntaba una y otra vez ¿Cómo voy a ver a los ojos a María? ¿Debo decirle? Le rompería el corazón al saber que su hermana la traicionó como ella muchas veces traicionó a sus amigas, que el hombre del que se siente tan segura NO es fiel como ella nunca lo fue, que fui egoísta al pensar solo en mi deseo antes que en mi amor por ella, como ella muchas veces me trató como sirvienta y no como su hermana.
¿Acaso entonces me estoy vengando también de ella? Desde mi inconsciente consciente y me cuestioné...
Me acosté a dormir no quería seguir indagando en mi pasado, en mis emociones frustradas desde mi infancia, nada justifica mis acciones.
AL SIGUIENTE DIA...
Me arreglo para salir a trabajar pero tengo mucho sueño, está lloviendo y para salir de casa se pone tremendamente lodoso debo usar la doble tracción, me gusta hacerlo. Me divierte sentir como se derrapa el carro y se va hacia todos lados y al fin yo lo puedo controlar, como desearía controlar mis acciones, mi vida gris, entre tanto lodo que hacía brotara de mí con mi forma de conducirme con los hombres.
—Mamá, le dice a María que traje un poco más de mandado que agarre lo que quieran, con toda confianza.
—Sí, yo le digo. ¿No vas a desayunar? Te he visto muy pálida, llegas muy tarde muy regularmente, ya bájale a tus salidas. ¿Cuándo va a venir tu novio?
—No lo sé, va a salir de viaje a los Cabos, seguramente cuando regrese...
*-*
���߬�0
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top